Después de tan solo un par de horas de sueño, el cuerpo magullado y un zumbido en el cerebro, los asistentes al festival se preparaban para un nuevo día con guacamayas y micheladas antes de aventurarse al recinto de la Feria para arrancar al mediodía con el thrash bilingüe de Piraña seguido por el death progresivo de los leonenses Dies Irae, cuya presentación fue una de las más comentadas entre los asistentes más veteranos del evento, destacando el virtuosismo de la batería y el feeling de las composiciones.
De nuevo y sin contratiempos, la tarde dio paso a los tijuanenses de Infernal Conjuration con uno de los sonidos más malignos del festival, interpretando su frenética y atmosférica versión del death metal. Más tarde Mordskog, una de las agrupaciones de black metal más representativas del país y recién llegados de Europa, cautivaron al público con un show teatral y ritualístico, que nos da una muestra de lo importante que se está convirtiendo este estilo en la escena nacional.
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Para cuando Night Demon, esta agrupación de heavy californiana se hizo con el escenario, el festival comenzaba a robustecer sus filas, ignorando por completo el calor abrasador del sol de León, destacando su cover de “Wasted Years” de Iron Maiden, mismo que avivó los fuegos entre la multitud y abriendo la jauría de bandas internacionales.
Con un death metal técnico a la vez que atmosférico, Blood Incantation retrató la confusión y la locura de un universo incomprensible, multidimensional y fractal. Esta banda norteamericana ha sabido abrirse paso entre la comunidad metalera de México y consagrarse como un nuevo clásico digno de tomar la batuta del death más conceptual y virtuoso.
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El segundo toque de heavy metal más clásico del día vino por parte de Cirith Ungol, aunque quizás esta haya sido la adición al cartel más débil y confusa de las jornadas, quizás más por su colocación entre Blood Incantation y Midnight, quienes a propósito, sin duda se llevaron el puesto del show mejor llevado y cautivador del festival, enloqueciendo al público y haciéndolo corear más que nadie con su black & roll liberador y satánico. Cimentando su estatus como las verdaderas majestades satánicas del Candelabrum, su líder Athenar coronó sus apenas 45 minutos de presentación con una escena digna del Monterey Pop Festival, destrozando su bajo contra el escenario y arrojando los pedazos al pit.
Siendo parte de la primera generación de bandas firmadas por el legendario sello de Euronymous, Deathlike Silence, los japoneses Sigh (con un line-up reducido para la ocasión) trabajaron su set a guitarra, bajo, batería y secuencias. Con un black metal tanto desgarrador como experimental, en su primera visita a nuestro país se hizo notar el gran séquito que coreó sin parar el nombre de la banda.
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Con el sol ya casi por esconderse y este corresponsal apenas sintiendo el alivio de la betametasona, el óxido de zinc y el talco para bebé en la descarnada área de las ingles, Sadistic Intent ofreció el que probablemente fue el show más violento y opresivo de todas las bandas. Sin hacer uso exagerado de virtuosismo en el escenario (al menos no más del necesario), la combinación entre blast beats y un fuerte énfasis en los riffs, despertó la ira contenida de los asistentes, traducido en un clamor acelerado y tronador.
Con la oscuridad de la noche se aproximaron los verdaderos pesos pesados de la segunda velada, abriendo con las absolutas leyendas de Candlemass aportando uno de los mejores shows musicales que este humilde corresponsal ha presenciado. Poco se puede decir esta importantísima banda sueca, quienes sin duda cambiaron el curso de la música obscura influenciando a bandas como Mayhem y popularizando el epic doom y doom metal en general. No cabe duda de que los años no han hecho una mella importante en las capacidades de esta agrupación, destacando la pulcritud y elegancia de la ejecución y la increíble voz de Johan Längquist.
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Con la luna en cuarto creciente adornando el escenario como si supiera cuál banda es la que está por presenciarse dio comienzo el acto de Moonspell, sin duda la banda portuguesa más amada en México. Con un show un poco más austero de lo que estamos acostumbrados, aunque no por eso menos impactante, este quinteto liderado por Fernando Ribeiro nos mostró el especial vínculo que tiene con su público mexicano, de hecho anunciando gira por nuestro país justo un día después del término del festival.
Finalmente, aporreados pero emocionados, el público se preparó para ofrecer sus últimas energías de la noche para recibir a Overkill, la famosa banda de thrash americano que encabezó el cartel final de esta primera edición. A pesar de que parece que Bobby “Blitz” no se encuentra del todo bien de salud, teniendo que refugiarse entre estrofa y estrofa detrás de la pared de Marshalls de su escenario, esto no dejó que afectara aunque sea un poco en su retorcida interpretación vocal (una de las más reconocibles y extraños en el metal). Apoyándose en la destacada participación de su banda, estos veteranos totales de la música extrema dejaron todo en el escenario para dar por finalizado uno de los eventos más satisfactorios del año.
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Con una paca de playeras sobre el hombre, un vaso de cerveza en la mano y un cigarro entre los dedos, los asistentes nos dirigimos lentos y contentos hacia las puertas del recinto para dirigirnos a pasar la última noche de descanso (o destrucción) en León. Por dentro, un letrero con el diseño del festival se podía leer: “Nos vemos en 2023”, predicción que augura una nueva era en los festivales de metal mexicano, con eventos cada vez mejor curados y enfocados no solo al común denominador dentro de la música pesada, sino a aquellos que gozan de las propuestas más heterogéneas y poco conocidas de este intenso género.
Etiquetas: Blood Incantation, candelabrum metal fest, Candlemass, Cirith Ungol, Dies Irae, Guanajuato, Infernal Conjuration, leon, mexico, Midnight, Moonspell, Mordskog, Night Demon, Over Kill, Piraña, Sadistic Intent, Sigh, Velaria de la Feria
Después de tan solo un par de horas de sueño, el cuerpo magullado y un zumbido en el cerebro, los asistentes al festival se preparaban para un nuevo día con guacamayas y micheladas antes de aventurarse al recinto de la Feria para arrancar al mediodía con el thrash bilingüe de Piraña seguido por el death progresivo de los leonenses Dies Irae, cuya presentación fue una de las más comentadas entre los asistentes más veteranos del evento, destacando el virtuosismo de la batería y el feeling de las composiciones.
De nuevo y sin contratiempos, la tarde dio paso a los tijuanenses de Infernal Conjuration con uno de los sonidos más malignos del festival, interpretando su frenética y atmosférica versión del death metal. Más tarde Mordskog, una de las agrupaciones de black metal más representativas del país y recién llegados de Europa, cautivaron al público con un show teatral y ritualístico, que nos da una muestra de lo importante que se está convirtiendo este estilo en la escena nacional.
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Para cuando Night Demon, esta agrupación de heavy californiana se hizo con el escenario, el festival comenzaba a robustecer sus filas, ignorando por completo el calor abrasador del sol de León, destacando su cover de “Wasted Years” de Iron Maiden, mismo que avivó los fuegos entre la multitud y abriendo la jauría de bandas internacionales.
Con un death metal técnico a la vez que atmosférico, Blood Incantation retrató la confusión y la locura de un universo incomprensible, multidimensional y fractal. Esta banda norteamericana ha sabido abrirse paso entre la comunidad metalera de México y consagrarse como un nuevo clásico digno de tomar la batuta del death más conceptual y virtuoso.
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El segundo toque de heavy metal más clásico del día vino por parte de Cirith Ungol, aunque quizás esta haya sido la adición al cartel más débil y confusa de las jornadas, quizás más por su colocación entre Blood Incantation y Midnight, quienes a propósito, sin duda se llevaron el puesto del show mejor llevado y cautivador del festival, enloqueciendo al público y haciéndolo corear más que nadie con su black & roll liberador y satánico. Cimentando su estatus como las verdaderas majestades satánicas del Candelabrum, su líder Athenar coronó sus apenas 45 minutos de presentación con una escena digna del Monterey Pop Festival, destrozando su bajo contra el escenario y arrojando los pedazos al pit.
Siendo parte de la primera generación de bandas firmadas por el legendario sello de Euronymous, Deathlike Silence, los japoneses Sigh (con un line-up reducido para la ocasión) trabajaron su set a guitarra, bajo, batería y secuencias. Con un black metal tanto desgarrador como experimental, en su primera visita a nuestro país se hizo notar el gran séquito que coreó sin parar el nombre de la banda.
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Con el sol ya casi por esconderse y este corresponsal apenas sintiendo el alivio de la betametasona, el óxido de zinc y el talco para bebé en la descarnada área de las ingles, Sadistic Intent ofreció el que probablemente fue el show más violento y opresivo de todas las bandas. Sin hacer uso exagerado de virtuosismo en el escenario (al menos no más del necesario), la combinación entre blast beats y un fuerte énfasis en los riffs, despertó la ira contenida de los asistentes, traducido en un clamor acelerado y tronador.
Con la oscuridad de la noche se aproximaron los verdaderos pesos pesados de la segunda velada, abriendo con las absolutas leyendas de Candlemass aportando uno de los mejores shows musicales que este humilde corresponsal ha presenciado. Poco se puede decir esta importantísima banda sueca, quienes sin duda cambiaron el curso de la música obscura influenciando a bandas como Mayhem y popularizando el epic doom y doom metal en general. No cabe duda de que los años no han hecho una mella importante en las capacidades de esta agrupación, destacando la pulcritud y elegancia de la ejecución y la increíble voz de Johan Längquist.
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Con la luna en cuarto creciente adornando el escenario como si supiera cuál banda es la que está por presenciarse dio comienzo el acto de Moonspell, sin duda la banda portuguesa más amada en México. Con un show un poco más austero de lo que estamos acostumbrados, aunque no por eso menos impactante, este quinteto liderado por Fernando Ribeiro nos mostró el especial vínculo que tiene con su público mexicano, de hecho anunciando gira por nuestro país justo un día después del término del festival.
Finalmente, aporreados pero emocionados, el público se preparó para ofrecer sus últimas energías de la noche para recibir a Overkill, la famosa banda de thrash americano que encabezó el cartel final de esta primera edición. A pesar de que parece que Bobby “Blitz” no se encuentra del todo bien de salud, teniendo que refugiarse entre estrofa y estrofa detrás de la pared de Marshalls de su escenario, esto no dejó que afectara aunque sea un poco en su retorcida interpretación vocal (una de las más reconocibles y extraños en el metal). Apoyándose en la destacada participación de su banda, estos veteranos totales de la música extrema dejaron todo en el escenario para dar por finalizado uno de los eventos más satisfactorios del año.
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Etiquetas: Blood Incantation, candelabrum metal fest, Candlemass, Cirith Ungol, Dies Irae, Guanajuato, Infernal Conjuration, leon, mexico, Midnight, Moonspell, Mordskog, Night Demon, Over Kill, Piraña, Sadistic Intent, Sigh, Velaria de la Feria