


El pasado 23 de enero, la sala Razzmatazz 1 de Barcelona fue testigo de una noche cargada de metal extremo que dejó a los asistentes vibrando. La jornada comenzó con la descarga brutal de Rotten Sound, veteranos del grindcore finlandés formados en 1993. Con un escenario envuelto en penumbra y luces bajas que crearon un ambiente casi claustrofóbico, la banda desató una tormenta sonora. La poderosa interpretación de “Self” y “Power” marcó el inicio de su actuación, seguida por la explosión de velocidad y agresión en “Pacify” y “Equality”. El vocalista Keijo Niinimaa, conocido como “G”, entregó una actuación intensa que fue la columna vertebral del show, destacando en momentos como la furiosa “Suburban Bliss” y la aplastante “Renewables”, cerrando con un estallido en “Sharing” y “Salvation”, dejando al público listo para más.
Con una atmósfera ya cargada, Brujería tomó el relevo en lo que fue una actuación marcada por la emotividad y la nostalgia. Esta fue su primera gira desde el fallecimiento de Juan Brujo y Pinche Peach en 2024, y la banda los homenajeó colocando un chaleco y un pañuelo con la bandera mexicana sobre la batería, un gesto que arrancó vítores del público. Arrancaron con la contundente “Brujerizmo”, un clásico que resonó entre los asistentes, para luego desatar la energía de “La migra” y “Colas de rata”, temas que encendieron los ánimos. A pesar del gran apoyo del público, la ausencia de sus miembros fundadores dejó una sensación agridulce en canciones como “Consejos Narcos” y “Pito Wilson”, y aunque interpretaron “Matando Güeros” con su característica agresividad, para algunos el show no alcanzó la misma intensidad que antaño.
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El clímax de la noche llegó con Carcass, pioneros del death metal melódico, quienes demostraron por qué siguen siendo referentes indiscutibles del género. Jeff Walker, con su inconfundible voz y su sólida presencia en el bajo, lideró una actuación impecable, mientras Bill Steer, también miembro fundador, deslumbró con su virtuosismo en la guitarra. Abrieron con la poderosa “Buried Dreams”, haciendo que la sala estallara en euforia, y continuaron con “Kelly’s Meat Emporium”, donde los riffs demoledores hicieron temblar el suelo. Temas como “Incarnated Solvent Abuse” y “No Love Lost” llevaron a los asistentes por un viaje nostálgico a los años dorados del death metal, mientras que piezas más recientes como “Surgical Steel” y “Genital Grinder” mostraron que la banda sigue tan relevante como siempre.
Cada canción de Carcass era recibida con una ovación ensordecedora, y no faltaron momentos emblemáticos como “Exhume to Consume”, donde las voces guturales de Walker se entrelazaron con los solos desgarradores de Steer. La intensidad no bajó en ningún momento, y el público respondió con mosh pits. Para el cierre, la banda eligió “Heartwork”, un final épico que dejó a todos con la piel erizada, consolidando lo que fue una noche histórica para los fanáticos del metal extremo.
En conclusión, la velada fue una demostración del poder y la versatilidad del metal extremo, con Rotten Sound mostrando la brutalidad del grindcore, Brujería rindiendo tributo a sus raíces y Carcass recordándonos por qué son leyendas vivientes.



El pasado 23 de enero, la sala Razzmatazz 1 de Barcelona fue testigo de una noche cargada de metal extremo que dejó a los asistentes vibrando. La jornada comenzó con la descarga brutal de Rotten Sound, veteranos del grindcore finlandés formados en 1993. Con un escenario envuelto en penumbra y luces bajas que crearon un ambiente casi claustrofóbico, la banda desató una tormenta sonora. La poderosa interpretación de “Self” y “Power” marcó el inicio de su actuación, seguida por la explosión de velocidad y agresión en “Pacify” y “Equality”. El vocalista Keijo Niinimaa, conocido como “G”, entregó una actuación intensa que fue la columna vertebral del show, destacando en momentos como la furiosa “Suburban Bliss” y la aplastante “Renewables”, cerrando con un estallido en “Sharing” y “Salvation”, dejando al público listo para más.
Con una atmósfera ya cargada, Brujería tomó el relevo en lo que fue una actuación marcada por la emotividad y la nostalgia. Esta fue su primera gira desde el fallecimiento de Juan Brujo y Pinche Peach en 2024, y la banda los homenajeó colocando un chaleco y un pañuelo con la bandera mexicana sobre la batería, un gesto que arrancó vítores del público. Arrancaron con la contundente “Brujerizmo”, un clásico que resonó entre los asistentes, para luego desatar la energía de “La migra” y “Colas de rata”, temas que encendieron los ánimos. A pesar del gran apoyo del público, la ausencia de sus miembros fundadores dejó una sensación agridulce en canciones como “Consejos Narcos” y “Pito Wilson”, y aunque interpretaron “Matando Güeros” con su característica agresividad, para algunos el show no alcanzó la misma intensidad que antaño.
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Cada canción de Carcass era recibida con una ovación ensordecedora, y no faltaron momentos emblemáticos como “Exhume to Consume”, donde las voces guturales de Walker se entrelazaron con los solos desgarradores de Steer. La intensidad no bajó en ningún momento, y el público respondió con mosh pits. Para el cierre, la banda eligió “Heartwork”, un final épico que dejó a todos con la piel erizada, consolidando lo que fue una noche histórica para los fanáticos del metal extremo.
En conclusión, la velada fue una demostración del poder y la versatilidad del metal extremo, con Rotten Sound mostrando la brutalidad del grindcore, Brujería rindiendo tributo a sus raíces y Carcass recordándonos por qué son leyendas vivientes.