

Bien sabido es que la década de los 90s en Argentina fue una década de contrastes. Por un lado, se vivía en un bienestar ficticio que permitía a parte reducida de la sociedad, sobre todo a aquellos estratos sociales de más alto poder adquisitivo, tener un pasar por demás fructífero.

Portada del diario Página 12, 1995.
Las familias de lo que todavía era la conocida clase media, también cosechaban los frutos producto de una época de vacas gordas. Los interminables viajes a Disney, los autos importados, la compra masiva de departamentos por parte de los jubilados…años que todavía mucha gente recuerda con cariños.
Sin embargo, esta realidad económica fue construida y sostenida gracias a que la mayor parte de la sociedad sufría, por el contrario, políticas de estado totalmente marginales. El 1 a 1 practicado por el gobierno de Menem, se sostenía gracias a la venta de los principales activos del país y a la toma de deuda. Trenes, YPF, Aerolíneas Argentinas y un sinfín de empresas bandera fueron vendidas para adquirir la tan anhelada divisa norteamericana en cantidades que pudieran igualar la oferta de pesos. Esto sin duda se tradujo en un proceso enorme de desindustrialización, que a su vez devino en una seguidilla de despidos que día a día no paraba de crecer.
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Los jóvenes de aquel entonces vislumbraban un futuro poco prometedor. El país que debía ampararlos ya no era lo que fue para sus padres y para sus abuelos. La necesidad de buscar explicaciones que pudieran responder a todos los interrogantes, los malestares y cuestionamientos que se hacían dieron como resultado que muchas de las grandes bandas del momento pudieran, de alguna manera, apadrinar a esta juventud “perdida”. Y si de marginales y música se trata, no hay mejor punto de encuentro que el metal, aquel género que en sus diferentes formas venía abrazando a las diferentes juventudes de todo el mundo.

Foto de Andres Violante para la revista Madhouse, 1995.
Aquí en Argentina hubo una banda que lo hizo mejor que nadie: Hermética (o la H para muchos). El cuarteto de thrash metal sí que sabía muy bien manifestar la realidad de las calles argentinas, como pudiendo poner el grito en el cielo para aquellas voces que callaban lo que no debían. La política del país, la historia misma desde sus orígenes, la cultura, inspiraban a estos entonces 4 jóvenes en cada uno de los relatos poéticos de sus canciones. La carrera de Hermética no iba a ser muy larga puesto que por lo que todos sabemos para finales del año 1994 y para sorpresa de todos sus seguidores, la agrupación separaba sus caminos, dejando por un lado a Ricardo Iorio y por el otro a Claudio O’Connor, Tano Romano y Pato Strunz. Un tema delicado, entre otras tantas cosas y que voy a obviar por el mero hecho de que no es el objetivo de este escrito, entrar en polémicas.
También para la misma sorpresa del público, de inmediato, al año siguiente, Claudio, Tano y Pato comunicaban a los medios del momento que estaban trabajando en un nuevo proyecto llamado Malón. El resto es historia. La nueva banda poco a poco dejaba entrever a través de entrevistas y demás, a lo que Malón apostaría: una continuación perfecta y evolucionada del legado de Hermética.
“Es un poco más arreglado. No creo que se distancie mucho, al menos por ahora. Pero en 2 semanas que llevamos ensayando, ya han salido cosas diferentes. Estoy haciendo algunas letras y ellos me ayudan”
-Claudio O’Connor para la revista Madhouse, año 1995-
Para los que no saben, un malón es una táctica de ataque que empleaban los grupos indígenas y que se caracterizaba por la rápida acción y ataques sorpresivos. Y vaya que quedo bien la elección del nombre, porque bastaron tan solo unos pocos meses para que los 3, en conjunto ahora con el bajista Karlos Cuadrado, salieran nuevamente al mercado musical con su nueva obra Espiritu Combativo.
“El significado de ‘Malón’ tiene que ver con la música que hacemos, arrolladora, poderosa; lo que hacía el malón cuando surcaba las pampas.”
-Claudio O’Connor para la revista Madhouse, año 1995-
El disco es, sin duda alguna, una de las obras maestras del metal pesado argentino, tanto para sus amantes, como así también para sus detractores. Y si en algún lado de mi relato, se prometía una continuación del legado de la H, es porque evidentemente en Espiritu Combativo, se pudo percibir los mismos elementos compositivos que en los albums de aquella legendaria banda. Claro, no todo es igual, y es que ahora Malon se proponía con su nueva obra, acercarse un poco más a una producción musical quizás un poco mejor lograda y que les abriría caminos no solo para presentarse en grandes escenarios y recorrer lugares fuera del país, sino también para tener lo que fuera su primer videoclip para la cadena MTV. Ah si, claro, la producción estuvo a cargo de Alvaro Villagra, conocido en el ambiente.

Foto de Andres Violante para la revista Madhouse, 1995.
“Todo lo que se hizo fue super rápido. Apenas salimos, nos llamaron para tocar con Machine Head y ahora esto del Monsters. Si lo logramos, fue gracias a la gente”
-Pato Strunz para la revista Madhouse, año 1995-
El éxito fue como un relámpago, rápido y enérgico. Lograron abrir en ese mismo año el show de la banda Machine Head en el estadio Obras Sanitarias. También formaron parte de la segunda fecha del mítico Monsters of Rock en el estadio de Ferro, completando cartel junto a bandas como Ozzy Osbourne, Faith No More, Paradise Lost y sus compatriotas Rata Blanca. El videoclip de “Castigador por herencia” emitido por la cadena MTV les permitió lograr alcance a nivel internacional, que también los llevó a recorrer muchos otros países por fuera de Argentina.
En Espíritu Combativo se notaba un sonido mejor logrado, con una mezcla mejor pensada, algo que ponía de manifiesto que la banda buscaba algo más que quedar en la posteridad como una banda de culto. Las letras evocaban el espíritu poético del que tanto se vanagloriaban los fans de Hermética, como demostrando que, a pesar de la separación, estos 3 músicos tenían un gran potencial para componer. Castigador por herencia no es otra cosa que una corta narración sobre la violencia que se perpetua a través de las diferentes generaciones de padres y que se evidencia a través de la historia de un personaje en particular inmortalizada en el anteriormente mencionado videoclip.
“Mendigos” es una pieza que, así como el popular tango compuesto por Enrique Santos Discépolo en el año 1934 (Cambalache), nunca pierde vigencia. Es que aquí, nos encontramos con una conjunción de metáforas que explican la situación marginal que siempre han vivido y vivirán, los jubilados argentinos. Otra pieza que rememora a las problemáticas típicas de la sociedad argentinas es “Gatillo Fácil” que no hace falta aclarar que trata sobre los númerosos casos de abuso policial con armas de fuego. Y todos recordaran el caso emblema de Walter Bulacio, que murió de esta manera en aquel lejano 1991, pero también, más en cercanía, podemos recordar al caso de Ismael Sosa en 2015 en un recital de la banda La Renga. Como fuere, esto reafirma lo que ya les mencioné, que Espíritu Combativo es una obra atemporal y que, si bien está cumpliendo 3 décadas de existencia, podría pasar como salido hoy mismo.
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Malón estará conmemorando este aniversario con un show especial en el teatro Flores y una gira por todo el interior del país, como la de aquellos años 95 y 96 bajo el nombre de “Gira Combativa” que los llevó a dar varios shows en las principales urbes y también en algunos puntos particulares como el show en Perú y el de Trelew en el sur de nuestro país. Para muchos de nosotros que por cuestiones lógicas de edad (4 prematuros años en ese entonces), es una oportunidad única, una oportunidad para revivir dicha gira y entender la importancia y la impronta que este disco dejó para toda la posteridad de la escena del metal pesado argentino. Podremos discutir si un poco mejor o peor que sus otros discos, si es el más o quizás no tanto, pero incuestionable es el hecho de que Espiritu Combativo no solo marcó un antes y un después en el metal local, sino que también es un caso único de un primer disco con un éxito tan rápido y enorme para dejar a Malón entre los principales exponentes del género. Desde donde sea que lean mi nota, si tienen alguno show de la gira cerca para asistir, les dejo la invitación para que lo hagan y festejar al metal.


Bien sabido es que la década de los 90s en Argentina fue una década de contrastes. Por un lado, se vivía en un bienestar ficticio que permitía a parte reducida de la sociedad, sobre todo a aquellos estratos sociales de más alto poder adquisitivo, tener un pasar por demás fructífero.

Portada del diario Página 12, 1995.
Las familias de lo que todavía era la conocida clase media, también cosechaban los frutos producto de una época de vacas gordas. Los interminables viajes a Disney, los autos importados, la compra masiva de departamentos por parte de los jubilados…años que todavía mucha gente recuerda con cariños.
Sin embargo, esta realidad económica fue construida y sostenida gracias a que la mayor parte de la sociedad sufría, por el contrario, políticas de estado totalmente marginales. El 1 a 1 practicado por el gobierno de Menem, se sostenía gracias a la venta de los principales activos del país y a la toma de deuda. Trenes, YPF, Aerolíneas Argentinas y un sinfín de empresas bandera fueron vendidas para adquirir la tan anhelada divisa norteamericana en cantidades que pudieran igualar la oferta de pesos. Esto sin duda se tradujo en un proceso enorme de desindustrialización, que a su vez devino en una seguidilla de despidos que día a día no paraba de crecer.
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Los jóvenes de aquel entonces vislumbraban un futuro poco prometedor. El país que debía ampararlos ya no era lo que fue para sus padres y para sus abuelos. La necesidad de buscar explicaciones que pudieran responder a todos los interrogantes, los malestares y cuestionamientos que se hacían dieron como resultado que muchas de las grandes bandas del momento pudieran, de alguna manera, apadrinar a esta juventud “perdida”. Y si de marginales y música se trata, no hay mejor punto de encuentro que el metal, aquel género que en sus diferentes formas venía abrazando a las diferentes juventudes de todo el mundo.

Foto de Andres Violante para la revista Madhouse, 1995.
Aquí en Argentina hubo una banda que lo hizo mejor que nadie: Hermética (o la H para muchos). El cuarteto de thrash metal sí que sabía muy bien manifestar la realidad de las calles argentinas, como pudiendo poner el grito en el cielo para aquellas voces que callaban lo que no debían. La política del país, la historia misma desde sus orígenes, la cultura, inspiraban a estos entonces 4 jóvenes en cada uno de los relatos poéticos de sus canciones. La carrera de Hermética no iba a ser muy larga puesto que por lo que todos sabemos para finales del año 1994 y para sorpresa de todos sus seguidores, la agrupación separaba sus caminos, dejando por un lado a Ricardo Iorio y por el otro a Claudio O’Connor, Tano Romano y Pato Strunz. Un tema delicado, entre otras tantas cosas y que voy a obviar por el mero hecho de que no es el objetivo de este escrito, entrar en polémicas.
También para la misma sorpresa del público, de inmediato, al año siguiente, Claudio, Tano y Pato comunicaban a los medios del momento que estaban trabajando en un nuevo proyecto llamado Malón. El resto es historia. La nueva banda poco a poco dejaba entrever a través de entrevistas y demás, a lo que Malón apostaría: una continuación perfecta y evolucionada del legado de Hermética.
“Es un poco más arreglado. No creo que se distancie mucho, al menos por ahora. Pero en 2 semanas que llevamos ensayando, ya han salido cosas diferentes. Estoy haciendo algunas letras y ellos me ayudan”
-Claudio O’Connor para la revista Madhouse, año 1995-
Para los que no saben, un malón es una táctica de ataque que empleaban los grupos indígenas y que se caracterizaba por la rápida acción y ataques sorpresivos. Y vaya que quedo bien la elección del nombre, porque bastaron tan solo unos pocos meses para que los 3, en conjunto ahora con el bajista Karlos Cuadrado, salieran nuevamente al mercado musical con su nueva obra Espiritu Combativo.
“El significado de ‘Malón’ tiene que ver con la música que hacemos, arrolladora, poderosa; lo que hacía el malón cuando surcaba las pampas.”
-Claudio O’Connor para la revista Madhouse, año 1995-
El disco es, sin duda alguna, una de las obras maestras del metal pesado argentino, tanto para sus amantes, como así también para sus detractores. Y si en algún lado de mi relato, se prometía una continuación del legado de la H, es porque evidentemente en Espiritu Combativo, se pudo percibir los mismos elementos compositivos que en los albums de aquella legendaria banda. Claro, no todo es igual, y es que ahora Malon se proponía con su nueva obra, acercarse un poco más a una producción musical quizás un poco mejor lograda y que les abriría caminos no solo para presentarse en grandes escenarios y recorrer lugares fuera del país, sino también para tener lo que fuera su primer videoclip para la cadena MTV. Ah si, claro, la producción estuvo a cargo de Alvaro Villagra, conocido en el ambiente.

Foto de Andres Violante para la revista Madhouse, 1995.
“Todo lo que se hizo fue super rápido. Apenas salimos, nos llamaron para tocar con Machine Head y ahora esto del Monsters. Si lo logramos, fue gracias a la gente”
-Pato Strunz para la revista Madhouse, año 1995-
El éxito fue como un relámpago, rápido y enérgico. Lograron abrir en ese mismo año el show de la banda Machine Head en el estadio Obras Sanitarias. También formaron parte de la segunda fecha del mítico Monsters of Rock en el estadio de Ferro, completando cartel junto a bandas como Ozzy Osbourne, Faith No More, Paradise Lost y sus compatriotas Rata Blanca. El videoclip de “Castigador por herencia” emitido por la cadena MTV les permitió lograr alcance a nivel internacional, que también los llevó a recorrer muchos otros países por fuera de Argentina.
En Espíritu Combativo se notaba un sonido mejor logrado, con una mezcla mejor pensada, algo que ponía de manifiesto que la banda buscaba algo más que quedar en la posteridad como una banda de culto. Las letras evocaban el espíritu poético del que tanto se vanagloriaban los fans de Hermética, como demostrando que, a pesar de la separación, estos 3 músicos tenían un gran potencial para componer. Castigador por herencia no es otra cosa que una corta narración sobre la violencia que se perpetua a través de las diferentes generaciones de padres y que se evidencia a través de la historia de un personaje en particular inmortalizada en el anteriormente mencionado videoclip.
“Mendigos” es una pieza que, así como el popular tango compuesto por Enrique Santos Discépolo en el año 1934 (Cambalache), nunca pierde vigencia. Es que aquí, nos encontramos con una conjunción de metáforas que explican la situación marginal que siempre han vivido y vivirán, los jubilados argentinos. Otra pieza que rememora a las problemáticas típicas de la sociedad argentinas es “Gatillo Fácil” que no hace falta aclarar que trata sobre los númerosos casos de abuso policial con armas de fuego. Y todos recordaran el caso emblema de Walter Bulacio, que murió de esta manera en aquel lejano 1991, pero también, más en cercanía, podemos recordar al caso de Ismael Sosa en 2015 en un recital de la banda La Renga. Como fuere, esto reafirma lo que ya les mencioné, que Espíritu Combativo es una obra atemporal y que, si bien está cumpliendo 3 décadas de existencia, podría pasar como salido hoy mismo.
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Malón estará conmemorando este aniversario con un show especial en el teatro Flores y una gira por todo el interior del país, como la de aquellos años 95 y 96 bajo el nombre de “Gira Combativa” que los llevó a dar varios shows en las principales urbes y también en algunos puntos particulares como el show en Perú y el de Trelew en el sur de nuestro país. Para muchos de nosotros que por cuestiones lógicas de edad (4 prematuros años en ese entonces), es una oportunidad única, una oportunidad para revivir dicha gira y entender la importancia y la impronta que este disco dejó para toda la posteridad de la escena del metal pesado argentino. Podremos discutir si un poco mejor o peor que sus otros discos, si es el más o quizás no tanto, pero incuestionable es el hecho de que Espiritu Combativo no solo marcó un antes y un después en el metal local, sino que también es un caso único de un primer disco con un éxito tan rápido y enorme para dejar a Malón entre los principales exponentes del género. Desde donde sea que lean mi nota, si tienen alguno show de la gira cerca para asistir, les dejo la invitación para que lo hagan y festejar al metal.