

Pocas bandas son tan brutales contra el cristianismo como Deicide, proyecto iniciado en 1987. El mismo nombre del grupo lo evidencia: “deicidio”, que significa “asesinato de Dios”. El disco homónimo que marcó su debut fue editado por Roadrunner Records el 25 de junio de 1990, sellando a fuego la escena de la música extrema.
El trabajo fue grabado en el estudio Morrisound Recording, ubicado en Tampa, Florida, sitio del que es oriunda la banda liderada por el legendario Glen Benton. En el mismo estudio serían grabadas muchas de sus obras posteriores. La producción estuvo a cargo de Scott Burns junto a la banda. En ese momento, aparte de Benton en voz y bajo, el resto de los miembros del grupo eran los hermanos Eric y Brian Hoffman, a cargo de las guitarras, y Steve Asheim como baterista. Si bien Benton se convirtió en el principal representante de la banda, lo cierto es que, en sus comienzos, fue el último en incorporarse, respondiendo a una convocatoria de los hermanos Hoffman y de Asheim.
Poco más de media hora de duración -dividida en diez tracks- fue más que suficiente para poner a Deicide al frente de la escena del Death Metal estadounidense y mundial, y convertir al disco en uno de los más vendidos en la historia de este subgénero de la música pesada. Algunos temas se convirtieron en clásicos, tales como “Lunatic of God’s Creation”, que trata los asesinatos en torno al clan de Charles Manson durante los 70’s, “Carnage In The Temple Of The Damned”, que se refiere al homicidio-suicidio masivo en la secta de Jim Jones en la década de los 50’s, y “Deicide”, que cumple esa particular cualidad de ser el tema con el mismo nombre de la banda y del disco.
Benton, el verdugo de profunda voz gutural con la marca de una cruz invertida en la frente, ha tenido que enfrentar múltiples conflictos a lo largo de su carrera, dado su explícito posicionamiento antirreligioso. El músico vive atacando la moral cristiana por considerarla hipócrita, corrupta y nociva para la sociedad. Si bien se lo suele considerar “satanista”, en verdad tanto él como sus compañeros a lo largo del tiempo, son ateos con una actitud netamente anticristiana, y recurren al simbolismo satánico como recurso estético.
En cualquier caso, el álbum “Deicide” marcó la irrupción en la escena musical de una de las bandas más potentes y agresivas, y se constituyó como un hito ineludible en el infierno del Death Metal.


Pocas bandas son tan brutales contra el cristianismo como Deicide, proyecto iniciado en 1987. El mismo nombre del grupo lo evidencia: “deicidio”, que significa “asesinato de Dios”. El disco homónimo que marcó su debut fue editado por Roadrunner Records el 25 de junio de 1990, sellando a fuego la escena de la música extrema.
El trabajo fue grabado en el estudio Morrisound Recording, ubicado en Tampa, Florida, sitio del que es oriunda la banda liderada por el legendario Glen Benton. En el mismo estudio serían grabadas muchas de sus obras posteriores. La producción estuvo a cargo de Scott Burns junto a la banda. En ese momento, aparte de Benton en voz y bajo, el resto de los miembros del grupo eran los hermanos Eric y Brian Hoffman, a cargo de las guitarras, y Steve Asheim como baterista. Si bien Benton se convirtió en el principal representante de la banda, lo cierto es que, en sus comienzos, fue el último en incorporarse, respondiendo a una convocatoria de los hermanos Hoffman y de Asheim.
Poco más de media hora de duración -dividida en diez tracks- fue más que suficiente para poner a Deicide al frente de la escena del Death Metal estadounidense y mundial, y convertir al disco en uno de los más vendidos en la historia de este subgénero de la música pesada. Algunos temas se convirtieron en clásicos, tales como “Lunatic of God’s Creation”, que trata los asesinatos en torno al clan de Charles Manson durante los 70’s, “Carnage In The Temple Of The Damned”, que se refiere al homicidio-suicidio masivo en la secta de Jim Jones en la década de los 50’s, y “Deicide”, que cumple esa particular cualidad de ser el tema con el mismo nombre de la banda y del disco.
Benton, el verdugo de profunda voz gutural con la marca de una cruz invertida en la frente, ha tenido que enfrentar múltiples conflictos a lo largo de su carrera, dado su explícito posicionamiento antirreligioso. El músico vive atacando la moral cristiana por considerarla hipócrita, corrupta y nociva para la sociedad. Si bien se lo suele considerar “satanista”, en verdad tanto él como sus compañeros a lo largo del tiempo, son ateos con una actitud netamente anticristiana, y recurren al simbolismo satánico como recurso estético.
En cualquier caso, el álbum “Deicide” marcó la irrupción en la escena musical de una de las bandas más potentes y agresivas, y se constituyó como un hito ineludible en el infierno del Death Metal.