

La noche del 29 de enero, el corazón de Madrid latió al ritmo frenético y visceral de Carcass. La sala se convirtió en un lienzo sonoro donde la banda británica desplegó su arte macabro, una sinfonía de acero y oscuridad que resonó en el alma de los presentes. Como un pintor que moldea la materia, Carcass esculpió riffs afilados y ritmos implacables, creando una atmósfera opresiva y embriagadora.
La música de Carcass es un viaje a las profundidades de la psique humana, donde la belleza y la putrefacción se entrelazan en una danza macabra. Sus letras, como pinceladas de un cuadro grotesco, exploran los límites de la existencia, la fragilidad del cuerpo y la omnipresencia de la muerte. Pero en medio de tanta oscuridad, surge una chispa de genialidad, una maestría técnica que eleva su música a la categoría de arte.
En este concierto, Carcass no solo interpretó canciones, sino que creó una experiencia sensorial que trascendió lo musical. Cada nota, cada palabra, cada movimiento sobre el escenario fue una pincelada en un lienzo que nos invitaba a reflexionar sobre la condición humana.
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Para calentar los músculos del cuello entraron puntuales a escena Rotten Sound, la banda finlandesa de grindcore formada en Vaasa en 1993, son conocidos por su sonido brutal y rápido, caracterizado por ritmos intensos, riffs de guitarra afilados y voces guturales. Las letras de sus canciones a menudo abordan temas oscuros y violentos, como la muerte, la guerra y la destrucción. No dejaron ni un segundo entre tema y tema, vomitando metal en cada canción, lanzando un muro pesado y confuso que nos golpeó una y otra vez para dejarnos sin respiración. Las luces de la sala no hicieron presencia y la banda se intuía entre el humo y la oscuridad, complicado fotografiar, pero dejando siluetas y contraluces espectaculares. El sonido no estuvo a la altura de semejante locura de caos sonoro, sintiendo todo el sonido como una gran “bola” en la que costaba encontrar los instrumentos y con la voz muy presente.
A lo largo de su carrera, Rotten Sound ha lanzado numerosos álbumes de estudio, EPs y splits, ganando reconocimiento como una de las bandas más importantes e influyentes en la escena del grindcore.Algunos de sus álbumes más destacados incluyen “Spit Forth What You Spew” (1996), “Drain” (1999), “Murderworks” (2002) y “Abuse to Power” (2016). La banda ha mantenido una formación relativamente estable a lo largo de los años, con el vocalista Keijo Niinimaa como miembro fundador y líder.
Su reputación como una banda de directo enérgica y devastadora les predecía y en La Riviera quedó latente que siguen a tope, un testimonio de la intensidad y la brutalidad del grindcore.
Siguieron Brujería la banda de deathgrind estadounidense formada en Los Ángeles, California, en 1989, derrocharon sus letras explícitas en español y su imagen provocadora que sigue intacta a pesar de los años y las tristes pérdidas. La gente se volvió loca en cada tema, cantando, saltando y tratando de devolver a la banda toda la energía posible.
La combinación de grindcore, death metal y hardcore punk, con letras en español que abordan temas como la violencia, el narcotráfico, la inmigración y la política no dejan a nadie indiferente y han sido objeto de controversia por sus letras explícitas y su imaginería provocadora, pero también han sido elogiados por su energía y su compromiso social. Es una banda que no deja indiferente a nadie y eso habla de su personalidad y autenticidad.
Las luces mejoraron para hacer fotos, siguieron siendo frenéticas pero dejaron grandes momentos. El sonido estuvo a la altura de la trayectoria de la banda mucho mejor ajustado y dando margen para diferencia limpios los instrumentos. Por supuesto no faltaron sus temas más populares, “Matando güeros”, “Raza odiada” o “La ley del plomo” entre otros. Sacaron el maquete a pasear, pidieron algo de fumar al personal (conseguido, por cierto, entre las risas y vítores de todos). Por supuesto se tuvo el tiempo de reconocimiento para los miembros fallecidos, en resumen, una gran actuación cargada de añoranza y energía.
Los artistas de Carcass cerraron la noche. La banda británica de grindcore formada en Liverpool en 1985, pionera del género goregrind, subgénero del grindcore que se caracteriza por sus letras extremadamente violentas y sangrientas, vino a Madrid con su exploración poética y oscura de temas como la decadencia, la creatividad y la dualidad entre belleza y corrupción. Las letras son abstractas y llenas de imágenes vívidas, que permiten múltiples interpretaciones. Temas oscuros y grotescos con una gran habilidad técnica interpretativa y un toque de lirismo macabro en el que regodearse.
La banda ha tenido varios cambios de formación a lo largo de su carrera, pero el núcleo principal siempre ha estado compuesto por el vocalista y bajista Jeff Walker, el guitarrista Bill Steer. Carcass se separó en 1996, pero se reformó en 2007 para realizar una gira de reunión. Desde entonces, la banda ha seguido activa y ha publicado dos nuevos álbumes de estudio: Surgical Steel (2013) y Torn Arteries (2021). Los primeros álbumes de Carcass, con su sonido ruidoso y letras viscerales, atrajeron la atención de los seguidores de la música extrema. La banda evolucionó hacia un estilo más técnico, alcanzando un equilibrio entre agresividad y técnica en su obra más representativa, “Necroticism: Descanting the Insalubrious”, venerada por tantos. Tras su éxito comercial, la banda se disolvió por problemas con su discográfica y diferencias musicales entre sus miembros. Algunos se centraron en proyectos paralelos como “Arch Enemy” y “Spiritual Beggars”, mientras que otros exploraron el rock and roll y el blues.
Tras la disolución, se publicó “Wake Up and Smell the… Carcass” como testamento de la banda. Jeff Walker tocó con Brujería y lanzó un disco en solitario de versiones country. Actualmente, Carcass ha regresado a los escenarios y ha reeditado álbumes como “Necroticism” y “Heartwork”. En 2013 lanzaron “Surgical Steel”, su primer disco en 17 años, que fue aclamado por la crítica. En 2020, publicaron el EP “Despicable”, consolidando su sonido con un enfoque más melódico. Su último álbum de 2021 “Torn Arteries” compuesto por 10 canciones de gran producción y riffs de guitarras al más puro estilo de sus temas clásicos, con algunos toques melódicos, es sin duda alguna, un gran álbum.
En una sala repleta tocaron casi 20 temas para deleite absoluto de los fans. Es envidiable su capacidad técnica y cómo consiguen transmitir con cada canción. Jeff no paraba de lanzar púas y señalar al público, sin dejar de tocar, con sus características poses con el bajo sigue proyectando metal por cada poro. Sus expresiones cargadas de energía e ira, sumadas a la música pintaban obras de arte que te obligaban a agitar la cabeza o saltar al ritmo sacando todo lo que llevas dentro. Bill algo más tranquilo también agitaba la cabeza y hacía volar su blanca melena sin comerse ni una nota. Tanto Daniel Wilding, en batería como Tom Draperen guitarra acompañaban a la perfección, todo junto… puro Carcass.
El escenario tenía de fondo una gran tela que cubría todo, blanca, con las costillas también recibía imágenes proyectadas dando profundidad en lo visual y sentido en lo onírico a los temas. Las luces estuvieron espectaculares en colores, cantidad y variaciones, disfrutando cada segundo de la toma de fotos. El sonido también siguió a la perfección sumando un bolo brutal.
Recorrieron sus clásicos, casi sin pausa ni dirigirse al público, arrancaron puntuales con “Buried Dreams” para exaltación de todos, siguiendo con “Kelly’s Meat Emporium” y “Incarnated Solvent Abuse”. Para cuando entró “No Love Lost” y “Tomorrow Belongs to Nobody / Death Certificate” la sala era una auténtica fiesta de metal, con “Dance of Ixtab” y “Black Star / Keep On Rotting in the Free World” ya había varios circle pits, con “Genital Grinder” y “Pyosisified (Rotten to the Gore)” nadie podía parar de votar y lanzar los puños al aire, “Exhume to Consume” y “316L Grade Surgical Steel” sonaron espectaculares como el resto dejándonos a todos más que convencidos de que la banda venía a dejarse los restos, “This Mortal Coil” en un gran cierre antes de los encores: “Corporal Jigsore Quandary” y “Ruptured in Purulence” antes del espectacular solo de batería de Daniel que anticipó el cierre con el clásico de la banda e himno “Heartwork”. Sencillamente espectacular.
Como un pintor que domina su paleta, Carcass mezcló los colores de la oscuridad y la melodía para crear una obra maestra sonora. Su concierto en Madrid fue una explosión de creatividad, un lienzo donde la violencia y la belleza se fundieron en una experiencia inolvidable, nos demostró que el arte, en todas sus formas, tiene el poder de conmovernos, desafiarnos y transformarnos.


La noche del 29 de enero, el corazón de Madrid latió al ritmo frenético y visceral de Carcass. La sala se convirtió en un lienzo sonoro donde la banda británica desplegó su arte macabro, una sinfonía de acero y oscuridad que resonó en el alma de los presentes. Como un pintor que moldea la materia, Carcass esculpió riffs afilados y ritmos implacables, creando una atmósfera opresiva y embriagadora.
La música de Carcass es un viaje a las profundidades de la psique humana, donde la belleza y la putrefacción se entrelazan en una danza macabra. Sus letras, como pinceladas de un cuadro grotesco, exploran los límites de la existencia, la fragilidad del cuerpo y la omnipresencia de la muerte. Pero en medio de tanta oscuridad, surge una chispa de genialidad, una maestría técnica que eleva su música a la categoría de arte.
En este concierto, Carcass no solo interpretó canciones, sino que creó una experiencia sensorial que trascendió lo musical. Cada nota, cada palabra, cada movimiento sobre el escenario fue una pincelada en un lienzo que nos invitaba a reflexionar sobre la condición humana.
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Para calentar los músculos del cuello entraron puntuales a escena Rotten Sound, la banda finlandesa de grindcore formada en Vaasa en 1993, son conocidos por su sonido brutal y rápido, caracterizado por ritmos intensos, riffs de guitarra afilados y voces guturales. Las letras de sus canciones a menudo abordan temas oscuros y violentos, como la muerte, la guerra y la destrucción. No dejaron ni un segundo entre tema y tema, vomitando metal en cada canción, lanzando un muro pesado y confuso que nos golpeó una y otra vez para dejarnos sin respiración. Las luces de la sala no hicieron presencia y la banda se intuía entre el humo y la oscuridad, complicado fotografiar, pero dejando siluetas y contraluces espectaculares. El sonido no estuvo a la altura de semejante locura de caos sonoro, sintiendo todo el sonido como una gran “bola” en la que costaba encontrar los instrumentos y con la voz muy presente.
A lo largo de su carrera, Rotten Sound ha lanzado numerosos álbumes de estudio, EPs y splits, ganando reconocimiento como una de las bandas más importantes e influyentes en la escena del grindcore.Algunos de sus álbumes más destacados incluyen “Spit Forth What You Spew” (1996), “Drain” (1999), “Murderworks” (2002) y “Abuse to Power” (2016). La banda ha mantenido una formación relativamente estable a lo largo de los años, con el vocalista Keijo Niinimaa como miembro fundador y líder.
Su reputación como una banda de directo enérgica y devastadora les predecía y en La Riviera quedó latente que siguen a tope, un testimonio de la intensidad y la brutalidad del grindcore.
Siguieron Brujería la banda de deathgrind estadounidense formada en Los Ángeles, California, en 1989, derrocharon sus letras explícitas en español y su imagen provocadora que sigue intacta a pesar de los años y las tristes pérdidas. La gente se volvió loca en cada tema, cantando, saltando y tratando de devolver a la banda toda la energía posible.
La combinación de grindcore, death metal y hardcore punk, con letras en español que abordan temas como la violencia, el narcotráfico, la inmigración y la política no dejan a nadie indiferente y han sido objeto de controversia por sus letras explícitas y su imaginería provocadora, pero también han sido elogiados por su energía y su compromiso social. Es una banda que no deja indiferente a nadie y eso habla de su personalidad y autenticidad.
Las luces mejoraron para hacer fotos, siguieron siendo frenéticas pero dejaron grandes momentos. El sonido estuvo a la altura de la trayectoria de la banda mucho mejor ajustado y dando margen para diferencia limpios los instrumentos. Por supuesto no faltaron sus temas más populares, “Matando güeros”, “Raza odiada” o “La ley del plomo” entre otros. Sacaron el maquete a pasear, pidieron algo de fumar al personal (conseguido, por cierto, entre las risas y vítores de todos). Por supuesto se tuvo el tiempo de reconocimiento para los miembros fallecidos, en resumen, una gran actuación cargada de añoranza y energía.
Los artistas de Carcass cerraron la noche. La banda británica de grindcore formada en Liverpool en 1985, pionera del género goregrind, subgénero del grindcore que se caracteriza por sus letras extremadamente violentas y sangrientas, vino a Madrid con su exploración poética y oscura de temas como la decadencia, la creatividad y la dualidad entre belleza y corrupción. Las letras son abstractas y llenas de imágenes vívidas, que permiten múltiples interpretaciones. Temas oscuros y grotescos con una gran habilidad técnica interpretativa y un toque de lirismo macabro en el que regodearse.
La banda ha tenido varios cambios de formación a lo largo de su carrera, pero el núcleo principal siempre ha estado compuesto por el vocalista y bajista Jeff Walker, el guitarrista Bill Steer. Carcass se separó en 1996, pero se reformó en 2007 para realizar una gira de reunión. Desde entonces, la banda ha seguido activa y ha publicado dos nuevos álbumes de estudio: Surgical Steel (2013) y Torn Arteries (2021). Los primeros álbumes de Carcass, con su sonido ruidoso y letras viscerales, atrajeron la atención de los seguidores de la música extrema. La banda evolucionó hacia un estilo más técnico, alcanzando un equilibrio entre agresividad y técnica en su obra más representativa, “Necroticism: Descanting the Insalubrious”, venerada por tantos. Tras su éxito comercial, la banda se disolvió por problemas con su discográfica y diferencias musicales entre sus miembros. Algunos se centraron en proyectos paralelos como “Arch Enemy” y “Spiritual Beggars”, mientras que otros exploraron el rock and roll y el blues.
Tras la disolución, se publicó “Wake Up and Smell the… Carcass” como testamento de la banda. Jeff Walker tocó con Brujería y lanzó un disco en solitario de versiones country. Actualmente, Carcass ha regresado a los escenarios y ha reeditado álbumes como “Necroticism” y “Heartwork”. En 2013 lanzaron “Surgical Steel”, su primer disco en 17 años, que fue aclamado por la crítica. En 2020, publicaron el EP “Despicable”, consolidando su sonido con un enfoque más melódico. Su último álbum de 2021 “Torn Arteries” compuesto por 10 canciones de gran producción y riffs de guitarras al más puro estilo de sus temas clásicos, con algunos toques melódicos, es sin duda alguna, un gran álbum.
En una sala repleta tocaron casi 20 temas para deleite absoluto de los fans. Es envidiable su capacidad técnica y cómo consiguen transmitir con cada canción. Jeff no paraba de lanzar púas y señalar al público, sin dejar de tocar, con sus características poses con el bajo sigue proyectando metal por cada poro. Sus expresiones cargadas de energía e ira, sumadas a la música pintaban obras de arte que te obligaban a agitar la cabeza o saltar al ritmo sacando todo lo que llevas dentro. Bill algo más tranquilo también agitaba la cabeza y hacía volar su blanca melena sin comerse ni una nota. Tanto Daniel Wilding, en batería como Tom Draperen guitarra acompañaban a la perfección, todo junto… puro Carcass.
El escenario tenía de fondo una gran tela que cubría todo, blanca, con las costillas también recibía imágenes proyectadas dando profundidad en lo visual y sentido en lo onírico a los temas. Las luces estuvieron espectaculares en colores, cantidad y variaciones, disfrutando cada segundo de la toma de fotos. El sonido también siguió a la perfección sumando un bolo brutal.
Recorrieron sus clásicos, casi sin pausa ni dirigirse al público, arrancaron puntuales con “Buried Dreams” para exaltación de todos, siguiendo con “Kelly’s Meat Emporium” y “Incarnated Solvent Abuse”. Para cuando entró “No Love Lost” y “Tomorrow Belongs to Nobody / Death Certificate” la sala era una auténtica fiesta de metal, con “Dance of Ixtab” y “Black Star / Keep On Rotting in the Free World” ya había varios circle pits, con “Genital Grinder” y “Pyosisified (Rotten to the Gore)” nadie podía parar de votar y lanzar los puños al aire, “Exhume to Consume” y “316L Grade Surgical Steel” sonaron espectaculares como el resto dejándonos a todos más que convencidos de que la banda venía a dejarse los restos, “This Mortal Coil” en un gran cierre antes de los encores: “Corporal Jigsore Quandary” y “Ruptured in Purulence” antes del espectacular solo de batería de Daniel que anticipó el cierre con el clásico de la banda e himno “Heartwork”. Sencillamente espectacular.
Como un pintor que domina su paleta, Carcass mezcló los colores de la oscuridad y la melodía para crear una obra maestra sonora. Su concierto en Madrid fue una explosión de creatividad, un lienzo donde la violencia y la belleza se fundieron en una experiencia inolvidable, nos demostró que el arte, en todas sus formas, tiene el poder de conmovernos, desafiarnos y transformarnos.