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![Buzzcocks en Barcelona: “Una tensión diferente” thumb image](https://tracktohell.com/wp-content/uploads/2023/12/Buzzcocks-9.jpeg)
Las dudas de que veríamos a los mancunianos Buzzcocks sin su legendario vocalista Pete Shelley (fallecido en Estonia el 6 de diciembre de 2018) hacían mella en los fanáticos de la banda. ¿Qué serían capaces de entregar en directo? El bajista Steve Diggle tomaría el relevo en la faena de cantante y guitarrista acompañado por otro miembro fundador Danny Farrant (batería), tienen una ardua tarea de defender el cancionero de estos pioneros del punk 77 acompañados por Chris Remington en el bajo y el Mani Perazzoli en guitarra.
Una sala a medio gas nos recibió con una apropiada pinchada de himnos del punk emanada desde la mesa de sonido, las dudas se disiparon minutos más tarde al arribar al escenario Diggle y compañía atacando al inconsciente colectivo con “What Do I Get” para romper el hielo de la duda apoyados por la publicación de material nuevo “Sonics in The Soul” (2022) del cual extraen “Sense Out Of Control” el guitarreo forma parte de su ADN y una tonalidad de voz muy parecida a su antecesor la convierten en sonido atemporal.
El disfrute es total de la audiencia condescendiente con esta nueva reencarnación como banda interpretando clásicos “Fast Cars” no es la excepción y Mani siendo arropado por unas féminas que danzaban al ritmo de sus riffs en las primeras filas que más tarde compartiría cigarros y conversación al terminar el concierto. En una constante volverían a versionar canciones antiguas, la actitud transgresora de la primera época que dio un giro más pop a sus inicios punk no por nada son reivindicados por bandas como Green Day, Offspring, los extintos Nirvana o The Libertines.
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“I Don’t Mind”, con su sonido punk sin filtros, o “Sick City Sometimes”, que los trajo de vuelta al panorama en 2003 con su alineación original. El concierto transcurre ya con una buena entrada que propicia a la fiesta del rock primal con pogos, saltos y cerveza en mano “Autonomy” un rescate de su colección de singles perdidos que vieron la luz años más tarde.
Un rasgueo de guitarra da cuerda al entusiasta bajista reconvertido en maestro de ceremonias a seguir con la diversión “Why Can’t I Touch It”. Una línea de bajo densa con todo el groove pone a todos en modo trance bailable que disminuye de intensidad en las composiciones nuevas “Third Dimension”, “Destination Zero” para volver a retomar el vuelo con otro éxito “Orgasm Addict” (originalmente lanzado como un sencillo que fue censurado por la todopoderosa BBC) volvió el alma del punk en la pista de baile que fue coreada a rabiar por adolescentes y veteranos de aquellos maravillosos ochentas “Promises” prolongó el bailoteo del medio millar presentes en este viaje al sonido de finales de los setenta.
Se despiden con otra canción nueva: “Manchester Rain”, un homenaje a las tierras que los vio crecer como banda. Los bises obligados los haría volver a escena con más material reciente “Just Got To Let It Go” y “Chasing Rainbows/Modern Times” que siguen manteniendo la sustancia punk añejada con un toque mod. El momento más alto de la noche es “Ever Fallen In Love (With Someone You Shouldn’t’ve)” canción insigne de la banda radiada por medio mundo y que puso a bailar y corear este himno de la filosofía punk y que fueron ignorados en su época, pero hoy en día forman parte de la historia del rock and roll y darán guerra hasta el final de sus días.
Una extensa versión de “Harmony In My Head” es la despedida de los ingleses (según la leyenda, al ver a Sex Pistols en Manchester decidieron formar Buzzcocks) que no dejaron de sonreír a esta especie sobrevivientes del punk77, haciendo lo que saben hacer tocar rock de guitarras a todo volumen y no morir en el intento, de seguro Shelley los seguirá guiando desde el más allá.
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Una sala a medio gas nos recibió con una apropiada pinchada de himnos del punk emanada desde la mesa de sonido, las dudas se disiparon minutos más tarde al arribar al escenario Diggle y compañía atacando al inconsciente colectivo con “What Do I Get” para romper el hielo de la duda apoyados por la publicación de material nuevo “Sonics in The Soul” (2022) del cual extraen “Sense Out Of Control” el guitarreo forma parte de su ADN y una tonalidad de voz muy parecida a su antecesor la convierten en sonido atemporal.
El disfrute es total de la audiencia condescendiente con esta nueva reencarnación como banda interpretando clásicos “Fast Cars” no es la excepción y Mani siendo arropado por unas féminas que danzaban al ritmo de sus riffs en las primeras filas que más tarde compartiría cigarros y conversación al terminar el concierto. En una constante volverían a versionar canciones antiguas, la actitud transgresora de la primera época que dio un giro más pop a sus inicios punk no por nada son reivindicados por bandas como Green Day, Offspring, los extintos Nirvana o The Libertines.
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“I Don’t Mind”, con su sonido punk sin filtros, o “Sick City Sometimes”, que los trajo de vuelta al panorama en 2003 con su alineación original. El concierto transcurre ya con una buena entrada que propicia a la fiesta del rock primal con pogos, saltos y cerveza en mano “Autonomy” un rescate de su colección de singles perdidos que vieron la luz años más tarde.
Un rasgueo de guitarra da cuerda al entusiasta bajista reconvertido en maestro de ceremonias a seguir con la diversión “Why Can’t I Touch It”. Una línea de bajo densa con todo el groove pone a todos en modo trance bailable que disminuye de intensidad en las composiciones nuevas “Third Dimension”, “Destination Zero” para volver a retomar el vuelo con otro éxito “Orgasm Addict” (originalmente lanzado como un sencillo que fue censurado por la todopoderosa BBC) volvió el alma del punk en la pista de baile que fue coreada a rabiar por adolescentes y veteranos de aquellos maravillosos ochentas “Promises” prolongó el bailoteo del medio millar presentes en este viaje al sonido de finales de los setenta.
Se despiden con otra canción nueva: “Manchester Rain”, un homenaje a las tierras que los vio crecer como banda. Los bises obligados los haría volver a escena con más material reciente “Just Got To Let It Go” y “Chasing Rainbows/Modern Times” que siguen manteniendo la sustancia punk añejada con un toque mod. El momento más alto de la noche es “Ever Fallen In Love (With Someone You Shouldn’t’ve)” canción insigne de la banda radiada por medio mundo y que puso a bailar y corear este himno de la filosofía punk y que fueron ignorados en su época, pero hoy en día forman parte de la historia del rock and roll y darán guerra hasta el final de sus días.
Una extensa versión de “Harmony In My Head” es la despedida de los ingleses (según la leyenda, al ver a Sex Pistols en Manchester decidieron formar Buzzcocks) que no dejaron de sonreír a esta especie sobrevivientes del punk77, haciendo lo que saben hacer tocar rock de guitarras a todo volumen y no morir en el intento, de seguro Shelley los seguirá guiando desde el más allá.