Foto de Portada: Facundo Rodriguez
En una charla extensa con Fernando Ricciardulli, el bajista y líder de Azeroth, nos cuenta acerca de los inicios de la banda, los planes que tienen en marcha, su visión del power metal y la música hoy en día, hasta cómo se las arreglaron para grabar un álbum en plena pandemia.
¿Cómo surge la banda y cómo ha sido su evolución hasta el momento?
Bueno, empezamos con la idea de hacer una banda seria en el año 95, con mi hermana y con Juan Villagra, que era guitarrista. Algunos veníamos con canciones de otros grupos, pero en un momento decidimos tirar toda la mierda y empezar de nuevo. Fue entonces que la primera canción, de las que quedaron en realidad para lo que fue la verdadera etapa de Azeroth, fue “Campaña del Desierto“.
Después, en el año 98, grabamos el demo. En el 2000 grabamos el primer disco. En su momento teníamos un cantante, pero hubo un problema con él. Dio la casualidad de que el dueño, el ingeniero de grabación donde estábamos grabando nuestro disco, era amigo de Adrián (Barilari). Nos ofreció que Adrián podría cantar una canción, a ver si nos servía para buscar cantante. Cantó, nos re copó lo que hizo, y justo él no estaba en Rata Blanca. Entonces le ofrecimos que cantara el resto de las canciones. También le ofrecimos a Cristian (Bertoncelli) que cantara la mitad de los temas, y así salió el primer disco bajo NEMS Enterprises.
El disco se mezcló en Alemania con Charlie Bauer, el famoso productor que mezcló a Angra, Helloween, Blind Guardian, entre un montón de bandas. Y empezamos a tocar.
Teníamos que buscar un cantante, y encontramos a Diego Valdez, que lo trajo Óscar Castro, quien era nuestro guitarrista en ese momento. Estuvimos dos años de gira por todos lados. En el 2001 empezamos con la grabación del segundo disco. Con la crisis general que hubo en Argentina, surgió la idea de probar suerte en España, donde nos había ido muy bien con la venta del primer disco. Adelanté camino con mi hermana y fuimos a Italia para hacer el tema de nuestros papeles.
Mientras estábamos grabando el segundo disco, tuve una discusión con Diego Valdez y la banda quedó en stand by por varios años. Estuve viviendo en Italia muchos años, luego fui a vivir a México. En medio de todo eso, en 2008, salió el segundo disco.
Estando en México, compuse nuevo material y grabé “Historias y Leyendas“, que fue una versión alternativa con un montón de músicos, algunos mexicanos y Cristian Bertoncelli, que me volvió a acompañar en las voces. En 2016 volví a Argentina y empecé a buscar músicos, que son los que me acompañan en la actualidad.
Nachito Rodríguez, en la voz; Pablito Gamarra, en guitarra, que ya me había acompañado en la primera época después de que se fue Óscar Castro; Daniel Esquivel, en la batería; Leo Michelli, en el teclado; y yo, en el bajo. Desde hace poco más de dos años, Nacho cantaba y tocaba la guitarra, pero ahora se dedica solo a cantar, y entró David Zambrana a la banda, con la formación final.
Como evolución, creo que personalmente, como principal compositor de la historia, fui creciendo como músico. Siempre traté de mantenerme dentro de una línea, pero lógicamente uno va creciendo, va escuchando muchas cosas y las va incorporando de una u otra manera. El estudio mismo del instrumento y demás hace que uno vaya haciendo cosas nuevas.
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Recuerdo tener la posibilidad de verlos por primera vez allá por el 2001 como soportes de Nightwish, ¿qué recuerdos tenés de aquellos años?
Sos de la vieja escuela, entonces nos viste aquella vez en 2001. Fue nuestro primer show internacional y nuestro segundo show con la formación de ese momento, en la que estaba Diego Valdez.
Recuerdos de aquellos años… Buenos por un lado, porque fue lo que de alguna manera nos sacó del anonimato total y nos puso en todos lados. Eran otras épocas, épocas de revistas, de radio y medios de comunicación, cuando llegar a la gente era de otra manera, no a través de redes sociales como es ahora. NEMS, que era nuestro sello discográfico, era un medio multimedia, dueño de Epopeya (revista orientada al power metal). Lógicamente, aparecíamos promocionados por muchos lugares, además de todos los shows internacionales que habíamos conseguido en su momento. A medida que pasaba el tiempo, íbamos tocando en distintos shows, la gente nos iba conociendo y se iba incrementando el público que nos seguía. Entonces, fue el comienzo de todo o, digamos, la primera etapa profesional. Recuerdos lindos y amargos a la vez.
Azeroth tuvo muy buenos cantantes entre sus filas, ¿qué recuerdos tenés de las colaboraciones que hicieron Adrían Barilari, Diego Valdez y Christian Bertoncelli ?
Bueno, esta pregunta que me haces sobre las colaboraciones, medio te la contesté antes. Diego Valdez era parte de la banda, había sido cantante de Dhak. En cambio, Adrián y Cristian estuvieron como invitados. Obviamente, no soy ingenuo ni mucho menos, y me doy cuenta de que el interés de NEMS surgió sobre todo porque en nuestro disco estaba Barilari, claramente. Así que creo que su aporte fue muy bueno. La verdad es que me sorprendió, nunca fui fan de Rata Blanca ni mucho menos, pero en su momento tenía mis dudas. No voy a descubrir ahora el talento que tiene Adrián, y me sorprendió sobre todo cómo logró llevar a la banda a muchos lugares. Fue el click que me hizo dar cuenta del verdadero potencial de la banda.
Hablando de vocalistas, en el hiato que te encontrabas en México surgió la posibilidad de tener una voz femenina a cargo de Anna Fiori, porque no prosperó eso ?
No, lo de Anna Fiori fue solamente como invitada en Historias y Leyendas, cantando un cover de Loreena McKennitt. De hecho, ella fue mi pareja por muchos años, pero al margen de eso, nunca pensé seriamente en que Azeroth tuviera una voz femenina. Así que no.
¿Cómo se dió la incorporación de Nacho Rodriguez? ¿hubo algún otro cantante de larga trayectoria en carpeta?
La incorporación de Nacho a la banda se dio a través de un amigo común y músico, Roberto Castiglione, que es cantante de una banda de acá llamada Unreal, y también de Barque of Dante, una banda china. Bueno, en su momento creo que había cantado con el proyecto Infinity de Beto Vázquez. Él fue quien me hizo de nexo con Nacho. Lo conocí, supe que cantaba, obviamente, ¡y cómo cantaba! De la capacidad técnica de Nacho fui a conocer más cuando lo vine a ver, porque él vive acá en Santa Clara del Mar. Lo conocí, hablamos, y se dio que, obviamente, estaba interesado en formar parte de la historia. Le conté un poco cuál era la visión respecto al grupo, sobre todo después de haber estado 13 años en pausa, a pesar de que siguieron saliendo álbumes. Ya comenzaba el recambio de público y le dejé en claro lo que significa tener una banda de metal en Argentina. Estábamos en el mismo camino, con la misma visión de poder llevar adelante la historia.
Él venía de haber tenido un proyecto propio y de haber sido invitado a participar en una banda inglesa, Damnation Angels. La verdad es que el pelado es un hallazgo maravilloso, sobre todo por el tipo de persona que es. Para mí, lo más importante en esta nueva etapa es buscar músicos que, además de estar técnicamente a la altura de las necesidades, sean buena gente y tengan ganas de crecer.
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¿Siendo referentes nacionales del power metal, cómo ven la actualidad del género no sólo a nivel local, sino también en el plano internacional?
Bueno, lo de los referentes… sí, qué sé yo. Hace muchos años que estamos en esto. A nivel local, creo que ya no existen más las bandas contemporáneas a nosotros. O están en otro camino o directamente ya no existen como tal.
Hay algunas bandas que fueron surgiendo, como los chicos de Innerforce, bandas ya con 10 años de trayectoria. Está buenísimo que se siga apostando por este tipo de estilo. En realidad, no me gusta mucho encasillar, pero está genial que, a pesar del momento económico que se vive en el país, con el poco recambio generacional en el público oyente, todavía se siga apostando por hacer cosas. Lamentablemente, la gente acá no le da bola a las bandas nacionales, porque sabés que siempre que viene un show internacional todos pagan y se llenan los lugares. Hay algunas bandas que están a la altura y otras que no, las de siempre. Y si no son las de siempre, es el refrito. Somos un país tanguero por antonomasia; la gente se hace grande y le gusta vivir del pasado. A mí me gusta mirar hacia adelante, seguir componiendo y haciendo cosas, sin renegar de lo que hice. Amo lo que hice.
Van a suceder cosas “históricas”. El año que viene se cumplen 25 años del primer disco, y obviamente vamos a hacer un show por el aniversario. Me gusta seguir haciendo cosas que me motivan a investigar y evolucionar. Como siempre digo en las entrevistas: “La música, o la creación musical, es el proceso más egoísta que existe“, porque a uno tiene que gustarle lo que hace. Después de eso, lo comparte con los músicos y luego con el público en general.
¿Cómo podrías definir el sonido de Azeroth y cuales han sido sus principales influencias musicales?
Es metal. El sonido de Azeroth es heavy metal, con un enfoque muy importante hacia todo lo que es el componente melódico, tanto en la parte musical de la banda propiamente dicha, orquestal, como en las líneas melódicas de la voz. Siempre hay un trabajo bastante importante en todo eso. Se trata de buscar esos contrapuntos y esas coloraturas a la hora de componer. Lógicamente, tiene ese ápice o esa cualidad dentro del metal que roza con distintas cosas que uno ha consumido y consume, porque yo soy un gran consumidor de música hasta el día de hoy. Me gustan muchos géneros; de hecho, disfruto mucho de las distintas vertientes de la música extrema, por ejemplo.
Entonces, creo que de alguna manera eso es un componente que está en las canciones, ya sea en la velocidad o en ciertos arreglos particulares. Bueno, hay un montón de cosas que sería aburrido explicar, mejor escuchar la música. Pero sí, va por ese lado: metal melódico con influencias del thrash, música extrema, power metal y todas sus vertientes. Uno, inconscientemente, va incorporando todo eso. De hecho, me di el gusto en el último disco de invitar a Cristian, de Avernal (una banda de death metal), quien vino a cantar con una voz gutural en una canción nuestra, y no desentonó para nada. A pesar de la voz gutural, no dejó de sonar a Azeroth, si es que existe un “sonido Azeroth”.
El arte de sus trabajos es de gran calidad ¿Quiénes han participado en ellos y qué representa este arte?
Gracias, me imagino que con “arte” te referís a las portadas y eso. Gracias porque, en particular, a partir de Más Allá del Caos, las portadas de los discos las hago yo, además de otras cosas. Soy artista digital y me dedico a hacer portadas de álbumes, al menos hasta ahora. Ahora se puso de moda esto de la inteligencia artificial, que va a venir a ocupar un montón de lugares de las personas que hacemos arte. Pero bueno, no voy a entrar en ese tema porque no viene al caso.
Como te decía, la portada de Más Allá del Caos y la de Senderos del Destino las hice yo. De hecho, para la edición física de Senderos del Destino, que editó Cuervo Records, hice un arte dedicado a cada una de las canciones. Un booklet de lujo de 20 páginas. Es para aquellos que todavía gustan de comprar material físico (si es que aún existen), de hecho sí existen, porque hemos vendido varias copias. Pero siempre está bueno dar un plus, algo más, que es lo que a mí me gusta. Siempre me encantó eso de ir a comprarme el disco, abrirlo, ver la tapa, el librito, leerlo. Los que aún consumen música de esa manera van a encontrar cosas bastante interesantes en lo que venimos haciendo.
Con respecto a las tapas de los discos anteriores: la primera tapa la hizo Eric Philippe, que lo había puesto NEMS. Era el que estaba “de moda” en el power metal, había hecho las dos primeras portadas de Rhapsody y la de Sonata Arctica. La del segundo disco la hizo Trastenberg, que había trabajado en alguna portada de Rata Blanca. En Historias y Leyendas la comisioné a un artista sueco con quien intercambiamos trabajos. Y en Más Allá del Caos, Senderos del Destino y, obviamente, el disco en vivo (que no deja de ser más que un collage), las hice yo.
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“Senderos del Destino” tuvo una muy buena aceptación ¿cómo fue el proceso de composición, grabación y producción?
En cuanto al proceso de composición de Senderos, comenzó justo tres días antes de la pandemia. Me acuerdo que con El Pelado empezamos a trabajar una canción de este último disco de estudio que se llama “El Último Viaje”. Fue la primera canción que hicimos juntos. De hecho, también fue mi primera vez trabajando con un compañero de banda en la composición, ya que siempre había sido algo bastante personal. La verdad, la experiencia fue buenísima. De hecho, compartimos dos composiciones. Él vino con la idea de El Último Viaje y la terminamos de trabajar juntos, en la creación en sí de “Antigua senda” fue otra, pero al revés. Yo traje la idea principal, por decirlo de alguna manera, y la fuimos desarrollando entre los dos.
La composición se dio en pandemia, lo cual estuvo bueno, entre comillas, porque me dio la posibilidad de trabajar en todos los arreglos orquestales, los cuales compuse y secuencié personalmente. Pude probar nuevas texturas musicales, experimentar con nuevos sonidos, y eso nos dio la posibilidad de hacer una preproducción, lo que en la vieja época sería grabar un demo, tener las canciones pregrabadas, escucharlas y poder terminar de arreglarlas o cambiar ciertas cosas. De esa preproducción quedó el 90% de las cosas. Hubo arreglos en las partes vocales, se sumaron voces y armonías. Las baterías las grabamos en el estudio de Fernando Scarcella en Pilart Music; guitarras y bajos, en mi estudio personal. El haber cumplido un cuarto de siglo en el siglo XXI te permite usufructuar la tecnología a nuestro favor y ahorrarnos un montón de plata.
Además, tenemos a Nacho, que además de ser un músico del carajo y lo bien que canta, ofició de ingeniero de grabación y mezcla en este último álbum, sobre todo trabajando a distancia. Así pudimos terminar de darle forma a Senderos, que sin dudas es el mejor disco de la banda, por lejos.
¿Sentís que hubo un estancamiento en el power metal debido a una superpoblación de bandas que repitieron la propuesta?
Sí, en lo que decís con respecto al estancamiento del power metal, más que por la superpoblación, lo que hizo la superpoblación fue quitar calidad. O sea, en realidad, como pasa con todos los géneros que de alguna manera se ponen de moda, como fue en su momento, no sé, los grupos de metal con voces femeninas, o las bandas de folk, entre comillas, o las bandas de black, o el resurgir del thrash que hubo hace unos años. Lo que pasa siempre es que las bondades que hoy dá la tecnología, como que uno pueda grabar en su casa, hacen que algunos lo querramos aprovechar de manera más profesional y otros no. Es difícil ser objetivos en ciertas cosas, porque al final el gusto es subjetivo. Hay gente a la que le gusta la caca y hay gente a la que le gusta el dulce de leche; hay para todos los gustos.
Pero yo creo que sí, hay una sobredosis más que una superpoblación. Hay una sobredosis de información. Hoy, internet, las redes y toda la historia hacen que haya tanta data que ningún ser humano normal, por más que estuviera 24 horas colgado en su tablet, computadora o teléfono, podría asimilar toda la información que está circulando.
Hoy por hoy, también es más complejo para un montón de bandas serias asomar la cabeza en el montón de bandas que hay en todos lados. Esto de la globalización hace que puedas escuchar en Spotify una banda de power metal de Pakistán. Por ahí, los pakistaníes dirán lo mismo de las bandas de Argentina o del black metal de acá. Son cosas que antes eran muy difíciles, sobre todo si no eras rico. Primero, no había tantas bandas y, como consumidor de música, hubiera sido imposible. Imaginate tener que comprar todos esos discos.
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Si tuvieras que elegir una canción que sirva de introducción a la banda para los nuevos seguidores que pueden ir este sábado o se fueron acercando a la banda en este tiempo. ¿Cuál sería y porqué?
Elegir una canción… “Sendero del destino“, sin duda, porque creo que es el mejor estribillo que hice hasta ahora. Me encanta esa canción; me encantan un montón de canciones, así que estoy siendo totalmente injusto.
Creo que esa podría ser, de alguna manera, la que nos acerque, porque tiene todos los ingredientes clásicos de la banda y también todo este laburo que te hablaba de orquestas y de un montón de cosas en las que estuve trabajando muchísimo durante la pandemia. Entonces, creo que, sin dudas, como te decía antes, Sendero del destino es el mejor disco que podríamos haber hecho hasta la fecha.
Recientemente han editado “Historias Ayer, Senderos de Hoy”, un disco que refleja fielmente lo que la banda brinda en cada presentación, ¿qué canción es la que más disfrutan tocar ?
No, todas, todas disfrutamos. Yo puedo hablar por mí; no voy a hablar por los pibes, pero disfruto de todas las canciones, de todas las épocas, porque son hijos, ¿no? O sea, suena trillado, cliché, pero es la verdad. Tengo una hija, pero si tuviera tres pibes, me diría: “¿Quién quiere más? ¿Panchito, a Pedrito o a Julieta?” Son tus hijos, son todos. Hay momentos en que uno disfruta más ciertas partes o ciertos momentos en sí del show, más que canciones. También depende mucho de la respuesta de la gente; hay un montón de cosas, porque al fin y al cabo, eso también termina influyendo en el disfrute de uno arriba del escenario.
¿Qué podemos esperar de este show del 23 de Noviembre en el Roxy? Habrá invitados, alguna sorpresa preparada para los fans?
No, invitados no; esta vez no va a haber. Vamos a tocar algunas canciones que hace rato que no tocamos, por la gente y por nosotros. Repito, hablo por mí, pero sé que los pibes están en la misma sintonía. La verdad es que disfrutamos mucho de tocar, de ensayar, de subir a un escenario y todo lo demás. También está bueno, al ya tener cinco discos de estudio encima, poder elegir un poco y darle variedad a los shows. Así que va a ser algo especial, primero porque será el único show que hagamos este año en Capital Federal; después, porque al día siguiente, o ese mismo día a las 12 de la noche, el 24 de noviembre, cumplo 50 años. Son números que asustan, pero tal vez uno se deja llevar por esas cosas histriónicas de los años. El tiempo pasa y, a pesar de que voy a cumplir 50, sigo disfrutando con la misma intensidad, o hasta te diría mayor que cuando comencé. Y es por eso que aquí estoy, charlando con vos, haciendo esto que es lo que más disfruto.
Después, lo que siempre significa tocar con una banda internacional, como aquella vez que vos nos viste con Nightwish, puede hacer que alguien nos dé bola o que sepa de nosotros. Bueno, por ahí puede suceder lo mismo con alguien en Dragonforce. Para mí, eso es para lo que sirve tocar con bandas internacionales.
Después del 17 de octubre con Dragonforce, tenemos en noviembre, vamos a ir a Bahía Blanca el 16, y el 17 vamos a tocar en Cipolletti. La fecha es el 23 en el Roxy, el 7 de diciembre vamos a tocar en San Miguel con Primal, con el Beto (Zamarbide). Tengo la fortuna de que es mi amigo, y una manera de honrarlo es que ya grabamos, pero ahora en noviembre va a salir una versión de “No te rindas“, tocada por nosotros, el “No te rindas” de Sendero del destino, cantada por él, que quedó espectacular. La verdad que es terrible, y es una manera de honrar a quienes iniciaron toda esta movida hace años e hicieron grande esta historia de alguna manera.
Además, como frutillita de este 2024, vamos a ir a Brasil a abrir los shows de Angra en Curitiba el 20 de diciembre y en São Paulo el 21. Es algo que salió ahora medio de último momento, y la verdad que todavía no tengo conciencia real de lo que significa, porque salir del país y tocar con una banda legendaria como Angra es como ir a jugar la Copa Libertadores. Tener la oportunidad de, como hablamos antes, llegar con mi música a la mayor cantidad de gente posible, seguramente será una buena oportunidad. Estando ahí, fuera de nuestro país, para que la gente que esté en ese momento nos dé bola y sepa que lo que hacemos es bueno. Y que también sepan que en Argentina se hace buena música, sin pecar de fanfarrón, claramente. Pero, bueno, creo totalmente en lo que hacemos, desde ya.
Así que nada, en 2025 también vamos a tocar con Angra, pero acá en Argentina, y vamos a tocar con Powerwolf. Se vienen un montón de cosas también. Así que, hay que aprovechar; la vida pasa rápido. Como te decía, voy a cumplir 50, pero ni a ritmo de viejo ni mucho menos. Tengo ganas de hacer muchísimas cosas aún, y estamos a pleno, la verdad que estamos a full.
Imaginemos un gran festival de metal, en el lugar del mundo que sea, cómo formarías el line up ideal?
Un gran festival de metal…, lo haría con pocas bandas, primero. No sé, metería todas las bandas que me gustan: Iron Maiden, Helloween, Blind Guardian y Azeroth. Es así; nosotros abrimos, no hay drama
Te mando un abrazo, cuídate y gracias por la entrevista.
Etiquetas: Angra, Azeroth, Beto Vázquez, Blind Guardian, Damnation Angels, dragonforce, Fernando Ricciardulli, Helloween, Innerforce, Power Metal, Primal, Rhapsody
Foto de Portada: Facundo Rodriguez
En una charla extensa con Fernando Ricciardulli, el bajista y líder de Azeroth, nos cuenta acerca de los inicios de la banda, los planes que tienen en marcha, su visión del power metal y la música hoy en día, hasta cómo se las arreglaron para grabar un álbum en plena pandemia.
¿Cómo surge la banda y cómo ha sido su evolución hasta el momento?
Bueno, empezamos con la idea de hacer una banda seria en el año 95, con mi hermana y con Juan Villagra, que era guitarrista. Algunos veníamos con canciones de otros grupos, pero en un momento decidimos tirar toda la mierda y empezar de nuevo. Fue entonces que la primera canción, de las que quedaron en realidad para lo que fue la verdadera etapa de Azeroth, fue “Campaña del Desierto“.
Después, en el año 98, grabamos el demo. En el 2000 grabamos el primer disco. En su momento teníamos un cantante, pero hubo un problema con él. Dio la casualidad de que el dueño, el ingeniero de grabación donde estábamos grabando nuestro disco, era amigo de Adrián (Barilari). Nos ofreció que Adrián podría cantar una canción, a ver si nos servía para buscar cantante. Cantó, nos re copó lo que hizo, y justo él no estaba en Rata Blanca. Entonces le ofrecimos que cantara el resto de las canciones. También le ofrecimos a Cristian (Bertoncelli) que cantara la mitad de los temas, y así salió el primer disco bajo NEMS Enterprises.
El disco se mezcló en Alemania con Charlie Bauer, el famoso productor que mezcló a Angra, Helloween, Blind Guardian, entre un montón de bandas. Y empezamos a tocar.
Teníamos que buscar un cantante, y encontramos a Diego Valdez, que lo trajo Óscar Castro, quien era nuestro guitarrista en ese momento. Estuvimos dos años de gira por todos lados. En el 2001 empezamos con la grabación del segundo disco. Con la crisis general que hubo en Argentina, surgió la idea de probar suerte en España, donde nos había ido muy bien con la venta del primer disco. Adelanté camino con mi hermana y fuimos a Italia para hacer el tema de nuestros papeles.
Mientras estábamos grabando el segundo disco, tuve una discusión con Diego Valdez y la banda quedó en stand by por varios años. Estuve viviendo en Italia muchos años, luego fui a vivir a México. En medio de todo eso, en 2008, salió el segundo disco.
Estando en México, compuse nuevo material y grabé “Historias y Leyendas“, que fue una versión alternativa con un montón de músicos, algunos mexicanos y Cristian Bertoncelli, que me volvió a acompañar en las voces. En 2016 volví a Argentina y empecé a buscar músicos, que son los que me acompañan en la actualidad.
Nachito Rodríguez, en la voz; Pablito Gamarra, en guitarra, que ya me había acompañado en la primera época después de que se fue Óscar Castro; Daniel Esquivel, en la batería; Leo Michelli, en el teclado; y yo, en el bajo. Desde hace poco más de dos años, Nacho cantaba y tocaba la guitarra, pero ahora se dedica solo a cantar, y entró David Zambrana a la banda, con la formación final.
Como evolución, creo que personalmente, como principal compositor de la historia, fui creciendo como músico. Siempre traté de mantenerme dentro de una línea, pero lógicamente uno va creciendo, va escuchando muchas cosas y las va incorporando de una u otra manera. El estudio mismo del instrumento y demás hace que uno vaya haciendo cosas nuevas.
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Recuerdo tener la posibilidad de verlos por primera vez allá por el 2001 como soportes de Nightwish, ¿qué recuerdos tenés de aquellos años?
Sos de la vieja escuela, entonces nos viste aquella vez en 2001. Fue nuestro primer show internacional y nuestro segundo show con la formación de ese momento, en la que estaba Diego Valdez.
Recuerdos de aquellos años… Buenos por un lado, porque fue lo que de alguna manera nos sacó del anonimato total y nos puso en todos lados. Eran otras épocas, épocas de revistas, de radio y medios de comunicación, cuando llegar a la gente era de otra manera, no a través de redes sociales como es ahora. NEMS, que era nuestro sello discográfico, era un medio multimedia, dueño de Epopeya (revista orientada al power metal). Lógicamente, aparecíamos promocionados por muchos lugares, además de todos los shows internacionales que habíamos conseguido en su momento. A medida que pasaba el tiempo, íbamos tocando en distintos shows, la gente nos iba conociendo y se iba incrementando el público que nos seguía. Entonces, fue el comienzo de todo o, digamos, la primera etapa profesional. Recuerdos lindos y amargos a la vez.
Azeroth tuvo muy buenos cantantes entre sus filas, ¿qué recuerdos tenés de las colaboraciones que hicieron Adrían Barilari, Diego Valdez y Christian Bertoncelli ?
Bueno, esta pregunta que me haces sobre las colaboraciones, medio te la contesté antes. Diego Valdez era parte de la banda, había sido cantante de Dhak. En cambio, Adrián y Cristian estuvieron como invitados. Obviamente, no soy ingenuo ni mucho menos, y me doy cuenta de que el interés de NEMS surgió sobre todo porque en nuestro disco estaba Barilari, claramente. Así que creo que su aporte fue muy bueno. La verdad es que me sorprendió, nunca fui fan de Rata Blanca ni mucho menos, pero en su momento tenía mis dudas. No voy a descubrir ahora el talento que tiene Adrián, y me sorprendió sobre todo cómo logró llevar a la banda a muchos lugares. Fue el click que me hizo dar cuenta del verdadero potencial de la banda.
Hablando de vocalistas, en el hiato que te encontrabas en México surgió la posibilidad de tener una voz femenina a cargo de Anna Fiori, porque no prosperó eso ?
No, lo de Anna Fiori fue solamente como invitada en Historias y Leyendas, cantando un cover de Loreena McKennitt. De hecho, ella fue mi pareja por muchos años, pero al margen de eso, nunca pensé seriamente en que Azeroth tuviera una voz femenina. Así que no.
¿Cómo se dió la incorporación de Nacho Rodriguez? ¿hubo algún otro cantante de larga trayectoria en carpeta?
La incorporación de Nacho a la banda se dio a través de un amigo común y músico, Roberto Castiglione, que es cantante de una banda de acá llamada Unreal, y también de Barque of Dante, una banda china. Bueno, en su momento creo que había cantado con el proyecto Infinity de Beto Vázquez. Él fue quien me hizo de nexo con Nacho. Lo conocí, supe que cantaba, obviamente, ¡y cómo cantaba! De la capacidad técnica de Nacho fui a conocer más cuando lo vine a ver, porque él vive acá en Santa Clara del Mar. Lo conocí, hablamos, y se dio que, obviamente, estaba interesado en formar parte de la historia. Le conté un poco cuál era la visión respecto al grupo, sobre todo después de haber estado 13 años en pausa, a pesar de que siguieron saliendo álbumes. Ya comenzaba el recambio de público y le dejé en claro lo que significa tener una banda de metal en Argentina. Estábamos en el mismo camino, con la misma visión de poder llevar adelante la historia.
Él venía de haber tenido un proyecto propio y de haber sido invitado a participar en una banda inglesa, Damnation Angels. La verdad es que el pelado es un hallazgo maravilloso, sobre todo por el tipo de persona que es. Para mí, lo más importante en esta nueva etapa es buscar músicos que, además de estar técnicamente a la altura de las necesidades, sean buena gente y tengan ganas de crecer.
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¿Siendo referentes nacionales del power metal, cómo ven la actualidad del género no sólo a nivel local, sino también en el plano internacional?
Bueno, lo de los referentes… sí, qué sé yo. Hace muchos años que estamos en esto. A nivel local, creo que ya no existen más las bandas contemporáneas a nosotros. O están en otro camino o directamente ya no existen como tal.
Hay algunas bandas que fueron surgiendo, como los chicos de Innerforce, bandas ya con 10 años de trayectoria. Está buenísimo que se siga apostando por este tipo de estilo. En realidad, no me gusta mucho encasillar, pero está genial que, a pesar del momento económico que se vive en el país, con el poco recambio generacional en el público oyente, todavía se siga apostando por hacer cosas. Lamentablemente, la gente acá no le da bola a las bandas nacionales, porque sabés que siempre que viene un show internacional todos pagan y se llenan los lugares. Hay algunas bandas que están a la altura y otras que no, las de siempre. Y si no son las de siempre, es el refrito. Somos un país tanguero por antonomasia; la gente se hace grande y le gusta vivir del pasado. A mí me gusta mirar hacia adelante, seguir componiendo y haciendo cosas, sin renegar de lo que hice. Amo lo que hice.
Van a suceder cosas “históricas”. El año que viene se cumplen 25 años del primer disco, y obviamente vamos a hacer un show por el aniversario. Me gusta seguir haciendo cosas que me motivan a investigar y evolucionar. Como siempre digo en las entrevistas: “La música, o la creación musical, es el proceso más egoísta que existe“, porque a uno tiene que gustarle lo que hace. Después de eso, lo comparte con los músicos y luego con el público en general.
¿Cómo podrías definir el sonido de Azeroth y cuales han sido sus principales influencias musicales?
Es metal. El sonido de Azeroth es heavy metal, con un enfoque muy importante hacia todo lo que es el componente melódico, tanto en la parte musical de la banda propiamente dicha, orquestal, como en las líneas melódicas de la voz. Siempre hay un trabajo bastante importante en todo eso. Se trata de buscar esos contrapuntos y esas coloraturas a la hora de componer. Lógicamente, tiene ese ápice o esa cualidad dentro del metal que roza con distintas cosas que uno ha consumido y consume, porque yo soy un gran consumidor de música hasta el día de hoy. Me gustan muchos géneros; de hecho, disfruto mucho de las distintas vertientes de la música extrema, por ejemplo.
Entonces, creo que de alguna manera eso es un componente que está en las canciones, ya sea en la velocidad o en ciertos arreglos particulares. Bueno, hay un montón de cosas que sería aburrido explicar, mejor escuchar la música. Pero sí, va por ese lado: metal melódico con influencias del thrash, música extrema, power metal y todas sus vertientes. Uno, inconscientemente, va incorporando todo eso. De hecho, me di el gusto en el último disco de invitar a Cristian, de Avernal (una banda de death metal), quien vino a cantar con una voz gutural en una canción nuestra, y no desentonó para nada. A pesar de la voz gutural, no dejó de sonar a Azeroth, si es que existe un “sonido Azeroth”.
El arte de sus trabajos es de gran calidad ¿Quiénes han participado en ellos y qué representa este arte?
Gracias, me imagino que con “arte” te referís a las portadas y eso. Gracias porque, en particular, a partir de Más Allá del Caos, las portadas de los discos las hago yo, además de otras cosas. Soy artista digital y me dedico a hacer portadas de álbumes, al menos hasta ahora. Ahora se puso de moda esto de la inteligencia artificial, que va a venir a ocupar un montón de lugares de las personas que hacemos arte. Pero bueno, no voy a entrar en ese tema porque no viene al caso.
Como te decía, la portada de Más Allá del Caos y la de Senderos del Destino las hice yo. De hecho, para la edición física de Senderos del Destino, que editó Cuervo Records, hice un arte dedicado a cada una de las canciones. Un booklet de lujo de 20 páginas. Es para aquellos que todavía gustan de comprar material físico (si es que aún existen), de hecho sí existen, porque hemos vendido varias copias. Pero siempre está bueno dar un plus, algo más, que es lo que a mí me gusta. Siempre me encantó eso de ir a comprarme el disco, abrirlo, ver la tapa, el librito, leerlo. Los que aún consumen música de esa manera van a encontrar cosas bastante interesantes en lo que venimos haciendo.
Con respecto a las tapas de los discos anteriores: la primera tapa la hizo Eric Philippe, que lo había puesto NEMS. Era el que estaba “de moda” en el power metal, había hecho las dos primeras portadas de Rhapsody y la de Sonata Arctica. La del segundo disco la hizo Trastenberg, que había trabajado en alguna portada de Rata Blanca. En Historias y Leyendas la comisioné a un artista sueco con quien intercambiamos trabajos. Y en Más Allá del Caos, Senderos del Destino y, obviamente, el disco en vivo (que no deja de ser más que un collage), las hice yo.
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“Senderos del Destino” tuvo una muy buena aceptación ¿cómo fue el proceso de composición, grabación y producción?
En cuanto al proceso de composición de Senderos, comenzó justo tres días antes de la pandemia. Me acuerdo que con El Pelado empezamos a trabajar una canción de este último disco de estudio que se llama “El Último Viaje”. Fue la primera canción que hicimos juntos. De hecho, también fue mi primera vez trabajando con un compañero de banda en la composición, ya que siempre había sido algo bastante personal. La verdad, la experiencia fue buenísima. De hecho, compartimos dos composiciones. Él vino con la idea de El Último Viaje y la terminamos de trabajar juntos, en la creación en sí de “Antigua senda” fue otra, pero al revés. Yo traje la idea principal, por decirlo de alguna manera, y la fuimos desarrollando entre los dos.
La composición se dio en pandemia, lo cual estuvo bueno, entre comillas, porque me dio la posibilidad de trabajar en todos los arreglos orquestales, los cuales compuse y secuencié personalmente. Pude probar nuevas texturas musicales, experimentar con nuevos sonidos, y eso nos dio la posibilidad de hacer una preproducción, lo que en la vieja época sería grabar un demo, tener las canciones pregrabadas, escucharlas y poder terminar de arreglarlas o cambiar ciertas cosas. De esa preproducción quedó el 90% de las cosas. Hubo arreglos en las partes vocales, se sumaron voces y armonías. Las baterías las grabamos en el estudio de Fernando Scarcella en Pilart Music; guitarras y bajos, en mi estudio personal. El haber cumplido un cuarto de siglo en el siglo XXI te permite usufructuar la tecnología a nuestro favor y ahorrarnos un montón de plata.
Además, tenemos a Nacho, que además de ser un músico del carajo y lo bien que canta, ofició de ingeniero de grabación y mezcla en este último álbum, sobre todo trabajando a distancia. Así pudimos terminar de darle forma a Senderos, que sin dudas es el mejor disco de la banda, por lejos.
¿Sentís que hubo un estancamiento en el power metal debido a una superpoblación de bandas que repitieron la propuesta?
Sí, en lo que decís con respecto al estancamiento del power metal, más que por la superpoblación, lo que hizo la superpoblación fue quitar calidad. O sea, en realidad, como pasa con todos los géneros que de alguna manera se ponen de moda, como fue en su momento, no sé, los grupos de metal con voces femeninas, o las bandas de folk, entre comillas, o las bandas de black, o el resurgir del thrash que hubo hace unos años. Lo que pasa siempre es que las bondades que hoy dá la tecnología, como que uno pueda grabar en su casa, hacen que algunos lo querramos aprovechar de manera más profesional y otros no. Es difícil ser objetivos en ciertas cosas, porque al final el gusto es subjetivo. Hay gente a la que le gusta la caca y hay gente a la que le gusta el dulce de leche; hay para todos los gustos.
Pero yo creo que sí, hay una sobredosis más que una superpoblación. Hay una sobredosis de información. Hoy, internet, las redes y toda la historia hacen que haya tanta data que ningún ser humano normal, por más que estuviera 24 horas colgado en su tablet, computadora o teléfono, podría asimilar toda la información que está circulando.
Hoy por hoy, también es más complejo para un montón de bandas serias asomar la cabeza en el montón de bandas que hay en todos lados. Esto de la globalización hace que puedas escuchar en Spotify una banda de power metal de Pakistán. Por ahí, los pakistaníes dirán lo mismo de las bandas de Argentina o del black metal de acá. Son cosas que antes eran muy difíciles, sobre todo si no eras rico. Primero, no había tantas bandas y, como consumidor de música, hubiera sido imposible. Imaginate tener que comprar todos esos discos.
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Si tuvieras que elegir una canción que sirva de introducción a la banda para los nuevos seguidores que pueden ir este sábado o se fueron acercando a la banda en este tiempo. ¿Cuál sería y porqué?
Elegir una canción… “Sendero del destino“, sin duda, porque creo que es el mejor estribillo que hice hasta ahora. Me encanta esa canción; me encantan un montón de canciones, así que estoy siendo totalmente injusto.
Creo que esa podría ser, de alguna manera, la que nos acerque, porque tiene todos los ingredientes clásicos de la banda y también todo este laburo que te hablaba de orquestas y de un montón de cosas en las que estuve trabajando muchísimo durante la pandemia. Entonces, creo que, sin dudas, como te decía antes, Sendero del destino es el mejor disco que podríamos haber hecho hasta la fecha.
Recientemente han editado “Historias Ayer, Senderos de Hoy”, un disco que refleja fielmente lo que la banda brinda en cada presentación, ¿qué canción es la que más disfrutan tocar ?
No, todas, todas disfrutamos. Yo puedo hablar por mí; no voy a hablar por los pibes, pero disfruto de todas las canciones, de todas las épocas, porque son hijos, ¿no? O sea, suena trillado, cliché, pero es la verdad. Tengo una hija, pero si tuviera tres pibes, me diría: “¿Quién quiere más? ¿Panchito, a Pedrito o a Julieta?” Son tus hijos, son todos. Hay momentos en que uno disfruta más ciertas partes o ciertos momentos en sí del show, más que canciones. También depende mucho de la respuesta de la gente; hay un montón de cosas, porque al fin y al cabo, eso también termina influyendo en el disfrute de uno arriba del escenario.
¿Qué podemos esperar de este show del 23 de Noviembre en el Roxy? Habrá invitados, alguna sorpresa preparada para los fans?
No, invitados no; esta vez no va a haber. Vamos a tocar algunas canciones que hace rato que no tocamos, por la gente y por nosotros. Repito, hablo por mí, pero sé que los pibes están en la misma sintonía. La verdad es que disfrutamos mucho de tocar, de ensayar, de subir a un escenario y todo lo demás. También está bueno, al ya tener cinco discos de estudio encima, poder elegir un poco y darle variedad a los shows. Así que va a ser algo especial, primero porque será el único show que hagamos este año en Capital Federal; después, porque al día siguiente, o ese mismo día a las 12 de la noche, el 24 de noviembre, cumplo 50 años. Son números que asustan, pero tal vez uno se deja llevar por esas cosas histriónicas de los años. El tiempo pasa y, a pesar de que voy a cumplir 50, sigo disfrutando con la misma intensidad, o hasta te diría mayor que cuando comencé. Y es por eso que aquí estoy, charlando con vos, haciendo esto que es lo que más disfruto.
Después, lo que siempre significa tocar con una banda internacional, como aquella vez que vos nos viste con Nightwish, puede hacer que alguien nos dé bola o que sepa de nosotros. Bueno, por ahí puede suceder lo mismo con alguien en Dragonforce. Para mí, eso es para lo que sirve tocar con bandas internacionales.
Después del 17 de octubre con Dragonforce, tenemos en noviembre, vamos a ir a Bahía Blanca el 16, y el 17 vamos a tocar en Cipolletti. La fecha es el 23 en el Roxy, el 7 de diciembre vamos a tocar en San Miguel con Primal, con el Beto (Zamarbide). Tengo la fortuna de que es mi amigo, y una manera de honrarlo es que ya grabamos, pero ahora en noviembre va a salir una versión de “No te rindas“, tocada por nosotros, el “No te rindas” de Sendero del destino, cantada por él, que quedó espectacular. La verdad que es terrible, y es una manera de honrar a quienes iniciaron toda esta movida hace años e hicieron grande esta historia de alguna manera.
Además, como frutillita de este 2024, vamos a ir a Brasil a abrir los shows de Angra en Curitiba el 20 de diciembre y en São Paulo el 21. Es algo que salió ahora medio de último momento, y la verdad que todavía no tengo conciencia real de lo que significa, porque salir del país y tocar con una banda legendaria como Angra es como ir a jugar la Copa Libertadores. Tener la oportunidad de, como hablamos antes, llegar con mi música a la mayor cantidad de gente posible, seguramente será una buena oportunidad. Estando ahí, fuera de nuestro país, para que la gente que esté en ese momento nos dé bola y sepa que lo que hacemos es bueno. Y que también sepan que en Argentina se hace buena música, sin pecar de fanfarrón, claramente. Pero, bueno, creo totalmente en lo que hacemos, desde ya.
Así que nada, en 2025 también vamos a tocar con Angra, pero acá en Argentina, y vamos a tocar con Powerwolf. Se vienen un montón de cosas también. Así que, hay que aprovechar; la vida pasa rápido. Como te decía, voy a cumplir 50, pero ni a ritmo de viejo ni mucho menos. Tengo ganas de hacer muchísimas cosas aún, y estamos a pleno, la verdad que estamos a full.
Imaginemos un gran festival de metal, en el lugar del mundo que sea, cómo formarías el line up ideal?
Un gran festival de metal…, lo haría con pocas bandas, primero. No sé, metería todas las bandas que me gustan: Iron Maiden, Helloween, Blind Guardian y Azeroth. Es así; nosotros abrimos, no hay drama
Te mando un abrazo, cuídate y gracias por la entrevista.
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