

El pasado martes acudimos en masa al Wizink, en su versión abierta, para ver a los señores de Scorpions, estos “puretas” del rock están mayores, pero su entrega no se puede discutir para ofrecernos un show espectacular.
Para abrir, Phil Campbell & the Bastard Sons entraron puntuales al escenario. Con un concierto de solo 6 temas, se me pasó fugaz, soltaron altas dosis de rock clásico, así como dos temas de Motörhead, Born to raise hell y Ace of Spades, que sirvieron para calentar al público presente, no mucho, ya que la mayoría estaba apurando las cervezas en los alrededores. Buena actuación de Phil y sus hijos en lo sonoro e iluminación así como la entrega de los miembros, con mucha energía y gestos para el público.
También puntuales arrancaron los alemanes de Scorpions, primero entro Klaus Meine (Voz) iluminado por un haz de luz blanca, lento caminar, micro en mano, se situó en el centro para cantar el tema y dejando claro que a pesar de su avanzada edad conserva la voz que le hizo tan famoso, con el cambio de ritmo entraron el resto de miembros, Mikkey Dee (batería) espectacular en ritmo, fuerza y energía, no paró de sacudir la cabeza y levantar los brazos, dota a Scorpions de una batería que les hace sonar más pesados y potentes; Matthias Jabs (guitarra) espectacular en la técnica y carisma, Rudolf Schenker (guitarra y coros) sobresaliente también en lo musical y sobresaliente en energía y entrega, qué increíble despliegue para su edad, qué manera de arrancar ovaciones entre el público; Paweł Mąciwoda (bajo) entregadísimo en las 4 cuerdas con su habitual melena blanca, un seguro de constancia en la rítmica.
La banda sigue en forma y sobre el escenario vive una eterna juventud, su set de 18 canciones les acredita. Mezcló canciones del excelente “Rock Believer” con algunos de sus grandes clásicos como “Make It Real”, “Bad Boys Running Wild”, “Tease Me Please Me” y “Blackout”. No hubo tiempo para respirar, ya que estos rockeros alemanes pisaron el acelerador a fondo hasta el final, convirtiendo la noche en otra visita memorable a Madrid. Qué se puede decir de sus clásicos, cuántas himnos del rock tiene Scorpions, quién no ama cantar “Send Me an Angel”, “Big City Nights” o “Still Loving You”, espectacular escuchar al Wizink al unísono, nostálgico y roquero. Como siempre, un concierto de Scorpions no está completo sin el éxito del rock and roll “Rock You Like a Hurricane”, y no importaba si se trataba de un niño pequeño o de una señora de 75 años, todos los asistentes a su concierto, bailaron y levantaron los puños al aire durante toda la canción, terminando con una ovación de pie ensordecedora.
Un concierto con un sonido espectacular, luces de alto nivel, fondos de una producción extraordinaria, una banda profesional y temas clásicos que nunca desaparecerán. En suma, un espectáculo redondo de los Señores de Scorpions.


El pasado martes acudimos en masa al Wizink, en su versión abierta, para ver a los señores de Scorpions, estos “puretas” del rock están mayores, pero su entrega no se puede discutir para ofrecernos un show espectacular.
Para abrir, Phil Campbell & the Bastard Sons entraron puntuales al escenario. Con un concierto de solo 6 temas, se me pasó fugaz, soltaron altas dosis de rock clásico, así como dos temas de Motörhead, Born to raise hell y Ace of Spades, que sirvieron para calentar al público presente, no mucho, ya que la mayoría estaba apurando las cervezas en los alrededores. Buena actuación de Phil y sus hijos en lo sonoro e iluminación así como la entrega de los miembros, con mucha energía y gestos para el público.
También puntuales arrancaron los alemanes de Scorpions, primero entro Klaus Meine (Voz) iluminado por un haz de luz blanca, lento caminar, micro en mano, se situó en el centro para cantar el tema y dejando claro que a pesar de su avanzada edad conserva la voz que le hizo tan famoso, con el cambio de ritmo entraron el resto de miembros, Mikkey Dee (batería) espectacular en ritmo, fuerza y energía, no paró de sacudir la cabeza y levantar los brazos, dota a Scorpions de una batería que les hace sonar más pesados y potentes; Matthias Jabs (guitarra) espectacular en la técnica y carisma, Rudolf Schenker (guitarra y coros) sobresaliente también en lo musical y sobresaliente en energía y entrega, qué increíble despliegue para su edad, qué manera de arrancar ovaciones entre el público; Paweł Mąciwoda (bajo) entregadísimo en las 4 cuerdas con su habitual melena blanca, un seguro de constancia en la rítmica.
La banda sigue en forma y sobre el escenario vive una eterna juventud, su set de 18 canciones les acredita. Mezcló canciones del excelente “Rock Believer” con algunos de sus grandes clásicos como “Make It Real”, “Bad Boys Running Wild”, “Tease Me Please Me” y “Blackout”. No hubo tiempo para respirar, ya que estos rockeros alemanes pisaron el acelerador a fondo hasta el final, convirtiendo la noche en otra visita memorable a Madrid. Qué se puede decir de sus clásicos, cuántas himnos del rock tiene Scorpions, quién no ama cantar “Send Me an Angel”, “Big City Nights” o “Still Loving You”, espectacular escuchar al Wizink al unísono, nostálgico y roquero. Como siempre, un concierto de Scorpions no está completo sin el éxito del rock and roll “Rock You Like a Hurricane”, y no importaba si se trataba de un niño pequeño o de una señora de 75 años, todos los asistentes a su concierto, bailaron y levantaron los puños al aire durante toda la canción, terminando con una ovación de pie ensordecedora.
Un concierto con un sonido espectacular, luces de alto nivel, fondos de una producción extraordinaria, una banda profesional y temas clásicos que nunca desaparecerán. En suma, un espectáculo redondo de los Señores de Scorpions.