
New Gods, New Monsters (2025)
Metal Blade Records
1. New Gods, New Masters
2. Sarcophagi of the Soul
3. Confines of Infinity
4. Dystopian Vermin
5. Despiritualized
6. The All Seeing
7. Data Corpse
8. Cronenberged
9. Buried Epoch

A lo largo de la historia, cada década estuvo marcada por determinadas bandas y músicos que de distinta manera, moldearon un estilo y género musical. Con sus herramientas, sus influencias y sus aspiraciones personales no sólo terminaron consolidando un sonido sino que hasta llegaron a marcar una época. Existen casos de sobra dentro del metal, en los 80’ grupos como Metallica, Slayer y Exodus dieron forma al Thrash. En los 90’ fueron Deicide, Cannibal Corpse o Morbid Angel entre muchos los que redoblaron la apuesta y vieron nacer al monstruo conocido como Death Metal. Y así, muchos casos más con otros géneros como el Power, el Doom o el Black.
Decir que Revocation llegó a esos niveles, es quizás exagerar un poco. Y es que si bien los oriundos de Boston, Massachusetts, consiguieron con el tiempo en volverse en unos de los nombres más reconocidos de la escena actual Thrash/Death Metal más técnico y extremo, lo cierto es que su particular propuesta los terminó por volver en uno de los grupos más singulares de estos tiempos modernos.
En primer lugar, si bien tuvieron sus inicios hace ya casi 20 años, al mismo tiempo que se fue formando la nueva ola de Thrash Metal a principios de los 2000’ comanda por grupos como Evile, Havok o Lazarus A.D, la realidad dicta que desde un comienzo, su música estuvo muy alejada del estilo más tradicional y directo que practicaban las mencionadas bandas pertenecientes a esta corriente. Por esta razón, Revocation nunca terminó por encajar con esta camada de Thrash contemporáneo, que buscaban rendir tributo a los grandes exponentes del género.
TAMBIEN TE PUEDE INTERESAR: Paradise Lost – Ascension (2025)
A su vez, su propuesta nunca alcanzó los niveles de complejidad o de extrema precisión técnica que sí trabajaron Obscura, Beyond Creation, Rivers Of Nihil o Fallujah, entre tantos.
Dicho así, pareciera que la banda liderada por David Davidson se pasó la mayoría de sus años de carrera en tierra de nadie. Pero lejos de esto, lo que su líder y guitarrista fue construyendo en este tiempo consiste en una propuesta desenfrenada y feroz pero llena de composiciones intrincadas y pulidas, en la que la variedad de riffs tanto agresivos como técnicos se van entrelazando uno detrás de otro, dando como resultado, un sonido hibrido que contiene a partes iguales elementos del Thrash y el Death más técnico del nuevo siglo. En resumidas cuentas, lograron consolidar una identidad musical que muy pocos grupos han conseguido moldear en los últimos años.
Obras como Chaos Of Forms (2011), Deathless (2014), Great Is Our Sin (2016) así lo atestiguan. Todo este preámbulo nos lleva al presente trabajo de la banda, New Gods, New Masters (2025). Un trabajo que viene a asentar una idea que se me venía gestando en la cabeza tras sus últimas obras, y es la clara inclinación en la balanza por parte del grupo, hacia sonidos más propios al Death Metal. Y esto no sólo lo digo tras ver en los créditos, colaboraciones como las de Travis Ryan, cantante y líder de Cattle Decapitation, Jonny Davy conocido por su trabajo en Job for a Cowboy o la de ni más ni menos que la del mismismo Luc Lemay, guitarrista y vocalista de los legendarios y titánicos Gorguts. Musicalmente, la propuesta de la banda se siente más compacta y uniforme. Como si de un bloque sólido hecho de concreto se tratará.
Todo se siente más comprimido. Los riffs no se escuchan tan acelerados ni desenfrenados como en sus comienzos. El bajo esta más soldado a las capas de podredumbre que ofrecen las guitarras. Mientras que la batería transmite mucha más intensidad y contundencia en vez de velocidad y aceleración como antes.
“Despiritualized”, “Dystophian Vermin”, “Confines Of Infinity” son algunos de los temas que reflejan esta dirección hacia sonidos más aletargado, acompasados y no tan estrambóticos por parte de la banda. Temas con un esquema compositivo mucho más conservador y clásico. Temas que al escucharlos, hace que se nos vengan a la mente gente como Morbid Angel o Nile.
Y es que esta dirección más orientada a los sonidos clásicos del Death Metal ya se hacía latente en sus últimos trabajos, más puntualmente en el The Outer Ones del 2018. Quizás sean las inquietudes del señor Davidson o la influencia de los distintos músicos que van rotando por la banda. Pero lo cierto es que este New Gods, New Master presenta una serie de composiciones un tanto lineales y estructuradas para los estándares de la agrupación, y sin tanto alarde de técnica o el virtuosismo al que tan acostumbrados nos tenían.
TAMBIEN TE PUEDE INTERESAR: 40 años de “Bonded By Blood” de Exodus: “Liberen a la bestia”
Ojo, eso no significa que el disco no contenga su buena dosis de adrenalina y desenfreno. “Sarcophagi Of The Soul” nos devuelve a los Revocation más alocados y explosivos, mientras que temas como “Cronenberg” o la homónima, nos demuestran que la banda es capaz de poner el pie en el acelerador y ser mucho más dinamicos cuando quiere. Por su parte, la instrumental “The All Seeing”, es el claro reflejo de los recursos técnicos que maneja cada uno de los músicos.
No obstante, la sensación final que deja un tema como “Buried Epoch” que es con la que cierra la obra, es la de estar sobreviviendo a una estampida de toros pesados que te llevan puesto con toda su potencia, masa y fuerza. Una estampida que marcha de forma sincronizada, mecánica y en conjunto como si fuera un muro inquebrantable.
De este modo, la banda se despide con una obra que en líneas generales, deja dos reflexiones. La primera es la de una satisfacción por haber disfrutado de la genuina calidad que poseen las canciones. Sin embargo, la segunda reflexión es la de haber presenciado una obra que en ningún momento terminó por volarte la cabeza o dejarte con la boca babeando, pidiendo por más. Como si uno se hubiese quedado a la espera de un golpe K.O definitivo que te sacuda por completo y lleve a este disco a estar entre los mejores del año.
Es un enorme disco? Sí. Tiene grandes momentos? Pero por supuesto. Pero al lado del material previo de la banda que fue directamente, de lo mejor de sus respectivos años como Great Is Our Sin en 2016, o Netherheaven en 2022, el presente trabajo de los estadounidenses carece de ese pequeño toque de ingenio y frescura que los caracterizó y los llevó al lugar en el que están hoy. A pesar de eso, no deja de ser otro gran trabajo en su discografía. 8/10.
No todos los años se puede llegar al podio.

New Gods, New Monsters (2025)
Metal Blade Records
1. New Gods, New Masters
2. Sarcophagi of the Soul
3. Confines of Infinity
4. Dystopian Vermin
5. Despiritualized
6. The All Seeing
7. Data Corpse
8. Cronenberged
9. Buried Epoch

A lo largo de la historia, cada década estuvo marcada por determinadas bandas y músicos que de distinta manera, moldearon un estilo y género musical. Con sus herramientas, sus influencias y sus aspiraciones personales no sólo terminaron consolidando un sonido sino que hasta llegaron a marcar una época. Existen casos de sobra dentro del metal, en los 80’ grupos como Metallica, Slayer y Exodus dieron forma al Thrash. En los 90’ fueron Deicide, Cannibal Corpse o Morbid Angel entre muchos los que redoblaron la apuesta y vieron nacer al monstruo conocido como Death Metal. Y así, muchos casos más con otros géneros como el Power, el Doom o el Black.
Decir que Revocation llegó a esos niveles, es quizás exagerar un poco. Y es que si bien los oriundos de Boston, Massachusetts, consiguieron con el tiempo en volverse en unos de los nombres más reconocidos de la escena actual Thrash/Death Metal más técnico y extremo, lo cierto es que su particular propuesta los terminó por volver en uno de los grupos más singulares de estos tiempos modernos.
En primer lugar, si bien tuvieron sus inicios hace ya casi 20 años, al mismo tiempo que se fue formando la nueva ola de Thrash Metal a principios de los 2000’ comanda por grupos como Evile, Havok o Lazarus A.D, la realidad dicta que desde un comienzo, su música estuvo muy alejada del estilo más tradicional y directo que practicaban las mencionadas bandas pertenecientes a esta corriente. Por esta razón, Revocation nunca terminó por encajar con esta camada de Thrash contemporáneo, que buscaban rendir tributo a los grandes exponentes del género.
TAMBIEN TE PUEDE INTERESAR: Paradise Lost – Ascension (2025)
A su vez, su propuesta nunca alcanzó los niveles de complejidad o de extrema precisión técnica que sí trabajaron Obscura, Beyond Creation, Rivers Of Nihil o Fallujah, entre tantos.
Dicho así, pareciera que la banda liderada por David Davidson se pasó la mayoría de sus años de carrera en tierra de nadie. Pero lejos de esto, lo que su líder y guitarrista fue construyendo en este tiempo consiste en una propuesta desenfrenada y feroz pero llena de composiciones intrincadas y pulidas, en la que la variedad de riffs tanto agresivos como técnicos se van entrelazando uno detrás de otro, dando como resultado, un sonido hibrido que contiene a partes iguales elementos del Thrash y el Death más técnico del nuevo siglo. En resumidas cuentas, lograron consolidar una identidad musical que muy pocos grupos han conseguido moldear en los últimos años.
Obras como Chaos Of Forms (2011), Deathless (2014), Great Is Our Sin (2016) así lo atestiguan. Todo este preámbulo nos lleva al presente trabajo de la banda, New Gods, New Masters (2025). Un trabajo que viene a asentar una idea que se me venía gestando en la cabeza tras sus últimas obras, y es la clara inclinación en la balanza por parte del grupo, hacia sonidos más propios al Death Metal. Y esto no sólo lo digo tras ver en los créditos, colaboraciones como las de Travis Ryan, cantante y líder de Cattle Decapitation, Jonny Davy conocido por su trabajo en Job for a Cowboy o la de ni más ni menos que la del mismismo Luc Lemay, guitarrista y vocalista de los legendarios y titánicos Gorguts. Musicalmente, la propuesta de la banda se siente más compacta y uniforme. Como si de un bloque sólido hecho de concreto se tratará.
Todo se siente más comprimido. Los riffs no se escuchan tan acelerados ni desenfrenados como en sus comienzos. El bajo esta más soldado a las capas de podredumbre que ofrecen las guitarras. Mientras que la batería transmite mucha más intensidad y contundencia en vez de velocidad y aceleración como antes.
“Despiritualized”, “Dystophian Vermin”, “Confines Of Infinity” son algunos de los temas que reflejan esta dirección hacia sonidos más aletargado, acompasados y no tan estrambóticos por parte de la banda. Temas con un esquema compositivo mucho más conservador y clásico. Temas que al escucharlos, hace que se nos vengan a la mente gente como Morbid Angel o Nile.
Y es que esta dirección más orientada a los sonidos clásicos del Death Metal ya se hacía latente en sus últimos trabajos, más puntualmente en el The Outer Ones del 2018. Quizás sean las inquietudes del señor Davidson o la influencia de los distintos músicos que van rotando por la banda. Pero lo cierto es que este New Gods, New Master presenta una serie de composiciones un tanto lineales y estructuradas para los estándares de la agrupación, y sin tanto alarde de técnica o el virtuosismo al que tan acostumbrados nos tenían.
TAMBIEN TE PUEDE INTERESAR: 40 años de “Bonded By Blood” de Exodus: “Liberen a la bestia”
Ojo, eso no significa que el disco no contenga su buena dosis de adrenalina y desenfreno. “Sarcophagi Of The Soul” nos devuelve a los Revocation más alocados y explosivos, mientras que temas como “Cronenberg” o la homónima, nos demuestran que la banda es capaz de poner el pie en el acelerador y ser mucho más dinamicos cuando quiere. Por su parte, la instrumental “The All Seeing”, es el claro reflejo de los recursos técnicos que maneja cada uno de los músicos.
No obstante, la sensación final que deja un tema como “Buried Epoch” que es con la que cierra la obra, es la de estar sobreviviendo a una estampida de toros pesados que te llevan puesto con toda su potencia, masa y fuerza. Una estampida que marcha de forma sincronizada, mecánica y en conjunto como si fuera un muro inquebrantable.
De este modo, la banda se despide con una obra que en líneas generales, deja dos reflexiones. La primera es la de una satisfacción por haber disfrutado de la genuina calidad que poseen las canciones. Sin embargo, la segunda reflexión es la de haber presenciado una obra que en ningún momento terminó por volarte la cabeza o dejarte con la boca babeando, pidiendo por más. Como si uno se hubiese quedado a la espera de un golpe K.O definitivo que te sacuda por completo y lleve a este disco a estar entre los mejores del año.
Es un enorme disco? Sí. Tiene grandes momentos? Pero por supuesto. Pero al lado del material previo de la banda que fue directamente, de lo mejor de sus respectivos años como Great Is Our Sin en 2016, o Netherheaven en 2022, el presente trabajo de los estadounidenses carece de ese pequeño toque de ingenio y frescura que los caracterizó y los llevó al lugar en el que están hoy. A pesar de eso, no deja de ser otro gran trabajo en su discografía. 8/10.
No todos los años se puede llegar al podio.





