Una noche más de otoño despidiendo el año en curso, y qué mejor que empezar la semana con una buena tripleta de música death metal en la céntrica sala del Poblenou, Barcelona.
Kvaen fueron los primeros en aparecer en horario escolar a los que solo pudimos ver en acción desgranando una media docena de canciones. “Sulphur Fire” y “The Great Below” estuvieron cargadas de velocidad, fiel al estilo tan característico de la escuela sueca. La cara visible de la banda Jacob Björnfot defiende su propuesta a capa y espada. La lánguida intro de “The Funeral Pyre” da paso a la furia escandinava cerrando el círculo telonero con “Revenge by Fire” a toda ostia, con la sala a medio gas aun esperando a las estrellas de la noche en las inmediaciones fumando o bebiendo cerveza..
In Mourning vieron fallido el inicio de su actuación al no poder tirar las bases electrónicas a priori por el batería de la banda. Superado el incidente, los suecos arrancan disparando la famosa intro en cuestión para dar de lleno a “Thornwalker”, iniciando una cabalgata de riffs típicos del estilo y una diversidad en la estructura de las canciones claro ejemplo es “The Broken Orbit”, más cercano al doom. Los guitarristas Tobias Netzell, Tim Nedergård y Björn Pettersson se repartieron las labores vocales, repartiendo tralla metálica a 18 cuerdas y creando una textura profunda en el directo. El final llegaría con unos minutos menos con la progresiva “Colossus”, adornada vocalmente en los guturales. Salieron del impasse victoriosos, ejecutaron técnica y conectaron con el público que les dio una oportunidad después del incidente inicial.
El reclamo de la noche como banda era indiscutido, con los fineses Insomnium presentando su recién parido larga duración Anno 1696, que precisamente suena con la banda tomando posiciones sobre el escenario con un par de reemplazos en la banda de Niilo Sevänen, bajista y cantante. “Ephemeral” es una muralla sónica de agudos de slide y vibratos de las nuevas incorporaciones Markus Vanhala y el estadounidense Nick Cordle. Sobre la plataforma Markus Hirvonen lucía orgulloso en letras blancas la tipografía de la banda. “White Christ” en esta ocasión se quedó huérfana sin la colaboración del griego Sakis Tolis, líder de Rotting Christ. Las guitarras acústicas anuncian la llegada de “Pale Morning Star”, con el doble pedal de Hirvonen a tope en una puesta en escena simple con un par de pendones y luces que lucen más lo musical que lo escénico.
Nos presentan la joya “Change of Heart”, del disco Above The Weeping World de (2006), con una calma en el inicio para duplicar las guitarras adornarlas con un fraseo gutural característico del death metal. Abajo del escenario los fanáticos adoraban a sus dioses nórdicos de la música extrema melódica. Una sorpresa a manera de presente navideño con “Heart Like a Grave”, sacando aplausos de los fanáticos más veteranos del combo finés. Los medios tiempos y las voces de “And Bells They Toll” rozan el ambient, doom, folk gótico envasado desde Laponia.
El material funciona a la perfección, y una canción como “Lilian” del acústico deriva a la brutalidad gutural en los medios tiempos para volver a la calma lo enganchan al piano de “The Rapids” sin perder un segundo, los golpes de púa ganan una velocidad endemoniada al ritmo del doble pedal rozando el black metal sin duda una de las más brutales de lo nuevo como hilo conductor de su particular sonido. “Song of The Dusk” es el epílogo final de esta aventura musical que lleva un cuarto de siglo dando guerra en el mercado musical.
Los bises no se hacen esperar, y “The Primeval Dark” irrumpe en una centena de segundos solo instrumental para descargar la furia gutural en las voces, dosis de headbanging acompañada de la multitud coreando los riffs con un ensordecedor canto para acabar abruptamente en seco. Un mar de manos al aire con el típico cuerno heavy por toda la sala anuncia “Mortal Share”, otro clásico del repertorio primogénito que se saca de la manga siendo uno de los puntos más altos de la noche.
Niilo, bajo en mano, arenga a las primeras filas con un “hey hey” para tirar el dardo final con “Weighed Down With Sorrow”, los dos guitarras van en dirección del batería buscando la sincronía para embestir los solos en ambos lados del escenario alargando hasta el infinito en sus épicos diez minutos de duración. Una delicia el sonido de las guitarras gemelas con las que se despidieron definitivamente del público catalán que asistió esta fría noche de otoño.
Insomnium está listo para destronar a las vacas sagradas del death melódico con creces a pesar de perder piezas en el camino.
Una noche más de otoño despidiendo el año en curso, y qué mejor que empezar la semana con una buena tripleta de música death metal en la céntrica sala del Poblenou, Barcelona.
Kvaen fueron los primeros en aparecer en horario escolar a los que solo pudimos ver en acción desgranando una media docena de canciones. “Sulphur Fire” y “The Great Below” estuvieron cargadas de velocidad, fiel al estilo tan característico de la escuela sueca. La cara visible de la banda Jacob Björnfot defiende su propuesta a capa y espada. La lánguida intro de “The Funeral Pyre” da paso a la furia escandinava cerrando el círculo telonero con “Revenge by Fire” a toda ostia, con la sala a medio gas aun esperando a las estrellas de la noche en las inmediaciones fumando o bebiendo cerveza..
In Mourning vieron fallido el inicio de su actuación al no poder tirar las bases electrónicas a priori por el batería de la banda. Superado el incidente, los suecos arrancan disparando la famosa intro en cuestión para dar de lleno a “Thornwalker”, iniciando una cabalgata de riffs típicos del estilo y una diversidad en la estructura de las canciones claro ejemplo es “The Broken Orbit”, más cercano al doom. Los guitarristas Tobias Netzell, Tim Nedergård y Björn Pettersson se repartieron las labores vocales, repartiendo tralla metálica a 18 cuerdas y creando una textura profunda en el directo. El final llegaría con unos minutos menos con la progresiva “Colossus”, adornada vocalmente en los guturales. Salieron del impasse victoriosos, ejecutaron técnica y conectaron con el público que les dio una oportunidad después del incidente inicial.
El reclamo de la noche como banda era indiscutido, con los fineses Insomnium presentando su recién parido larga duración Anno 1696, que precisamente suena con la banda tomando posiciones sobre el escenario con un par de reemplazos en la banda de Niilo Sevänen, bajista y cantante. “Ephemeral” es una muralla sónica de agudos de slide y vibratos de las nuevas incorporaciones Markus Vanhala y el estadounidense Nick Cordle. Sobre la plataforma Markus Hirvonen lucía orgulloso en letras blancas la tipografía de la banda. “White Christ” en esta ocasión se quedó huérfana sin la colaboración del griego Sakis Tolis, líder de Rotting Christ. Las guitarras acústicas anuncian la llegada de “Pale Morning Star”, con el doble pedal de Hirvonen a tope en una puesta en escena simple con un par de pendones y luces que lucen más lo musical que lo escénico.
Nos presentan la joya “Change of Heart”, del disco Above The Weeping World de (2006), con una calma en el inicio para duplicar las guitarras adornarlas con un fraseo gutural característico del death metal. Abajo del escenario los fanáticos adoraban a sus dioses nórdicos de la música extrema melódica. Una sorpresa a manera de presente navideño con “Heart Like a Grave”, sacando aplausos de los fanáticos más veteranos del combo finés. Los medios tiempos y las voces de “And Bells They Toll” rozan el ambient, doom, folk gótico envasado desde Laponia.
El material funciona a la perfección, y una canción como “Lilian” del acústico deriva a la brutalidad gutural en los medios tiempos para volver a la calma lo enganchan al piano de “The Rapids” sin perder un segundo, los golpes de púa ganan una velocidad endemoniada al ritmo del doble pedal rozando el black metal sin duda una de las más brutales de lo nuevo como hilo conductor de su particular sonido. “Song of The Dusk” es el epílogo final de esta aventura musical que lleva un cuarto de siglo dando guerra en el mercado musical.
Los bises no se hacen esperar, y “The Primeval Dark” irrumpe en una centena de segundos solo instrumental para descargar la furia gutural en las voces, dosis de headbanging acompañada de la multitud coreando los riffs con un ensordecedor canto para acabar abruptamente en seco. Un mar de manos al aire con el típico cuerno heavy por toda la sala anuncia “Mortal Share”, otro clásico del repertorio primogénito que se saca de la manga siendo uno de los puntos más altos de la noche.
Niilo, bajo en mano, arenga a las primeras filas con un “hey hey” para tirar el dardo final con “Weighed Down With Sorrow”, los dos guitarras van en dirección del batería buscando la sincronía para embestir los solos en ambos lados del escenario alargando hasta el infinito en sus épicos diez minutos de duración. Una delicia el sonido de las guitarras gemelas con las que se despidieron definitivamente del público catalán que asistió esta fría noche de otoño.
Insomnium está listo para destronar a las vacas sagradas del death melódico con creces a pesar de perder piezas en el camino.