En todas las eras musicales siempre hay ciertos discos que marcan un antes y un después dentro de la misma, desde clásicos como Paranoid de Black Sabbath o London Calling de The Clash pasando por Appetite For Destruction de Guns & Roses y Ride The Lightning de Metallica y llegando hasta Vulgar Display Of Power de Pantera y Dookie de Green Day en los 90’s.
Si nos adentramos en los 00’s y hablamos de discos vitales para entender el metal, el rock y en general la música alternativa, hay varios candidatos posibles pero seguramente los 3 en los que todos vamos a coincidir os gusten o no las bandas serían Iowa de Slipknot , Hybrid Theory de Linkin Park y por supuesto el caso que nos ocupa hoy: el majestuoso Toxicity de System Of A Down.
Hablar de este disco, es hacerlo de una de las obras más importantes de los últimos 25 años como poco y explicar su enorme éxito es bastante sencillo a la par que sorprendente ya que la banda combinó en este trabajo (su segundo disco tras un enorme primer álbum homónimo) estilos como el nu metal , el thrash metal , el hardcore punk pero siempre con esa personalidad tan característica de estos cuatro tipos que con este disco cambiaron el curso del metal contemporáneo para siempre.
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El disco arranca con “Prison Song” y ya es una bomba de relojería que te noquea desde el segundo uno combinando feroces guitarras al inicio de la misma (si no podrían ser de Kerry King… poco le faltan) con un rítmo frenético digno de Faith No More y con un Serj Tankian espectacular en todos los registros vocales que maneja, desde los puentes más melódicos hasta las partes más aggro, el tipo te deja con la boca abierta con el virtuosismo que tiene y por el cual es considerado uno de los 5 mejores vocalistas del nu metal y de su generación y con mucha diferencia. Pero por si fuese poco la letra es una crítica despiadada al gobierno norteamericano, con lo cual tenemos un inicio inmejorable, el cual no baja el ritmo en “Needles”, otra montaña rusa de sonidos y estilos en donde quizás se hace más presente el hardcore punk y esas pinceladas de Mr. Bungle que venían manejando desde su primer disco, como si de una trilogía se tratase llega “Deer Dance” para cerrar este primer bloque y a diferencia del cine, aquí la tercera parte es tanto mejor que la primera ya que es vuelve a ser una cóctelera infernal de sonidos diferentes, subidas musicales y ciertos sonidos orientales (que evidencian el origen armenio del cuarteto con base en California), de nuevo estamos ante una pieza compleja pese a su rapidez y locura si se quiere, pero que sorpendentemente entra a la primera escucha.
De nuevo una lírica feroz se hace presente y en este caso se aborda un tema muy delicado como es el de los niños soldados y los que son perseguidos con armas por el gobierno, algo repulsivo ya que hablamos de personas con apenas capacidad de decisión y a los cuales se les roba la infancia para introducirlos en un infierno, así de claro y explicito.
Cuando decimos que SOAD beben de muchas influencias distintas, en “Jet Pilot” un tema que empieza muy hardcore punk a lo Dead Kennedys y sin embargo luego el puente intermedio es como especie de danza propia de su país de origen mientras que lo siguiente que oímos es a Serj con unos gritos bastante potentes pero sin perder el hilo conductor de la canción.
Una de las piezas más cañeras del disco llega de la mano de “X”, un corte digno de bandas como Slayer y en donde vemos la cara más agresiva de la banda con una producción brillante de la mano del señor Rick Rubin (RHCP, AC/DC, Beastie Boys), pieza vital en el disco todo sea dicho. Pero vamos que de nuevo vemos como cada corte es distinto al anterior y sin embargo ninguno desentona y eso los diferencia de algunos de sus compañeros de aquella época.
Llegamos al “HIT” del disco y de toda una generación y ese no es otro que la archi conocida “Chop Suey”, uno de esos temas vitales para los adolescentes de aquella época que se iniciaban en el mundo del metal y que pese a compartir espacio en MTV, Much Music o Fuse con Staind , Korn , Limp Bizkit o Soulfly , lo cierto es que no sonaba como ninguno de los hits de las bandas citadas y seguramente por ello impactó tanto en el gran público.
“Bounce” en cambio pone la nota alocada y humorística a la vez al disco, demostrando el sentido del humor que tenían estos tipos y tras varias piezas bastante delicadas en cuanto a letras, esta deja un espacio para el desenfreno.
“Forest” en líneas generales mantiene la estructura de “Chop Suey” pero quizás es algo más ruda y podría haber sido elegida single en lugar de la antes citada pero eso no quita para que sea una gran pieza y los melódicos de Serj una delicia para el oyente.
Tras unas cuantas canciones que no te dan respiro, llegamos a “Atwa” una pieza algo más lenta a la vez que intensa a nivel emocional que baja un poco las revoluciones y con la misma facilidad tiene algunas partes más potentes en cuanto las voces, Inspirada en Charles Manson, esta pieza demuestra que con buen gusto se puede tratar cualquier tema por muy controvertido que pueda parecer.
La furia volvía con el binomio “Science” y “Shimmy”, siendo la primera más cañera y alternativa y la segunda algo más alocada y frenética, ambas sirven como contrapunto al tono más melódico de la anterior pieza.
Para cerrar el corte que da título al disco que todos conocéis de memoria y que es una pieza espectacular con un comienzo algo más lento y un punteo de guitarra que cualquiera que haya crecido en los 00’s se sabrá al dedillo mientras que en el estribillo la banda estalla en melodía y Serj de nuevo vuelve a impresionar con sus dotes vocales a ratos aggro, a ratos operísticas , a ratos alocada pero siempre sonando impecable.
Y con “Aerials”, llegamos al final del álbum, cualquiera pensaría que la banda llegados a este punto ya se conforma con repetir la fórmula de las primeras canciones y añadirle algún toque diferente pero no, esta hermosa y delicada pieza es una maravilla por si sóla evidenciando el nivel compositivo brillante que supieron conseguir en este disco. Decir que es “la balada” del disco y ya sería un insulto a la inteligencia del oyente ya que es mucho más que eso, esa intencidad y emoción puesta la situan por encima de los medios tiempos de metal y rock surgidos por aquellos días, tanto que una banda como los vikingos Amon Amarth decidieron hacer una versión es su terreno de esta canción y salvando un poco las distancias en las voces, el cover es muy fiel a la original y es que cuando se tiene una pieza de este calibre para que hacerle inventos, mejor dejarla como esta.
El disco cuenta con un “Hidden Track” titulado “Arto” y que nos transporta a la cultura de los origenes armenios de la banda y acaba por cerrar con broche de oro uno de los discos más importantes de todos los tiempos.
Hoy 20 años después recuerdo como si fuese ayer la primera vez que lo escuché , que lo compré, la de horas que me sentaba en mi habitación leyendo el libreto e intentando entender como estas cuatro personas habían podido crear algo tan mágico y absolutamente imprescindible para cualquier amante ya no sólo del metal moderno sino de la música en general.
Larga vida a System Of A Down y feliz 20° aniversario a Toxicity, ese disco que desde su salida se convirtió en un clásico destinado a cambiar la historia del metal contemporáneo.
En todas las eras musicales siempre hay ciertos discos que marcan un antes y un después dentro de la misma, desde clásicos como Paranoid de Black Sabbath o London Calling de The Clash pasando por Appetite For Destruction de Guns & Roses y Ride The Lightning de Metallica y llegando hasta Vulgar Display Of Power de Pantera y Dookie de Green Day en los 90’s.
Si nos adentramos en los 00’s y hablamos de discos vitales para entender el metal, el rock y en general la música alternativa, hay varios candidatos posibles pero seguramente los 3 en los que todos vamos a coincidir os gusten o no las bandas serían Iowa de Slipknot , Hybrid Theory de Linkin Park y por supuesto el caso que nos ocupa hoy: el majestuoso Toxicity de System Of A Down.
Hablar de este disco, es hacerlo de una de las obras más importantes de los últimos 25 años como poco y explicar su enorme éxito es bastante sencillo a la par que sorprendente ya que la banda combinó en este trabajo (su segundo disco tras un enorme primer álbum homónimo) estilos como el nu metal , el thrash metal , el hardcore punk pero siempre con esa personalidad tan característica de estos cuatro tipos que con este disco cambiaron el curso del metal contemporáneo para siempre.
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El disco arranca con “Prison Song” y ya es una bomba de relojería que te noquea desde el segundo uno combinando feroces guitarras al inicio de la misma (si no podrían ser de Kerry King… poco le faltan) con un rítmo frenético digno de Faith No More y con un Serj Tankian espectacular en todos los registros vocales que maneja, desde los puentes más melódicos hasta las partes más aggro, el tipo te deja con la boca abierta con el virtuosismo que tiene y por el cual es considerado uno de los 5 mejores vocalistas del nu metal y de su generación y con mucha diferencia. Pero por si fuese poco la letra es una crítica despiadada al gobierno norteamericano, con lo cual tenemos un inicio inmejorable, el cual no baja el ritmo en “Needles”, otra montaña rusa de sonidos y estilos en donde quizás se hace más presente el hardcore punk y esas pinceladas de Mr. Bungle que venían manejando desde su primer disco, como si de una trilogía se tratase llega “Deer Dance” para cerrar este primer bloque y a diferencia del cine, aquí la tercera parte es tanto mejor que la primera ya que es vuelve a ser una cóctelera infernal de sonidos diferentes, subidas musicales y ciertos sonidos orientales (que evidencian el origen armenio del cuarteto con base en California), de nuevo estamos ante una pieza compleja pese a su rapidez y locura si se quiere, pero que sorpendentemente entra a la primera escucha.
De nuevo una lírica feroz se hace presente y en este caso se aborda un tema muy delicado como es el de los niños soldados y los que son perseguidos con armas por el gobierno, algo repulsivo ya que hablamos de personas con apenas capacidad de decisión y a los cuales se les roba la infancia para introducirlos en un infierno, así de claro y explicito.
Cuando decimos que SOAD beben de muchas influencias distintas, en “Jet Pilot” un tema que empieza muy hardcore punk a lo Dead Kennedys y sin embargo luego el puente intermedio es como especie de danza propia de su país de origen mientras que lo siguiente que oímos es a Serj con unos gritos bastante potentes pero sin perder el hilo conductor de la canción.
Una de las piezas más cañeras del disco llega de la mano de “X”, un corte digno de bandas como Slayer y en donde vemos la cara más agresiva de la banda con una producción brillante de la mano del señor Rick Rubin (RHCP, AC/DC, Beastie Boys), pieza vital en el disco todo sea dicho. Pero vamos que de nuevo vemos como cada corte es distinto al anterior y sin embargo ninguno desentona y eso los diferencia de algunos de sus compañeros de aquella época.
Llegamos al “HIT” del disco y de toda una generación y ese no es otro que la archi conocida “Chop Suey”, uno de esos temas vitales para los adolescentes de aquella época que se iniciaban en el mundo del metal y que pese a compartir espacio en MTV, Much Music o Fuse con Staind , Korn , Limp Bizkit o Soulfly , lo cierto es que no sonaba como ninguno de los hits de las bandas citadas y seguramente por ello impactó tanto en el gran público.
“Bounce” en cambio pone la nota alocada y humorística a la vez al disco, demostrando el sentido del humor que tenían estos tipos y tras varias piezas bastante delicadas en cuanto a letras, esta deja un espacio para el desenfreno.
“Forest” en líneas generales mantiene la estructura de “Chop Suey” pero quizás es algo más ruda y podría haber sido elegida single en lugar de la antes citada pero eso no quita para que sea una gran pieza y los melódicos de Serj una delicia para el oyente.
Tras unas cuantas canciones que no te dan respiro, llegamos a “Atwa” una pieza algo más lenta a la vez que intensa a nivel emocional que baja un poco las revoluciones y con la misma facilidad tiene algunas partes más potentes en cuanto las voces, Inspirada en Charles Manson, esta pieza demuestra que con buen gusto se puede tratar cualquier tema por muy controvertido que pueda parecer.
La furia volvía con el binomio “Science” y “Shimmy”, siendo la primera más cañera y alternativa y la segunda algo más alocada y frenética, ambas sirven como contrapunto al tono más melódico de la anterior pieza.
Para cerrar el corte que da título al disco que todos conocéis de memoria y que es una pieza espectacular con un comienzo algo más lento y un punteo de guitarra que cualquiera que haya crecido en los 00’s se sabrá al dedillo mientras que en el estribillo la banda estalla en melodía y Serj de nuevo vuelve a impresionar con sus dotes vocales a ratos aggro, a ratos operísticas , a ratos alocada pero siempre sonando impecable.
Y con “Aerials”, llegamos al final del álbum, cualquiera pensaría que la banda llegados a este punto ya se conforma con repetir la fórmula de las primeras canciones y añadirle algún toque diferente pero no, esta hermosa y delicada pieza es una maravilla por si sóla evidenciando el nivel compositivo brillante que supieron conseguir en este disco. Decir que es “la balada” del disco y ya sería un insulto a la inteligencia del oyente ya que es mucho más que eso, esa intencidad y emoción puesta la situan por encima de los medios tiempos de metal y rock surgidos por aquellos días, tanto que una banda como los vikingos Amon Amarth decidieron hacer una versión es su terreno de esta canción y salvando un poco las distancias en las voces, el cover es muy fiel a la original y es que cuando se tiene una pieza de este calibre para que hacerle inventos, mejor dejarla como esta.
El disco cuenta con un “Hidden Track” titulado “Arto” y que nos transporta a la cultura de los origenes armenios de la banda y acaba por cerrar con broche de oro uno de los discos más importantes de todos los tiempos.
Hoy 20 años después recuerdo como si fuese ayer la primera vez que lo escuché , que lo compré, la de horas que me sentaba en mi habitación leyendo el libreto e intentando entender como estas cuatro personas habían podido crear algo tan mágico y absolutamente imprescindible para cualquier amante ya no sólo del metal moderno sino de la música en general.
Larga vida a System Of A Down y feliz 20° aniversario a Toxicity, ese disco que desde su salida se convirtió en un clásico destinado a cambiar la historia del metal contemporáneo.