De la mano de Icarus Music, tuve la posibilidad de estar presente en El Teatrito, en lo que fue el aterrizaje en Argentina del Capitán Björn Strid y la tripulación de la Night Flight Orchestra provenientes de Sao Paulo para una noche a puro AOR.
Para quien no esté inmerso, es el término que se le atribuye al “Adult Oriented Rock” o “Rock orientado al adulto” en castellano, es un subgénero del rock que surgió a finales de la década de 1970 y alcanzó su mayor popularidad en los años 80. y que como exponentes podemos encontrar a Journey, Foreigner, Styx y Toto entre varios más.
Dicho en otras palabras: “canciones que escuchaban nuestros padres cuando éramos niños y que hoy día podemos disfrutar sin ponernos colorados“.
Como acto de apertura la noche comenzó con la energía contagiosa de los nacionales Karkaman, quienes ofrecieron un show de hard rock pegadizo y vibrante, con reminiscencia a lo efectuado por Adrián Barilari (Rata Blanca) en su proyecto solista. A pesar de la escasa concurrencia inicial, el público presente brindó calurosos aplausos a la banda.
La banda deleitó a los asistentes con un repertorio de canciones interpretadas con un sonido impecable durante todo el setlist. Entre los temas más destacados se encuentran “Dónde se oculta el sol”, el cover del legendario Charly García, “Nos siguen pegando abajo”, precedida de un solo de guitarra a cargo de Marcelo Toth, y “3 cilindros”.
Para cerrar con, la banda interpretó algunas estrofas de “Iron Man” de Black Sabbath, seguidas de acordes de “Whole Lotta Love” de los maestros Led Zeppelin, mientras se despedían del escenario bajo una lluvia de aplausos y el reconocimiento del público presente.
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Luego de un interludio de 20 minutos, se desmontó el kit que utilizaron los Karkaman y subieron a las tablas los rosarinos Bangkok.
Las canciones interpretadas fueron: “Tres deseos”, “Locura” ambas pertenecientes a su segunda placa editada en 2020, “La razón” del álbum editado en 2015 y lleva como nombre “Señales”, además incluyeron en el setlist el tema “Matar o morir” de su single de este año y llegó el final con Cartas del destino.
Buen sonido en general aunque la banda sonó con un estilo muy genérico, siguiendo un molde de intro, verso, coro, solo, outro, a mi gusto y parecer fue un show correcto y nada más.
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Con un retraso de 5 minutos respecto a la hora acordada, partió el vuelo NFOBA2804 que transportaba a los integrantes de The Night Flight Orchestra con destino a “Disfrutar de un Gran Show”.
Los cerca de 200 pasajeros que se hicieron presente en el teatro se encontraban ansiosos y expectantes hasta que la banda irrumpió en el escenario para interpretar “Midnight Flyer” y ahí fue el click para que la fiesta estalle por los aires.
La banda está actualmente conformada por Björn Strid bajo la tutela del micrófono, el guitarrista David Andersson, ambos pertenecientes a los death metaleros melódicos, Soilwork, más Sharlee D’Angelo (Arch Enemy) en el bajo, Jonas Källsbäck en la batería, Sebastian Forslund en percusiones y guitarras, junto a las dos coristas: Anna-Mia Bonde y Anna Brygård (quienes se unieron en 2017), completan la formación de esta agrupación.
Los 8 músicos de la orquesta tienen un manejo excepcional sobre el escenario, lo cual fue muy atractivo de ver y demostraron el profesionalismo de su trayectoria musical. A esto se le puede sumar el vestuario icónico de la época, pantalones “pie de elefante”, sacos y corbatas a puro blanco, traje de azafatas y Björn luciendo una capa plateada que con el correr del show se quitó.
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Luego del arranque a puro festejo y saludos protocolares, Strid agradeció la presencia de todos un domingo y nos invitó a bailar a pesar de que al otro día había que madrugar y retomar la rutina laboral.
El show continuó con canciones tales como “Divinyls“, “Burn for Me” (cantada a viva voz por todo el teatro), “The Sensation” y la ya convertida en clásico “Gemini”.
Resulta admirable y extraño ver a Björn con su look setentero desenvolverse en un ámbito diferente al que lo conocimos, aquel muchacho que berrea y gruñe en los discos de Soilwork, en este caso interpretando de excelente modo un hard rock melódico y contagioso de alegría.
Con bastante buena onda e interacción con el público por parte del antes mencionado, sumado a la sonrisa de las 2 bellas coristas, un bajista que con su instrumento hizo maravillas, un baterista que además de su rol también se encarga de los coros masculinos y un guitarrista que agregó esa cuota de riffs veloces, la fiesta no paraba y sonaron fuerte: “Satellite” y “Paralyzed” (muy festejada). Los suecos ya se habían ganado al público, pero querían más.
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Es momento de calmar un poco el jolgorio y sonó la balada “Something Mysterious” en una interpretación descomunal por parte de cada uno de los músicos. pero todos estábamos ahí con ganas de más, es por eso que nos invitaron nuevamente a mover las caderas y sonaron los primeros acordes de “White Jeans” y para finalizar, “Living for the Nighttime“.
Luego de un pequeño impasse, el público gritaba, saltaba, cantaba por los suecos y estos dejaron en claro el por qué son los exponentes de la fiesta y la nostalgia haciéndonos bailar con “Living for the Nighttime “, tema que no figuraba en el setlist preliminar y que habia reemplazado a “Josephine” para enganchar otro ya clásico, “Stiletto“.
Con un pequeño juego entre Strid y el público, el calvo cantante invitó a los presentes a unirse al “Conga Tren” para cerrar con broche de oro la noche. Los más intrépidos armaron la fila y, uno detrás de otro, fueron bailando al compás de “West Ruth Ave“.
The Night Flight Orchestra armó una fiesta épica en su debut en el país, su sonido retro y enérgico transportó a los asistentes a una época dorada del rock, ofreciendo un show memorable que ojalá se repita dentro de muy poco tiempo.
Etiquetas: Adrian Barilari, AOR, Arch Enemy, Bangkok, black sabbath, FOREIGNER, Hard Rock, icarus music, Journey, Karkaman, Led Zeppelin, Rata Blanca, soilwork, The Night Flight OrchestraDe la mano de Icarus Music, tuve la posibilidad de estar presente en El Teatrito, en lo que fue el aterrizaje en Argentina del Capitán Björn Strid y la tripulación de la Night Flight Orchestra provenientes de Sao Paulo para una noche a puro AOR.
Para quien no esté inmerso, es el término que se le atribuye al “Adult Oriented Rock” o “Rock orientado al adulto” en castellano, es un subgénero del rock que surgió a finales de la década de 1970 y alcanzó su mayor popularidad en los años 80. y que como exponentes podemos encontrar a Journey, Foreigner, Styx y Toto entre varios más.
Dicho en otras palabras: “canciones que escuchaban nuestros padres cuando éramos niños y que hoy día podemos disfrutar sin ponernos colorados“.
Como acto de apertura la noche comenzó con la energía contagiosa de los nacionales Karkaman, quienes ofrecieron un show de hard rock pegadizo y vibrante, con reminiscencia a lo efectuado por Adrián Barilari (Rata Blanca) en su proyecto solista. A pesar de la escasa concurrencia inicial, el público presente brindó calurosos aplausos a la banda.
La banda deleitó a los asistentes con un repertorio de canciones interpretadas con un sonido impecable durante todo el setlist. Entre los temas más destacados se encuentran “Dónde se oculta el sol”, el cover del legendario Charly García, “Nos siguen pegando abajo”, precedida de un solo de guitarra a cargo de Marcelo Toth, y “3 cilindros”.
Para cerrar con, la banda interpretó algunas estrofas de “Iron Man” de Black Sabbath, seguidas de acordes de “Whole Lotta Love” de los maestros Led Zeppelin, mientras se despedían del escenario bajo una lluvia de aplausos y el reconocimiento del público presente.
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Luego de un interludio de 20 minutos, se desmontó el kit que utilizaron los Karkaman y subieron a las tablas los rosarinos Bangkok.
Las canciones interpretadas fueron: “Tres deseos”, “Locura” ambas pertenecientes a su segunda placa editada en 2020, “La razón” del álbum editado en 2015 y lleva como nombre “Señales”, además incluyeron en el setlist el tema “Matar o morir” de su single de este año y llegó el final con Cartas del destino.
Buen sonido en general aunque la banda sonó con un estilo muy genérico, siguiendo un molde de intro, verso, coro, solo, outro, a mi gusto y parecer fue un show correcto y nada más.
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Con un retraso de 5 minutos respecto a la hora acordada, partió el vuelo NFOBA2804 que transportaba a los integrantes de The Night Flight Orchestra con destino a “Disfrutar de un Gran Show”.
Los cerca de 200 pasajeros que se hicieron presente en el teatro se encontraban ansiosos y expectantes hasta que la banda irrumpió en el escenario para interpretar “Midnight Flyer” y ahí fue el click para que la fiesta estalle por los aires.
La banda está actualmente conformada por Björn Strid bajo la tutela del micrófono, el guitarrista David Andersson, ambos pertenecientes a los death metaleros melódicos, Soilwork, más Sharlee D’Angelo (Arch Enemy) en el bajo, Jonas Källsbäck en la batería, Sebastian Forslund en percusiones y guitarras, junto a las dos coristas: Anna-Mia Bonde y Anna Brygård (quienes se unieron en 2017), completan la formación de esta agrupación.
Los 8 músicos de la orquesta tienen un manejo excepcional sobre el escenario, lo cual fue muy atractivo de ver y demostraron el profesionalismo de su trayectoria musical. A esto se le puede sumar el vestuario icónico de la época, pantalones “pie de elefante”, sacos y corbatas a puro blanco, traje de azafatas y Björn luciendo una capa plateada que con el correr del show se quitó.
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Luego del arranque a puro festejo y saludos protocolares, Strid agradeció la presencia de todos un domingo y nos invitó a bailar a pesar de que al otro día había que madrugar y retomar la rutina laboral.
El show continuó con canciones tales como “Divinyls“, “Burn for Me” (cantada a viva voz por todo el teatro), “The Sensation” y la ya convertida en clásico “Gemini”.
Resulta admirable y extraño ver a Björn con su look setentero desenvolverse en un ámbito diferente al que lo conocimos, aquel muchacho que berrea y gruñe en los discos de Soilwork, en este caso interpretando de excelente modo un hard rock melódico y contagioso de alegría.
Con bastante buena onda e interacción con el público por parte del antes mencionado, sumado a la sonrisa de las 2 bellas coristas, un bajista que con su instrumento hizo maravillas, un baterista que además de su rol también se encarga de los coros masculinos y un guitarrista que agregó esa cuota de riffs veloces, la fiesta no paraba y sonaron fuerte: “Satellite” y “Paralyzed” (muy festejada). Los suecos ya se habían ganado al público, pero querían más.
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Es momento de calmar un poco el jolgorio y sonó la balada “Something Mysterious” en una interpretación descomunal por parte de cada uno de los músicos. pero todos estábamos ahí con ganas de más, es por eso que nos invitaron nuevamente a mover las caderas y sonaron los primeros acordes de “White Jeans” y para finalizar, “Living for the Nighttime“.
Luego de un pequeño impasse, el público gritaba, saltaba, cantaba por los suecos y estos dejaron en claro el por qué son los exponentes de la fiesta y la nostalgia haciéndonos bailar con “Living for the Nighttime “, tema que no figuraba en el setlist preliminar y que habia reemplazado a “Josephine” para enganchar otro ya clásico, “Stiletto“.
Con un pequeño juego entre Strid y el público, el calvo cantante invitó a los presentes a unirse al “Conga Tren” para cerrar con broche de oro la noche. Los más intrépidos armaron la fila y, uno detrás de otro, fueron bailando al compás de “West Ruth Ave“.
The Night Flight Orchestra armó una fiesta épica en su debut en el país, su sonido retro y enérgico transportó a los asistentes a una época dorada del rock, ofreciendo un show memorable que ojalá se repita dentro de muy poco tiempo.
Etiquetas: Adrian Barilari, AOR, Arch Enemy, Bangkok, black sabbath, FOREIGNER, Hard Rock, icarus music, Journey, Karkaman, Led Zeppelin, Rata Blanca, soilwork, The Night Flight Orchestra