

Anoche, la sala Revi Live de Madrid vibró con la fuerza del metal sinfónico y el power metal, gracias a las actuaciones de Inhuman, Aeon Gods, Grotesco Karma e Imperial Age. A pesar de la modesta afluencia de público, la calidad del sonido fue excepcional, permitiendo que cada nota resonara con claridad. La iluminación, aunque quizás no tan deslumbrante como en otras ocasiones, contribuyó a crear una atmósfera mágica. Fotografiando me sentí cautivado por el carisma de cada banda, kilos de personalidad y talento, tanto por su música como por sus espectaculares atuendos, de los mejores que he visto en mucho tiempo, por el acabado, algunos en cuero, como por el diseño.
Abriendo la noche, Inhuman ofreció un espectáculo cargado de dramatismo. Su estilo, enmarcado en el metal gótico, se caracteriza por atmósferas oscuras, melodías melancólicas y una teatralidad que se manifestó en cada historia cantada. Los cañones de humo y la cuidada iluminación complementaron a la perfección su puesta en escena, resaltando sus vestimentas elaboradas y de corte gótico, que parecían sacadas de un relato de misterio, así como el momentazo con las velas. Iniciaron con un juego de máscaras que se quitaron durante el primer tema y cerraron con nuevas máscaras y un sincronizado número cargado de mensajes donde las dos voces vivian lo que parecía un ahoracamiento… todo medido y muy oscuro, imposible quedarte indiferente.
A continuación, Aeon Gods inundó la sala con su power metal, un género conocido por sus ritmos rápidos, melodías épicas y letras que narran leyendas y batallas. La banda desplegó una energía arrolladora, y sus trajes llamaron poderosamente la atención. Con reminiscencias a armaduras de guerreros mitológicos y deidades antiguas, cada pieza era una obra de arte que realzaba la grandiosidad de su música. Destacar la cantidad de múisicos sobre el escenario para crear grandes pasajes sonoros, sintetizador, batería, guitarra solista, guitarra rítmica y la asombrosa voz, destacable por el número de registros y gran teatralidad, bien entendida, en cada tema. De cuando en cuanto la banda se dirigia al público en lenguas antiguas, introduciendo las canciones y aportando aún más carga de epicidad al espectáculo. En general toda la bandas estuvo entregadísima pero destaco al guitarrista solista que vivió y sintió cada solo con pasión obligando al público a lanzar los puños al aire y acompañarle con sus guitarras imaginarias.
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El trío Grotesco Karma aportó una interesante fusión de estilos. Su propuesta de metal sinfónico se distingue por la combinación de la potencia del metal con elementos orquestales. La versátil vocalista alternó voces limpias y guturales, adornando su interpretación con pasajes operísticos. Esta dualidad se reflejó también en su imagen, con vestuarios elegantes y oscuros, que evocaban una atmósfera barroca y misteriosa. El trabajo de la banda para sonar tan “gordo” siendo un trío se fundamenta en el espectacular trabajo de su batería que arrancó varias ovaciones especialmente tras un par de solos de mucho nivel, por complejidad, ejecución y duración. La guitarra con distorsiones muy variadas también estuvo excelsa uniendose a la voz que se puede valorar como excepcional, acompañanado cada tema con vailes y gestos para la audiencia. Todo junto es un gran espectáculo que espero volver a ver pronto y puestos a pedir en sala pequeña.
Cerrando la noche con broche de oro, Imperial Age desplegó su power metal sinfónico. Originarios de Rusia, la banda es conocida por sus composiciones épicas, arreglos orquestales y coros operísticos. Su sonido grandilocuente se vio realzado por sus ostentosas vestimentas, que combinaban elementos de la realeza con detalles de fantasía medieval. La mezcla de las dos voces es clave para su estilo y ver como se pasan el testigo en directo fue emocionante, es evidente la complicidad entre ambos así como con el resto de la banda, el bajo algo más retirado frente a la bateria, precisa y contundente, dejando los lados para la guitarra que disfrutaba de cada pasaje y lanzaba gestos invitando al público a corear o bailar. Me encanta cuando los componentes de la banda cantan al aire las letras de sus temas, me invita a pensar que aman su trabajo y que están inmersos en la interpretación, es un poco el espectador sobre el escenario. Momentazos a destacar con las banderas al aire y como obliga a berrear al público ante la epicidad visual. Las dos tarimas frente al escenario dejan momentos con haces de luz y los cantantes recortados para inmortalizar imágenes legendaria muy cercanas a la propuesta power metal. Gran espectáculo con un setlist que hizo las delicias de los más fanáticos, largo y con los mejores temas de la banda.
En resumen, la noche en la sala Revi Live fue un festín para los sentidos. La calidad del sonido permitió apreciar la maestría de cada banda, y el carisma y la espectacularidad de sus atuendos hicieron de la velada una noche redonda,deseando me quedo de volver lo antes posible.


Anoche, la sala Revi Live de Madrid vibró con la fuerza del metal sinfónico y el power metal, gracias a las actuaciones de Inhuman, Aeon Gods, Grotesco Karma e Imperial Age. A pesar de la modesta afluencia de público, la calidad del sonido fue excepcional, permitiendo que cada nota resonara con claridad. La iluminación, aunque quizás no tan deslumbrante como en otras ocasiones, contribuyó a crear una atmósfera mágica. Fotografiando me sentí cautivado por el carisma de cada banda, kilos de personalidad y talento, tanto por su música como por sus espectaculares atuendos, de los mejores que he visto en mucho tiempo, por el acabado, algunos en cuero, como por el diseño.
Abriendo la noche, Inhuman ofreció un espectáculo cargado de dramatismo. Su estilo, enmarcado en el metal gótico, se caracteriza por atmósferas oscuras, melodías melancólicas y una teatralidad que se manifestó en cada historia cantada. Los cañones de humo y la cuidada iluminación complementaron a la perfección su puesta en escena, resaltando sus vestimentas elaboradas y de corte gótico, que parecían sacadas de un relato de misterio, así como el momentazo con las velas. Iniciaron con un juego de máscaras que se quitaron durante el primer tema y cerraron con nuevas máscaras y un sincronizado número cargado de mensajes donde las dos voces vivian lo que parecía un ahoracamiento… todo medido y muy oscuro, imposible quedarte indiferente.
A continuación, Aeon Gods inundó la sala con su power metal, un género conocido por sus ritmos rápidos, melodías épicas y letras que narran leyendas y batallas. La banda desplegó una energía arrolladora, y sus trajes llamaron poderosamente la atención. Con reminiscencias a armaduras de guerreros mitológicos y deidades antiguas, cada pieza era una obra de arte que realzaba la grandiosidad de su música. Destacar la cantidad de múisicos sobre el escenario para crear grandes pasajes sonoros, sintetizador, batería, guitarra solista, guitarra rítmica y la asombrosa voz, destacable por el número de registros y gran teatralidad, bien entendida, en cada tema. De cuando en cuanto la banda se dirigia al público en lenguas antiguas, introduciendo las canciones y aportando aún más carga de epicidad al espectáculo. En general toda la bandas estuvo entregadísima pero destaco al guitarrista solista que vivió y sintió cada solo con pasión obligando al público a lanzar los puños al aire y acompañarle con sus guitarras imaginarias.
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El trío Grotesco Karma aportó una interesante fusión de estilos. Su propuesta de metal sinfónico se distingue por la combinación de la potencia del metal con elementos orquestales. La versátil vocalista alternó voces limpias y guturales, adornando su interpretación con pasajes operísticos. Esta dualidad se reflejó también en su imagen, con vestuarios elegantes y oscuros, que evocaban una atmósfera barroca y misteriosa. El trabajo de la banda para sonar tan “gordo” siendo un trío se fundamenta en el espectacular trabajo de su batería que arrancó varias ovaciones especialmente tras un par de solos de mucho nivel, por complejidad, ejecución y duración. La guitarra con distorsiones muy variadas también estuvo excelsa uniendose a la voz que se puede valorar como excepcional, acompañanado cada tema con vailes y gestos para la audiencia. Todo junto es un gran espectáculo que espero volver a ver pronto y puestos a pedir en sala pequeña.
Cerrando la noche con broche de oro, Imperial Age desplegó su power metal sinfónico. Originarios de Rusia, la banda es conocida por sus composiciones épicas, arreglos orquestales y coros operísticos. Su sonido grandilocuente se vio realzado por sus ostentosas vestimentas, que combinaban elementos de la realeza con detalles de fantasía medieval. La mezcla de las dos voces es clave para su estilo y ver como se pasan el testigo en directo fue emocionante, es evidente la complicidad entre ambos así como con el resto de la banda, el bajo algo más retirado frente a la bateria, precisa y contundente, dejando los lados para la guitarra que disfrutaba de cada pasaje y lanzaba gestos invitando al público a corear o bailar. Me encanta cuando los componentes de la banda cantan al aire las letras de sus temas, me invita a pensar que aman su trabajo y que están inmersos en la interpretación, es un poco el espectador sobre el escenario. Momentazos a destacar con las banderas al aire y como obliga a berrear al público ante la epicidad visual. Las dos tarimas frente al escenario dejan momentos con haces de luz y los cantantes recortados para inmortalizar imágenes legendaria muy cercanas a la propuesta power metal. Gran espectáculo con un setlist que hizo las delicias de los más fanáticos, largo y con los mejores temas de la banda.
En resumen, la noche en la sala Revi Live fue un festín para los sentidos. La calidad del sonido permitió apreciar la maestría de cada banda, y el carisma y la espectacularidad de sus atuendos hicieron de la velada una noche redonda,deseando me quedo de volver lo antes posible.