


La gira Motocultor Across Europe Tour, que tiene la friolera de cinco bandas encabezadas por Infected Rain, Semblant, Elyose, Miruthan y Skin On Flesh.
Remarcar que los encargados de abrir la tarde de mujeres en el metal fueron los alemanes Skin on Flesh. La primera banda en subir al escenario llegaba desde Berlín, Skin on Flesh, aunque su cantante Laura Jiménez ya nos informaba que eran un grupo formado por gente de todas partes. El año pasado presentaron su tercer EP, Ur Cute, Let’s Hang, y el sencillo Para Mí.
Siempre es difícil ser los primeros en el cartel con tantas toneladas de metal, pero los berlineses aprovecharon la oportunidad con un sonido mucho más punk alternativo que el resto de la cartelera. La cantante Laura Jiménez corría de extremo a extremo del escenario. You’ll See Me fue el caballito de batalla, mientras la otra mitad del dúo ciberpunk, Michael Sybers, correteaba por el mástil de la guitarra y escupía riffs para la media docena de dardos musicales: Ur Cute, Let’s Hang, Groundhog Day. La hispanidad de la lengua materna se hace presente con El Tiempo, con un aire más comercial en la lengua de Cervantes, una grata sorpresa.
El resto de la formación la clavaba en la sección rítmica para el resto del repertorio: Giving Up, A Plain Holiday fueron la tónica entre el pop y el metal con voz femenina, y All the Way. Para Mí es un poco más de clases de español que fue la tónica de la noche. Cerraron con Terrible and Sad, que también le da título al álbum. Escupieron su descarga eléctrica ante una sala todavía a medio llenar y nos agradecieron a los que habíamos llegado pronto para verlos.
Laura tan solo tardó tres canciones en soltarse la cola y agitar su melena verde. Posteriormente, la pudimos saludar junto a su compañero Michael Sybers, ambos fundadores del proyecto.
En un giro radical pasamos de los coloridos alemanes a la oscuridad desde tierras australianas con Miruthan, los cautivadores creadores de un oscuro folklore. Provenientes de las sombras de Newcastle, Australia, Miruthan no es solo una banda; es una narrativa visceral de supervivencia y malevolencia, envuelta en misterio y empapada en las profundidades más oscuras del metal.
Disfrazados con máscaras, caras pintadas y túnicas grises, en una estética bastante oscura, aparecieron los australianos Miruthan, dispuestos a ofrecernos su culto a la muerte: Cult of the Dead. Las hordas de estata desembarcaron en la pequeña sala barcelonesa llena de melenas y metaleros de la vieja escuela. Según su propia definición, son un grupo de dark folklore & blackened death metal.
Enfrascados en sus túnicas negras y máscaras manchadas de sangre y huesos colgados como cinturones, a la cabeza está Demigod Nzambi, el cerebro detrás de la macabra historia de Miruthan, que empuña la guitarra rítmica y ofrece voces desgarradoras. Ghost, con su habilidad vocal etérea y con biblia satánica en mano, conduce a los oyentes al abismo de los no muertos. Priest hipnotiza con intrincados solos de guitarra, mientras que Witch Doctor sienta las bases con su bajo profundo.
Los gritos de Baron complementan las inquietantes melodías de Ghost, mientras Fantoma agrega una dimensión de coro masculino fantasmal. Priestess contribuye a la mística con vestuario y coros adicionales. Finalmente, Wrath impulsa el implacable latido rítmico como baterista.
Con Miruthan, la música se vuelve más extrema y se oscurece el ambiente. La parte musical en directo estuvo defendida por guitarra, bajo y batería, con alguna base pregrabada de soporte. En la parte vocal, un cantante de voz extrema y una corista que se pasó todo el concierto cantando con un libro abierto en la mano.
Detrás del velo de secreto que envuelve sus identidades, revelando cada salmo musical, Survived the Blast, At the Barricades y Land of the Damned fueron los salmos que nos llevaron al portal de la música extrema y gutural. Primitive Anthropophagist. Con el penúltimo tema, Into the Abyss, su guitarrista descendía al abismo del público para mezclarse con la gente.
Nos ofrecieron un repertorio de seis canciones oscuras e intensas que llegaría a su fin con Ridges of Fire and Ice. A pesar de sus personajes misteriosos, Miruthan es una banda trabajadora, con un festival como su primer concierto y numerosos shows como cabezas de cartel en solo seis meses desde su formación. Con un video musical recién lanzado que ambienta su nuevo EP y planes para futuros álbumes ya en marcha, Miruthan no muestra signos de detenerse.
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Los franceses Elyose fueron los siguientes en el menú musical. El dúo se transforma en trío en directo. Justine Daaé encajada en un vestido de corte gótico y la otra parte, el cerebro Anthony “Chon” Chognard. Llegados desde Francia, Elyose dice ser una banda que hace “Alt-metal meets gothy vibes with nu and industrial accouterments”. ¿Cómo os quedáis? En esta gira están presentando su quinto álbum de estudio Évidence, publicado hace tan solo unos días. Son un trío curioso, formado por la cantante Justine Daaé, el batería Jordan Kiefer y el guitarrista Anthony Chognard con sus riffs afilados que cortaban la indiferencia de los asistentes. Los tres, completados con alguna pista grabada, presentaron un metal ecléctico y muy personal. “Retour au réel” la defendieron a capa y espada en su lengua nativa, el francés. Sí, señor, cada vez los grupos se arriesgan a cantar en su lengua nativa.
Aunque Justine nos habló prácticamente todo el concierto en español con frases como “Quiero vivir en España por el calor”, mientras daba rienda suelta al resto de canciones que tenían preparadas de su última producción discográfica: “Mission lunaire”, “Étoile solitaire” y “Tentatives échouées”. La complicidad de batería y guitarra duplica la ausencia del bajista. “La próxima canción es humana”, nos anuncia la entusiasta y dulce cantante para descifrarnos esta: “Humaine”. Se despiden con una nueva canción que trata de inteligencia artificial, “Immuable”. Elyose nos presentó una breve pero excelente clase de metal moderno con partes de soprano que maneja a la perfección su cantante. Más tarde le cobramos la palabra de firmas y fotos en el merchandising.
Los brasileños Semblant y su metal sinfónico fueron la cuarta banda en subir al escenario. Entre el público, eran la segunda apuesta más importante del cartel; se notaba el entusiasmo por verlos en directo. Comenzaron su andadura en 2006 y se describen como una banda de death metal melódico, aunque su sonido me pareció más cercano a un power metal moderno. Una discografía sólida los respalda, reafirmada por su álbum más reciente, Vermilion Eclipse. La voz cristalina de su carismática cantante, Mizuho Lin, combinada con los guturales de Sérgio Mazul, arrancó con fuerza con “Incinerate”, una pieza marcada por la velocidad de los power chords al ritmo del doble bombo, acompañado magistralmente por J. Augusto en los teclados. La banda recordó que hacía tres años que no se presentaban en la ciudad y desplegaron un show poderoso y técnico.
Con seis integrantes sobre un escenario reducido, la sensación era que el espacio les quedaba pequeño para el nivel de espectáculo que ofrecieron. En la parte instrumental, destacaron cuatro músicos excepcionales: J. Augusto en teclados, Welynton “Thor” Sikora en batería, Juliano Ribeiro en guitarra, y Johan Piper en bajo. A esto se sumaron las voces contrastantes de Sérgio Mazul, en registros extremos, y Mizuho Lin, con un tono más lírico. Entre los temas destacados, “Dark of the Day” y la emotiva “The Shrine”, del álbum Lunar Manifesto, transportaron al público en un viaje entre lo melódico y lo intenso. La introducción de “Mere Shadow” puso el ambiente para una pieza más suave, con toques heavies, que desembocó en la brillante “Scarlet Heritage (Legacy of Blood Part III)”, una pequeña ópera que combina lo melódico con tintes de black metal.
La interpretación vocal de Mizuho Lin fue impecable, complementando perfectamente la luz de su voz con la oscuridad del gutural. Momentos memorables de complicidad con el público llegaron con “What Lies Ahead”, donde Lin pidió al público cantar el estribillo, y “Enrage”, ya cerca del final del concierto, que desató el primer wall of death de la noche en formato sala, dejando sin aliento a las primeras filas. En un breve pero vibrante recorrido por su carrera, presentaron siete canciones que elevaron el nivel del metal sudamericano, destacando la fuerza de la batería y una guitarra impresionante.
Por otro lado las estrellas de la noche, Infected Rain, una banda de groove/nu-metalcore originaria de Moldavia, formada en 2008, era la más esperada de la parrilla musical. Liderada por la carismática Lena Scissorhands, ha alcanzado un equilibrio fascinante: dos mujeres y dos hombres que se complementan perfectamente. La banda se ha consolidado como una de las propuestas más apasionantes de la escena nu metal contemporánea, considerados dignos herederos del género. Desde su formación, no han dejado de escalar posiciones gracias a su estilo único que combina riffs pesados, elementos electrónicos y una poderosa presencia escénica.. La banda está compuesta por el guitarrista Vadim “Vidick” Ojog, quien también es uno de sus fundadores, junto con la vocalista Elena Cataraga, conocida como Lena Scissorhands. A ellos se suman Alice Lane, bajista y compositora italiana que actualmente toca también en Hand of Juno, y Eugen Voluta en la batería. El inicio del concierto se retrasó un poco debido a la preparación del escenario, que incluyó desmontar la batería utilizada previamente y ajustar los elementos escenográficos.
Este concierto marcó un cambio significativo en sus presentaciones en vivo: además de las clásicas pancartas y plataformas, incluyeron dos pantallas laterales que proyectaban videos e imágenes para complementar cada canción. Aunque el escenario de la sala Wolf era algo reducido y comprimido, el efecto visual fue impresionante, otorgando una dimensión fresca y vibrante a su espectáculo. Incluso parecía que algunas coreografías habían sido preparadas para esta escenografía, como cuando el guitarrista y la bajista se posicionaron frente a las pantallas o Lena aprovechaba el fondo luminoso para crear momentos impactantes. Musicalmente, Infected Rain continúa rompiendo moldes dentro del metal. Con riffs contundentes, bases poli rítmicas, voces extremas y toques electrónicos, lograron ofrecer una actuación arrolladora. Cada integrante demostró su talento de manera única, complementándose perfectamente.
Lena Scissorhands, con su presencia magnética, logró transformar al público en un auténtico torbellino de energía. Ha perfeccionado su registro vocal tras una operación, y en este concierto quedó claro: su habilidad para cambiar de tono incluso dentro de una misma frase fue asombrosa. Pero la fuerza de la banda no depende únicamente de su carismática líder. Vidick destacó, como siempre, por su conexión visceral con la música, mientras que Alice Lane, la incorporación más reciente, brilló con su bajo poderoso y versátil. Eugen, con su precisión y fuerza, aportó una base sólida desde la batería. Una breve intro, “A Second or a Thousand Years”, bajo penumbras, nos anuncia el caos que vendrá. La hermosa “Pandemonium” combina los dos mundos vocales: lo melódico con lo gutural, acompañado de bases electrónicas y un ritmo drum and bass.
Las proyecciones en las pantallas enriquecieron canciones como “Fighter”, con imágenes de la luna, y “Never to Return”, donde se mostraron fragmentos del impresionante videoclip de esta pieza. Lena supo animar al público con momentos icónicos en la presentación de sus nuevas canciones: durante “Vivarium”, la sala se convirtió en un mar de puños alzados; en la electrónica “The Answer Is You”, hizo que todos abrieran un gran circle pit para luego desatar una explosión de energía colectiva. En “Dying Light”, nos hizo agacharnos antes de sumirnos en una locura desenfrenada, y cerraron con dos canciones, “Because I Let You” y “Sweet, Sweet Lies”, donde Lena bajó a las primeras filas, elevada por el personal del staff por sobre nuestras cabezas, dando un acercamiento genuino entre la carismática cantante y sus seguidores, a quienes no dejó de mirar, dar la mano y animar a cantar con ella.
Al final del concierto, la banda se tomó el tiempo de conversar y fotografiarse con los fans, mostrando una cercanía poco común. Infected Rain dejó claro por qué son una de las fuerzas más importantes del metal moderno: su combinación de talento, energía y creatividad los posiciona como una banda imparable dentro del género.




La gira Motocultor Across Europe Tour, que tiene la friolera de cinco bandas encabezadas por Infected Rain, Semblant, Elyose, Miruthan y Skin On Flesh.
Remarcar que los encargados de abrir la tarde de mujeres en el metal fueron los alemanes Skin on Flesh. La primera banda en subir al escenario llegaba desde Berlín, Skin on Flesh, aunque su cantante Laura Jiménez ya nos informaba que eran un grupo formado por gente de todas partes. El año pasado presentaron su tercer EP, Ur Cute, Let’s Hang, y el sencillo Para Mí.
Siempre es difícil ser los primeros en el cartel con tantas toneladas de metal, pero los berlineses aprovecharon la oportunidad con un sonido mucho más punk alternativo que el resto de la cartelera. La cantante Laura Jiménez corría de extremo a extremo del escenario. You’ll See Me fue el caballito de batalla, mientras la otra mitad del dúo ciberpunk, Michael Sybers, correteaba por el mástil de la guitarra y escupía riffs para la media docena de dardos musicales: Ur Cute, Let’s Hang, Groundhog Day. La hispanidad de la lengua materna se hace presente con El Tiempo, con un aire más comercial en la lengua de Cervantes, una grata sorpresa.
El resto de la formación la clavaba en la sección rítmica para el resto del repertorio: Giving Up, A Plain Holiday fueron la tónica entre el pop y el metal con voz femenina, y All the Way. Para Mí es un poco más de clases de español que fue la tónica de la noche. Cerraron con Terrible and Sad, que también le da título al álbum. Escupieron su descarga eléctrica ante una sala todavía a medio llenar y nos agradecieron a los que habíamos llegado pronto para verlos.
Laura tan solo tardó tres canciones en soltarse la cola y agitar su melena verde. Posteriormente, la pudimos saludar junto a su compañero Michael Sybers, ambos fundadores del proyecto.
En un giro radical pasamos de los coloridos alemanes a la oscuridad desde tierras australianas con Miruthan, los cautivadores creadores de un oscuro folklore. Provenientes de las sombras de Newcastle, Australia, Miruthan no es solo una banda; es una narrativa visceral de supervivencia y malevolencia, envuelta en misterio y empapada en las profundidades más oscuras del metal.
Disfrazados con máscaras, caras pintadas y túnicas grises, en una estética bastante oscura, aparecieron los australianos Miruthan, dispuestos a ofrecernos su culto a la muerte: Cult of the Dead. Las hordas de estata desembarcaron en la pequeña sala barcelonesa llena de melenas y metaleros de la vieja escuela. Según su propia definición, son un grupo de dark folklore & blackened death metal.
Enfrascados en sus túnicas negras y máscaras manchadas de sangre y huesos colgados como cinturones, a la cabeza está Demigod Nzambi, el cerebro detrás de la macabra historia de Miruthan, que empuña la guitarra rítmica y ofrece voces desgarradoras. Ghost, con su habilidad vocal etérea y con biblia satánica en mano, conduce a los oyentes al abismo de los no muertos. Priest hipnotiza con intrincados solos de guitarra, mientras que Witch Doctor sienta las bases con su bajo profundo.
Los gritos de Baron complementan las inquietantes melodías de Ghost, mientras Fantoma agrega una dimensión de coro masculino fantasmal. Priestess contribuye a la mística con vestuario y coros adicionales. Finalmente, Wrath impulsa el implacable latido rítmico como baterista.
Con Miruthan, la música se vuelve más extrema y se oscurece el ambiente. La parte musical en directo estuvo defendida por guitarra, bajo y batería, con alguna base pregrabada de soporte. En la parte vocal, un cantante de voz extrema y una corista que se pasó todo el concierto cantando con un libro abierto en la mano.
Detrás del velo de secreto que envuelve sus identidades, revelando cada salmo musical, Survived the Blast, At the Barricades y Land of the Damned fueron los salmos que nos llevaron al portal de la música extrema y gutural. Primitive Anthropophagist. Con el penúltimo tema, Into the Abyss, su guitarrista descendía al abismo del público para mezclarse con la gente.
Nos ofrecieron un repertorio de seis canciones oscuras e intensas que llegaría a su fin con Ridges of Fire and Ice. A pesar de sus personajes misteriosos, Miruthan es una banda trabajadora, con un festival como su primer concierto y numerosos shows como cabezas de cartel en solo seis meses desde su formación. Con un video musical recién lanzado que ambienta su nuevo EP y planes para futuros álbumes ya en marcha, Miruthan no muestra signos de detenerse.
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Los franceses Elyose fueron los siguientes en el menú musical. El dúo se transforma en trío en directo. Justine Daaé encajada en un vestido de corte gótico y la otra parte, el cerebro Anthony “Chon” Chognard. Llegados desde Francia, Elyose dice ser una banda que hace “Alt-metal meets gothy vibes with nu and industrial accouterments”. ¿Cómo os quedáis? En esta gira están presentando su quinto álbum de estudio Évidence, publicado hace tan solo unos días. Son un trío curioso, formado por la cantante Justine Daaé, el batería Jordan Kiefer y el guitarrista Anthony Chognard con sus riffs afilados que cortaban la indiferencia de los asistentes. Los tres, completados con alguna pista grabada, presentaron un metal ecléctico y muy personal. “Retour au réel” la defendieron a capa y espada en su lengua nativa, el francés. Sí, señor, cada vez los grupos se arriesgan a cantar en su lengua nativa.
Aunque Justine nos habló prácticamente todo el concierto en español con frases como “Quiero vivir en España por el calor”, mientras daba rienda suelta al resto de canciones que tenían preparadas de su última producción discográfica: “Mission lunaire”, “Étoile solitaire” y “Tentatives échouées”. La complicidad de batería y guitarra duplica la ausencia del bajista. “La próxima canción es humana”, nos anuncia la entusiasta y dulce cantante para descifrarnos esta: “Humaine”. Se despiden con una nueva canción que trata de inteligencia artificial, “Immuable”. Elyose nos presentó una breve pero excelente clase de metal moderno con partes de soprano que maneja a la perfección su cantante. Más tarde le cobramos la palabra de firmas y fotos en el merchandising.
Los brasileños Semblant y su metal sinfónico fueron la cuarta banda en subir al escenario. Entre el público, eran la segunda apuesta más importante del cartel; se notaba el entusiasmo por verlos en directo. Comenzaron su andadura en 2006 y se describen como una banda de death metal melódico, aunque su sonido me pareció más cercano a un power metal moderno. Una discografía sólida los respalda, reafirmada por su álbum más reciente, Vermilion Eclipse. La voz cristalina de su carismática cantante, Mizuho Lin, combinada con los guturales de Sérgio Mazul, arrancó con fuerza con “Incinerate”, una pieza marcada por la velocidad de los power chords al ritmo del doble bombo, acompañado magistralmente por J. Augusto en los teclados. La banda recordó que hacía tres años que no se presentaban en la ciudad y desplegaron un show poderoso y técnico.
Con seis integrantes sobre un escenario reducido, la sensación era que el espacio les quedaba pequeño para el nivel de espectáculo que ofrecieron. En la parte instrumental, destacaron cuatro músicos excepcionales: J. Augusto en teclados, Welynton “Thor” Sikora en batería, Juliano Ribeiro en guitarra, y Johan Piper en bajo. A esto se sumaron las voces contrastantes de Sérgio Mazul, en registros extremos, y Mizuho Lin, con un tono más lírico. Entre los temas destacados, “Dark of the Day” y la emotiva “The Shrine”, del álbum Lunar Manifesto, transportaron al público en un viaje entre lo melódico y lo intenso. La introducción de “Mere Shadow” puso el ambiente para una pieza más suave, con toques heavies, que desembocó en la brillante “Scarlet Heritage (Legacy of Blood Part III)”, una pequeña ópera que combina lo melódico con tintes de black metal.
La interpretación vocal de Mizuho Lin fue impecable, complementando perfectamente la luz de su voz con la oscuridad del gutural. Momentos memorables de complicidad con el público llegaron con “What Lies Ahead”, donde Lin pidió al público cantar el estribillo, y “Enrage”, ya cerca del final del concierto, que desató el primer wall of death de la noche en formato sala, dejando sin aliento a las primeras filas. En un breve pero vibrante recorrido por su carrera, presentaron siete canciones que elevaron el nivel del metal sudamericano, destacando la fuerza de la batería y una guitarra impresionante.
Por otro lado las estrellas de la noche, Infected Rain, una banda de groove/nu-metalcore originaria de Moldavia, formada en 2008, era la más esperada de la parrilla musical. Liderada por la carismática Lena Scissorhands, ha alcanzado un equilibrio fascinante: dos mujeres y dos hombres que se complementan perfectamente. La banda se ha consolidado como una de las propuestas más apasionantes de la escena nu metal contemporánea, considerados dignos herederos del género. Desde su formación, no han dejado de escalar posiciones gracias a su estilo único que combina riffs pesados, elementos electrónicos y una poderosa presencia escénica.. La banda está compuesta por el guitarrista Vadim “Vidick” Ojog, quien también es uno de sus fundadores, junto con la vocalista Elena Cataraga, conocida como Lena Scissorhands. A ellos se suman Alice Lane, bajista y compositora italiana que actualmente toca también en Hand of Juno, y Eugen Voluta en la batería. El inicio del concierto se retrasó un poco debido a la preparación del escenario, que incluyó desmontar la batería utilizada previamente y ajustar los elementos escenográficos.
Este concierto marcó un cambio significativo en sus presentaciones en vivo: además de las clásicas pancartas y plataformas, incluyeron dos pantallas laterales que proyectaban videos e imágenes para complementar cada canción. Aunque el escenario de la sala Wolf era algo reducido y comprimido, el efecto visual fue impresionante, otorgando una dimensión fresca y vibrante a su espectáculo. Incluso parecía que algunas coreografías habían sido preparadas para esta escenografía, como cuando el guitarrista y la bajista se posicionaron frente a las pantallas o Lena aprovechaba el fondo luminoso para crear momentos impactantes. Musicalmente, Infected Rain continúa rompiendo moldes dentro del metal. Con riffs contundentes, bases poli rítmicas, voces extremas y toques electrónicos, lograron ofrecer una actuación arrolladora. Cada integrante demostró su talento de manera única, complementándose perfectamente.
Lena Scissorhands, con su presencia magnética, logró transformar al público en un auténtico torbellino de energía. Ha perfeccionado su registro vocal tras una operación, y en este concierto quedó claro: su habilidad para cambiar de tono incluso dentro de una misma frase fue asombrosa. Pero la fuerza de la banda no depende únicamente de su carismática líder. Vidick destacó, como siempre, por su conexión visceral con la música, mientras que Alice Lane, la incorporación más reciente, brilló con su bajo poderoso y versátil. Eugen, con su precisión y fuerza, aportó una base sólida desde la batería. Una breve intro, “A Second or a Thousand Years”, bajo penumbras, nos anuncia el caos que vendrá. La hermosa “Pandemonium” combina los dos mundos vocales: lo melódico con lo gutural, acompañado de bases electrónicas y un ritmo drum and bass.
Las proyecciones en las pantallas enriquecieron canciones como “Fighter”, con imágenes de la luna, y “Never to Return”, donde se mostraron fragmentos del impresionante videoclip de esta pieza. Lena supo animar al público con momentos icónicos en la presentación de sus nuevas canciones: durante “Vivarium”, la sala se convirtió en un mar de puños alzados; en la electrónica “The Answer Is You”, hizo que todos abrieran un gran circle pit para luego desatar una explosión de energía colectiva. En “Dying Light”, nos hizo agacharnos antes de sumirnos en una locura desenfrenada, y cerraron con dos canciones, “Because I Let You” y “Sweet, Sweet Lies”, donde Lena bajó a las primeras filas, elevada por el personal del staff por sobre nuestras cabezas, dando un acercamiento genuino entre la carismática cantante y sus seguidores, a quienes no dejó de mirar, dar la mano y animar a cantar con ella.
Al final del concierto, la banda se tomó el tiempo de conversar y fotografiarse con los fans, mostrando una cercanía poco común. Infected Rain dejó claro por qué son una de las fuerzas más importantes del metal moderno: su combinación de talento, energía y creatividad los posiciona como una banda imparable dentro del género.
