

Hay artistas que logran tocar fibras en la gente, independiente de sus gustos musicales. Así es como Eivør, la cantante feroesa que se ha ganado su puesto en carteles de todo el mundo se presentó la noche del miércoles 8 de octubre en Razzmatazz 2, con el auspicio de Route Resurrection, desplegando su arte que cautiva a todo quien escucha y ve su puesta en escena, entre bellas voces, ritmos primitivos que se entremezclan con instrumentos modernos, además de sus característicos momentos de trance ceremonial. Por otro lado, Ásgeir, músico islandés con una trayectoria de más de una década, quien experimenta entre el folk y la electrónica, dedicando mucho protagonismo a su calmante voz, inspiradora de paz para sus seguidores. Y para abrir este cartel, se encuentra Elinborg, hermana de la anfitriona de la noche, quien nos deleitó con su hermosa voz para introducirnos en el ambiente nórdico que nos esperaba por unas horas.
Elinborg Pálsdóttir, hermana de quien nos convocaba esa noche, se encargaría de dar rienda suelta a un show lleno de influencias del norte del continente. La artista publicó su primer EP en el año 2015, desde ahí presentándose regularmente en el circuito musical de las Islas Faroe, su país natal, ganando el premio al mejor acto del año en los premios musicales feroeses. Elinborg, subiendo al escenario en compañía de dos otros músicos que tuvieron la misión de musicalizar su entrada y posterior presentación, inicia con su cautivadora voz, en una entrada misteriosa que hipnotizó a Razz 2 antes de deleitarnos con Vatnsins verur, uno de sus singles más recientes, y soltando unas palabras de gratitud antes de continuar con Trøyst, a la cual le siguió Sjórok, con ese aire misterioso y su bella voz que se va fundiendo en el beat que permite volar al ritmo del corazón calmo.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: Katatonia y Sólstafir en Glasgow: “Noche de almas quebradas”
El final fue llegando con mucha emocionalidad, destacando la poderosa voz de Elinborg, que se mezcla con una electrónica que no opaca para nada lo vocal, y a lo que ella va sumando, como lo hizo en algunas canciones, una guitarra muy sutil que acompaña esas vocales emocionantes. Anunciando el lanzamiento de su nuevo disco, su primer larga duración, la cantante procede a presentar las últimas dos canciones, Kærleikin y Blóđ, la cantante se fusiona con las luces y los sonidos para mostrarnos que tiene un gran futuro como el de su hermana, agradeciendo a todos los asistentes antes de dar paso a su otro compañero de ruta, Ásgeir.
Ásgeir Trausti Einarsson, compositor y cantante islandés, lleva una trayectoria de ya varios años, comenzando el 2012 con su primera publicación Dýrð í dauðaþögn, la cual mostraba ya sus inicios musicales mezclando el folk con la electrónica. Hermano de þorsteinn Einarsson, guitarrista de la legendaria banda de reggae islandesa, Hjalmar, viene de una familia de artistas, siendo su padre el creador de gran parte de las letras de su primer disco.
Su show comienza con una interpretación particular de la canción Upp Úr Moldinni, con el solo en el escenario sentado frente a sus sintetizadores, los cuales solo cambio a momentos por una guitarra, sin otros músicos que le ayudaran, pero sin faltarle para lo que propone. Así mismo continuó con Dreaming del disco Afterglow de 2017, y parado solo frente al público con una guitarra en las manos nos tocó Julia, con una calma que inundaba la sala Razzmatazz 2, adelantando el tema que lleva el nombre del nuevo disco que lanzará en diciembre de este año.
Muchos no conocen a Ásgeir, pero muchos otros lo vienen siguiendo desde hace tiempo, incluídos unos cuantos compatriotas que cantaron cada una de sus canciones en islandés, como fue el caso de Dýrð í dauðaþögn, uno de sus clásicos y el título también de su primer disco de estudio, el que solo con guitarra en mano y esa tremenda voz, cantando su versión original en su idioma nativo, considerando que el compositor islandés al empezar a ganar fama decidió rehacer su primer álbum en inglés. La presentación sigue mientras Ásgeir despliega sus habilidades como interprete, cantando Vađandi þurrt mientras juega con teclas y botones que dan vida a canciones como esta, que si bien muchas veces no entendemos nada, nos cautivan. Así, luego vuelve a su pasado para tocar su clásico Heimförin (Going Home), de su primer disco, y luego Hringsól, una un poco más moderna pero con la misma vibra.
Antes de irse despidiendo del gran público que lo acompañó, y dar paso a Eivør, Ásgeir también nos adelanta otro tema inédito, Sugar Clouds, presente en su próximo álbum, pudiendo disfrutar una canción que aun es inencontrable en las redes. Tocando una última canción para cerrar, damos paso a una pequeña espera que prepara al evento principal de la noche.
Eivør Pálsdóttir, la reconocida artista y anfitriona de este ritual, dio a conocer su talento con su primer disco llamado bajo su propio nombre en el año 2000, desde ahí llegando a 10 discos de solista, además de colaboraciones varias con otros artistas y para bandas sonoras, alcanzando hoy una fama reconocida por su hermosa voz, junto con su particular performance sobre el escenario, que sin dejar su dulzura nos da escalofriantes momentos ritualescos. Así, la cantante feroesa nos dio la bienvenida con Jarđartrá, título presente en su último lanzamiento Enn (2024) en una buena introducción a su propuesta, oscura pero bella. Salt, Gullspunnin, e Í Tokuni fueron las que dieron avance al show, entre tambores ritualescos otorgados por su interpretación del Bodhrán, sus característicos ruidos guturales acompañados de una coreografía que pareciera ser la antesala de un sacrificio, quizás, el de nuestra vida antes de ver el show. A continuación, la cantante hace mención a sus colaboraciones en la música de películas y series, como es el caso de una de las más famosas en las cuales ha participado con su increíble talento, siendo esta The Last Kingdom, de la cual todos quienes la vimos recordamos su banda sonora. En homenaje a esta serie, Eivør nos entrega Lívstræđrir, junto al tema central de The Last Kingdom, para luego interpretar Hymn 49, conectando a todos los fanáticos de la serie con su música y presencia sobre el escenario.
Avanzando el show, y ya entrando en calor con una variada oferta sonora, suena Let It Come, una canción que se aleja en parte de la estética folk nórdica, donde, si bien toma elementos, se enfoca más en la electrónica y el pop, nunca dejando el sello Eivør. Boxes sigue un poco en la misma línea, mostrando esa faceta particular de la artista feroesa, destacando su voz y su personalidad puesta en ella. So Close to Being Free nos entremezcla entre lo pagano y lo mundano, pero uno de los momentos que a muchos nos hizo aplaudir fue el cover de Us and Them, famosa canción de Pink Floyd, para la cual llamó a su compañero de gira Ásgeir al escenario para complementar esta joya de la historia.
Durante todo el show destaca el humor y la buena onda de Eivør, quien bromeó constantemente e interactuó con el público en todo momento, acercándose y logrando esa conexión, muy humana, inspiradora de calma. La presentación así sigue hacia su recta final con Enn, y acto seguido continuan las visitas al escenario, invocando y agradeciendo a su hermana Elinborg a cantar junto a ella Upp Úr Øskuni (también de su último lanzamiento), y salir luego del escenario (pero solo temporalmente) con Trøllabundin, clásico del disco Slør de 2015 en su versión feroesa.
Como siempre, el público de Razzmatazz a punta de aplausos pedía más, lo que llegaría con una sorpresa inédita en la gira, donde la cantante decide tocar Famous Blue Raincoat de Leonard Cohen, y dedicarla a un amigo cercano. Una emocionante interpretación nos removió completamente dejándonos helados, despidiéndose finalmente con la hermosa Falling Free, dejándo nuestra piel de gallina y moviendo nuestras manos para hacer el clásico sonido de agradecimiento, yéndose Eivør, Ásgeir y Elinborg en un mar de nuestros aplausos.


Hay artistas que logran tocar fibras en la gente, independiente de sus gustos musicales. Así es como Eivør, la cantante feroesa que se ha ganado su puesto en carteles de todo el mundo se presentó la noche del miércoles 8 de octubre en Razzmatazz 2, con el auspicio de Route Resurrection, desplegando su arte que cautiva a todo quien escucha y ve su puesta en escena, entre bellas voces, ritmos primitivos que se entremezclan con instrumentos modernos, además de sus característicos momentos de trance ceremonial. Por otro lado, Ásgeir, músico islandés con una trayectoria de más de una década, quien experimenta entre el folk y la electrónica, dedicando mucho protagonismo a su calmante voz, inspiradora de paz para sus seguidores. Y para abrir este cartel, se encuentra Elinborg, hermana de la anfitriona de la noche, quien nos deleitó con su hermosa voz para introducirnos en el ambiente nórdico que nos esperaba por unas horas.
Elinborg Pálsdóttir, hermana de quien nos convocaba esa noche, se encargaría de dar rienda suelta a un show lleno de influencias del norte del continente. La artista publicó su primer EP en el año 2015, desde ahí presentándose regularmente en el circuito musical de las Islas Faroe, su país natal, ganando el premio al mejor acto del año en los premios musicales feroeses. Elinborg, subiendo al escenario en compañía de dos otros músicos que tuvieron la misión de musicalizar su entrada y posterior presentación, inicia con su cautivadora voz, en una entrada misteriosa que hipnotizó a Razz 2 antes de deleitarnos con Vatnsins verur, uno de sus singles más recientes, y soltando unas palabras de gratitud antes de continuar con Trøyst, a la cual le siguió Sjórok, con ese aire misterioso y su bella voz que se va fundiendo en el beat que permite volar al ritmo del corazón calmo.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: Katatonia y Sólstafir en Glasgow: “Noche de almas quebradas”
El final fue llegando con mucha emocionalidad, destacando la poderosa voz de Elinborg, que se mezcla con una electrónica que no opaca para nada lo vocal, y a lo que ella va sumando, como lo hizo en algunas canciones, una guitarra muy sutil que acompaña esas vocales emocionantes. Anunciando el lanzamiento de su nuevo disco, su primer larga duración, la cantante procede a presentar las últimas dos canciones, Kærleikin y Blóđ, la cantante se fusiona con las luces y los sonidos para mostrarnos que tiene un gran futuro como el de su hermana, agradeciendo a todos los asistentes antes de dar paso a su otro compañero de ruta, Ásgeir.
Ásgeir Trausti Einarsson, compositor y cantante islandés, lleva una trayectoria de ya varios años, comenzando el 2012 con su primera publicación Dýrð í dauðaþögn, la cual mostraba ya sus inicios musicales mezclando el folk con la electrónica. Hermano de þorsteinn Einarsson, guitarrista de la legendaria banda de reggae islandesa, Hjalmar, viene de una familia de artistas, siendo su padre el creador de gran parte de las letras de su primer disco.
Su show comienza con una interpretación particular de la canción Upp Úr Moldinni, con el solo en el escenario sentado frente a sus sintetizadores, los cuales solo cambio a momentos por una guitarra, sin otros músicos que le ayudaran, pero sin faltarle para lo que propone. Así mismo continuó con Dreaming del disco Afterglow de 2017, y parado solo frente al público con una guitarra en las manos nos tocó Julia, con una calma que inundaba la sala Razzmatazz 2, adelantando el tema que lleva el nombre del nuevo disco que lanzará en diciembre de este año.
Muchos no conocen a Ásgeir, pero muchos otros lo vienen siguiendo desde hace tiempo, incluídos unos cuantos compatriotas que cantaron cada una de sus canciones en islandés, como fue el caso de Dýrð í dauðaþögn, uno de sus clásicos y el título también de su primer disco de estudio, el que solo con guitarra en mano y esa tremenda voz, cantando su versión original en su idioma nativo, considerando que el compositor islandés al empezar a ganar fama decidió rehacer su primer álbum en inglés. La presentación sigue mientras Ásgeir despliega sus habilidades como interprete, cantando Vađandi þurrt mientras juega con teclas y botones que dan vida a canciones como esta, que si bien muchas veces no entendemos nada, nos cautivan. Así, luego vuelve a su pasado para tocar su clásico Heimförin (Going Home), de su primer disco, y luego Hringsól, una un poco más moderna pero con la misma vibra.
Antes de irse despidiendo del gran público que lo acompañó, y dar paso a Eivør, Ásgeir también nos adelanta otro tema inédito, Sugar Clouds, presente en su próximo álbum, pudiendo disfrutar una canción que aun es inencontrable en las redes. Tocando una última canción para cerrar, damos paso a una pequeña espera que prepara al evento principal de la noche.
Eivør Pálsdóttir, la reconocida artista y anfitriona de este ritual, dio a conocer su talento con su primer disco llamado bajo su propio nombre en el año 2000, desde ahí llegando a 10 discos de solista, además de colaboraciones varias con otros artistas y para bandas sonoras, alcanzando hoy una fama reconocida por su hermosa voz, junto con su particular performance sobre el escenario, que sin dejar su dulzura nos da escalofriantes momentos ritualescos. Así, la cantante feroesa nos dio la bienvenida con Jarđartrá, título presente en su último lanzamiento Enn (2024) en una buena introducción a su propuesta, oscura pero bella. Salt, Gullspunnin, e Í Tokuni fueron las que dieron avance al show, entre tambores ritualescos otorgados por su interpretación del Bodhrán, sus característicos ruidos guturales acompañados de una coreografía que pareciera ser la antesala de un sacrificio, quizás, el de nuestra vida antes de ver el show. A continuación, la cantante hace mención a sus colaboraciones en la música de películas y series, como es el caso de una de las más famosas en las cuales ha participado con su increíble talento, siendo esta The Last Kingdom, de la cual todos quienes la vimos recordamos su banda sonora. En homenaje a esta serie, Eivør nos entrega Lívstræđrir, junto al tema central de The Last Kingdom, para luego interpretar Hymn 49, conectando a todos los fanáticos de la serie con su música y presencia sobre el escenario.
Avanzando el show, y ya entrando en calor con una variada oferta sonora, suena Let It Come, una canción que se aleja en parte de la estética folk nórdica, donde, si bien toma elementos, se enfoca más en la electrónica y el pop, nunca dejando el sello Eivør. Boxes sigue un poco en la misma línea, mostrando esa faceta particular de la artista feroesa, destacando su voz y su personalidad puesta en ella. So Close to Being Free nos entremezcla entre lo pagano y lo mundano, pero uno de los momentos que a muchos nos hizo aplaudir fue el cover de Us and Them, famosa canción de Pink Floyd, para la cual llamó a su compañero de gira Ásgeir al escenario para complementar esta joya de la historia.
Durante todo el show destaca el humor y la buena onda de Eivør, quien bromeó constantemente e interactuó con el público en todo momento, acercándose y logrando esa conexión, muy humana, inspiradora de calma. La presentación así sigue hacia su recta final con Enn, y acto seguido continuan las visitas al escenario, invocando y agradeciendo a su hermana Elinborg a cantar junto a ella Upp Úr Øskuni (también de su último lanzamiento), y salir luego del escenario (pero solo temporalmente) con Trøllabundin, clásico del disco Slør de 2015 en su versión feroesa.
Como siempre, el público de Razzmatazz a punta de aplausos pedía más, lo que llegaría con una sorpresa inédita en la gira, donde la cantante decide tocar Famous Blue Raincoat de Leonard Cohen, y dedicarla a un amigo cercano. Una emocionante interpretación nos removió completamente dejándonos helados, despidiéndose finalmente con la hermosa Falling Free, dejándo nuestra piel de gallina y moviendo nuestras manos para hacer el clásico sonido de agradecimiento, yéndose Eivør, Ásgeir y Elinborg en un mar de nuestros aplausos.













