

A pesar de que tenga “pop” en su nombre, el pop punk no es para cualquier público. Y no lo digo en el sentido de que haya que tener cierto nivel de inteligencia o “cultura musical” para apreciarlo, pero más en el hecho de que está en un punto medio que puede ser incómodo: demasiado ruidoso para el que le guste el pop, demasiado “poco auténtico” (o directamente “falso”) para los que gusten del “verdadero punk”. Pero cuando logra pegar lo hace con todo, como un helado en medio de una ola de calor, y eso es lo que pasó el martes 26 de agosto con la visita de Neck Deep en Argentina.
Neck Deep se han hecho un espacio propio en este revival del pop punk de corte californiano que venimos viviendo en la última década (la onda “soundtrack de Tony Hawk’s Pro Skater específicamente), con Neck Deep pudiendo ser la banda más californiana que haya salido las soleadas playas y pistas de skate de… Wrexham, en el norte de Gales. Sí, en ese aspecto Neck Deep me recuerdan un poco a Millencolin, otra banda que lograba canalizar ese sonido y esas imágenes a pesar de ser de un lugar extremadamente diferente, en su caso Suecia. De cualquier manera, este quinteto galés viene escalando con su mezcla de punk desenfrenado y melodías, y ahora se presentaba en Argentina promocionando su álbum autotitulado de 2024.
El campo del Groove estaba lleno hasta el 70% aproximadamente, aunque en la parte de arriba había bastante gente que prefería ver a la banda directamente sin el caos que se daría abajo. Mucha remera de Blink-182 y la concentración más importante de gorras al revés y aros expansores que se pudiera ver fuera de un concierto de Limp Bizkit. La expectativa se sentía, con la previa estando musicalizada por canciones de Talking Heads y The Clash, o al menos remixes electrónicos de ellos.
A las 20.30, sin la actuación de bandas teloneras de por medio, se apagaron las luces y entre las ovaciones de la gente se pudo ver la imagen de un televisor apareciendo en las pantallas de fondo del escenario, que mostraba el logo grafiteado de Neck Deep, marcando la salida de los galeses: el cantante Ben Barlow, los guitarristas Matt West y Sam Bowden, el bajista Seb Barlow y el más reciente baterista Matt Powles. Así fue que dieron inicio casi inmediato a “Dumbstruck Dumbf**k”, primera canción de su último álbum y que tuvo a la gente saltando y ya armando unos pogos brutales en el campo del recinto de Palermo.
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“Sort Yourself Out”, “Motion Sickness”, “Gold Steps”, las canciones se fueron sucediendo con su mezcla de riffs simples pero tocados con furia garagera y melodías como para ir a practicar algunos movimientos con la patineta. En un momento tuvimos a Ben Barlow comentando acerca del mosh pit y diciendo con una sonrisa que “estaba muy bien”, pero que “podía oler el mosh pit hasta donde estaba”, hablando acerca de hacer un “girl pit” en su lugar, por lo que tuvimos un momento donde las chicas del público tuvieron su propio momento para la violencia en canción.
Hablando de Barlow, antes de arrancar con “Take Me With You” (o “la canción sobre los ovnis”), alguien le acercó una remera de la selección con el nombre de Maradona en la espalda, y ni lerdo ni perezoso el cantante decidió cambiarse la que estaba usando, mostrando a todos el cuerpo pintarrajeado de tatuajes que parece el baño de Uniclub, y ganándose las ovaciones del público en el proceso.
“Heartbreak Of The Century” fue otra que tuvo a la gente disfrutando a pleno y testeando los límites de la seguridad del lugar, que apenas podía estar señalando con los láseres a los que intentaban hacer crowdsurfing y tal vez llegar al escenario. Los encargados de las cuerdas girando sobre sí mismos, Ben Barlow aprovechando cada momento para agitar a la gente y estos correspondiendo con más mosh. “You Should See Me Now”, “STFU”, “We Need More Bricks” siguieron la fiesta, cerrando por ese momento con “A Part of Me”.
Aunque la banda se retiró, sólo lo haría por unos segundos, como para tomar algo y esas cosas que van a hacer las bandas antes de los bises. Así tuvimos rápidamente la vuelta de Neck Deep al escenario, ahora para sí cerrar la noche con dos últimas canciones: esas serían “December” e “In Bloom”, dos bombazos que tuvieron nuevamente al público cantando de principio a fin y saltando a más no poder.
Ese fue el fin de la presentación de Neck Deep, banda que demostró que aunque no hagan música “pesada” sí son capaces de crear experiencias entre la gente que están a la misma altura en cuanto a pasión y dedicación. Fue un concierto con mucha energía y cariño, aunque se vio empañado al momento de la salida de Groove debido a que la gente de seguridad cerró las puertas y empezó a cachear a todos los que salían porque había como una decena de personas a las que les habían desaparecido los celulares, pidiendo a todos que desbloquearan el que llevaran. Sí, esa fue una mancha bastante grande en un concierto que tendría que haber sido todo positivo, con una banda incansable y un público que pedía más. Pero bueno, gajes del oficio y del mundo de la música en vivo en este país.


A pesar de que tenga “pop” en su nombre, el pop punk no es para cualquier público. Y no lo digo en el sentido de que haya que tener cierto nivel de inteligencia o “cultura musical” para apreciarlo, pero más en el hecho de que está en un punto medio que puede ser incómodo: demasiado ruidoso para el que le guste el pop, demasiado “poco auténtico” (o directamente “falso”) para los que gusten del “verdadero punk”. Pero cuando logra pegar lo hace con todo, como un helado en medio de una ola de calor, y eso es lo que pasó el martes 26 de agosto con la visita de Neck Deep en Argentina.
Neck Deep se han hecho un espacio propio en este revival del pop punk de corte californiano que venimos viviendo en la última década (la onda “soundtrack de Tony Hawk’s Pro Skater específicamente), con Neck Deep pudiendo ser la banda más californiana que haya salido las soleadas playas y pistas de skate de… Wrexham, en el norte de Gales. Sí, en ese aspecto Neck Deep me recuerdan un poco a Millencolin, otra banda que lograba canalizar ese sonido y esas imágenes a pesar de ser de un lugar extremadamente diferente, en su caso Suecia. De cualquier manera, este quinteto galés viene escalando con su mezcla de punk desenfrenado y melodías, y ahora se presentaba en Argentina promocionando su álbum autotitulado de 2024.
El campo del Groove estaba lleno hasta el 70% aproximadamente, aunque en la parte de arriba había bastante gente que prefería ver a la banda directamente sin el caos que se daría abajo. Mucha remera de Blink-182 y la concentración más importante de gorras al revés y aros expansores que se pudiera ver fuera de un concierto de Limp Bizkit. La expectativa se sentía, con la previa estando musicalizada por canciones de Talking Heads y The Clash, o al menos remixes electrónicos de ellos.
A las 20.30, sin la actuación de bandas teloneras de por medio, se apagaron las luces y entre las ovaciones de la gente se pudo ver la imagen de un televisor apareciendo en las pantallas de fondo del escenario, que mostraba el logo grafiteado de Neck Deep, marcando la salida de los galeses: el cantante Ben Barlow, los guitarristas Matt West y Sam Bowden, el bajista Seb Barlow y el más reciente baterista Matt Powles. Así fue que dieron inicio casi inmediato a “Dumbstruck Dumbf**k”, primera canción de su último álbum y que tuvo a la gente saltando y ya armando unos pogos brutales en el campo del recinto de Palermo.
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“Sort Yourself Out”, “Motion Sickness”, “Gold Steps”, las canciones se fueron sucediendo con su mezcla de riffs simples pero tocados con furia garagera y melodías como para ir a practicar algunos movimientos con la patineta. En un momento tuvimos a Ben Barlow comentando acerca del mosh pit y diciendo con una sonrisa que “estaba muy bien”, pero que “podía oler el mosh pit hasta donde estaba”, hablando acerca de hacer un “girl pit” en su lugar, por lo que tuvimos un momento donde las chicas del público tuvieron su propio momento para la violencia en canción.
Hablando de Barlow, antes de arrancar con “Take Me With You” (o “la canción sobre los ovnis”), alguien le acercó una remera de la selección con el nombre de Maradona en la espalda, y ni lerdo ni perezoso el cantante decidió cambiarse la que estaba usando, mostrando a todos el cuerpo pintarrajeado de tatuajes que parece el baño de Uniclub, y ganándose las ovaciones del público en el proceso.
“Heartbreak Of The Century” fue otra que tuvo a la gente disfrutando a pleno y testeando los límites de la seguridad del lugar, que apenas podía estar señalando con los láseres a los que intentaban hacer crowdsurfing y tal vez llegar al escenario. Los encargados de las cuerdas girando sobre sí mismos, Ben Barlow aprovechando cada momento para agitar a la gente y estos correspondiendo con más mosh. “You Should See Me Now”, “STFU”, “We Need More Bricks” siguieron la fiesta, cerrando por ese momento con “A Part of Me”.
Aunque la banda se retiró, sólo lo haría por unos segundos, como para tomar algo y esas cosas que van a hacer las bandas antes de los bises. Así tuvimos rápidamente la vuelta de Neck Deep al escenario, ahora para sí cerrar la noche con dos últimas canciones: esas serían “December” e “In Bloom”, dos bombazos que tuvieron nuevamente al público cantando de principio a fin y saltando a más no poder.
Ese fue el fin de la presentación de Neck Deep, banda que demostró que aunque no hagan música “pesada” sí son capaces de crear experiencias entre la gente que están a la misma altura en cuanto a pasión y dedicación. Fue un concierto con mucha energía y cariño, aunque se vio empañado al momento de la salida de Groove debido a que la gente de seguridad cerró las puertas y empezó a cachear a todos los que salían porque había como una decena de personas a las que les habían desaparecido los celulares, pidiendo a todos que desbloquearan el que llevaran. Sí, esa fue una mancha bastante grande en un concierto que tendría que haber sido todo positivo, con una banda incansable y un público que pedía más. Pero bueno, gajes del oficio y del mundo de la música en vivo en este país.