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Dream Theater
A View from the Top of the World (2021)
Inside Out

Tracklist:
01. The Alien
02. Answering The Call
03. Invisible Monster
04. Sleeping Giant
05. Transcending Time
06. Awaken The Master
07. A View From The Top Of The World


¿Qué decir de “A View From the Top of the World”, el flamante decimoquinto registro discográfico de estudio de los proclamados titanes del metal progresivo, que difiera un poco de lo dicho en reseñas de discos anteriores? No mucho, para ser honesto. A esta altura del partido, Dream Theater es, salvando las (kilométricas) distancias, como AC/DC. Es decir una banda que si bien busca reinventarse disco a disco, terminan cayendo siempre en la misma fórmula. Una y otra vez. Para muchos, entre los que me incluyo, esta fórmula es la ganadora. No podemos esperar un disco thrashero de los neoyorkinos, así “Train Of Thought” haya sido el disco más pesado y oscuro de la banda. Ni aproximado al death metal. Ni al heavy tradicional. Ni a ningún otro subgénero. Hoy por hoy, Dream Theater es el perfecto sinónimo de “metal progresivo”. Cada vez que alguien habla del subgénero en cuestión, es una sola la banda que viene a la cabeza. Claro: los de Petrucci y compañía. Incluso, para muchos de sus detractores, decir “metal progresivo” es sinónimo de mala palabra, de aburrimiento, de música para músicos. La realidad es que el subgénero es muy rico como para pensar solo en Dream Theater. Aunque la realidad sea otra.

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“A View From the Top of the World” es Dream Theater en su máxima expresión musical, ampliando el sonido que ayudaron a crear, mientras mantienen la esencia de los elementos que les han otorgado hordas de devotos fanáticos alrededor del globo. El registro en cuestión marca el segundo disco de estudio de la banda en ser editado bajo el sello InsideOutMusic /Sony Music. El arte de tapa fue creado por el eterno colaborador de la banda, Hugh Syme, quien ha trabajado con popes tales como RushIron Maiden y Stone Sour, entre otros. El disco fue producido por el mismísmo John Petrucci, acompañado adicionalmente por James “Jimmy T” Meslin, mientras que la mezcla y masterización estuvieron a cargo del reconocido músico y productor Andy Sneap, actual “hired gun” de Judas Priest para sus conciertos en vivo.

Desde el arranque, de la mano de “The Alien”, primer corte dado a conocer por la banda, es inevitable pensar automática e inmediatamente en Dream Theater. El sonido, inmaculado como siempre. Aunque personalmente percibí un sonido mucho más pulido en los parches y platillos, comandados por el gran Mike Mangini. De hecho, hacía tiempo que no escuchaba en la banda un sonido tan perfecto en materia de batería y percusión. Me animo a decir incluso que me recordó a su antecesor, el siempre inquieto Mike Portnoy, miembro fundador de la banda pero que dejó de pertenecer a la misma hace ya once años.

Antes que sigan leyendo, preguntándose cuánto duran los temas, el más corto es “Trascending Time”, quinto track del álbum, el cual no llega a los seis minutos y medio de duración y que recuerda muchísimo a Rush. Incluso es el más melódico del disco, aunque se sabe la melodía abunda en los discos de Dream Theater. Mientras que el más largo del opus es el último track, el cual le da nombre al disco y que acusa la friolera de veinte minutos con veintitrés segundos. El famoso último-tema-de-disco-de-Dream-Theater-que-se-dura-todo. Algo a lo cual la banda nos tiene sumamente acostumbrados. ¿Pero cuánto dura todo el disco? Exactos 4.215 segundos. O sea 70 minutos con 25 segundos. Es decir poquito más de una hora y diez minutos. Y estamos hablando de tan solo siete temas. Volviendo al tema que le da nombre al disco, al igual que todos los temas bien largos de la banda, es un medley épico que resume en veinte minutos los setenta que dura el álbum y en donde James LaBrie aparece recién promediando los tres minutos del tema. Creo que a esta altura no es necesario detenerme en la cantidad de cambios de tempo y climas a lo largo y ancho del tema. Quienes siguen a la banda, saben exactamente a qué me estoy refiriendo. Recién a los nueve minutos de duración, el tema se apaga, dándole respiro a la mayoría de los músicos de la banda, quedando solo John Petrucci y un emotivo arpegio limpio, sobre la constante base propuesta por el siempre magnífico Jordan Rudess en teclados. Lógicamente, la calma dura poco. Poco en relación a lo que dura el tema, porque en realidad estoy hablando de cinco minutos de tranquilidad, lo cual puede parecer una eternidad para muchos pero no para los Dream Theater. El final, una vez más, épico por donde se lo escuche.

Pero antes de esta verdadera obra de arte, está “Awaken The Master”, sexto tema y el segundo más largo del disco, con sus 09:47 de duración y que se lleva el premio al track más pesado de “A View From the Top of the World”. El único suavizante del tema es Jordan Rudess, quien pone paños fríos sobre un tema que explota desde el inicio y que luego se calma apenas un momento, siempre de la mano de los teclados, que pasan a predominar. Pero que también duran un momento, volviendo a predominar el resto de los instrumentos.

“Abordamos cada álbum como si fuera el primero”, dijo LaBrie. “Ha sido un gran viaje, pero no vamos a parar”. Y todo parece indicar que así será, ya que la banda planea salir de gira en apoyo del nuevo disco. La gira norteamericana de “Top Of The World Tour”  comienza el 28 de octubre en Mesa, Arizona, y termina el 14 de diciembre en St. Petersburg, Florida. La gira hará paradas en Seattle, Chicago, Washington, Nueva York y  Orlando, entre otras. Por ahora, no hay noticias sobre el resto de la gira, aunque no dudo que los llevará por prácticamente todo el mundo.

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A View from the Top of the World (2021)
Inside Out

Tracklist:
01. The Alien
02. Answering The Call
03. Invisible Monster
04. Sleeping Giant
05. Transcending Time
06. Awaken The Master
07. A View From The Top Of The World





¿Qué decir de “A View From the Top of the World”, el flamante decimoquinto registro discográfico de estudio de los proclamados titanes del metal progresivo, que difiera un poco de lo dicho en reseñas de discos anteriores? No mucho, para ser honesto. A esta altura del partido, Dream Theater es, salvando las (kilométricas) distancias, como AC/DC. Es decir una banda que si bien busca reinventarse disco a disco, terminan cayendo siempre en la misma fórmula. Una y otra vez. Para muchos, entre los que me incluyo, esta fórmula es la ganadora. No podemos esperar un disco thrashero de los neoyorkinos, así “Train Of Thought” haya sido el disco más pesado y oscuro de la banda. Ni aproximado al death metal. Ni al heavy tradicional. Ni a ningún otro subgénero. Hoy por hoy, Dream Theater es el perfecto sinónimo de “metal progresivo”. Cada vez que alguien habla del subgénero en cuestión, es una sola la banda que viene a la cabeza. Claro: los de Petrucci y compañía. Incluso, para muchos de sus detractores, decir “metal progresivo” es sinónimo de mala palabra, de aburrimiento, de música para músicos. La realidad es que el subgénero es muy rico como para pensar solo en Dream Theater. Aunque la realidad sea otra.

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“A View From the Top of the World” es Dream Theater en su máxima expresión musical, ampliando el sonido que ayudaron a crear, mientras mantienen la esencia de los elementos que les han otorgado hordas de devotos fanáticos alrededor del globo. El registro en cuestión marca el segundo disco de estudio de la banda en ser editado bajo el sello InsideOutMusic /Sony Music. El arte de tapa fue creado por el eterno colaborador de la banda, Hugh Syme, quien ha trabajado con popes tales como RushIron Maiden y Stone Sour, entre otros. El disco fue producido por el mismísmo John Petrucci, acompañado adicionalmente por James “Jimmy T” Meslin, mientras que la mezcla y masterización estuvieron a cargo del reconocido músico y productor Andy Sneap, actual “hired gun” de Judas Priest para sus conciertos en vivo.

Desde el arranque, de la mano de “The Alien”, primer corte dado a conocer por la banda, es inevitable pensar automática e inmediatamente en Dream Theater. El sonido, inmaculado como siempre. Aunque personalmente percibí un sonido mucho más pulido en los parches y platillos, comandados por el gran Mike Mangini. De hecho, hacía tiempo que no escuchaba en la banda un sonido tan perfecto en materia de batería y percusión. Me animo a decir incluso que me recordó a su antecesor, el siempre inquieto Mike Portnoy, miembro fundador de la banda pero que dejó de pertenecer a la misma hace ya once años.

Antes que sigan leyendo, preguntándose cuánto duran los temas, el más corto es “Trascending Time”, quinto track del álbum, el cual no llega a los seis minutos y medio de duración y que recuerda muchísimo a Rush. Incluso es el más melódico del disco, aunque se sabe la melodía abunda en los discos de Dream Theater. Mientras que el más largo del opus es el último track, el cual le da nombre al disco y que acusa la friolera de veinte minutos con veintitrés segundos. El famoso último-tema-de-disco-de-Dream-Theater-que-se-dura-todo. Algo a lo cual la banda nos tiene sumamente acostumbrados. ¿Pero cuánto dura todo el disco? Exactos 4.215 segundos. O sea 70 minutos con 25 segundos. Es decir poquito más de una hora y diez minutos. Y estamos hablando de tan solo siete temas. Volviendo al tema que le da nombre al disco, al igual que todos los temas bien largos de la banda, es un medley épico que resume en veinte minutos los setenta que dura el álbum y en donde James LaBrie aparece recién promediando los tres minutos del tema. Creo que a esta altura no es necesario detenerme en la cantidad de cambios de tempo y climas a lo largo y ancho del tema. Quienes siguen a la banda, saben exactamente a qué me estoy refiriendo. Recién a los nueve minutos de duración, el tema se apaga, dándole respiro a la mayoría de los músicos de la banda, quedando solo John Petrucci y un emotivo arpegio limpio, sobre la constante base propuesta por el siempre magnífico Jordan Rudess en teclados. Lógicamente, la calma dura poco. Poco en relación a lo que dura el tema, porque en realidad estoy hablando de cinco minutos de tranquilidad, lo cual puede parecer una eternidad para muchos pero no para los Dream Theater. El final, una vez más, épico por donde se lo escuche.

Pero antes de esta verdadera obra de arte, está “Awaken The Master”, sexto tema y el segundo más largo del disco, con sus 09:47 de duración y que se lleva el premio al track más pesado de “A View From the Top of the World”. El único suavizante del tema es Jordan Rudess, quien pone paños fríos sobre un tema que explota desde el inicio y que luego se calma apenas un momento, siempre de la mano de los teclados, que pasan a predominar. Pero que también duran un momento, volviendo a predominar el resto de los instrumentos.

“Abordamos cada álbum como si fuera el primero”, dijo LaBrie. “Ha sido un gran viaje, pero no vamos a parar”. Y todo parece indicar que así será, ya que la banda planea salir de gira en apoyo del nuevo disco. La gira norteamericana de “Top Of The World Tour”  comienza el 28 de octubre en Mesa, Arizona, y termina el 14 de diciembre en St. Petersburg, Florida. La gira hará paradas en Seattle, Chicago, Washington, Nueva York y  Orlando, entre otras. Por ahora, no hay noticias sobre el resto de la gira, aunque no dudo que los llevará por prácticamente todo el mundo.

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