Tercera visita a la capital catalana de los punks canadienses The Flatliners, y que visto lo visto progresan adecuadamente en todos los aspectos desde su primera visita en 2011 en esa pequeña gran sala ya desaparecida Rocksound. Posteriormente, en 2015 encandilarían al personal acompañando a Lagwagon, y ahora, siete años después vuelven en solitario para rozar el lleno en la sala Estraperlo de Badalona en su 20th Anniversary Tour.
Contra viento y marea conseguimos llegar a la sala con la actuación de Antilògic ya iniciada, los punk rockers de Cerdanyola del Vallès llegaban presentando su primer álbum Tot es Absurd a escasos días de su publicación. En los aproximadamente veinte minutos que pude ver me pareció que aún les falta desenvoltura en vivo, y su postura fue muy estática, supongo que atenazados por la importancia, y responsabilidad del envite. Terminaron su constreñido estreno con piezas como “Vull Respirar”, “Quan ens Haurem Alçat”, “Viurem per Sempre”, “Moriràs”, o “Distopia” que ha sido el corte elegido como adelanto del disco, y en el que retratan un mundo que no sabemos si va hacia adelante, o que está retrocediendo lastimosamente. El camino es largo pero tendrá su recompensa.
Con algo más de media sala ocupada asaltaban el escenario con su intenso hardcore melódico, los mallorquines Main Line 10, y es que el ritmo que llevan los de Palma de Mallorca se caracteriza por la rapidez que marca su batería, puro tupa tupa, aunque en vivo no me sonó tan repetitiva y machacona como en sus grabaciones. Empezaron con un sonido algo embarullado en la que la voz de Adri apenas se podía distinguir, con “The Silent”, extraído de su EP Painful (2022), por suerte el sonido fue mejorando a medida que avanzó la actuación. Con otro de sus nuevos temas, el titulado “I Don’t Care” llegó la hora de meterle briza, o zapatilla como diría un expresivo, y siempre comediante Adrià, que ahora luce un corte de pelo similar al de Chris Cresswell, y dejando atrás las melenas. Otro aspecto que mejoró fue la cercanía del público, que avanzó posiciones unos metros aunque no llegó a ocupar la primera fila hasta bien entrada la descarga cuando llegaron cortes del talante de “Heartbeat”, o “Miss Cow Jones”, ésta desde su disco Legacy (2020), con gran actividad por parte de un nutrido número de fans llegados de la isla protagonizando los primeros pogos de la noche. Así como, un mini circle pit que llegaría con “Survive” de su disco del 2018, The Fox. Antes de irnos a la playa con la música disco de Loona, cayó “Bright Falls”, otro corte de su nuevo EP. Para llegar a un final sorprendente con una muy personal versión del “Wonderwall” de Oasis con excelente solo del nuevo fichaje, el hiperactivo guitarrista San Caldentey para este enloquecido cover de los citizens.
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Con el local ya bastante más repleto, y tras una escueta prueba de sonido final aparecía un sonriente Chris Cresswell junto a sus barbudos compañeros para celebrar el veinte aniversario de The Flatliners para presentarnos su último trabajo en estudio, New Ruin (2022) con la inicial “Performative Hours”, tan agresiva o más, que la que encontramos en su grabación para este alegato contra la falsedad, y el anonimato que presente en las redes sociales. De ahí pasamos al grito coral de todo el público, o casi, entonando el Yeaaaaah con el que empieza la vibrante “Hang My Head” desde su Inviting Light de 2017, en la que ya podemos apreciar como disfrutan de cada composición cada uno de los miembros de la banda, en especial su bajista Jon Darbey creando esas subterráneas líneas de bajo paralelas. De ahí viajamos a su disco Dead Lenguage (2013) con un par de cortes, el que lo abre de forma tranquila con unos acordes que se transforman en un rápido y percutiente baile salvaje, gracias la bateria de Paul Ramírez en “Resuscitation of the Year”, y la subsiguiente “Bury Me”, otra pieza intensa y energética.
Tras ellas Chris, que lucía una camiseta de los míticos anarco-punks Crass, con el lema Destroy Power, Not People que puso de moda Joe Strummer en su época, se presentó como banda canadiense, y saludó al respetable, y al no ver suficiente respuesta, hizo las consabidas comparaciones con los anteriores bolos en Madrid y Donostia, el truco de siempre para provocar un poco a la audiencia, y crear cierta competencia, ignoro si a sabiendas de las históricas tensiones de todo tipo de la capital del Estado, con Catalunya, y viceversa. En fin, seguimos retrocediendo en el tiempo ahora hasta el 2010 con su disco Cavalcade, y el velocípedo “The Calming Collection”, junto a dos composiciones más de este con “Carry the Banner”, y un aguerrido medio tiempo alt-rock llamado “Count Your Bruises”.
Ahora Scott Brigham toma la palabra comentando que este es el último show de esta mini gira, volverán en verano al viejo continente, y no quiere hablar mucho aduciendo que ha acabado con la voz bastante castigada, así que no piensa hablar más esa noche. Contraatacan con la melodía coral “Caskets Full” consiguiendo agitar una vez más a la peña saltando y danzando frenéticamente. Para acto seguido, rebajar un poco la intensidad con la sensitiva y envolvente “Indoors”, y con “The Oath”, la favorita de Cresswell de este nuevo álbum, según dijo, y se notó porque se dejó la garganta en ella.
Nos levantamos en armas con “Livers Alone”, y siguió desgañitándose con una esforzada “Lifers”, desde su Division of Spoils (2015), o con la lánguida y lacerante “It’ll Hurt”. Vuelta a la lengua muerta con la sosegada “Birds of England”, sin dejar de agitar su flequillo cabalgan de nuevo con el tema sorpresa, el no incluido en el setlist es esa intensa hemorragia titulada “Sleep Your Life Away”. Cambio de estilo para relajarnos un poquito, con el reggae “He Was a Jazzman”, antes de llegar a la estampida final.
Previo a los bises, Chris y Scott entraron en un largo debate sobre los temas que habían de tocar, Scott había dicho que harían veinte, y Cris preguntaba nos tocaban dos o tres, al final serian tres, pero que no iban a hacer el paripé de irse y volver a tocar, así que entraron con la amable y cautivadora “Monumental”. Seguida por una de las futuras piezas fijas en su repertorio con la novedosa “Rat King”, para acabar en las antípodas con la clásica “Eulogy”, única pieza que rescatan de su disco debut “The Great Awake” (2005) donde el ska-punk era su base principal, y que han ido abandonando disco a disco, aunque sigan conservando este celebrado himno festivo final, con Scott siendo tele transportado en volandas por los fans más cercanos al escenario durante unos segundos.
Pues nada, una entretenida noche de viernes con nuevos descubrimientos de la escena hardcore punk. Aunque lo cierto es que el cuarteto de Ontario se aleja por momentos del punk rock para entrar en un marco más amplio, solido, con identidad propia con un exultante Chris Cresswell, que desde hace ya unos años es miembro de la banda de Florida (EEUU) Hot Water Music, con ellos andará de festivales por Alemania y Austria a primeros de junio, con los que combina su actividad musical con The Flatliners con los que estará también por Centro Europa a finales de junio en varios festivales.
Tercera visita a la capital catalana de los punks canadienses The Flatliners, y que visto lo visto progresan adecuadamente en todos los aspectos desde su primera visita en 2011 en esa pequeña gran sala ya desaparecida Rocksound. Posteriormente, en 2015 encandilarían al personal acompañando a Lagwagon, y ahora, siete años después vuelven en solitario para rozar el lleno en la sala Estraperlo de Badalona en su 20th Anniversary Tour.
Contra viento y marea conseguimos llegar a la sala con la actuación de Antilògic ya iniciada, los punk rockers de Cerdanyola del Vallès llegaban presentando su primer álbum Tot es Absurd a escasos días de su publicación. En los aproximadamente veinte minutos que pude ver me pareció que aún les falta desenvoltura en vivo, y su postura fue muy estática, supongo que atenazados por la importancia, y responsabilidad del envite. Terminaron su constreñido estreno con piezas como “Vull Respirar”, “Quan ens Haurem Alçat”, “Viurem per Sempre”, “Moriràs”, o “Distopia” que ha sido el corte elegido como adelanto del disco, y en el que retratan un mundo que no sabemos si va hacia adelante, o que está retrocediendo lastimosamente. El camino es largo pero tendrá su recompensa.
Con algo más de media sala ocupada asaltaban el escenario con su intenso hardcore melódico, los mallorquines Main Line 10, y es que el ritmo que llevan los de Palma de Mallorca se caracteriza por la rapidez que marca su batería, puro tupa tupa, aunque en vivo no me sonó tan repetitiva y machacona como en sus grabaciones. Empezaron con un sonido algo embarullado en la que la voz de Adri apenas se podía distinguir, con “The Silent”, extraído de su EP Painful (2022), por suerte el sonido fue mejorando a medida que avanzó la actuación. Con otro de sus nuevos temas, el titulado “I Don’t Care” llegó la hora de meterle briza, o zapatilla como diría un expresivo, y siempre comediante Adrià, que ahora luce un corte de pelo similar al de Chris Cresswell, y dejando atrás las melenas. Otro aspecto que mejoró fue la cercanía del público, que avanzó posiciones unos metros aunque no llegó a ocupar la primera fila hasta bien entrada la descarga cuando llegaron cortes del talante de “Heartbeat”, o “Miss Cow Jones”, ésta desde su disco Legacy (2020), con gran actividad por parte de un nutrido número de fans llegados de la isla protagonizando los primeros pogos de la noche. Así como, un mini circle pit que llegaría con “Survive” de su disco del 2018, The Fox. Antes de irnos a la playa con la música disco de Loona, cayó “Bright Falls”, otro corte de su nuevo EP. Para llegar a un final sorprendente con una muy personal versión del “Wonderwall” de Oasis con excelente solo del nuevo fichaje, el hiperactivo guitarrista San Caldentey para este enloquecido cover de los citizens.
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Con el local ya bastante más repleto, y tras una escueta prueba de sonido final aparecía un sonriente Chris Cresswell junto a sus barbudos compañeros para celebrar el veinte aniversario de The Flatliners para presentarnos su último trabajo en estudio, New Ruin (2022) con la inicial “Performative Hours”, tan agresiva o más, que la que encontramos en su grabación para este alegato contra la falsedad, y el anonimato que presente en las redes sociales. De ahí pasamos al grito coral de todo el público, o casi, entonando el Yeaaaaah con el que empieza la vibrante “Hang My Head” desde su Inviting Light de 2017, en la que ya podemos apreciar como disfrutan de cada composición cada uno de los miembros de la banda, en especial su bajista Jon Darbey creando esas subterráneas líneas de bajo paralelas. De ahí viajamos a su disco Dead Lenguage (2013) con un par de cortes, el que lo abre de forma tranquila con unos acordes que se transforman en un rápido y percutiente baile salvaje, gracias la bateria de Paul Ramírez en “Resuscitation of the Year”, y la subsiguiente “Bury Me”, otra pieza intensa y energética.
Tras ellas Chris, que lucía una camiseta de los míticos anarco-punks Crass, con el lema Destroy Power, Not People que puso de moda Joe Strummer en su época, se presentó como banda canadiense, y saludó al respetable, y al no ver suficiente respuesta, hizo las consabidas comparaciones con los anteriores bolos en Madrid y Donostia, el truco de siempre para provocar un poco a la audiencia, y crear cierta competencia, ignoro si a sabiendas de las históricas tensiones de todo tipo de la capital del Estado, con Catalunya, y viceversa. En fin, seguimos retrocediendo en el tiempo ahora hasta el 2010 con su disco Cavalcade, y el velocípedo “The Calming Collection”, junto a dos composiciones más de este con “Carry the Banner”, y un aguerrido medio tiempo alt-rock llamado “Count Your Bruises”.
Ahora Scott Brigham toma la palabra comentando que este es el último show de esta mini gira, volverán en verano al viejo continente, y no quiere hablar mucho aduciendo que ha acabado con la voz bastante castigada, así que no piensa hablar más esa noche. Contraatacan con la melodía coral “Caskets Full” consiguiendo agitar una vez más a la peña saltando y danzando frenéticamente. Para acto seguido, rebajar un poco la intensidad con la sensitiva y envolvente “Indoors”, y con “The Oath”, la favorita de Cresswell de este nuevo álbum, según dijo, y se notó porque se dejó la garganta en ella.
Nos levantamos en armas con “Livers Alone”, y siguió desgañitándose con una esforzada “Lifers”, desde su Division of Spoils (2015), o con la lánguida y lacerante “It’ll Hurt”. Vuelta a la lengua muerta con la sosegada “Birds of England”, sin dejar de agitar su flequillo cabalgan de nuevo con el tema sorpresa, el no incluido en el setlist es esa intensa hemorragia titulada “Sleep Your Life Away”. Cambio de estilo para relajarnos un poquito, con el reggae “He Was a Jazzman”, antes de llegar a la estampida final.
Previo a los bises, Chris y Scott entraron en un largo debate sobre los temas que habían de tocar, Scott había dicho que harían veinte, y Cris preguntaba nos tocaban dos o tres, al final serian tres, pero que no iban a hacer el paripé de irse y volver a tocar, así que entraron con la amable y cautivadora “Monumental”. Seguida por una de las futuras piezas fijas en su repertorio con la novedosa “Rat King”, para acabar en las antípodas con la clásica “Eulogy”, única pieza que rescatan de su disco debut “The Great Awake” (2005) donde el ska-punk era su base principal, y que han ido abandonando disco a disco, aunque sigan conservando este celebrado himno festivo final, con Scott siendo tele transportado en volandas por los fans más cercanos al escenario durante unos segundos.
Pues nada, una entretenida noche de viernes con nuevos descubrimientos de la escena hardcore punk. Aunque lo cierto es que el cuarteto de Ontario se aleja por momentos del punk rock para entrar en un marco más amplio, solido, con identidad propia con un exultante Chris Cresswell, que desde hace ya unos años es miembro de la banda de Florida (EEUU) Hot Water Music, con ellos andará de festivales por Alemania y Austria a primeros de junio, con los que combina su actividad musical con The Flatliners con los que estará también por Centro Europa a finales de junio en varios festivales.