Durante los noventas, Moonspell fue no sólo uno de los nombres más importantes de la explosión del metal gótico, sino también la banda que puso a Portugal en el mapa metalero internacional, siendo incluso al día de hoy el grupo de metal luso más popular. Siempre liderados por el cantante Fernando Ribeiro, los países que más presencia han tenido del quinteto son Alemania y Estados Unidos, pero Sudamérica también ha tenido sus visitas, no tan seguidas pero dentro de todo constantes, y obviamente no podía faltar como parte de los destinos del Latin American Fullmoon Tour 2023, donde el grupo festejaría treinta años desde su formación. Esta celebración los tuvo tachando algunos pendientes de su lista latinoamericana, con sendos debuts en tierras uruguayas, peruanas y costarricenses.
El 2 de abril, Moonspell se anotó su sexto paso por Chile. La cita se dio en el Club Chocolate de Santiago, y la previa estuvo a cargo de J. P. Krom, cantante y guitarrista chileno que ha bautizado su propuesta como “metal astrológico”, aunque no pudimos ver casi nada de su set siendo que llegamos justo sobre el final.
Después de que sonara el clásico “Mr. Crowley” de Ozzy Osbourne, los oriundos de Brandoa salieron al escenario con una serie de sonidos ambientales para dar comienzo a “The Greater Good”, canción que también arranca a su último trabajo Hermitage y que sería la única representante de este disco. Desde el principio quedó en claro que el Club Chocolate, a pesar de ser usado más que nada como discoteca y teniendo una capacidad un tanto limitada, ofrecía una disposición de gradas y balcones, una excelente calidad tanto de la iluminación como del sonido y un tamaño de escenario que permitía disfrutar del escenario desde absolutamente cualquier ángulo y con los músicos pudiendo moverse arriba del escenario con total comodidad.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: Katatonia en Buenos Aires: “El reencuentro imaginado”
Fernando Ribeiro sigue dominando las voces podridas y el canto limpio y gótico como siempre, con una fuerza que se ve acompañada por la siempre confiable base provista por Pedro Paixão en teclados, Ricardo Amorim en guitarra, Aires Pereira en bajo y el relativamente recién llegado Hugo Ribeiro, quien ocupó la batería tras la salida del histórico Miguel Gaspar en 2020. Al terminar la primera canción, Fernando saludó a la gente con un “Buenas noches, Santiago de Chile. ¿Cómo están? Qué gusto regresar aquí, ¡nosotros somos Moonspell!”, antes de comenzar con “Extinct”, proveniente del álbum del mismo nombre de 2015, con las luces del lugar enfocando a Amorim al momento del solo explosivo, demostrando un punto en común entre la atmósfera lúgubre gótica y el mundo rockstar.
Más agradecimientos por parte del cantante, aunque estos se vean un tanto tapados por los cantos de la gente clamando el nombre de la banda una y otra vez, antes de anunciar el primer viaje al pasado lejano de la noche, de la mano del clásico “Opium” de Irreligious (1996). Acompañado del fondo del escenario mostrando el Ojo de Horus de la portada y la gente cantando las letras como un clásico de toda la vida, todo este momento fue simplemente mágico, algo que siguió con “Night Eternal”, que bien podría considerarse otro gran viaje al pasado si tenemos en cuenta que aquel álbum salió hace década y media.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: 30° Aniversario de: Gothic, de Paradise Lost
La noche continuó de esta manera repasando la discografía de los lusitanos, aunque no todos los álbumes estuvieron representados: cuando tienes trece discos en tu haber (catorce si contamos al Omega White que acompañó la edición especial de Alpha Noir), es muy complicado que todos tengan su espacio.
Pero nueve de trece / catorce es una buena fracción, y además de clásicos siempre presentes como “Vampiria” y “Mephisto” también se sacaron de la manga un par de tracks mucho menos presentes en sus sets, como es el caso de “In and Above Men” y “From Lowering Skies” de The Antidote, aunque en su mayoría las canciones elegidas bien podrían ser un “Grandes Éxitos” de los portugueses.
Imágenes de lunas y figuras fantasmagóricas en el fondo, junto con la interpretación de Fernando Ribeiro, el recital de Moonspell fue una experiencia para todos los sentidos, con la banda poniendo particular énfasis en su debut Wolfheart, cerrando la primera parte del set con “Alma Mater” y más tarde volviendo para completar la noche con los himnos licantrópicos “Wolfshade (A Werewolf Masquerade)” y “Full Moon Madness”, cerrando así una noche de locura gótica y nostalgia oscura.
Aunque no hubiera estado mal que incluyeran un par de las canciones en portugués, como “En Nome do Medo” y “Todos os Santos”, que sí estuvieron presentes en los recitales en Brasil, más allá de la barrera idiomática que no es más grande que la del inglés, no creo que alguien del público se haya ido insatisfecho, gracias al poder de una banda que a pesar de los años, los cambios de estilo y de tendencias siguen alzando bien alta la bandera del metal portugués. Como curiosidad, alguien que nos pudimos encontrar entre el público fue a Diego DoUrden, actual bajista de las leyendas brasileñas del black metal Mystifier, quienes se habían presentado el día anterior junto a los estadounidenses Morbosidad, demostrando la llegada de la propuesta de Moonspell. Que sigan así por muchos años más.
Fotografías: Fernando Serani, cortesía MetalEyeWitness.com
Durante los noventas, Moonspell fue no sólo uno de los nombres más importantes de la explosión del metal gótico, sino también la banda que puso a Portugal en el mapa metalero internacional, siendo incluso al día de hoy el grupo de metal luso más popular. Siempre liderados por el cantante Fernando Ribeiro, los países que más presencia han tenido del quinteto son Alemania y Estados Unidos, pero Sudamérica también ha tenido sus visitas, no tan seguidas pero dentro de todo constantes, y obviamente no podía faltar como parte de los destinos del Latin American Fullmoon Tour 2023, donde el grupo festejaría treinta años desde su formación. Esta celebración los tuvo tachando algunos pendientes de su lista latinoamericana, con sendos debuts en tierras uruguayas, peruanas y costarricenses.
El 2 de abril, Moonspell se anotó su sexto paso por Chile. La cita se dio en el Club Chocolate de Santiago, y la previa estuvo a cargo de J. P. Krom, cantante y guitarrista chileno que ha bautizado su propuesta como “metal astrológico”, aunque no pudimos ver casi nada de su set siendo que llegamos justo sobre el final.
Después de que sonara el clásico “Mr. Crowley” de Ozzy Osbourne, los oriundos de Brandoa salieron al escenario con una serie de sonidos ambientales para dar comienzo a “The Greater Good”, canción que también arranca a su último trabajo Hermitage y que sería la única representante de este disco. Desde el principio quedó en claro que el Club Chocolate, a pesar de ser usado más que nada como discoteca y teniendo una capacidad un tanto limitada, ofrecía una disposición de gradas y balcones, una excelente calidad tanto de la iluminación como del sonido y un tamaño de escenario que permitía disfrutar del escenario desde absolutamente cualquier ángulo y con los músicos pudiendo moverse arriba del escenario con total comodidad.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: Katatonia en Buenos Aires: “El reencuentro imaginado”
Fernando Ribeiro sigue dominando las voces podridas y el canto limpio y gótico como siempre, con una fuerza que se ve acompañada por la siempre confiable base provista por Pedro Paixão en teclados, Ricardo Amorim en guitarra, Aires Pereira en bajo y el relativamente recién llegado Hugo Ribeiro, quien ocupó la batería tras la salida del histórico Miguel Gaspar en 2020. Al terminar la primera canción, Fernando saludó a la gente con un “Buenas noches, Santiago de Chile. ¿Cómo están? Qué gusto regresar aquí, ¡nosotros somos Moonspell!”, antes de comenzar con “Extinct”, proveniente del álbum del mismo nombre de 2015, con las luces del lugar enfocando a Amorim al momento del solo explosivo, demostrando un punto en común entre la atmósfera lúgubre gótica y el mundo rockstar.
Más agradecimientos por parte del cantante, aunque estos se vean un tanto tapados por los cantos de la gente clamando el nombre de la banda una y otra vez, antes de anunciar el primer viaje al pasado lejano de la noche, de la mano del clásico “Opium” de Irreligious (1996). Acompañado del fondo del escenario mostrando el Ojo de Horus de la portada y la gente cantando las letras como un clásico de toda la vida, todo este momento fue simplemente mágico, algo que siguió con “Night Eternal”, que bien podría considerarse otro gran viaje al pasado si tenemos en cuenta que aquel álbum salió hace década y media.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: 30° Aniversario de: Gothic, de Paradise Lost
La noche continuó de esta manera repasando la discografía de los lusitanos, aunque no todos los álbumes estuvieron representados: cuando tienes trece discos en tu haber (catorce si contamos al Omega White que acompañó la edición especial de Alpha Noir), es muy complicado que todos tengan su espacio.
Pero nueve de trece / catorce es una buena fracción, y además de clásicos siempre presentes como “Vampiria” y “Mephisto” también se sacaron de la manga un par de tracks mucho menos presentes en sus sets, como es el caso de “In and Above Men” y “From Lowering Skies” de The Antidote, aunque en su mayoría las canciones elegidas bien podrían ser un “Grandes Éxitos” de los portugueses.
Imágenes de lunas y figuras fantasmagóricas en el fondo, junto con la interpretación de Fernando Ribeiro, el recital de Moonspell fue una experiencia para todos los sentidos, con la banda poniendo particular énfasis en su debut Wolfheart, cerrando la primera parte del set con “Alma Mater” y más tarde volviendo para completar la noche con los himnos licantrópicos “Wolfshade (A Werewolf Masquerade)” y “Full Moon Madness”, cerrando así una noche de locura gótica y nostalgia oscura.
Aunque no hubiera estado mal que incluyeran un par de las canciones en portugués, como “En Nome do Medo” y “Todos os Santos”, que sí estuvieron presentes en los recitales en Brasil, más allá de la barrera idiomática que no es más grande que la del inglés, no creo que alguien del público se haya ido insatisfecho, gracias al poder de una banda que a pesar de los años, los cambios de estilo y de tendencias siguen alzando bien alta la bandera del metal portugués. Como curiosidad, alguien que nos pudimos encontrar entre el público fue a Diego DoUrden, actual bajista de las leyendas brasileñas del black metal Mystifier, quienes se habían presentado el día anterior junto a los estadounidenses Morbosidad, demostrando la llegada de la propuesta de Moonspell. Que sigan así por muchos años más.
Fotografías: Fernando Serani, cortesía MetalEyeWitness.com