El pasado viernes me acerqué a Galpón B, cómodo reducto del barrio de San Cristóbal en la ciudad de Buenos Aires, para una noche a puro power metal de la mano de Curwen. La excusa tenía que ver con el lanzamiento y presentación de su estupendo disco en vivo The Fall in Live, pero también con el estreno de su flamante vocalista Víctor Azcurra. Hacia allí nos dirigimos en esa fría noche.
Mientras el público iba llenando el recinto pudimos disfrutar de las dos bandas invitadas. El primer turno fue para Argan, interesante cuarteto en un estilo bien clásico que despuntó un puñado de temas entre los cuales se destacaron “Te Levantarás” y “Hoy Más que Nunca”. Gran sorpresa cuando se despacharon con una acertada versión de “Alguien Más en Quien Confiar” de los eternos El Reloj… el mejor uso que se le puede dar a un doble bombo.
Con muy poco tiempo de espera llegó el momento de Goodbye Carolina, en improvisada formación de trío. Con un sonido más inclinado al hard rock cumplieron su parte con creces de dejar un buen clima antes del acto principal, con canciones como “This Time”.
Dos muy interesantes números para tener en cuenta.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: Horcas – El Diablo (2024)
Apenas unos minutos pasados de las 10 de la noche subieron los muchachos de Curwen para el acto central de la velada. Seis músicos dejan chico cualquier escenario, pero no fue impedimento para que cada uno ocupe su lugar en el mismo. Gran caudal de volumen para encender el fuego de una noche que ya pintaba buena. Las miradas (y los oídos) estaban puestos en el debutante Víctor Azcurra, quien dio sobradas muestras de capacidad y versatilidad al encarar las voces más guturales y aguerridas, pero también para entonar los pasajes más melódicos, como por ejemplo “Bad Memories”.
A nivel visual, lo que más llamó la atención fue la tremenda presencia que impone el bajista Gabriel Corzo. A él se le suma, a cada costado del escenario, el despliegue de la dupla de guitarras: Ernesto Fernández y Joaquín Telias. Entre ambos se alternaban solos y arreglos, muchas veces armonizando a la par. Unos pasos más atrás y proveyendo la base donde la banda se respalda, se ubicaron el tecladista Walter Costello y, tras los parches, Pablo Méndez, ambos de gran labor.
Promediando el show subió al escenario a modo de invitado el vocalista Fernando Vázquez, que se desempeña actualmente como cantante de la banda de Miguel Roldán, y compartió voces con Joaquín en “The Silent Man”. Gran intervención que dio paso a un segmento instrumental donde los violeros Ernesto y Joaquín, y luego Walter tras las teclas, dieron muestras de sus cualidades musicales.
Seguida de esta pausa, la banda volvió a pleno para una ejecución de su balada “Away from the Pain”, composición que aportó algo de calma tras varios números de mayor dinámica, como la potente “Eviluctions”.
El cierre fue con la muy festejada “I Can Fly”, gran elección para redondear un muy buen concierto y así lo entendió el público que retribuyó con merecidos aplausos. El power metal está vivo en Argentina y dijo presente de la mano de Curwen.
El pasado viernes me acerqué a Galpón B, cómodo reducto del barrio de San Cristóbal en la ciudad de Buenos Aires, para una noche a puro power metal de la mano de Curwen. La excusa tenía que ver con el lanzamiento y presentación de su estupendo disco en vivo The Fall in Live, pero también con el estreno de su flamante vocalista Víctor Azcurra. Hacia allí nos dirigimos en esa fría noche.
Mientras el público iba llenando el recinto pudimos disfrutar de las dos bandas invitadas. El primer turno fue para Argan, interesante cuarteto en un estilo bien clásico que despuntó un puñado de temas entre los cuales se destacaron “Te Levantarás” y “Hoy Más que Nunca”. Gran sorpresa cuando se despacharon con una acertada versión de “Alguien Más en Quien Confiar” de los eternos El Reloj… el mejor uso que se le puede dar a un doble bombo.
Con muy poco tiempo de espera llegó el momento de Goodbye Carolina, en improvisada formación de trío. Con un sonido más inclinado al hard rock cumplieron su parte con creces de dejar un buen clima antes del acto principal, con canciones como “This Time”.
Dos muy interesantes números para tener en cuenta.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: Horcas – El Diablo (2024)
Apenas unos minutos pasados de las 10 de la noche subieron los muchachos de Curwen para el acto central de la velada. Seis músicos dejan chico cualquier escenario, pero no fue impedimento para que cada uno ocupe su lugar en el mismo. Gran caudal de volumen para encender el fuego de una noche que ya pintaba buena. Las miradas (y los oídos) estaban puestos en el debutante Víctor Azcurra, quien dio sobradas muestras de capacidad y versatilidad al encarar las voces más guturales y aguerridas, pero también para entonar los pasajes más melódicos, como por ejemplo “Bad Memories”.
A nivel visual, lo que más llamó la atención fue la tremenda presencia que impone el bajista Gabriel Corzo. A él se le suma, a cada costado del escenario, el despliegue de la dupla de guitarras: Ernesto Fernández y Joaquín Telias. Entre ambos se alternaban solos y arreglos, muchas veces armonizando a la par. Unos pasos más atrás y proveyendo la base donde la banda se respalda, se ubicaron el tecladista Walter Costello y, tras los parches, Pablo Méndez, ambos de gran labor.
Promediando el show subió al escenario a modo de invitado el vocalista Fernando Vázquez, que se desempeña actualmente como cantante de la banda de Miguel Roldán, y compartió voces con Joaquín en “The Silent Man”. Gran intervención que dio paso a un segmento instrumental donde los violeros Ernesto y Joaquín, y luego Walter tras las teclas, dieron muestras de sus cualidades musicales.
Seguida de esta pausa, la banda volvió a pleno para una ejecución de su balada “Away from the Pain”, composición que aportó algo de calma tras varios números de mayor dinámica, como la potente “Eviluctions”.
El cierre fue con la muy festejada “I Can Fly”, gran elección para redondear un muy buen concierto y así lo entendió el público que retribuyó con merecidos aplausos. El power metal está vivo en Argentina y dijo presente de la mano de Curwen.