Después de dos ediciones que tuvieron que limitarse al formato online por las restricciones de la cuarentena, el 10 de diciembre el Heresy Fest logró realizarse de manera presencial por primera vez en más de dos años. Esta tercera edición, realizada en The Other Place (Gascón 104), seguiría la costumbre de tener una selección variada de bandas del under argentino, a la que se sumarían los brasileños Skin Culture, que se presentarían como parte de su gira por Argentina. Además, entre cada presentación Brenda Jezabel Cuesta (cantante de Bloodparade) tendría un set de música electro-industrial-gótica, con éxitos de Rammstein, Front 242, Ministry y demás héroes de los ritmos programados.
Apenas pasadas las 21 horas, Slania abrieron con la primera presentación de la noche. El cuarteto comenzó con “Willing To Find The Aim”, practicando su propuesta de metal sinfónico y teatral. Aunque no suelo ser muy fan de este estilo cuando se apoya tanto en el medio tiempo, no puedo negar que lo de Slania tiene su atractivo: la combinación entre la voz operática de la recién llegada Canela Paz y los guturales del bajista Walter González, el poderoso doble bombo de Nicolás De Giano y los solos del guitarrista Gonzalo Kobalenko, mucho más rockeros que el promedio del estilo. Además, logran mechar algunos elementos más extremos, como en “Little Black Riding Hood”.
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A falta de tecladista en vivo, debido a la salida de Sebastián Guerrero en junio de 2020, Slania utilizan pistas grabadas para solventar ese aspecto. Pero a pesar de tener que utilizar ese recurso para presentar la parte más importante de su música y que el sistema de sonido y ambiente de un lugar como The Other Place no sea el más indicado para una banda con canciones tan grandilocuentes, la banda logró hacer lo mejor que pudo con los recursos presentes. Repasando canciones de su debut Proof of Existence (2016) con su EP The Spark (2019) y hasta pudiendo presentar su single “Limbo”, Slania dieron un buen recital, demostrando un estilo que no se suele ver mucho en el under argentino. Esperemos tener nuevo material de su parte muy pronto.
El quinteto Vesannia Inc. continuó la noche con una propuesta bastante menos elegante y sofisticada. En contraste con el metal sinfónico de corte europeo, estos oriundos de Cañuelas practican un groove metal de riffs bien gruesos y la agresividad a flor de piel en cada una de sus notas, con una fuerte influencia hardcore por momentos. Canciones como “Terror Animal” y “Pura Maldad” muestran una dinámica entre voces gritadas y guturales, además de un manejo de las atmósferas que no se suele ver en muchos grupos de esta movida específica donde 90% de los grupos parecen contentarse con ser clones de Pantera o Machine Head.
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Pero lo que más llama la atención de este grupo es lo bien que manejan el vivo: aunque son una banda relativamente joven, tocan con la precisión de varios años de experiencia, además de que sus canciones tratan de escaparle a los clichés más obvios del metal groovero. Presentando tanto canciones de su EP debut Pura Maldad como algunas todavía sin editar como “Viento” y “Caos Calma”, Vesannia Inc. se llevaron los aplausos de la gente, dejando más ganas de escuchar más de una banda “nueva” pero con las ideas bien claras en cuanto a componer canciones y saber tocarlas frente a un público.
25 minutos después, fue momento de ver al quinteto S7igma. El uso de un número en medio de su nombre, pronunciado “Estigma”, ya hace que uno le saque la ficha a las influencias industriales del grupo, algo que termina por confirmar la introducción electrónica previa a “Memorial of Me”. Pero no se crean que el sonido de la banda se limita a mezclar guitarras pesadas con samples y teclados: estamos hablando de una banda extremadamente pesada, con mucho doble bombo y guitarras agresivas que brillan en tracks como en la densa “Spoils of Demise”, “Prayer For The Dying” y “Winds of Conspiracy”, todas ellas de su debut Waiting For The Next Æon de 2018. Hay una fuerte influencia de death metal y una buena dosis de blastbeats, como una versión menos digital del death metal industrial de The Berzerker.
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Aparte de sus actuaciones propias, el set de S7igma tuvo a un par de invitados. En “Burn To Be Born” tuvieron al primero de estos con Shucky Miranda, el cantante de los cabeza de cartel Skin Culture, a quien el vocalista Exequiel Jay Ali presentó como un amigo de más de veinte años, a quien conoció en un recital de los australianos Mortification en 2001 en el desaparecido Cemento donde actuaron como teloneros. Y en “Don’t Keep Falling”, sumaron a otro cantante: Brian Swan, de los industriales argentinos Moonlight Asylum.
Además de las canciones de Waiting For The Next Æon, tocaron su single “Cold Blood World”, que en estudio incluye la colaboración de Martín Furia (Destruction) y la rusa Anna Hel (Conflict y Theory Exx) y la inédita “Psychodelic Snake”. Luego de “Winds of Conspiracy”, S7igma finalizaron con “White Hell”, llevándose los aplausos de la gente en respuesta de una presentación sobresaliente.
Devolviéndonos a terrenos metaleros más “tradicionales”, Exilio salió a escena y convirtió el escenario de The Other Place en una fiesta del thrash metal. Liderados por las guitarras de Juan Dobal y Ezequiel Machuca y los agudos de Emanuel Lescano (ex Serpentor), el quinteto hizo un repaso de las canciones de su debut Imágenes de un Recuerdo (2014), con “Incomprendido”, “Cordero Cruel”, “Basura Mediática” y demás bombazos de riffs y doble bombo.
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Además de los tracks más conocidos de su corta discografía, la banda sumó “Junto A Vos”, un adelanto de su esperado segundo álbum que dedicaron a toda la gente en el público. Este gesto de dedicatoria se repitió con “Renaceré”, esta vez dirigida a todos los artistas que la pasaron pésimo con todas las cancelaciones de la pandemia. Aunque fueron sólo siete canciones, el buen sonido y el ambiente de compañerismo ayudó a dar una presentación redonda, donde además adelantaron la presentación del 22 de diciembre próximo en La Quadra Bar, y que dejó un buen sabor de boca para cualquier fan presente del thrash. No habrá tanto para decir sobre ellos, pero sepan que es un vivo que lo vale.
Poco menos de media hora después y con una puesta de escenografía de por medio, sería el turno de la última banda nacional de la noche: el trío extremo V.I.D.A, que viene dando mucho que hablar en los últimos años, sobre todo desde la edición de su segundo álbum Mentes Enfermas en 2018, y que en noviembre editaron Memorias de manera independiente. Arrancando con “Acción/Reacción” y “Testigos Ciegos” de este nuevo trabajo, la banda de Zárate hizo mover al público con ese estilo claramente clavado en el death metal, pero que no teme incorporar elementos de thrash, groove y una fuerte dosis melódica a su propuesta.
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Bromeando con el público acerca de lo estáticos que se veían comparados con la audiencia de Zárate, V.I.D.A demostraron un sonido enorme para ser sólo tres personas arriba del escenario. Más allá de que por momentos las voces del bajista Jorge Cybula se perdieran un poco entre toda la distorsión, como sucedió en “Alma”, eso le importó muy poco a la gente, que empezó un pogo violento con cada riff del guitarrista Javier Cybula y cada breakdown del baterista Javier Cuello. “Mentes Enfermas”, “Espectadores de la Masacre”, “No Hay Opción” y demás, todas piñas directo a la cara en cuanto a riffs y guturales. Cerrando con “Instinto”, la banda se fue ovacionada luego de casi 45 minutos de brutalidad.
Ya siendo casi las dos de la mañana, no sorprendía que hubiera varios ya un tanto cansados después de cinco horas de metal. Pero incluso el que ya estuviera cabeceando sacaría energías de la nada para el plato fuerte de la noche, cuando los brasileños Skin Culture comenzaron a cerrar la noche con la aplastante “Supernatural Catastrophic”. La banda del cantante Shucky Miranda no es tan fácil de describir como uno creería al principio, considerando que es un grupo que pudo tocar al lado de Korn, Sepultura, Born of Osiris y Napalm Death sin sonar fuera de lugar con ninguno de ellos: hardcore, deathcore, djent, groove metal, todo esto y mucho más parece convivir dentro del proceso de composición de este cuarteto de San Pablo. La clase de sonido que sólo se puede definir como “metal moderno”.
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Luego de pegarle “An Ocean of Lamentations” sin dejar respirar ni un segundo, Shucky le habló al público en un español salpicado de lusitanismos pero más que correcto para la comunicación. Agradeciendo a la gente y contando que era la quinta vez que el cuarteto se pasaba por Argentina, Skin Culture siguieron la velada con “Devil 19”, estrenada hace unas pocas semanas en Youtube.
Para ser una banda tan enfocada en la agresividad, los blastbeats y los gritos desaforados, el cuarteto paulistano la tiene bastante fácil para sonar emotivo. Esto se comprobó cuando Miranda dedicó a un amigo fallecido la canción “Breathing Sulfur”, que abrió con el riff clásico de “Walk” de Pantera (como coincidencia, o no, era otra banda que lograba mezclar ambos aspectos bastante bien).
Siguieron con “Extreme Of Consciousness”, que es otra piña de golpes del redoblante de Rafael Ferreira, las precisas líneas de bajo de Diego Santiago y esos riffs a mitad de camino entre el hardcore y Meshuggah del guitarrista Fred Barros. Después de “Set Me Free”, Shucky dedicó unas palabras al baterista Martín Carrizo, quien está pasando por una de las peores cosas que le pueden pasar a alguien en su lucha con la esclerosis lateral amiotrófica, dejándolo postrado. Ante esto, Miranda cantó las primeras líneas de “Combativo” de A.N.I.M.A.L, y le dedicó “Septic” al músico, que estuvo acompañado por un corto solo de guitarra. En medio de esto, Barros se puso la remera argentina, un acto de pura y clásica demagogia que se ganó el aprecio de la gente.
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Sin embargo, el gran momento emotivo de la noche se dio poco después, cuando Shucky recordó al bajista Gabriel Morata, quien falleció en junio de este año víctima del COVID-19, con apenas 29 años. Una escena que habrá hecho llorar incluso al metalero más pesado del lugar, con el cantante dedicándole “Bring Me Back To Life”, canción llamativamente emocional incluso sacada de este contexto, a su compañero caído y llevándose un aplauso de parte de los presentes.
Ya para el final, el público había parecido olvidar que ya eran casi las tres de la mañana y tenían pinta de poder seguir varias horas más. Pero ya era hora de cerrar y de que cada uno se fuera a su casa, por lo que Skin Culture cerraron la noche con una seguidilla de Lazarus Eclipse: “Selfie Kill”, “Fall On Knees” y “Suicide Love” fueron los últimos cartuchos quemados por los brasileños, que anunciaron el fin de casi una hora de recital con agradecimientos para toda la gente, y recordado a todos las siguientes fechas de su gira por Argentina.
Ya con la realidad de la hora que se había hecho y con algunos teniendo que trabajar el sábado, la gente se retiró de The Other Place ya exhausta pero agradecida. Si algo nos recordó este Heresy Fest, es que el under argentino sigue teniendo propuestas variadas y de calidad como para ofrecer, y que a pesar de la situación que se está viviendo todavía es posible tener eventos grandes y apoyar el desarrollo de la música pesada en nuestro país.
Etiquetas: argentina, Brasil, Death Metal, Deathcore, Djent, Groove Metal, Heresy Fest, Metal Industrial, Metal Sinfónico, Metalcore, Skin Culture, Thrash MetalDespués de dos ediciones que tuvieron que limitarse al formato online por las restricciones de la cuarentena, el 10 de diciembre el Heresy Fest logró realizarse de manera presencial por primera vez en más de dos años. Esta tercera edición, realizada en The Other Place (Gascón 104), seguiría la costumbre de tener una selección variada de bandas del under argentino, a la que se sumarían los brasileños Skin Culture, que se presentarían como parte de su gira por Argentina. Además, entre cada presentación Brenda Jezabel Cuesta (cantante de Bloodparade) tendría un set de música electro-industrial-gótica, con éxitos de Rammstein, Front 242, Ministry y demás héroes de los ritmos programados.
Apenas pasadas las 21 horas, Slania abrieron con la primera presentación de la noche. El cuarteto comenzó con “Willing To Find The Aim”, practicando su propuesta de metal sinfónico y teatral. Aunque no suelo ser muy fan de este estilo cuando se apoya tanto en el medio tiempo, no puedo negar que lo de Slania tiene su atractivo: la combinación entre la voz operática de la recién llegada Canela Paz y los guturales del bajista Walter González, el poderoso doble bombo de Nicolás De Giano y los solos del guitarrista Gonzalo Kobalenko, mucho más rockeros que el promedio del estilo. Además, logran mechar algunos elementos más extremos, como en “Little Black Riding Hood”.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: Waano – Acto 1: Dolor. Gloria. Muerte (2021)
A falta de tecladista en vivo, debido a la salida de Sebastián Guerrero en junio de 2020, Slania utilizan pistas grabadas para solventar ese aspecto. Pero a pesar de tener que utilizar ese recurso para presentar la parte más importante de su música y que el sistema de sonido y ambiente de un lugar como The Other Place no sea el más indicado para una banda con canciones tan grandilocuentes, la banda logró hacer lo mejor que pudo con los recursos presentes. Repasando canciones de su debut Proof of Existence (2016) con su EP The Spark (2019) y hasta pudiendo presentar su single “Limbo”, Slania dieron un buen recital, demostrando un estilo que no se suele ver mucho en el under argentino. Esperemos tener nuevo material de su parte muy pronto.
El quinteto Vesannia Inc. continuó la noche con una propuesta bastante menos elegante y sofisticada. En contraste con el metal sinfónico de corte europeo, estos oriundos de Cañuelas practican un groove metal de riffs bien gruesos y la agresividad a flor de piel en cada una de sus notas, con una fuerte influencia hardcore por momentos. Canciones como “Terror Animal” y “Pura Maldad” muestran una dinámica entre voces gritadas y guturales, además de un manejo de las atmósferas que no se suele ver en muchos grupos de esta movida específica donde 90% de los grupos parecen contentarse con ser clones de Pantera o Machine Head.
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Pero lo que más llama la atención de este grupo es lo bien que manejan el vivo: aunque son una banda relativamente joven, tocan con la precisión de varios años de experiencia, además de que sus canciones tratan de escaparle a los clichés más obvios del metal groovero. Presentando tanto canciones de su EP debut Pura Maldad como algunas todavía sin editar como “Viento” y “Caos Calma”, Vesannia Inc. se llevaron los aplausos de la gente, dejando más ganas de escuchar más de una banda “nueva” pero con las ideas bien claras en cuanto a componer canciones y saber tocarlas frente a un público.
25 minutos después, fue momento de ver al quinteto S7igma. El uso de un número en medio de su nombre, pronunciado “Estigma”, ya hace que uno le saque la ficha a las influencias industriales del grupo, algo que termina por confirmar la introducción electrónica previa a “Memorial of Me”. Pero no se crean que el sonido de la banda se limita a mezclar guitarras pesadas con samples y teclados: estamos hablando de una banda extremadamente pesada, con mucho doble bombo y guitarras agresivas que brillan en tracks como en la densa “Spoils of Demise”, “Prayer For The Dying” y “Winds of Conspiracy”, todas ellas de su debut Waiting For The Next Æon de 2018. Hay una fuerte influencia de death metal y una buena dosis de blastbeats, como una versión menos digital del death metal industrial de The Berzerker.
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Aparte de sus actuaciones propias, el set de S7igma tuvo a un par de invitados. En “Burn To Be Born” tuvieron al primero de estos con Shucky Miranda, el cantante de los cabeza de cartel Skin Culture, a quien el vocalista Exequiel Jay Ali presentó como un amigo de más de veinte años, a quien conoció en un recital de los australianos Mortification en 2001 en el desaparecido Cemento donde actuaron como teloneros. Y en “Don’t Keep Falling”, sumaron a otro cantante: Brian Swan, de los industriales argentinos Moonlight Asylum.
Además de las canciones de Waiting For The Next Æon, tocaron su single “Cold Blood World”, que en estudio incluye la colaboración de Martín Furia (Destruction) y la rusa Anna Hel (Conflict y Theory Exx) y la inédita “Psychodelic Snake”. Luego de “Winds of Conspiracy”, S7igma finalizaron con “White Hell”, llevándose los aplausos de la gente en respuesta de una presentación sobresaliente.
Devolviéndonos a terrenos metaleros más “tradicionales”, Exilio salió a escena y convirtió el escenario de The Other Place en una fiesta del thrash metal. Liderados por las guitarras de Juan Dobal y Ezequiel Machuca y los agudos de Emanuel Lescano (ex Serpentor), el quinteto hizo un repaso de las canciones de su debut Imágenes de un Recuerdo (2014), con “Incomprendido”, “Cordero Cruel”, “Basura Mediática” y demás bombazos de riffs y doble bombo.
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Además de los tracks más conocidos de su corta discografía, la banda sumó “Junto A Vos”, un adelanto de su esperado segundo álbum que dedicaron a toda la gente en el público. Este gesto de dedicatoria se repitió con “Renaceré”, esta vez dirigida a todos los artistas que la pasaron pésimo con todas las cancelaciones de la pandemia. Aunque fueron sólo siete canciones, el buen sonido y el ambiente de compañerismo ayudó a dar una presentación redonda, donde además adelantaron la presentación del 22 de diciembre próximo en La Quadra Bar, y que dejó un buen sabor de boca para cualquier fan presente del thrash. No habrá tanto para decir sobre ellos, pero sepan que es un vivo que lo vale.
Poco menos de media hora después y con una puesta de escenografía de por medio, sería el turno de la última banda nacional de la noche: el trío extremo V.I.D.A, que viene dando mucho que hablar en los últimos años, sobre todo desde la edición de su segundo álbum Mentes Enfermas en 2018, y que en noviembre editaron Memorias de manera independiente. Arrancando con “Acción/Reacción” y “Testigos Ciegos” de este nuevo trabajo, la banda de Zárate hizo mover al público con ese estilo claramente clavado en el death metal, pero que no teme incorporar elementos de thrash, groove y una fuerte dosis melódica a su propuesta.
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Bromeando con el público acerca de lo estáticos que se veían comparados con la audiencia de Zárate, V.I.D.A demostraron un sonido enorme para ser sólo tres personas arriba del escenario. Más allá de que por momentos las voces del bajista Jorge Cybula se perdieran un poco entre toda la distorsión, como sucedió en “Alma”, eso le importó muy poco a la gente, que empezó un pogo violento con cada riff del guitarrista Javier Cybula y cada breakdown del baterista Javier Cuello. “Mentes Enfermas”, “Espectadores de la Masacre”, “No Hay Opción” y demás, todas piñas directo a la cara en cuanto a riffs y guturales. Cerrando con “Instinto”, la banda se fue ovacionada luego de casi 45 minutos de brutalidad.
Ya siendo casi las dos de la mañana, no sorprendía que hubiera varios ya un tanto cansados después de cinco horas de metal. Pero incluso el que ya estuviera cabeceando sacaría energías de la nada para el plato fuerte de la noche, cuando los brasileños Skin Culture comenzaron a cerrar la noche con la aplastante “Supernatural Catastrophic”. La banda del cantante Shucky Miranda no es tan fácil de describir como uno creería al principio, considerando que es un grupo que pudo tocar al lado de Korn, Sepultura, Born of Osiris y Napalm Death sin sonar fuera de lugar con ninguno de ellos: hardcore, deathcore, djent, groove metal, todo esto y mucho más parece convivir dentro del proceso de composición de este cuarteto de San Pablo. La clase de sonido que sólo se puede definir como “metal moderno”.
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Luego de pegarle “An Ocean of Lamentations” sin dejar respirar ni un segundo, Shucky le habló al público en un español salpicado de lusitanismos pero más que correcto para la comunicación. Agradeciendo a la gente y contando que era la quinta vez que el cuarteto se pasaba por Argentina, Skin Culture siguieron la velada con “Devil 19”, estrenada hace unas pocas semanas en Youtube.
Para ser una banda tan enfocada en la agresividad, los blastbeats y los gritos desaforados, el cuarteto paulistano la tiene bastante fácil para sonar emotivo. Esto se comprobó cuando Miranda dedicó a un amigo fallecido la canción “Breathing Sulfur”, que abrió con el riff clásico de “Walk” de Pantera (como coincidencia, o no, era otra banda que lograba mezclar ambos aspectos bastante bien).
Siguieron con “Extreme Of Consciousness”, que es otra piña de golpes del redoblante de Rafael Ferreira, las precisas líneas de bajo de Diego Santiago y esos riffs a mitad de camino entre el hardcore y Meshuggah del guitarrista Fred Barros. Después de “Set Me Free”, Shucky dedicó unas palabras al baterista Martín Carrizo, quien está pasando por una de las peores cosas que le pueden pasar a alguien en su lucha con la esclerosis lateral amiotrófica, dejándolo postrado. Ante esto, Miranda cantó las primeras líneas de “Combativo” de A.N.I.M.A.L, y le dedicó “Septic” al músico, que estuvo acompañado por un corto solo de guitarra. En medio de esto, Barros se puso la remera argentina, un acto de pura y clásica demagogia que se ganó el aprecio de la gente.
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Sin embargo, el gran momento emotivo de la noche se dio poco después, cuando Shucky recordó al bajista Gabriel Morata, quien falleció en junio de este año víctima del COVID-19, con apenas 29 años. Una escena que habrá hecho llorar incluso al metalero más pesado del lugar, con el cantante dedicándole “Bring Me Back To Life”, canción llamativamente emocional incluso sacada de este contexto, a su compañero caído y llevándose un aplauso de parte de los presentes.
Ya para el final, el público había parecido olvidar que ya eran casi las tres de la mañana y tenían pinta de poder seguir varias horas más. Pero ya era hora de cerrar y de que cada uno se fuera a su casa, por lo que Skin Culture cerraron la noche con una seguidilla de Lazarus Eclipse: “Selfie Kill”, “Fall On Knees” y “Suicide Love” fueron los últimos cartuchos quemados por los brasileños, que anunciaron el fin de casi una hora de recital con agradecimientos para toda la gente, y recordado a todos las siguientes fechas de su gira por Argentina.
Ya con la realidad de la hora que se había hecho y con algunos teniendo que trabajar el sábado, la gente se retiró de The Other Place ya exhausta pero agradecida. Si algo nos recordó este Heresy Fest, es que el under argentino sigue teniendo propuestas variadas y de calidad como para ofrecer, y que a pesar de la situación que se está viviendo todavía es posible tener eventos grandes y apoyar el desarrollo de la música pesada en nuestro país.
Etiquetas: argentina, Brasil, Death Metal, Deathcore, Djent, Groove Metal, Heresy Fest, Metal Industrial, Metal Sinfónico, Metalcore, Skin Culture, Thrash Metal