Donuts Hole hace presencia otra vez, esta vez acompañados
Donuts Hole vuelve a pisar su ciudad natal, específicamente en la ya más que conocida Sala Bóveda. La Marina volvió a vibrar de la mano de los barceloneses también acompañados por los valencianos Retrace The Lines y los también autóctonos Your Knife My Back.
Iba a ser una noche un tanto peculiar. Como en puntuales ocasiones, tuvimos más de cuatro fechas celebradas en paralelo, por lo cual la escena se tuvo que dividir. Aún así, una asistencia bastante notoria arroparía la sala, una vez más.
Your Knife My Back o como partir el escenario en dos
Your Knife My Back calentaron el ambiente. Yo creo que demasiado. Incluso, he de admitir que me colé en el moshpit al menos en cada breakdown. Rompedor. Si tengo que describir la perspectiva de la banda desde el escenario, son dos palabras: “patadas voladoras”.
Blue Eyes juntamente con su nuevo sencillo Open The Gates serían los encargados de abrir la noche. El más que puro estilo crudo del Hardcore, combinando riffs pesados con sonidos disonantes y los breakdowns más cargados al estilo de Knocked Loose protagonizarían los primeros compases.
Seguidamente sonaría The Past Is Dead y seguidamente Swallowed by Concrete, la cual daría paso a una colaboración más que esperada. Nos traerían a un invitado más que especial para la sala. Manu Alonso y sus desgarradoras vocales provenientes del mismísimo infierno nos darían una sorpresa interpretando este tema de su EP homónimo. Sumándose a Albert Ortega, los pilares de Bóveda no hicieron más que tambalearse de un lado a otro.
Tras este cameo, sonaría nada menos que Billy No Mates – Counting Worms. Los catalanes interpretarian esta doble versión, más que conocida, de la banda americana ya mencionada anteriormente; Knocked Loose. Las paredes rebotaban y el público (entre ellos yo) no hacía más que liberar toda su adrenalina de manera que el furor subiría como la espuma. Cerrarían este entrante con Saturation y Mountains Of Hunger.
Tiempo de emocionarnos con Retrace The Lines
Pasamos con Retrace The Lines, una agrupación que combina el metalcore con ciertas influencias del post-metal. Estos tomarían el relevo para pasar al siguiente nivel, brindándonos una hora de pura emoción.
Victims, Reasons o Scars nos llevarían por los primeros compases de la actuación, dejando ver abundantes moshpits con sus imponentes breakdowns. Los liderados por Jey Llomb conocerían un nuevo sonido en el escenario gracias a la integración de su nuevo percusionista Garret Brown. El angloparlante supo señalar el rumbo a la perfección mientras que On My Own, Lost Cause y Portraits sellaban esta magnífica velada.
Turno de Donuts Hole, manteniendo el listón en alto
Finalmente, los locales Donuts Hole, que se han podido considerar como uno de los grupos más destacados de metalcore en nuestro país, saltarían a la acción. La locura estaba servida. Encabezados por el gran Ariel Placenti, estos se sintieron como en casa manteniéndose donde se consolidaron en la última ocasión en su ciudad natal.
Serían los más de sesenta minutos de puro orgasmo auditivo narrado al castellano los que nos darían una plácida y cálida noche. La primera dosis proporcionada por Donuts Hole estaba compuesta por grandes composiciones. La Tristeza, Heridas, Ya No Eres Tú o Pequeño Guerrero conseguían darle al público esa inyección de emociones para apaciguarlos.
Sin perder el espíritu del metalcore. La melancolía y el recordar a los nuestros gobernaba. Todo iba sobre ruedas. Como si se tratase de que fuéramos una pequeña familia. Líricas de nostalgia para poner el punto y seguido. Una noche en la que sabíamos que algún día, nos reencontraríamos para volver a vivir esta inolvidable experiencia.
Donuts Hole hace presencia otra vez, esta vez acompañados
Donuts Hole vuelve a pisar su ciudad natal, específicamente en la ya más que conocida Sala Bóveda. La Marina volvió a vibrar de la mano de los barceloneses también acompañados por los valencianos Retrace The Lines y los también autóctonos Your Knife My Back.
Iba a ser una noche un tanto peculiar. Como en puntuales ocasiones, tuvimos más de cuatro fechas celebradas en paralelo, por lo cual la escena se tuvo que dividir. Aún así, una asistencia bastante notoria arroparía la sala, una vez más.
Your Knife My Back o como partir el escenario en dos
Your Knife My Back calentaron el ambiente. Yo creo que demasiado. Incluso, he de admitir que me colé en el moshpit al menos en cada breakdown. Rompedor. Si tengo que describir la perspectiva de la banda desde el escenario, son dos palabras: “patadas voladoras”.
Blue Eyes juntamente con su nuevo sencillo Open The Gates serían los encargados de abrir la noche. El más que puro estilo crudo del Hardcore, combinando riffs pesados con sonidos disonantes y los breakdowns más cargados al estilo de Knocked Loose protagonizarían los primeros compases.
Seguidamente sonaría The Past Is Dead y seguidamente Swallowed by Concrete, la cual daría paso a una colaboración más que esperada. Nos traerían a un invitado más que especial para la sala. Manu Alonso y sus desgarradoras vocales provenientes del mismísimo infierno nos darían una sorpresa interpretando este tema de su EP homónimo. Sumándose a Albert Ortega, los pilares de Bóveda no hicieron más que tambalearse de un lado a otro.
Tras este cameo, sonaría nada menos que Billy No Mates – Counting Worms. Los catalanes interpretarian esta doble versión, más que conocida, de la banda americana ya mencionada anteriormente; Knocked Loose. Las paredes rebotaban y el público (entre ellos yo) no hacía más que liberar toda su adrenalina de manera que el furor subiría como la espuma. Cerrarían este entrante con Saturation y Mountains Of Hunger.
Tiempo de emocionarnos con Retrace The Lines
Pasamos con Retrace The Lines, una agrupación que combina el metalcore con ciertas influencias del post-metal. Estos tomarían el relevo para pasar al siguiente nivel, brindándonos una hora de pura emoción.
Victims, Reasons o Scars nos llevarían por los primeros compases de la actuación, dejando ver abundantes moshpits con sus imponentes breakdowns. Los liderados por Jey Llomb conocerían un nuevo sonido en el escenario gracias a la integración de su nuevo percusionista Garret Brown. El angloparlante supo señalar el rumbo a la perfección mientras que On My Own, Lost Cause y Portraits sellaban esta magnífica velada.
Turno de Donuts Hole, manteniendo el listón en alto
Finalmente, los locales Donuts Hole, que se han podido considerar como uno de los grupos más destacados de metalcore en nuestro país, saltarían a la acción. La locura estaba servida. Encabezados por el gran Ariel Placenti, estos se sintieron como en casa manteniéndose donde se consolidaron en la última ocasión en su ciudad natal.
Serían los más de sesenta minutos de puro orgasmo auditivo narrado al castellano los que nos darían una plácida y cálida noche. La primera dosis proporcionada por Donuts Hole estaba compuesta por grandes composiciones. La Tristeza, Heridas, Ya No Eres Tú o Pequeño Guerrero conseguían darle al público esa inyección de emociones para apaciguarlos.
Sin perder el espíritu del metalcore. La melancolía y el recordar a los nuestros gobernaba. Todo iba sobre ruedas. Como si se tratase de que fuéramos una pequeña familia. Líricas de nostalgia para poner el punto y seguido. Una noche en la que sabíamos que algún día, nos reencontraríamos para volver a vivir esta inolvidable experiencia.