

Texto y Fotografías: Suso Pardal
El pasado 28 de marzo, la sala 16 Toneladas de Valencia se transformó en un auténtico refugio para los amantes del metal en una noche marcada por el viento y el frío. Lo que prometía ser un concierto más se convirtió en una experiencia intensa con tres actuaciones que hicieron vibrar hasta los cimientos del local y calentaron el ambiente desde el primer acorde.
Los encargados de abrir fuego fueron los albaceteños No Drop for Us, que, pese a un leve retraso en el inicio y la ausencia de su bajista, ofrecieron un directo sólido que dejó claro por qué siguen en activo tras más de dos décadas. Con una sala ya prácticamente llena, y con buena parte del público luciendo camisetas de la banda, el ambiente era casi familiar, como si tocaran en casa.
Su setlist incluyó temas de su más reciente trabajo, Antesis, como “Delirios”, “Lienzos” y “Frágil”, junto con cortes anteriores en inglés. La banda demostró solvencia, entrega y una energía que conectó de inmediato con una audiencia que no necesitó calentamiento previo para entregarse al show.
Tras una merecida pausa para tomar aire y secarse el sudor, el escenario se preparó para recibir a Ella la Rabia, una propuesta que va mucho más allá del metal convencional. Los canarios ofrecieron un directo que fue una auténtica experiencia sensorial, en la que la contundencia de los riffs se fusionó con el folclore de su tierra natal para dar forma a un sonido tan particular como poderoso.
Desde los primeros compases de “Valenta”, seguidos por “MMXX” y “La huella”, la atmósfera se volvió hipnótica. Cada tema sumergía al público en una montaña rusa emocional, culminando en “Yruene”, una de esas canciones que se quedan flotando en el aire mucho después de haber terminado. La banda cerró con “Cumbre nueva” y “Magma”, dejando un poso de emoción y asombro colectivo.
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El clímax de la noche llegó con Bolu2 Death, que irrumpió en el escenario acompañados de una intro electrónica que anunciaba el inicio de “La Espina”. Desde ese instante, la sala se convirtió en un torbellino de saltos, pogos y headbanging. La sorpresa de la noche fue la participación de Martín, guitarrista de No Drop for Us, quien se sumó a la banda tras aprenderse el repertorio en apenas un mes. Su ejecución fue impecable, como si llevara años tocando con ellos.
El repertorio de Bolu2 Death no dio tregua: “Flores” y “Somos el fuego” elevaron aún más la temperatura, mientras que su potente versión de “Pienso en tu mirá”, de Rosalía, provocó una avalancha de emociones entre el público. Con “La tempestad” y “Dystopia” sacudieron los últimos alientos de energía de una audiencia incansable. Y para cerrar, “Dance-core party” desató el caos más festivo, una explosión de locura y catarsis que coronó la noche por todo lo alto.
El 16 Toneladas vivió una velada de metal en estado puro, con tres bandas que brillaron sobre el escenario y un público entregado que respondió con pasión. Una noche para recordar y una muestra del excelente momento que vive la escena metalera nacional.


Texto y Fotografías: Suso Pardal
El pasado 28 de marzo, la sala 16 Toneladas de Valencia se transformó en un auténtico refugio para los amantes del metal en una noche marcada por el viento y el frío. Lo que prometía ser un concierto más se convirtió en una experiencia intensa con tres actuaciones que hicieron vibrar hasta los cimientos del local y calentaron el ambiente desde el primer acorde.
Los encargados de abrir fuego fueron los albaceteños No Drop for Us, que, pese a un leve retraso en el inicio y la ausencia de su bajista, ofrecieron un directo sólido que dejó claro por qué siguen en activo tras más de dos décadas. Con una sala ya prácticamente llena, y con buena parte del público luciendo camisetas de la banda, el ambiente era casi familiar, como si tocaran en casa.
Su setlist incluyó temas de su más reciente trabajo, Antesis, como “Delirios”, “Lienzos” y “Frágil”, junto con cortes anteriores en inglés. La banda demostró solvencia, entrega y una energía que conectó de inmediato con una audiencia que no necesitó calentamiento previo para entregarse al show.
Tras una merecida pausa para tomar aire y secarse el sudor, el escenario se preparó para recibir a Ella la Rabia, una propuesta que va mucho más allá del metal convencional. Los canarios ofrecieron un directo que fue una auténtica experiencia sensorial, en la que la contundencia de los riffs se fusionó con el folclore de su tierra natal para dar forma a un sonido tan particular como poderoso.
Desde los primeros compases de “Valenta”, seguidos por “MMXX” y “La huella”, la atmósfera se volvió hipnótica. Cada tema sumergía al público en una montaña rusa emocional, culminando en “Yruene”, una de esas canciones que se quedan flotando en el aire mucho después de haber terminado. La banda cerró con “Cumbre nueva” y “Magma”, dejando un poso de emoción y asombro colectivo.
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El repertorio de Bolu2 Death no dio tregua: “Flores” y “Somos el fuego” elevaron aún más la temperatura, mientras que su potente versión de “Pienso en tu mirá”, de Rosalía, provocó una avalancha de emociones entre el público. Con “La tempestad” y “Dystopia” sacudieron los últimos alientos de energía de una audiencia incansable. Y para cerrar, “Dance-core party” desató el caos más festivo, una explosión de locura y catarsis que coronó la noche por todo lo alto.
El 16 Toneladas vivió una velada de metal en estado puro, con tres bandas que brillaron sobre el escenario y un público entregado que respondió con pasión. Una noche para recordar y una muestra del excelente momento que vive la escena metalera nacional.