El pasado 8 de diciembre, el Marquee Session Live de la Ciudad de Buenos Aires fue escenario de una de las presentaciones más impactantes del año: el concierto de Red Blood Throne.
La banda noruega ofreció un espectáculo que no solo deslumbró con su propuesta inclinada al death metal más brutal, sino también con virtuosismo y un impresionante despliegue escénico que hizo vivir a los fans una noche inolvidable.
La velada arrancó con los platenses Incineration, derrochando todo su poderío sobre las tablas. Con muy buen desempeño de cada uno de los músicos, en especial el de Ismael Pérez, quien también se desempeña en Burden Rage, es un animal tras los parches. Algunos de los temas interpretados fueron “Insane Incineration“, “Deep Inside“, “Be Proud to be Chosen“, “The Killers of 100“, entre otros. Excelente calidad, puro machaque y blast beats a la velocidad de la luz para dar comienzo a una jornada explosiva.
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Como segundo acto, Dislepsia dio cátedra con su death metal de la vieja escuela en un aceptable show para las aproximadamente 150 personas que se encontraban en el lugar. Con cerveza en mano, la gente disfrutó y aplaudió tras cada canción y respetuosamente brindó apoyo a la banda.
Desde poco antes de las 21:00 horas, el lobby del lugar ya era un hervidero de energía. Unas 200 personas se agolpaban esperando a los noruegos, quienes, directamente del avión, llegaron al recinto sin pasar por el hotel y realizaron una breve pero intensa prueba de sonido frente al público. Se retiraron fugazmente del escenario para volver a las 21:20 y, ahora sí, dar comienzo a su aplastante show.
Blood Red Throne tomó por asalto el escenario con su contundente y podrido death metal. La energía de cada uno de los presentes aquella noche era palpable. Se avecinaba una muy buena noche.
Con más de 20 años de carrera, la banda cuenta como principal cara visible a Daniel Olaisen (ex colaborador de Satyricon) y 11 discos lanzados hasta la fecha, siendo Nonagon su más reciente álbum, el cual vinieron a presentar al país.
Empezando con un sonido aplastante y tocando un set fuertemente orientado al álbum editado este mismo año, despertaron a la previamente estancada multitud con un pit de tamaño decente.
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Luciendo totalmente cómodos sobre el escenario, los noruegos disfrutaron cada minuto de este concierto y no tuvieron ninguna intención de ponerle fin. Cada uno de ellos cumplió su rol de la mejor manera. Sindre Wathne Johnsen, su vocalista, no dejó de berrear, agradecer al público y agitar. Por su parte, Stian, quien oficia de bajista, se lució no solo armando las bases sino también con curiosos pasos de baile.
Por otro lado, encontramos a Daniel Olaisen, visiblemente el adulto responsable. El guitarrista, que está desde el inicio de la banda, tiene un trabajo digno de apreciar. Uno de los músicos que llamó la atención fue Ivan “Meathook” Gujic, con su look “al estilo” Dimebag Darrell. No solo por su guitarra, sino también por su pose, su pelo y sus movimientos, que hacían recordar al ex violero de Pantera.
Un momento destacado de la noche sucedió promediando el show. Ivan pidió la palabra, se ubicó en el centro del escenario mientras los demás miembros ejecutaban la introducción de “Cowboys From Hell“. Con una botella de Jack Daniels, intentó dedicar unas palabras a su/nuestro ídolo tras cumplirse, justamente aquel día, el 20º aniversario del cobarde asesinato del texano. Mientras el contenido de esa botella iba llegando a su fin, el guitarrista, visiblemente emocionado, agradeció al respetuoso público.
El show continuó su curso y el repertorio alternaba entre canciones de todas las épocas, que hicieron que ninguna cabeza se quedara quieta.
La energía en el público se mantuvo constante, manifestándose en pogos intensos que no disminuían la pasión por la música. Sobre el escenario sucedían cosas: visiblemente alcoholizados, hubo inesperados contratiempos, una guitarra que perdió su retorno, cables cortados y hasta un “fulbito” entre el vocalista y el bajista con una botella de agua cerrada, que puso en alerta a quienes velaban por la seguridad de todos.
A pesar de que la resaca estaba haciendo mella en la banda, no dieron un momento de pausa y sacaron adelante una excelente actuación.
Con aproximadamente 14 canciones ejecutadas, la banda dio por finalizado uno de los shows más destacados del mes, y, a juzgar por la reacción de los asistentes, nadie quedó decepcionado.
Agradecemos a Leo y a Néstor de Heresy por la correspondiente acreditación, así como también a Gonzalo de Metal Argentum por las fotos.
El pasado 8 de diciembre, el Marquee Session Live de la Ciudad de Buenos Aires fue escenario de una de las presentaciones más impactantes del año: el concierto de Red Blood Throne.
La banda noruega ofreció un espectáculo que no solo deslumbró con su propuesta inclinada al death metal más brutal, sino también con virtuosismo y un impresionante despliegue escénico que hizo vivir a los fans una noche inolvidable.
La velada arrancó con los platenses Incineration, derrochando todo su poderío sobre las tablas. Con muy buen desempeño de cada uno de los músicos, en especial el de Ismael Pérez, quien también se desempeña en Burden Rage, es un animal tras los parches. Algunos de los temas interpretados fueron “Insane Incineration“, “Deep Inside“, “Be Proud to be Chosen“, “The Killers of 100“, entre otros. Excelente calidad, puro machaque y blast beats a la velocidad de la luz para dar comienzo a una jornada explosiva.
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Desde poco antes de las 21:00 horas, el lobby del lugar ya era un hervidero de energía. Unas 200 personas se agolpaban esperando a los noruegos, quienes, directamente del avión, llegaron al recinto sin pasar por el hotel y realizaron una breve pero intensa prueba de sonido frente al público. Se retiraron fugazmente del escenario para volver a las 21:20 y, ahora sí, dar comienzo a su aplastante show.
Blood Red Throne tomó por asalto el escenario con su contundente y podrido death metal. La energía de cada uno de los presentes aquella noche era palpable. Se avecinaba una muy buena noche.
Con más de 20 años de carrera, la banda cuenta como principal cara visible a Daniel Olaisen (ex colaborador de Satyricon) y 11 discos lanzados hasta la fecha, siendo Nonagon su más reciente álbum, el cual vinieron a presentar al país.
Empezando con un sonido aplastante y tocando un set fuertemente orientado al álbum editado este mismo año, despertaron a la previamente estancada multitud con un pit de tamaño decente.
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Por otro lado, encontramos a Daniel Olaisen, visiblemente el adulto responsable. El guitarrista, que está desde el inicio de la banda, tiene un trabajo digno de apreciar. Uno de los músicos que llamó la atención fue Ivan “Meathook” Gujic, con su look “al estilo” Dimebag Darrell. No solo por su guitarra, sino también por su pose, su pelo y sus movimientos, que hacían recordar al ex violero de Pantera.
Un momento destacado de la noche sucedió promediando el show. Ivan pidió la palabra, se ubicó en el centro del escenario mientras los demás miembros ejecutaban la introducción de “Cowboys From Hell“. Con una botella de Jack Daniels, intentó dedicar unas palabras a su/nuestro ídolo tras cumplirse, justamente aquel día, el 20º aniversario del cobarde asesinato del texano. Mientras el contenido de esa botella iba llegando a su fin, el guitarrista, visiblemente emocionado, agradeció al respetuoso público.
El show continuó su curso y el repertorio alternaba entre canciones de todas las épocas, que hicieron que ninguna cabeza se quedara quieta.
La energía en el público se mantuvo constante, manifestándose en pogos intensos que no disminuían la pasión por la música. Sobre el escenario sucedían cosas: visiblemente alcoholizados, hubo inesperados contratiempos, una guitarra que perdió su retorno, cables cortados y hasta un “fulbito” entre el vocalista y el bajista con una botella de agua cerrada, que puso en alerta a quienes velaban por la seguridad de todos.
A pesar de que la resaca estaba haciendo mella en la banda, no dieron un momento de pausa y sacaron adelante una excelente actuación.
Con aproximadamente 14 canciones ejecutadas, la banda dio por finalizado uno de los shows más destacados del mes, y, a juzgar por la reacción de los asistentes, nadie quedó decepcionado.
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