Recientemente, al hablar sobre la presentación de ReyToro en el Furia Metal Fest, opinaba que el metalero argentino promedio no suele pensar en Uruguay como una tierra de heavy metal. Sigo pensando lo mismo, pero a eso tendría que agregar que suelen tener esa visión de todo el resto de Latinoamérica, con excepción tal vez de Brasil. “Y si piensan así de un país como Uruguay, donde el acento típico es casi indistinguible del estándar argentino y sólo nos separa un río, ¿qué pueden llegar a pensar de un país con un acento completamente diferente y del que nos separa una cordillera?”, pensé al momento de escribir las preguntas para la que sería mi entrevista con los chilenos Delta.
Por suerte, el desarrollo de las comunicaciones permitió que ya no sea tan complicado enterarse de lo que pasa del otro lado del mundo y mucho menos del otro lado de la cordillera de los Andes, y eso incluye bandas también: me enteré de la existencia de Mar de Grises a través de una reseña en una revista, de Critical Defiance a través de una reseña en Internet, de Coprófago a través de una reseña negativa en Internet, de Ripper a través de Bandcamp y de Delta cuando su álbum Fears (2021) me salió recomendado en Spotify.
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Chile es una tierra más del thrash y el death metal, así que Delta destacaba simplemente por la novedad de ser un grupo de metal progresivo de tintes neoclásicos. Y ese álbum, Fears, marcaba una nueva etapa en la banda, siendo su primer disco en ocho años y el primero con la argentina Paula Loza encargándose del micrófono: el uso de voces femeninas es algo que siempre va a llamar la atención. Aquel era un disco de calidad superlativa, pero incluso con eso el anuncio de que el grupo giraría por Argentina me tomó por desprevenido, siendo que no se ven muchas bandas chilenas tocando por estos lares. Pero ciertamente agradecí la oportunidad de poder ver a esta banda tan prometedora en vivo.
Con un primer paso por el Vade Music Club de Morón el jueves 23 de marzo, la llegada del quinteto a Capital tuvo un obstáculo importante cuando el Roxy Live anunció casi a último momento (literalmente se dio a conocer el día anterior) que no podría alojar la presentación de Delta: supuestamente el lugar está haciendo reformas pero había prometido que las luces y el sonido iban a estar preparados para el día del evento, pero al final no se logró cumplir.
Por suerte, la gente de Heresy Media trabajó a todo lo que le dio para conseguir un lugar, y es así que el recital se terminó pasando al Club Cultural Bula (Bulnes 996), a 25 cuadras del Roxy. No tendrá el espacio que ofrece el Roxy y habrá que bajar una escalera para poder ir al lugar para recitales, pero es innegable que es mejor a tener que cancelar toda la fecha, que también tendría el acompañamiento de Sentinel y Fughu.
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Para las 19:35, el público rondaba las 40 personas (yo tenía la entrada número 38). Fue a esa hora que salió a escena Sentinel, quinteto de speed / power metal al que tuve la oportunidad de ver por primera vez en 2021, cuando estaban presentando su LP debut The Black of the Sun. Aunque sólo tengan ese disco y su EP Messenger of Chaos, desde ya que son un conjunto interesante al que recomendaría al lector, siempre y cuando este sea a) un fan del power metal que de vez en cuando lee, o b) un lector que de vez en cuando escucha heavy metal. O si siente que a los últimos discos de Iron Maiden los tragaron las pretensiones progresivas devenidas sin riffs o melodías como para sostenerlas.
Tocando un mix de canciones de esos discos como “A Clockwork Universe” y “One Bullet Left” junto a canciones próximas a grabar como “Starblazing” y “The Red Woman”, la performance del grupo fue siempre óptima pero el sonido fue de menor a mayor, siempre siendo la maldición de los grupos encargados de abrir las fechas. Por suerte ya para cuando Renzo Favaro, cantante de Fughu, subió al escenario para acompañar en un cover del clásico “Powerslave” de Iron Maiden el sonido había dejado de ser una bola de ruido y se había acomodado, aunque fuera dejando las dos últimas canciones para disfrutar al cien por ciento. Si tienen oportunidad de verlos en vivo, háganlo.
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En tiempo récord para lo que son los estándares de estas fechas (menos de quince minutos) y ya con un público más nutrido, tuvimos a la gente de Delta dispuesta arriba del escenario, quienes dieron comienzo a su presentación con “Desire Within”, de Deny Humanity (2010), con su intro ambiental de sintetizadores y percusión electrónica a cargo del siempre presente tecladista Nicolás Quinteros. Desde ya los largos dreadlocks de Paula Loza se llevaron la atención de todos los fotógrafos (extremadamente difícil que no lo hicieran), pero apenas arrancan primero los riffs ultra trabados y complejos y más tarde aparece la voz de Loza, queda en claro que lo de la banda va mucho más allá de lo visual.
Desde un comienzo la atención está puesta tanto en el bajista Marcos Sánchez, con sus dedos recorriendo su enorme bajo de seis cuerdas, como en el guitarrista Guillermo “Ghee-Yeh” Olivares, quien con su particular guitarra sin cabezal se encuentra ocupando el puesto de manera provisoria a raíz de la salida del anterior Benjamín Lechuga. Lo del dúo es impresionante, tocando estos riffs inhumanos con la facilidad con la que muchos simplemente respiran. Esto también se ve en la frenética “Hate Recipe”, que al ser la primera de Fears demuestra las posibilidades de Loza detrás del micrófono, sobre todo al momento de cantar material hecho para ella, con una voz tan clara como poderosa. Esto se vio ayudado por un sonido de buena calidad desde el vamos.
Quinteros aprovechó la espera antes de la siguiente para mencionar que era su primera vez en Buenos Aires, ganándose los aplausos de la gente, para así comenzar con el tema título “Fears”, que además de tener otra actuación espectacular de todos los músicos (Delta entendió muy bien la idea de darle a cada integrante un espacio en las canciones) demuestra lo pesada que se puede poner la banda, sobre todo durante el corto break electrónico del medio del que vuelven con toda la potencia. Y hablando de pesadez, “Crashbreaker” es de las instancias más extremas y también eclécticas de los chilenos, logrando combinar una marcha a puro doble bombo, cortesía del reloj humano Andrés Rojas, con una sección de improvisación vocal jazzero por parte de Loza y una interpolación de nada menos que “Rezo por Vos”, ese tema mítico de Charly García y Luis Alberto Spinetta.
La bella “Eternal Dream” arranca con una intro de piano, demostrando la habilidad de Loza para adaptarse a cada canción, algo que siguió con la emocional “Oceans”, la cual es una suerte de balada con elementos de rock alternativo y es de las más accesibles de Fears sin que por eso pierda su valor. Los chilenos volvieron a la onda más pesada con “My Addictions”, con sus riffs erráticos, teclados complejos y una batería que no se queda mucho tiempo en el mismo ritmo, además de tener a Loza recorriendo todo el rango de su voz. Tener este espectáculo de otro mundo en un escenario un tanto humilde como el del subsuelo del CC Bula muestra a dónde puede llegar el poder de la música.
Delta cerraron su presentación revisitando Crashbreaker con “Who I Am?”, canción que incluye una participación estelar de Marcos Sánchez al momento de meter esas líneas de bajo bien pesadas. Una composición bien poderosa para cerrar de gran manera la primera presentación del grupo en Argentina, con una foto final y aplausos a la banda de parte de todo el público.
A pesar de que Delta estaban arriba de todo en la entrada, no fueron ellos quienes cerraron la fecha, honor que se le reservó al quinteto local Fughu. Después de haberlos visto en vivo en 2021, cuando presentaron su cuarto álbum Lost Connection en el Buenos Ayres Club, no tendría problema en considerarme un fan de su propuesta de metal progresivo oscuro a lo Pain of Salvation (la mejor comparativa que se me ocurre), ciertamente de las bandas más particulares de la música pesada en Argentina.
La suya también es una propuesta muy teatral, como se puede ver cada vez que uno tiene la oportunidad de verlos en vivo, incluso en un ambiente que en teoría daría menos para esa atmósfera en comparación con el estilo café concert del Buenos Ayres Club. “Dead End Start”, “Quirk of Fate”, “The Human Way”, “Told You” y “Stay” fueron algunas de las canciones que tocaron, todas ellas con un clima misterioso por la combinación de esta música de tensión constante, las luces del lugar y la interpretación de Renzo Favaro, quien a veces muta en diferentes personajes para diferentes canciones, sea una especie de científico loco que camina entre la gente o una figura cuasi ocultista de dos metros y medio de alto.
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Claro que esto no serviría sin la música indicada, y Fughu es una banda que sabe cómo crear la atmósfera correcta sin abrumar con sobredosis de virtuosismo (aunque el virtuosismo está claramente presente) ni pretensiones que no puedan cumplir. Riffs metaleros, ritmos jazzeros, teclados ambientales y bajos pesados, la fórmula de Fughu lo tiene todo, y a pesar de que no me estoy extendiendo mucho acerca de su presentación debido a que estaría repitiendo mucho de lo dicho acerca de esa ocasión anterior, créanme que lo de Fughu vale cada peso de la entrada, sabiendo dar un espectáculo y saciar el hambre de sonidos progresivos de todos los espectadores a lo largo de 70 minutos.
Aunque la fecha arrancara con inconvenientes antes incluso de que siquiera una sola persona hubiera llegado al lugar, ya por el hecho de que no hubiera un lugar, la presentación de Sentinel, Delta y Fughu se saldó de manera positiva, pudiendo realizarse de manera óptima a pesar de las circunstancias. Tres bandas con sonidos bastante diferentes, pero que demuestran propuesta de un alto valor en material de metal latinoamericano (eso que algunos llaman “metal de exportación”), y que espero que puedan continuar por este buen camino a futuro.
Etiquetas: argentina, chile, Delta, Fughu, metal progresivo, Power Metal, Sentinel, speed metalRecientemente, al hablar sobre la presentación de ReyToro en el Furia Metal Fest, opinaba que el metalero argentino promedio no suele pensar en Uruguay como una tierra de heavy metal. Sigo pensando lo mismo, pero a eso tendría que agregar que suelen tener esa visión de todo el resto de Latinoamérica, con excepción tal vez de Brasil. “Y si piensan así de un país como Uruguay, donde el acento típico es casi indistinguible del estándar argentino y sólo nos separa un río, ¿qué pueden llegar a pensar de un país con un acento completamente diferente y del que nos separa una cordillera?”, pensé al momento de escribir las preguntas para la que sería mi entrevista con los chilenos Delta.
Por suerte, el desarrollo de las comunicaciones permitió que ya no sea tan complicado enterarse de lo que pasa del otro lado del mundo y mucho menos del otro lado de la cordillera de los Andes, y eso incluye bandas también: me enteré de la existencia de Mar de Grises a través de una reseña en una revista, de Critical Defiance a través de una reseña en Internet, de Coprófago a través de una reseña negativa en Internet, de Ripper a través de Bandcamp y de Delta cuando su álbum Fears (2021) me salió recomendado en Spotify.
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Chile es una tierra más del thrash y el death metal, así que Delta destacaba simplemente por la novedad de ser un grupo de metal progresivo de tintes neoclásicos. Y ese álbum, Fears, marcaba una nueva etapa en la banda, siendo su primer disco en ocho años y el primero con la argentina Paula Loza encargándose del micrófono: el uso de voces femeninas es algo que siempre va a llamar la atención. Aquel era un disco de calidad superlativa, pero incluso con eso el anuncio de que el grupo giraría por Argentina me tomó por desprevenido, siendo que no se ven muchas bandas chilenas tocando por estos lares. Pero ciertamente agradecí la oportunidad de poder ver a esta banda tan prometedora en vivo.
Con un primer paso por el Vade Music Club de Morón el jueves 23 de marzo, la llegada del quinteto a Capital tuvo un obstáculo importante cuando el Roxy Live anunció casi a último momento (literalmente se dio a conocer el día anterior) que no podría alojar la presentación de Delta: supuestamente el lugar está haciendo reformas pero había prometido que las luces y el sonido iban a estar preparados para el día del evento, pero al final no se logró cumplir.
Por suerte, la gente de Heresy Media trabajó a todo lo que le dio para conseguir un lugar, y es así que el recital se terminó pasando al Club Cultural Bula (Bulnes 996), a 25 cuadras del Roxy. No tendrá el espacio que ofrece el Roxy y habrá que bajar una escalera para poder ir al lugar para recitales, pero es innegable que es mejor a tener que cancelar toda la fecha, que también tendría el acompañamiento de Sentinel y Fughu.
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Para las 19:35, el público rondaba las 40 personas (yo tenía la entrada número 38). Fue a esa hora que salió a escena Sentinel, quinteto de speed / power metal al que tuve la oportunidad de ver por primera vez en 2021, cuando estaban presentando su LP debut The Black of the Sun. Aunque sólo tengan ese disco y su EP Messenger of Chaos, desde ya que son un conjunto interesante al que recomendaría al lector, siempre y cuando este sea a) un fan del power metal que de vez en cuando lee, o b) un lector que de vez en cuando escucha heavy metal. O si siente que a los últimos discos de Iron Maiden los tragaron las pretensiones progresivas devenidas sin riffs o melodías como para sostenerlas.
Tocando un mix de canciones de esos discos como “A Clockwork Universe” y “One Bullet Left” junto a canciones próximas a grabar como “Starblazing” y “The Red Woman”, la performance del grupo fue siempre óptima pero el sonido fue de menor a mayor, siempre siendo la maldición de los grupos encargados de abrir las fechas. Por suerte ya para cuando Renzo Favaro, cantante de Fughu, subió al escenario para acompañar en un cover del clásico “Powerslave” de Iron Maiden el sonido había dejado de ser una bola de ruido y se había acomodado, aunque fuera dejando las dos últimas canciones para disfrutar al cien por ciento. Si tienen oportunidad de verlos en vivo, háganlo.
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En tiempo récord para lo que son los estándares de estas fechas (menos de quince minutos) y ya con un público más nutrido, tuvimos a la gente de Delta dispuesta arriba del escenario, quienes dieron comienzo a su presentación con “Desire Within”, de Deny Humanity (2010), con su intro ambiental de sintetizadores y percusión electrónica a cargo del siempre presente tecladista Nicolás Quinteros. Desde ya los largos dreadlocks de Paula Loza se llevaron la atención de todos los fotógrafos (extremadamente difícil que no lo hicieran), pero apenas arrancan primero los riffs ultra trabados y complejos y más tarde aparece la voz de Loza, queda en claro que lo de la banda va mucho más allá de lo visual.
Desde un comienzo la atención está puesta tanto en el bajista Marcos Sánchez, con sus dedos recorriendo su enorme bajo de seis cuerdas, como en el guitarrista Guillermo “Ghee-Yeh” Olivares, quien con su particular guitarra sin cabezal se encuentra ocupando el puesto de manera provisoria a raíz de la salida del anterior Benjamín Lechuga. Lo del dúo es impresionante, tocando estos riffs inhumanos con la facilidad con la que muchos simplemente respiran. Esto también se ve en la frenética “Hate Recipe”, que al ser la primera de Fears demuestra las posibilidades de Loza detrás del micrófono, sobre todo al momento de cantar material hecho para ella, con una voz tan clara como poderosa. Esto se vio ayudado por un sonido de buena calidad desde el vamos.
Quinteros aprovechó la espera antes de la siguiente para mencionar que era su primera vez en Buenos Aires, ganándose los aplausos de la gente, para así comenzar con el tema título “Fears”, que además de tener otra actuación espectacular de todos los músicos (Delta entendió muy bien la idea de darle a cada integrante un espacio en las canciones) demuestra lo pesada que se puede poner la banda, sobre todo durante el corto break electrónico del medio del que vuelven con toda la potencia. Y hablando de pesadez, “Crashbreaker” es de las instancias más extremas y también eclécticas de los chilenos, logrando combinar una marcha a puro doble bombo, cortesía del reloj humano Andrés Rojas, con una sección de improvisación vocal jazzero por parte de Loza y una interpolación de nada menos que “Rezo por Vos”, ese tema mítico de Charly García y Luis Alberto Spinetta.
La bella “Eternal Dream” arranca con una intro de piano, demostrando la habilidad de Loza para adaptarse a cada canción, algo que siguió con la emocional “Oceans”, la cual es una suerte de balada con elementos de rock alternativo y es de las más accesibles de Fears sin que por eso pierda su valor. Los chilenos volvieron a la onda más pesada con “My Addictions”, con sus riffs erráticos, teclados complejos y una batería que no se queda mucho tiempo en el mismo ritmo, además de tener a Loza recorriendo todo el rango de su voz. Tener este espectáculo de otro mundo en un escenario un tanto humilde como el del subsuelo del CC Bula muestra a dónde puede llegar el poder de la música.
Delta cerraron su presentación revisitando Crashbreaker con “Who I Am?”, canción que incluye una participación estelar de Marcos Sánchez al momento de meter esas líneas de bajo bien pesadas. Una composición bien poderosa para cerrar de gran manera la primera presentación del grupo en Argentina, con una foto final y aplausos a la banda de parte de todo el público.
A pesar de que Delta estaban arriba de todo en la entrada, no fueron ellos quienes cerraron la fecha, honor que se le reservó al quinteto local Fughu. Después de haberlos visto en vivo en 2021, cuando presentaron su cuarto álbum Lost Connection en el Buenos Ayres Club, no tendría problema en considerarme un fan de su propuesta de metal progresivo oscuro a lo Pain of Salvation (la mejor comparativa que se me ocurre), ciertamente de las bandas más particulares de la música pesada en Argentina.
La suya también es una propuesta muy teatral, como se puede ver cada vez que uno tiene la oportunidad de verlos en vivo, incluso en un ambiente que en teoría daría menos para esa atmósfera en comparación con el estilo café concert del Buenos Ayres Club. “Dead End Start”, “Quirk of Fate”, “The Human Way”, “Told You” y “Stay” fueron algunas de las canciones que tocaron, todas ellas con un clima misterioso por la combinación de esta música de tensión constante, las luces del lugar y la interpretación de Renzo Favaro, quien a veces muta en diferentes personajes para diferentes canciones, sea una especie de científico loco que camina entre la gente o una figura cuasi ocultista de dos metros y medio de alto.
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Claro que esto no serviría sin la música indicada, y Fughu es una banda que sabe cómo crear la atmósfera correcta sin abrumar con sobredosis de virtuosismo (aunque el virtuosismo está claramente presente) ni pretensiones que no puedan cumplir. Riffs metaleros, ritmos jazzeros, teclados ambientales y bajos pesados, la fórmula de Fughu lo tiene todo, y a pesar de que no me estoy extendiendo mucho acerca de su presentación debido a que estaría repitiendo mucho de lo dicho acerca de esa ocasión anterior, créanme que lo de Fughu vale cada peso de la entrada, sabiendo dar un espectáculo y saciar el hambre de sonidos progresivos de todos los espectadores a lo largo de 70 minutos.
Aunque la fecha arrancara con inconvenientes antes incluso de que siquiera una sola persona hubiera llegado al lugar, ya por el hecho de que no hubiera un lugar, la presentación de Sentinel, Delta y Fughu se saldó de manera positiva, pudiendo realizarse de manera óptima a pesar de las circunstancias. Tres bandas con sonidos bastante diferentes, pero que demuestran propuesta de un alto valor en material de metal latinoamericano (eso que algunos llaman “metal de exportación”), y que espero que puedan continuar por este buen camino a futuro.
Etiquetas: argentina, chile, Delta, Fughu, metal progresivo, Power Metal, Sentinel, speed metal