En pleno 2024 cuesta confeccionar un calendario de conciertos sin que aparezca Eclipse en una o dos ocasiones al año. La banda sueca se ha consolidado como un seguro en nuestro país, donde han encontrado un nicho de mercado provechoso y en el que sentirse a gusto.
Resulta ya casi imposible colocarlos en otra fecha que no sea cerrando el año musical, como ya hicieron en 2019 o 2022, pero la verdad que uno de sus conciertos es el broche perfecto para cerrar la temporada conciertil por todo lo alto.
En esta ocasión, Remedy fueron los encargados de dar el pistoletazo de salida, demostrando, una vez más, como Suecia sigue siendo la factoría de bandas por antonomasia.
Con una experiencia que no escala los dos años, los de Estocolmo se aventuraron en esta gira con el propósito de conseguir adeptos a su causa y hacerse valer. Aunque, por lo que se observó en la sala But de Madrid, alguna que otra persona se desplazó al evento únicamente por ellos. Los músicos trataron de contentar al respetable que, paulatinamente respondía con júbilo ante los esfuerzos de ánimo que lanzaba la banda, incluso cuando el micrófono del vocalista Robert Van Der Zwan se quedó sin sonido durante varios minutos.
Destacaron temas como “Angelina”, “Thunder In The Dark” o “Crying Heart”, en las que el grupo demostró que aporta frescura dentro del rock melódico, apostando por ser una de las formaciones a las que próximamente veremos formar parte de los carteles más asiduamente. Dieron vida a un buen calentamiento, acorde al estilo de los protagonistas, y aunque no puede decirse que el concierto fuera malo, sino más bien todo lo contrario, quedó prácticamente en el olvido al salir Eclipse a escena.
Eclipse se han convertido en una de esas bandas que son un seguro sobre el escenario. Si algo puede destacarse de ellos, es el hecho de saber hacer un concierto memorable aun interpretando cortes que acaban de salir al mercado. No importa si la lista de canciones la conforman aquellas composiciones del nuevo disco, que la gente debería conocer menos, que no hay quien no se deje la garganta cantando. Y eso es algo que no sabe hacer todo el mundo.
Desde “Roses On Your Grave”, pasando por “Got It”, “Run For Cover” o “The Storm”. La sala se rindió a sus pies desde el primer momento, y es que no es para menos. Erik Martensson y los suyos han ido escalando niveles hasta rozar la excelencia en sus shows. Son adrenalina pura, y así lo demostraron celebrando su 25 aniversario por todo lo alto en tierras españolas. La adrenalina no decayó ni cuando sonaron “The Spark” o “Still My Hero”, esa bonita composición interpretada en acústico dedicada a la memoria del progenitor del vocalista que falleció hace ya una década. No es de extrañar que incluso arrancara las lágrimas de alguno de los presentes en la céntrica sala madrileña.
Poco puede añadirse sobre “Runaways” o “The Downfall Of Eden”, infalibles, imprescindibles y dos de las favoritas, que por supuesto no pueden quedarse fuera nunca. “The Masquerade”, rotunda y solemne salió a la palestra para dar paso al solo de Philip Crusner, unos miutos donde lejos de disipar la atención, los golpes de batería se aunaron con las notas de la enfática pieza de “Cármina Burana”, “O Fortuna” de Carl Orff que dejó ojiplático al respetable.
Superado ya el ecuador del concierto, “Saturday Night” (Hallelujah)” siguió poniendo a ‘Wired’ por delante, y es que el disco lanzado el 2021 se ha convertido ya en uno de los más importantes de su carrera. Al igual que ocurre con el ‘Monumenntum’ de 2017, del que cortes como “Black Rain” o “Never Look Back” hicieron que las revoluciones no decayeran.
La atmósfera estaba tan cargada de magnetismo que ni banda ni público quería que llegase el final del espectáculo. Magnus Henriksson, Erik Martensson, Victor Crusner y Philip Crusner disfrutan tocando juntos, y es justo eso lo que forma una conexión tan especial con sus seguidores. Cuando los músicos se divierten sobre las tablas se crea esa magia, que, por desgracia, no toda banda sabe tener. Pero Eclipse siempre la ha tenido, y más cuando el cuarteto se sube a un escenario en España. Los músicos tienen la fórmula exacta para hacer que esa gente se deleite mientras disfrutan de ello y eso, a día de hoy, no está pagado.
La traca final vino de la mano de una bonita “Battlegrounds”, interpretada siempre en acústico y que cobra mucho más sentimiento que si sus guitarras estuviesen enchufadas. Este efecto se extendió por “The Hardest Part Is Losing You”, hasta que la adrenalina estalló con “Viva La Victoria”. Los 20 temas se antojaron incluso cortos, donde el respetable quedó sediento de más. Es evidente que la banda sueca no va a tardar en regresar por tierras españolas, pero la espera para sus fans siempre acaba tornándose larga.
Sea como sea, no pudo pedirse una mejor actuación para cerrar 2024, tanto como banda como para público, pues quien asistió al concierto de Eclipse en Madrid salió de la sala But con mucha más energía de la que entró, a pesar de haber estado dos horas dándolo todo.
En pleno 2024 cuesta confeccionar un calendario de conciertos sin que aparezca Eclipse en una o dos ocasiones al año. La banda sueca se ha consolidado como un seguro en nuestro país, donde han encontrado un nicho de mercado provechoso y en el que sentirse a gusto.
Resulta ya casi imposible colocarlos en otra fecha que no sea cerrando el año musical, como ya hicieron en 2019 o 2022, pero la verdad que uno de sus conciertos es el broche perfecto para cerrar la temporada conciertil por todo lo alto.
En esta ocasión, Remedy fueron los encargados de dar el pistoletazo de salida, demostrando, una vez más, como Suecia sigue siendo la factoría de bandas por antonomasia.
Con una experiencia que no escala los dos años, los de Estocolmo se aventuraron en esta gira con el propósito de conseguir adeptos a su causa y hacerse valer. Aunque, por lo que se observó en la sala But de Madrid, alguna que otra persona se desplazó al evento únicamente por ellos. Los músicos trataron de contentar al respetable que, paulatinamente respondía con júbilo ante los esfuerzos de ánimo que lanzaba la banda, incluso cuando el micrófono del vocalista Robert Van Der Zwan se quedó sin sonido durante varios minutos.
Destacaron temas como “Angelina”, “Thunder In The Dark” o “Crying Heart”, en las que el grupo demostró que aporta frescura dentro del rock melódico, apostando por ser una de las formaciones a las que próximamente veremos formar parte de los carteles más asiduamente. Dieron vida a un buen calentamiento, acorde al estilo de los protagonistas, y aunque no puede decirse que el concierto fuera malo, sino más bien todo lo contrario, quedó prácticamente en el olvido al salir Eclipse a escena.
Eclipse se han convertido en una de esas bandas que son un seguro sobre el escenario. Si algo puede destacarse de ellos, es el hecho de saber hacer un concierto memorable aun interpretando cortes que acaban de salir al mercado. No importa si la lista de canciones la conforman aquellas composiciones del nuevo disco, que la gente debería conocer menos, que no hay quien no se deje la garganta cantando. Y eso es algo que no sabe hacer todo el mundo.
Desde “Roses On Your Grave”, pasando por “Got It”, “Run For Cover” o “The Storm”. La sala se rindió a sus pies desde el primer momento, y es que no es para menos. Erik Martensson y los suyos han ido escalando niveles hasta rozar la excelencia en sus shows. Son adrenalina pura, y así lo demostraron celebrando su 25 aniversario por todo lo alto en tierras españolas. La adrenalina no decayó ni cuando sonaron “The Spark” o “Still My Hero”, esa bonita composición interpretada en acústico dedicada a la memoria del progenitor del vocalista que falleció hace ya una década. No es de extrañar que incluso arrancara las lágrimas de alguno de los presentes en la céntrica sala madrileña.
Poco puede añadirse sobre “Runaways” o “The Downfall Of Eden”, infalibles, imprescindibles y dos de las favoritas, que por supuesto no pueden quedarse fuera nunca. “The Masquerade”, rotunda y solemne salió a la palestra para dar paso al solo de Philip Crusner, unos miutos donde lejos de disipar la atención, los golpes de batería se aunaron con las notas de la enfática pieza de “Cármina Burana”, “O Fortuna” de Carl Orff que dejó ojiplático al respetable.
Superado ya el ecuador del concierto, “Saturday Night” (Hallelujah)” siguió poniendo a ‘Wired’ por delante, y es que el disco lanzado el 2021 se ha convertido ya en uno de los más importantes de su carrera. Al igual que ocurre con el ‘Monumenntum’ de 2017, del que cortes como “Black Rain” o “Never Look Back” hicieron que las revoluciones no decayeran.
La atmósfera estaba tan cargada de magnetismo que ni banda ni público quería que llegase el final del espectáculo. Magnus Henriksson, Erik Martensson, Victor Crusner y Philip Crusner disfrutan tocando juntos, y es justo eso lo que forma una conexión tan especial con sus seguidores. Cuando los músicos se divierten sobre las tablas se crea esa magia, que, por desgracia, no toda banda sabe tener. Pero Eclipse siempre la ha tenido, y más cuando el cuarteto se sube a un escenario en España. Los músicos tienen la fórmula exacta para hacer que esa gente se deleite mientras disfrutan de ello y eso, a día de hoy, no está pagado.
La traca final vino de la mano de una bonita “Battlegrounds”, interpretada siempre en acústico y que cobra mucho más sentimiento que si sus guitarras estuviesen enchufadas. Este efecto se extendió por “The Hardest Part Is Losing You”, hasta que la adrenalina estalló con “Viva La Victoria”. Los 20 temas se antojaron incluso cortos, donde el respetable quedó sediento de más. Es evidente que la banda sueca no va a tardar en regresar por tierras españolas, pero la espera para sus fans siempre acaba tornándose larga.
Sea como sea, no pudo pedirse una mejor actuación para cerrar 2024, tanto como banda como para público, pues quien asistió al concierto de Eclipse en Madrid salió de la sala But con mucha más energía de la que entró, a pesar de haber estado dos horas dándolo todo.