Nuevo EP de esta ascendente banda austríaca de post metal liderada por Tim Primbs, quien se ocupa de las voces limpias, las guitarras, los sintetizadores, es el principal compositor de la música y el escritor de las letras, y además, es el encargado del arte visual del proyecto. Al momento de grabar el EP, el resto de los integrantes eran Everett Wing (voz gutural), Jan Slonski (guitarra, sintetizador y composición adicional), David Drexler (bajo) y Ernesto Trejo (batería). La grabación fue llevada a cabo en distintos estudios de Austria y Estados Unidos, mientras la mezcla y masterización fueron realizadas en el país norteamericano por Will Benoit, quien ha trabajado con bandas como Junius y Caspian, y ya viene haciéndolo con BOG hace tiempo.
Actualmente, la formación de BOG (muy cambiante desde sus inicios) se completa con Markus Langer (voz gutural), Jan Slonski (guitarra y sintetizador), David Wilczkowski (bajo) y Philip Poigner (batería). En sus momentos más pesados, la música del grupo tiene reminiscencias de Cult Of Luna, solo por dar una referencia, aunque con mayor presencia de pasajes instrumentales de sonoridad post rock y algunos ecos que recuerdan a Tool o A Perfect Circle. El excelente disco anterior, “Unshriven” (2017) fue una demostración cabal de esta característica.
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“Remission” es una obra que sigue la veta del mencionado álbum, aunque tiene tracks más extensos, ninguno instrumental, y como obra es, en general, un poco menos pesada, pero quizás más personal e intensa desde el punto de vista sentimental. Tiene un contenido emocional muy potente para Primbs, en especial el primer track y single, “Dead End”, que tuvo un videoclip de gran calidad visual. La canción lo tiene a él mismo a cargo de la voz (con un timbre similar al de Maynard James Keenan) excepto en el estribillo (gritado como se estila en el género). La letra explora la vivencia que atravesó con la enfermedad y fallecimiento de su padre y luego una experiencia cercana a la muerte propia. Las líneas de guitarra están muy bien elaboradas, incluyendo riffs y melodías realmente cautivantes.
“Clenched and the Charred” despliega una fuerza mucho mayor –llegando a la cumbre en el EP- alternada con partes realmente melancólicas. Ya que este trabajo tiene tres pistas, ocupa un lugar central, y dada su extensión, hay tiempo para cambios más que interesantes, que denotan complejidad creativa. La furia de la voz alcanza extremos impresionantes.
La última canción homónima al EP continúa demostrando la calidad en la ejecución de cada instrumento y en la composición de lo que cada uno aporta al conjunto, para dar lugar a una meritoria totalidad emergente. Se incorporan samples vocales a los recursos ya desplegados en el trayecto, los cuales se destacan especialmente hacia el final de esta muy buena obra de una banda que, a esta altura, ya pasó de promesa a realidad digna de atención.
Nuevo EP de esta ascendente banda austríaca de post metal liderada por Tim Primbs, quien se ocupa de las voces limpias, las guitarras, los sintetizadores, es el principal compositor de la música y el escritor de las letras, y además, es el encargado del arte visual del proyecto. Al momento de grabar el EP, el resto de los integrantes eran Everett Wing (voz gutural), Jan Slonski (guitarra, sintetizador y composición adicional), David Drexler (bajo) y Ernesto Trejo (batería). La grabación fue llevada a cabo en distintos estudios de Austria y Estados Unidos, mientras la mezcla y masterización fueron realizadas en el país norteamericano por Will Benoit, quien ha trabajado con bandas como Junius y Caspian, y ya viene haciéndolo con BOG hace tiempo.
Actualmente, la formación de BOG (muy cambiante desde sus inicios) se completa con Markus Langer (voz gutural), Jan Slonski (guitarra y sintetizador), David Wilczkowski (bajo) y Philip Poigner (batería). En sus momentos más pesados, la música del grupo tiene reminiscencias de Cult Of Luna, solo por dar una referencia, aunque con mayor presencia de pasajes instrumentales de sonoridad post rock y algunos ecos que recuerdan a Tool o A Perfect Circle. El excelente disco anterior, “Unshriven” (2017) fue una demostración cabal de esta característica.
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“Remission” es una obra que sigue la veta del mencionado álbum, aunque tiene tracks más extensos, ninguno instrumental, y como obra es, en general, un poco menos pesada, pero quizás más personal e intensa desde el punto de vista sentimental. Tiene un contenido emocional muy potente para Primbs, en especial el primer track y single, “Dead End”, que tuvo un videoclip de gran calidad visual. La canción lo tiene a él mismo a cargo de la voz (con un timbre similar al de Maynard James Keenan) excepto en el estribillo (gritado como se estila en el género). La letra explora la vivencia que atravesó con la enfermedad y fallecimiento de su padre y luego una experiencia cercana a la muerte propia. Las líneas de guitarra están muy bien elaboradas, incluyendo riffs y melodías realmente cautivantes.
“Clenched and the Charred” despliega una fuerza mucho mayor –llegando a la cumbre en el EP- alternada con partes realmente melancólicas. Ya que este trabajo tiene tres pistas, ocupa un lugar central, y dada su extensión, hay tiempo para cambios más que interesantes, que denotan complejidad creativa. La furia de la voz alcanza extremos impresionantes.
La última canción homónima al EP continúa demostrando la calidad en la ejecución de cada instrumento y en la composición de lo que cada uno aporta al conjunto, para dar lugar a una meritoria totalidad emergente. Se incorporan samples vocales a los recursos ya desplegados en el trayecto, los cuales se destacan especialmente hacia el final de esta muy buena obra de una banda que, a esta altura, ya pasó de promesa a realidad digna de atención.