Liturgy es el proyecto de la estadounidense Ravenna Hunt-Hendrix, que crea lo que ella misma denomina “transcendental black metal”, un estilo con una actitud experimental que es funcional a cierta sacralidad, pues forma parte de una propuesta integral que articula música, artes visuales y una teología personal. De hecho, la artista escribió y publicó una suerte de tratado donde explica los fundamentos filosóficos de su música, que se vincula con su propia interpretación de la obra de grandes mentes a lo largo de la historia del pensamiento así como de las escrituras propias de la doctrina cristiana. En este sentido, cabe señalar que tratándose de una mujer trans que toca black metal, difícilmente su lectura de la religión sea ortodoxa, más bien todo lo contrario. Además, está totalmente entrecruzada con sus experiencias subjetivas. Cabe aclarar que Liturgy graba y toca en vivo como banda, más allá del protagonismo de su líder. El grupo se completa con Mario Miron (guitarra), Tia Vincent-Clark (bajo) y Leo Didkovsky (batería).

Este EP de cuatro canciones se presenta como un anticipo del próximo full-length que se titulará “93696” y saldrá el próximo año, aunque ya contamos con un single del mismo nombre. Si esta es la dirección que tendrá el nuevo disco, sin dudas será más que cautivante. El arte de tapa es una de las tantas obras de Hunt-Hendrix, que pueden apreciarse en su cuenta de Instagram.

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De entrada, “93” ya sorprende con una batería en primer plano, de actitud casi ritual. Aparece la percusión melódica, tan frecuente en Liturgy, y luego la guitarra hace un anuncio fenomenal: puede que estemos presenciando una nueva metamorfosis, una etapa en la que hay una primacía de los riffs, no tanto de las melodías generadas con trémolos etéreos en una búsqueda armónica, si bien los mismos emergen ocasionalmente. El bajo también tiene una presencia imponente. La voz es siempre desgarradora.  Luego, “36” sigue explorando el mismo riff, sumando variaciones e intercalando momentos de repetición provocada al estilo DJ. Estas nuevas canciones, sin bien suenan frescas, parecen retomar algo de lo hecho en tracks como “Generation” o “Veins Of God” del disco “Aesthetica” (2011). Hace su ingreso un teclado melancólico, que se entrama con la intensidad emotiva del conjunto. Promediando el trayecto, el ritmo se ralentiza y todo adquiere tintes doom.

“696” (evidentemente hay significados numerológicos, aún sin conocerlos) arranca con un bajo bien al frente, lento, acompañando por la batería. Se incorporan las capas sonoras que emiten la guitarras y los gritos angustiados, en una canción de una armonía sublime. Se presenta el burst beat, que no es lo mismo que el blast beat: para conocer la diferencia hay que leer el texto elaborado por Hunt-Hendrix. Una guitarra acústica da comienzo a “संसार”, donde el canto es limpio y dulce. Hay algunos elementos noise, pero no deja de ser un himno eclesiástico. Se trata de un excelente EP que posee cualidades de totalidad autosuficiente. Una obra más que bienvenida para el público seguidor de la banda o amante del metal vanguardista en general.