Shah​​ (en persa, شاه‎, šāh, pronunciado [ʃɒːh]; «rey») también escrito como sha, es el título que reciben desde la antigüedad los monarcas de Irán, antiguamente conocido por Occidente como Persia. Shah son en este caso una banda de thrash metal que viene directamente de Rusia, formada en 1985 se separaron 11 después y hoy nos traen sus mejores temas reeditados en este compilado: “Fire and Brimstone Collection”.

“Fire and Brimstone Collection”, es una colección de fuego y azufre, así que los fanáticos deben tener cuidado. El repertorio de esta salida suena con calidad de hace unos 30 años o más; y no tenemos razones para pensar que en este momento los muchachos han votado para traicionar su firme credo de thrash clásico de antaño.

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No, no lo han hecho, aunque solo hay tres pistas nuevas, de once. Sin embargo, el resto es inaudito ya que son piezas que no se han lanzado antes, que datan de los comienzos de la banda, el período 1985/87. El nuevo material primero, la canción principal, un headbanger corto y desgarrador, un puro ataque de thrash de la vieja escuela, los otros dos lo siguen en sus zapatos, ambos breves brisas hiperactivas “Mortal Victims” saltando incluso al vagón proto-muerte más brutal. No se esperaba tal sismicidad abierta de “Running Wild”, a pesar del título, la canción más antigua aquí, que data de 1985, un himno épico del heavy power metal, que no tiene nada que ver con el espíritu mucho menos controlado del resto; probablemente una pista grabada durante los primeros días de los muchachos, cuando también se llamaban Shah, pero tocaban hard’n heavy/power.

El material de 1986 es en su mayoría velocistas enérgicos y no quisquillosos (“No Hope No Faith”, “Paranoia”), mientras que el de 1987 es más serio, la trituradora semi-técnica “Touch My Wound” es un intento admirable de una canción más ambiciosa. -escritura, precursora de las sesiones de grabación de “Beware”. Sin embargo, espere al menos un esguince de cuello virulento (“Genocide”) también de este período posterior, la banda se cubre por todos lados en esta etapa temprana, sonando lo suficientemente convincente como para ingresar al estudio para la creación de un lanzamiento oficial, también distinguiéndose de sus compatriotas por cantar en inglés.

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En otras palabras, habrá sorpresas servidas aquí, solo que no para el círculo muy cercano de los muchachos a quienes la mayoría de estos números les resultarán familiares. Esta es música directa genial, con un gran potencial de moshing, también agraciada por una calidad de sonido muy clara. Anton García canta en su habitual timbre intenso semi-grito/semi-limpio adjunto, sin cambios en ese frente, pero no debería haber ninguno ya que el acompañamiento vocal es simplemente el más adecuado para este tipo de directo sin barras. Este es el buen viejo thrash,  entregado con lealtad sin tomarse ninguna libertad, otra colección de terror que, con suerte, es un ensayo para un nuevo largometraje.