A veces, el destino nos tiene preparado un camino y pese a recorrerlo tal y como nos lo habían indicado, no llegamos al lugar esperado.

El caso de los californianos Ignite me lleva un poco a esta historia, como la banda que estaba destinada a ser tanto o más grandes que Good Riddance o Comeback Kid, se han visto relegados a la segunda línea mientras bandas más jóvenes como Rise Against o Stick To Your Guns, les han adelantado por los cuatro costados.

Es una pena porque discos como A Place Called Home y sobre todo Our Darkest Days, apuntaban a lo más alto y de hecho los pusieron durante un poquito en esa primera división de bandas que combinaban el hardcore melódico con el punk rock y añadían ciertos paisajes metaleros, un poco lo que pasó con compañeros suyos como Boysetsfire, Cancer Bats o los ya mencionados STYG.

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Uno de los puntos clave para entender por qué Ignite eran tan respetados y respaldados por público, prensa y compañeros de profesión, era la arrolladora voz de su (ahora ex) vocalista Zoli Téglas, quién poseía una de esas voces que con sólo pulsar “play” sabes reconocer aunque no te sepas el nombre de la canción que esté sonando.

Fijaros hasta que punto Zoli era respetado, que los mismísimos Pennywise (para los despistados, una institución del punk rock y el skate punk melódico hecho en California) le eligieron temporalmente como sustituto de Jim Lindberg en 2009, llegando a grabar con ellos el fantástico All Or Nothing, de los discos más infravalorados en la historia del punk melódico sin lugar a dudas.

Lamentablemente, la historia tuvo el peor y más sorprendente de los finales, ya que en 2019 tanto Zoli como el resto de la banda emitieron un comunicado en donde se anunciaba la separación de ambas partes, dejando en el aire el futuro de Ignite.

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Por suerte para todos, la banda decidió continuar ya con Eli Santana (Holy Grail), como nuevo vocalista y con la promesa de grabar un nuevo disco con él, creando así una especie de “hype” moderado entre los seguidores de la banda californiana.

Lo cierto es que esta etapa nueva les ha traído muchos fans nuevos, quizás del lado del metal que quedaron encandilados con la voz de Santana: hasta el mismísimo Rob Flynn (Machine Head) llegó a grabar un cover del tema “Bleeding”, mostrando su admiración y respeto por la banda, con lo cual la nueva era parece que ha empezado con buen pie.

Siendo justos, si uno pulsa play y empieza a sonar el disco, el ADN de la banda sigue siendo el mismo, con la potencia que les caracteriza y vienen a demostrar que Ignite han vuelto y para quedarse mucho tiempo más.

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Temas como “Anti-Complicity Anthem”, “The River” con un gancho melódico exquisito y “This Day”, no hacen más que darles la razón y demuestran que aquí hay banda y de las buenas.

Sin llegar a ser tan notable como su disco anterior A War Against You, de 2016, el disco suena potentísimo y temas como “Enemy”, “On The Ropes” o “The House Is Burning”, hacen que no eches de menos a Zoli y que aplaudas el talento que tiene Eli frente al micrófono, aunque seguro que más de un fan “old school” se debe estar imaginando como sonarían canciones tan buenas como estas en la voz de Zoli.

Hay espacio incluso para la zapatilla bien cañera en “Call Of The Dogs”, un tema digno de STYG y donde Eli mete más de un gutural que te deja noqueado desde la primera escucha.

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La nueva era ha empezado con muy buen pie, quizás no lleguen a alcanzar esa cima que un día casi tocaron con los dedos e incluso puede que algún fan ortodoxo, les de la espalda, pero estoy convencido de que muchos que hasta ahora no se habían parado a escuchar la banda, lo acabarán haciendo ya que este nuevo trabajo bien merece esa oportunidad.

Si les gusta el hardcore melódico (el de verdad, no los falsos títulos que se pusieron hace unos años a ciertas bandas), el punk y algo de metal, no dejes escapar este regreso bastante triunfal de Ignite, porque dudo que te arrepientas.