Luego de varias postergaciones producto de la pandemia y finalmente la cancelación definitiva con motivo de la guerra con Rusia, los ucranianos Jinjer dieron el presente en El Teatro, ubicado en el porteño barrio de Flores, en el marco de su segunda visita a pagos argentos. Mucha gente se quedó sin verlos en esta ocasión, más que nada por la bronca reinante por el show cancelado (recordemos que la banda canceló su gira sudamericana, pero no así la norteamericana ni la europea) pero sobre todo por el mal manejo por parte de la productora original, e incluso del sistema de entradas, el cual hizo oídos sordos a los reclamos por parte de quienes sacaron su entrada y no pudieron hacer uso de la misma en esta nueva ocasión, debiendo adquirir un nuevo ticket por casi el cuádruple del valor original.
Recordemos además que la banda tenía planeado grabar su show en vivo en Argentina para un próximo DVD, cosa que finalmente nunca sucedió y se terminó grabando en Australia, ya que la situación sanitaria no permitió hacerlo en Argentina. El show en Melbourne, el cual fue el último de la banda antes del confinamiento global, se puede ver de forma gratuita en YouTube.
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Dejando de lado esta seguidilla de acontecimientos amargos, al menos para el público argentino, el recinto de turno abrió sus puertas a las 19:00 horas, momento en el cual los primeros en llegar se acomodaron fácilmente en las vallas de contención que divide el escenario de la gente. Quince minutos después, apareció en escena la primera de las dos bandas soporte: Kobal. El trío oriundo de Luján dio a conocer su propuesta, muy rica en influencias, por espacio de media hora, llevándose sus merecidos aplausos e incluso ovaciones. Muy interesante el trabajo de voces, a cargo del trío en su totalidad. A las 20:00 horas, llegó el turno del también trío Themeria y su propuesta un tanto más tech, bastante influenciada en los locales Arde La Sangre, no solo a nivel estético sino también musical.
Y a las 21:30 horas, sin anestesia de por medio y con un local a un 90% de ocupación, los comandados por la siempre talentosa y atractiva Tatiana Shmaylyuk tomaron por asalto el escenario de El Teatro, tal como lo hicieron en Vorterix a fines de 2018, aunque en esta ocasión con la tipografía de Jinjer en colores azul y amarillo, característicos de la enseña de la Ucrania natal de la banda, proyectada en una pantalla detrás del set de batería de Vladislav Ulasevich. El arranque, de la mano de “Sit Stay Roll Over”, dio a entender a la audiencia presente que la cosa venía picante.
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Muy picante. Sonido arrollador, aunque no perfecto, desde el inicio y hasta el final. Y entrega máxima por parte de los protagonistas de la noche, quienes supieron transmitir esa entrega al público, quien a su vez hizo de combustible para que la banda no afloje en ningún momento.
Se sabe que la banda quedó enamorada de Sudamérica luego de su primera visita, a tal punto que el bajista Eugene Abdiukhanov se tatuó un motivo 100% latino con la frase “Latinoamérica en mi corazón” en su brazo izquierdo, durante su paso por Montevideo, Uruguay, en 2018. Por tanto, se sabía de antemano que la entrega sería absoluta. Y así fue. Recién al sexto tema del set, los ucranianos se calmaron apenas unos instantes, precisamente en los aires reggae de “Judgement (& Punishment)”. Otro momento de calma, momentánea desde ya, vino de la mano del aclamado y vitoreado “Pisces”, cuyo video en plan live session en YouTube tiene la friolera de 68.141.009 de vistas al momento de redactar esta crónica. Sin lugar a dudas, de los momentos más festejados de la noche.
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El final llegó con el rabioso “Captain Clock”, pero claramente la banda no pudo despedirse tan fácilmente de Argentina, por lo que volvieron a escena y se despacharon con “Vortex”, primer corte difusión de “Wallflowers”, último registro discográfico de la banda. En total, fueron quince los temas ejecutados, siendo cinco los representantes de “Wallflowers”, cuatro de “King Of Everything” y “Macro” y dos de “Micro”, no habiendo sonado ningún tema de los dos primeros discos de la banda, “Inhale, Don’t Breathe”, y “Cloud Factory”.
Show corto (hora y cuarto de duración) pero sumamente contundente. Desde este punto del planeta, esperamos no pase mucho tiempo sin volver a saber de estos ucranianos, quienes además de haber ascendido meteóricamente como exponentes de la música extrema moderna contemporánea, claramente se ganaron un lugar en nuestro corazón.
Luego de varias postergaciones producto de la pandemia y finalmente la cancelación definitiva con motivo de la guerra con Rusia, los ucranianos Jinjer dieron el presente en El Teatro, ubicado en el porteño barrio de Flores, en el marco de su segunda visita a pagos argentos. Mucha gente se quedó sin verlos en esta ocasión, más que nada por la bronca reinante por el show cancelado (recordemos que la banda canceló su gira sudamericana, pero no así la norteamericana ni la europea) pero sobre todo por el mal manejo por parte de la productora original, e incluso del sistema de entradas, el cual hizo oídos sordos a los reclamos por parte de quienes sacaron su entrada y no pudieron hacer uso de la misma en esta nueva ocasión, debiendo adquirir un nuevo ticket por casi el cuádruple del valor original.
Recordemos además que la banda tenía planeado grabar su show en vivo en Argentina para un próximo DVD, cosa que finalmente nunca sucedió y se terminó grabando en Australia, ya que la situación sanitaria no permitió hacerlo en Argentina. El show en Melbourne, el cual fue el último de la banda antes del confinamiento global, se puede ver de forma gratuita en YouTube.
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Y a las 21:30 horas, sin anestesia de por medio y con un local a un 90% de ocupación, los comandados por la siempre talentosa y atractiva Tatiana Shmaylyuk tomaron por asalto el escenario de El Teatro, tal como lo hicieron en Vorterix a fines de 2018, aunque en esta ocasión con la tipografía de Jinjer en colores azul y amarillo, característicos de la enseña de la Ucrania natal de la banda, proyectada en una pantalla detrás del set de batería de Vladislav Ulasevich. El arranque, de la mano de “Sit Stay Roll Over”, dio a entender a la audiencia presente que la cosa venía picante.
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Se sabe que la banda quedó enamorada de Sudamérica luego de su primera visita, a tal punto que el bajista Eugene Abdiukhanov se tatuó un motivo 100% latino con la frase “Latinoamérica en mi corazón” en su brazo izquierdo, durante su paso por Montevideo, Uruguay, en 2018. Por tanto, se sabía de antemano que la entrega sería absoluta. Y así fue. Recién al sexto tema del set, los ucranianos se calmaron apenas unos instantes, precisamente en los aires reggae de “Judgement (& Punishment)”. Otro momento de calma, momentánea desde ya, vino de la mano del aclamado y vitoreado “Pisces”, cuyo video en plan live session en YouTube tiene la friolera de 68.141.009 de vistas al momento de redactar esta crónica. Sin lugar a dudas, de los momentos más festejados de la noche.
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Show corto (hora y cuarto de duración) pero sumamente contundente. Desde este punto del planeta, esperamos no pase mucho tiempo sin volver a saber de estos ucranianos, quienes además de haber ascendido meteóricamente como exponentes de la música extrema moderna contemporánea, claramente se ganaron un lugar en nuestro corazón.