Es cuanto menos infrecuente que transcurra más de una semana sin que el equipo de Track to Hell regrese a nuestra añorada segunda morada, la Sala Bóveda. En esta ocasión, nos sumergimos en la crónica de una actuación singular, marcada por razones que desentrañaremos a lo largo de estas líneas. Nos referimos, por supuesto, a los suecos del Diablo Swing Orchestra. Ante un recinto abarrotado, se erigieron como la única presencia en el escenario, desatando un set avasallador compuesto por 21 piezas, entrelazando cambios de instrumentos y un torrente rítmico que perduró durante casi dos horas de concierto.
Con ocho almas sobre las tablas y una ausencia absoluta de los habituales enseres tecnológicos (un fenómeno que, últimamente, se torna cada vez más común), el colectivo inauguró la velada con un irresistiblemente sabroso compás de batería, marcando la entrada con “Guerrilla Laments” de su destacado álbum Pandora’s Piñata, obra que los catapultó a la fama y que constituyó el epicentro de su presentación.
Una vez más, la percusión nos guiaba hacia una nueva composición, pero esta vez con un ritmo más contundente, revelando así “Knucklehugs (Arm Yourself With Love)”, una pieza que confunde con su ritmo heredado de la década de 1930, pero que encuentra en la distorsión de la guitarra su anhelo subyacente.
“A Tap Dancer’s Dilemma” se erigía como el siguiente eslabón, esta vez con la guitarra distorsionada acercándose más a los vientos y el canto del chelista, evocando de manera notoria al querido Les Claypool.
El gracioso e insólito “Saluting the Reckoning” continuaba la sinfonía, siendo el primero de la velada perteneciente a “Swagger & Stroll Down the Rabbit Hole”, su último álbum de 2021, que marcó el comienzo de una fase más intensa del concierto, con canciones casi fusionándose una tras otra, como “Superhero Jagganath” y el imponente “War Painted Valentine”, el descendiente perfecto que podrían haber engendrado Slayer y Fishbone.
Para descender en intensidad, la vocalista Kristin Evegård quedó sola en el escenario con su teclado para ofrecer una versión simple de “Ode to the Innocent”, mientras el resto de la banda se retiraba momentáneamente entre bastidores. El escenario quedó completamente desprovisto después de esa pieza, al tiempo que resonaba la pista introductoria de “Lucy Fears the Morning Star”, pero ya se vislumbraba que la calma no perduraría demasiado…
“Celebremos lo Inevitable” se encargó de reavivar las llamas de la distorsión con una peculiar letra en español (considerando que se trata de un grupo sueco, esto lo vuelve especialmente insólito). Faltaban aún algunos clásicos en el repertorio, y, por supuesto, estaban siendo reservados para el cierre: “Balrog Boogie” y el genial “Vodka Inferno” fueron los artífices de exclamarnos un “Hasta luego, esperamos volver pronto”.
En verdad, la presentación del Diablo Swing Orchestra se reveló como una epifanía, una sorprendente revelación. Se erigió como la prueba científica e irrefutable de que cualquier estilo puede entrelazarse con el metal con total naturalidad.
Es cuanto menos infrecuente que transcurra más de una semana sin que el equipo de Track to Hell regrese a nuestra añorada segunda morada, la Sala Bóveda. En esta ocasión, nos sumergimos en la crónica de una actuación singular, marcada por razones que desentrañaremos a lo largo de estas líneas. Nos referimos, por supuesto, a los suecos del Diablo Swing Orchestra. Ante un recinto abarrotado, se erigieron como la única presencia en el escenario, desatando un set avasallador compuesto por 21 piezas, entrelazando cambios de instrumentos y un torrente rítmico que perduró durante casi dos horas de concierto.
Con ocho almas sobre las tablas y una ausencia absoluta de los habituales enseres tecnológicos (un fenómeno que, últimamente, se torna cada vez más común), el colectivo inauguró la velada con un irresistiblemente sabroso compás de batería, marcando la entrada con “Guerrilla Laments” de su destacado álbum Pandora’s Piñata, obra que los catapultó a la fama y que constituyó el epicentro de su presentación.
Una vez más, la percusión nos guiaba hacia una nueva composición, pero esta vez con un ritmo más contundente, revelando así “Knucklehugs (Arm Yourself With Love)”, una pieza que confunde con su ritmo heredado de la década de 1930, pero que encuentra en la distorsión de la guitarra su anhelo subyacente.
“A Tap Dancer’s Dilemma” se erigía como el siguiente eslabón, esta vez con la guitarra distorsionada acercándose más a los vientos y el canto del chelista, evocando de manera notoria al querido Les Claypool.
El gracioso e insólito “Saluting the Reckoning” continuaba la sinfonía, siendo el primero de la velada perteneciente a “Swagger & Stroll Down the Rabbit Hole”, su último álbum de 2021, que marcó el comienzo de una fase más intensa del concierto, con canciones casi fusionándose una tras otra, como “Superhero Jagganath” y el imponente “War Painted Valentine”, el descendiente perfecto que podrían haber engendrado Slayer y Fishbone.
Para descender en intensidad, la vocalista Kristin Evegård quedó sola en el escenario con su teclado para ofrecer una versión simple de “Ode to the Innocent”, mientras el resto de la banda se retiraba momentáneamente entre bastidores. El escenario quedó completamente desprovisto después de esa pieza, al tiempo que resonaba la pista introductoria de “Lucy Fears the Morning Star”, pero ya se vislumbraba que la calma no perduraría demasiado…
“Celebremos lo Inevitable” se encargó de reavivar las llamas de la distorsión con una peculiar letra en español (considerando que se trata de un grupo sueco, esto lo vuelve especialmente insólito). Faltaban aún algunos clásicos en el repertorio, y, por supuesto, estaban siendo reservados para el cierre: “Balrog Boogie” y el genial “Vodka Inferno” fueron los artífices de exclamarnos un “Hasta luego, esperamos volver pronto”.
En verdad, la presentación del Diablo Swing Orchestra se reveló como una epifanía, una sorprendente revelación. Se erigió como la prueba científica e irrefutable de que cualquier estilo puede entrelazarse con el metal con total naturalidad.