La sala Bóveda de Barcelona se convirtió en un epicentro del metal del pasado con la presentación de Angra y Witherfall. La noche prometía ser especial, y así fue.
Witherfall, el quinteto norteamericano, abrió la noche con una propuesta de metal progresivo técnico que, si bien no convenció a todos, dejó claro su potencial. Temas como “Tempest” y “Moment of Silence” mostraron la habilidad de la banda para combinar melodías pegadizas con estructuras complejas. La voz de Joseph Michael, aunque mejoró a lo largo del concierto, y la maestría de Jake Dreyer a la guitarra, fueron los puntos más destacados de su actuación. Sin embargo, su sonido, a veces demasiado disperso, dificultó una conexión más profunda con el público.
Angra, por su parte, ofreció un espectáculo de primer nivel. A pesar de los problemas técnicos que se fueron dando a medida que avanzaban las canciones, la banda brasileña demostró una vez más por qué es una de las más importantes del género. Fabio Lione, con su voz inconfundible, lideró a la banda en un recorrido por sus grandes éxitos, incluyendo clásicos como “Nothing to Say” y “Angels Cry”.
La interpretación de temas como “Tide of Changes” y “Lisbon” fue especialmente emotiva, dejando claro que Angra sigue siendo una fuerza a tener en cuenta en el mundo del power metal. La conexión con el público fue evidente en cada momento, y la energía en la sala era palpable. Fabio al tener el idioma por la mano sabe cómo conectar con la gente muy fácil, siendo de esta despedida un momento muy especial. A pesar que la sombra de la despedida planeó sobre todo el concierto no fue un impedimento para que la sala se llenara de emociones tanto en los temas antiguos como en los nuevos.
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Cada músico es un mundo, por un lado el dio de guitarras de Rafael y Marcelo en la clásica toma los dos espalda con espalda, dos brasileños prodigios. Por otro lado, Felipe Andreoli y sus clásicas idas de olla en el bajo, esos tappings irreproducibles y estilo propio que destaca en cualquier rincón del escenario. Todos ya con una carrera y un nombre en la escena que esperamos que a pesar del parón indefinido no se pierdan estos años. El gran momento vendría con la seguidillas de mal sonido y cortes, desde atrás se veía la preocupación de los técnicos de Angra y de Bóveda para seguir adelante con el show, pero Fabio y Rafael nos dieron el momento acústico improvisado –o quizás no tanto- pero muy especial. Un sing along de todo bóveda para el recuerdo.
El concierto de Angra y Witherfall fue una noche de contrastes. Por un lado, la energía y la pasión de Angra, que nos regalaron un espectáculo inolvidable. Por otro, la propuesta más experimental de Witherfall, que dividió a la audiencia. A pesar de los problemas técnicos y la incertidumbre sobre el futuro de Angra, la noche fue un éxito rotundo.
La sala Bóveda de Barcelona se convirtió en un epicentro del metal del pasado con la presentación de Angra y Witherfall. La noche prometía ser especial, y así fue.
Witherfall, el quinteto norteamericano, abrió la noche con una propuesta de metal progresivo técnico que, si bien no convenció a todos, dejó claro su potencial. Temas como “Tempest” y “Moment of Silence” mostraron la habilidad de la banda para combinar melodías pegadizas con estructuras complejas. La voz de Joseph Michael, aunque mejoró a lo largo del concierto, y la maestría de Jake Dreyer a la guitarra, fueron los puntos más destacados de su actuación. Sin embargo, su sonido, a veces demasiado disperso, dificultó una conexión más profunda con el público.
Angra, por su parte, ofreció un espectáculo de primer nivel. A pesar de los problemas técnicos que se fueron dando a medida que avanzaban las canciones, la banda brasileña demostró una vez más por qué es una de las más importantes del género. Fabio Lione, con su voz inconfundible, lideró a la banda en un recorrido por sus grandes éxitos, incluyendo clásicos como “Nothing to Say” y “Angels Cry”.
La interpretación de temas como “Tide of Changes” y “Lisbon” fue especialmente emotiva, dejando claro que Angra sigue siendo una fuerza a tener en cuenta en el mundo del power metal. La conexión con el público fue evidente en cada momento, y la energía en la sala era palpable. Fabio al tener el idioma por la mano sabe cómo conectar con la gente muy fácil, siendo de esta despedida un momento muy especial. A pesar que la sombra de la despedida planeó sobre todo el concierto no fue un impedimento para que la sala se llenara de emociones tanto en los temas antiguos como en los nuevos.
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Cada músico es un mundo, por un lado el dio de guitarras de Rafael y Marcelo en la clásica toma los dos espalda con espalda, dos brasileños prodigios. Por otro lado, Felipe Andreoli y sus clásicas idas de olla en el bajo, esos tappings irreproducibles y estilo propio que destaca en cualquier rincón del escenario. Todos ya con una carrera y un nombre en la escena que esperamos que a pesar del parón indefinido no se pierdan estos años. El gran momento vendría con la seguidillas de mal sonido y cortes, desde atrás se veía la preocupación de los técnicos de Angra y de Bóveda para seguir adelante con el show, pero Fabio y Rafael nos dieron el momento acústico improvisado –o quizás no tanto- pero muy especial. Un sing along de todo bóveda para el recuerdo.
El concierto de Angra y Witherfall fue una noche de contrastes. Por un lado, la energía y la pasión de Angra, que nos regalaron un espectáculo inolvidable. Por otro, la propuesta más experimental de Witherfall, que dividió a la audiencia. A pesar de los problemas técnicos y la incertidumbre sobre el futuro de Angra, la noche fue un éxito rotundo.