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La legendaria banda inglesa de Essex, Dr. Feelgood, nos visita en una edición vespertina en el extrarradio, concretamente en la estoica Sala Estraperlo. Sin el fallecido Wilko Johnson, la banda sigue adelante, a pesar de no contar con los miembros originales, habiendo forjado un repertorio de más de cuatro décadas. Phil Mitchell al bajo y Kevin Morris en la batería, junto con el regreso de Gordon Russell y sus piruetas en la guitarra, suman al icónico vocalista Robert Kane, quien militó en su época en The Animals, otorgando el sello de garantía para una noche hecha para dar la bienvenida a los hijos del rock and roll. Estos aliados de la noche, nacidos en los pubs ingleses al calor de la cerveza y el rock de guitarras del siglo pasado, aseguran un espectáculo inolvidable.
Vestidos formalmente, dan inicio a una noche de grandes éxitos, comenzando con “Baby Jane” de Otis Clay, donde los afilados riffs adornan el monosílabo del estribillo. Rescataron temas de su época de los setenta, como “All Through The City”, “I Can’t Tell” de Bo Diddley, o “Ninety Nine and a Half (Won’t Do)” del carismático Wilson Pickett. Alta dosis de blues y rock and roll de cantina británica para limar asperezas.
Presentaron nuevo repertorio, como “Mary Ann”, pegadiza y bailable, con un sonido de garaje, guitarra distorsionada, ritmo contundente de batería y una interpretación vocal apasionada por parte de Mr. Russell. También sonó “Damn Right I Do”, aunque facturada hace un par de años, suena indiscutiblemente a Dr. Feelgood. Otro tributo a sus influencias fue “You Don’t Love Me”, de Willie Cobbs, a quien no dejaron de homenajear en los siguientes minutos del show, dándole personalidad propia a cada una de estas joyas.
Otra pincelada de su última producción fue “Keep It Under Cover”, con las llamaradas sónicas de Gordon Russell que mantienen a la banda en forma a pesar de los años en los escenarios. “Roxette” es un clásico del rock, muy apreciada por sus fanáticos, a pesar de que nunca llegó a los charts. Sin embargo, suena como una aplanadora, con la armónica de Robert Kane como protagonista. “Milk & Alcohol”, una oda a las bebidas alcohólicas a base de leche, como el kahlúa, fue el momento más memorable para las viejas glorias y las nuevas generaciones presentes, un lujo verla ejecutada magistralmente en un recinto para solo 200 afortunados. Su característico riff, marca de la casa, dejó huella en las listas de popularidad británicas.
El viaje al rock and roll de los cincuenta llegó con “See You Later Alligator” de Bobby Charles, cuya versión de Bill Haley & The Comets dio la vuelta al mundo. Aunque algo descafeinada, fue aceptable a estas alturas del concierto. La sugestiva “Gimme One More Shot” nos dirigió a la barra para refrescar las gargantas, mientras Gordon Russell se colaba entre el público tocando “Down At The Doctors”, sorprendiendo a sus seguidores más acérrimos, inmortalizados por la lluvia de flashes de los smartphones. Al abandonar el escenario para tomar aire, volvieron con una instrumental llamada “Last Call” y cerraron con el clásico de clásicos “Route 66” de Chuck Berry. La sala se vino abajo ante semejante final, que pasó volando entre tantas referencias de la antropología musical del rock primal, que hoy ha vuelto al underground y ha salido del circuito comercial.
Los músicos, como el buen vino, mejoran con los años. Dr. Feelgood, a pesar de no contar con ningún miembro original, ha logrado que el relevo supere ya a los fundadores allá por 1971. ¡Larga vida al rock and roll!
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La legendaria banda inglesa de Essex, Dr. Feelgood, nos visita en una edición vespertina en el extrarradio, concretamente en la estoica Sala Estraperlo. Sin el fallecido Wilko Johnson, la banda sigue adelante, a pesar de no contar con los miembros originales, habiendo forjado un repertorio de más de cuatro décadas. Phil Mitchell al bajo y Kevin Morris en la batería, junto con el regreso de Gordon Russell y sus piruetas en la guitarra, suman al icónico vocalista Robert Kane, quien militó en su época en The Animals, otorgando el sello de garantía para una noche hecha para dar la bienvenida a los hijos del rock and roll. Estos aliados de la noche, nacidos en los pubs ingleses al calor de la cerveza y el rock de guitarras del siglo pasado, aseguran un espectáculo inolvidable.
Vestidos formalmente, dan inicio a una noche de grandes éxitos, comenzando con “Baby Jane” de Otis Clay, donde los afilados riffs adornan el monosílabo del estribillo. Rescataron temas de su época de los setenta, como “All Through The City”, “I Can’t Tell” de Bo Diddley, o “Ninety Nine and a Half (Won’t Do)” del carismático Wilson Pickett. Alta dosis de blues y rock and roll de cantina británica para limar asperezas.
Presentaron nuevo repertorio, como “Mary Ann”, pegadiza y bailable, con un sonido de garaje, guitarra distorsionada, ritmo contundente de batería y una interpretación vocal apasionada por parte de Mr. Russell. También sonó “Damn Right I Do”, aunque facturada hace un par de años, suena indiscutiblemente a Dr. Feelgood. Otro tributo a sus influencias fue “You Don’t Love Me”, de Willie Cobbs, a quien no dejaron de homenajear en los siguientes minutos del show, dándole personalidad propia a cada una de estas joyas.
Otra pincelada de su última producción fue “Keep It Under Cover”, con las llamaradas sónicas de Gordon Russell que mantienen a la banda en forma a pesar de los años en los escenarios. “Roxette” es un clásico del rock, muy apreciada por sus fanáticos, a pesar de que nunca llegó a los charts. Sin embargo, suena como una aplanadora, con la armónica de Robert Kane como protagonista. “Milk & Alcohol”, una oda a las bebidas alcohólicas a base de leche, como el kahlúa, fue el momento más memorable para las viejas glorias y las nuevas generaciones presentes, un lujo verla ejecutada magistralmente en un recinto para solo 200 afortunados. Su característico riff, marca de la casa, dejó huella en las listas de popularidad británicas.
El viaje al rock and roll de los cincuenta llegó con “See You Later Alligator” de Bobby Charles, cuya versión de Bill Haley & The Comets dio la vuelta al mundo. Aunque algo descafeinada, fue aceptable a estas alturas del concierto. La sugestiva “Gimme One More Shot” nos dirigió a la barra para refrescar las gargantas, mientras Gordon Russell se colaba entre el público tocando “Down At The Doctors”, sorprendiendo a sus seguidores más acérrimos, inmortalizados por la lluvia de flashes de los smartphones. Al abandonar el escenario para tomar aire, volvieron con una instrumental llamada “Last Call” y cerraron con el clásico de clásicos “Route 66” de Chuck Berry. La sala se vino abajo ante semejante final, que pasó volando entre tantas referencias de la antropología musical del rock primal, que hoy ha vuelto al underground y ha salido del circuito comercial.
Los músicos, como el buen vino, mejoran con los años. Dr. Feelgood, a pesar de no contar con ningún miembro original, ha logrado que el relevo supere ya a los fundadores allá por 1971. ¡Larga vida al rock and roll!