La noche del 12 de noviembre se vivió otro excelente espectáculo de los suecos Katatonia en una nueva presentación en la Argentina. Esta sería la cuarta en su historial de paso por el país, nuevamente bajo el marco de su gira Latinoamericana, promocionando su última placa “Sky Void of Stars“. El lugar elegido para la ocasión fue el local palermitano Groove, donde me dirigí para disfrutar de una nueva noche de doom/death y algo de gothic metal.
La velada comenzó cerca de las 20:30 hrs con la apertura de los locales Frater, banda con más de 15 años de trayectoria y una de las más representativas e importantes del melodic death metal/metalcore argentino, que sigue presentando su último lanzamiento, al que llamaron “Sangre y viento“.
Si bien la banda difiere bastante de la propuesta de los suecos, es positivo que haya diversidad y que un nuevo público preste atención al metal vernáculo. Los Frater siempre responden con calidad, algo que se nota al observar a los músicos disfrutar de lo que hacen. Con un sonido muy bueno, cristalino y sin falencias, se retiraron bajo una lluvia de aplausos de todos los presentes, que para ese entonces ya eran un gran número.
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Tras de una breve espera, mientras se ponía a punto cada uno de los instrumentos que utilizarían los Katatonia, la gente preparaba sus celulares para registrar el inicio del show. Este arrancó a las 21:30, apenas unos minutos más tarde de lo pactado, y a medida que los miembros de la banda ingresaban al escenario, la adrenalina de los asistentes se hacía notar.
Como comenté anteriormente, el quinteto sueco regresaba a nuestras tierras poco más de un año después de su último show en El Teatrito. Al igual que en esa ocasión, el puntapié inicial lo dio “Austerity“, canción que también abre su última placa editada hasta el momento. Es un tema dinámico, con un buen trabajo tanto de guitarras como de batería.
Continuaron con “Colossal Shade“, y en estas dos primeras canciones se hicieron notar algunos inconvenientes de acoples provenientes del bombo, además de un bajo sonido de las guitarras, un problema que persistió a lo largo de todo el concierto.
Al finalizar estas interpretaciones, Jonas hizo una pausa, saludó al público y comentó lo felices que se sentían de volver a tocar en Argentina. Agradeció que estuvieran presentes un martes para acto seguido, dar inicio a “Lethean“, que animó al público con un tema más frenético y pesado, energía que se incrementó cuando la banda tocó “Deliberation“, tema del disco “The Great Cold Distance“, que fue cantado y disfrutado hasta el final.
Siguiendo el setlist, llegó el turno de “Forsaken“, aquel clásico perteneciente al gran “Night Is the New Day“, con sus atmósferas oscuras y una marcada pesadez, donde los guitarristas Anders Nyström y Roger Öjersson se lucieron con creces. Posteriormente fue el turno de “For My Demons“, del excelente “Tonight’s Decision“, con toda su melancolía y ese estribillo que el público coreó como si fuera una canción de cancha.
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Promediando el show, “Opaline” destacó como una de las mejores composiciones de la banda en los últimos años y un momento clave de su más reciente álbum. Es una canción pensada para ser tocada en vivo, con un excelente ritmo de guitarra y bajo, acompañada de un coro que crece en intensidad e invita al oyente a unirse a Jonas.
Llegando al tramo final del show, la banda nos regaló uno de los clásicos más aclamados, “My Twin“, un himno de los suecos con un coro potente y riffs pesados, acompañados por el bombo de batería que hacía cabecear al espectador. Más tarde sonó uno de los temas más tranquilos, “Atrium“, que tuvo un gran recibimiento y merece el título de “nuevo clásico”.
Luego de un breve encore, el cierre del show llegó con otros dos temas históricos, “July” y “Evidence“, que fueron muy festejados por todos los presentes que terminaron cantando a viva voz en el lugar.
Con una hora 15 minutos de duración y 16 canciones en el setlist, la banda ofreció un show corto, preciso y directo, sin pretensiones ni parafernalia, donde los sonidos melancólicos fueron los protagonistas absolutos de la jornada.
Muchas gracias a los amigos de Noiseground por darnos la oportunidad de cubrir este espectáculo y a CuervoDeth (Metal-Argento) por la foto de portada.
Etiquetas: Doom/death metal, Groove, Katatonia, metal gótico, metal progresivo, Noiseground, Suecia
La noche del 12 de noviembre se vivió otro excelente espectáculo de los suecos Katatonia en una nueva presentación en la Argentina. Esta sería la cuarta en su historial de paso por el país, nuevamente bajo el marco de su gira Latinoamericana, promocionando su última placa “Sky Void of Stars“. El lugar elegido para la ocasión fue el local palermitano Groove, donde me dirigí para disfrutar de una nueva noche de doom/death y algo de gothic metal.
La velada comenzó cerca de las 20:30 hrs con la apertura de los locales Frater, banda con más de 15 años de trayectoria y una de las más representativas e importantes del melodic death metal/metalcore argentino, que sigue presentando su último lanzamiento, al que llamaron “Sangre y viento“.
Si bien la banda difiere bastante de la propuesta de los suecos, es positivo que haya diversidad y que un nuevo público preste atención al metal vernáculo. Los Frater siempre responden con calidad, algo que se nota al observar a los músicos disfrutar de lo que hacen. Con un sonido muy bueno, cristalino y sin falencias, se retiraron bajo una lluvia de aplausos de todos los presentes, que para ese entonces ya eran un gran número.
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Tras de una breve espera, mientras se ponía a punto cada uno de los instrumentos que utilizarían los Katatonia, la gente preparaba sus celulares para registrar el inicio del show. Este arrancó a las 21:30, apenas unos minutos más tarde de lo pactado, y a medida que los miembros de la banda ingresaban al escenario, la adrenalina de los asistentes se hacía notar.
Como comenté anteriormente, el quinteto sueco regresaba a nuestras tierras poco más de un año después de su último show en El Teatrito. Al igual que en esa ocasión, el puntapié inicial lo dio “Austerity“, canción que también abre su última placa editada hasta el momento. Es un tema dinámico, con un buen trabajo tanto de guitarras como de batería.
Continuaron con “Colossal Shade“, y en estas dos primeras canciones se hicieron notar algunos inconvenientes de acoples provenientes del bombo, además de un bajo sonido de las guitarras, un problema que persistió a lo largo de todo el concierto.
Al finalizar estas interpretaciones, Jonas hizo una pausa, saludó al público y comentó lo felices que se sentían de volver a tocar en Argentina. Agradeció que estuvieran presentes un martes para acto seguido, dar inicio a “Lethean“, que animó al público con un tema más frenético y pesado, energía que se incrementó cuando la banda tocó “Deliberation“, tema del disco “The Great Cold Distance“, que fue cantado y disfrutado hasta el final.
Siguiendo el setlist, llegó el turno de “Forsaken“, aquel clásico perteneciente al gran “Night Is the New Day“, con sus atmósferas oscuras y una marcada pesadez, donde los guitarristas Anders Nyström y Roger Öjersson se lucieron con creces. Posteriormente fue el turno de “For My Demons“, del excelente “Tonight’s Decision“, con toda su melancolía y ese estribillo que el público coreó como si fuera una canción de cancha.
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Promediando el show, “Opaline” destacó como una de las mejores composiciones de la banda en los últimos años y un momento clave de su más reciente álbum. Es una canción pensada para ser tocada en vivo, con un excelente ritmo de guitarra y bajo, acompañada de un coro que crece en intensidad e invita al oyente a unirse a Jonas.
Llegando al tramo final del show, la banda nos regaló uno de los clásicos más aclamados, “My Twin“, un himno de los suecos con un coro potente y riffs pesados, acompañados por el bombo de batería que hacía cabecear al espectador. Más tarde sonó uno de los temas más tranquilos, “Atrium“, que tuvo un gran recibimiento y merece el título de “nuevo clásico”.
Luego de un breve encore, el cierre del show llegó con otros dos temas históricos, “July” y “Evidence“, que fueron muy festejados por todos los presentes que terminaron cantando a viva voz en el lugar.
Con una hora 15 minutos de duración y 16 canciones en el setlist, la banda ofreció un show corto, preciso y directo, sin pretensiones ni parafernalia, donde los sonidos melancólicos fueron los protagonistas absolutos de la jornada.