Dream Weapon (2021)
Relapse Records
Tracklist
1. Exit Perfect Mind
2. Pyrocene
3. Dream Weapon
4. Desert Stairs
5. Alone In The Heart Of The Light
6. Ritual Circle
7. Single Black Point
8. Great Mother
Cuando los neoyorquinos Genghis Tron tomaron a la prensa metalera por sorpresa con su LP debut Dead Mountain Mouth en 2006, era imposible pasar por alto el formato tan particular del grupo, siendo un trío de voces, guitarra y teclados que usaba una batería programada y carecía de bajista. Pero lo que de verdad terminaba llamando la atención a fin de cuentas era su música, una mezcla caótica de grindcore, electrónica y ritmos erráticos y cambiantes que introdujo a gran cantidad de gente al término “cybergrind”. Su sucesor Board Up The House (2008) fue todavía mejor criticado, recibiendo alabanzas de la prensa por todos lados y entrando en varias listas de lo mejor del año. Que toda la obra de la banda tuviera el sello de aprobación de Kurt Ballou, guitarrista de Converge y productor estrella, no hizo más que brindar una enorme cantidad de publicidad.
En 2010, Genghis Tron anunciaron que habían decidido poner una pausa a sus actividades, aunque prometieron que volverían en algún momento. Esa pausa se terminaría extendiendo por nada menos que una década, hasta que en 2020 el grupo anunció su vuelta. Este reunión no fue completa: el cantante Mookie Silverman decidió no participar, por lo que su puesto fue ocupado por Tony Wolski (integrante de The Armed y Old Gods). Pero este no sería el último cambio con respecto a la formación, porque ahora Genghis Tron es un cuarteto: Nick Yacyshyn, de SUMAC y Baptists, se convirtió en el primer baterista humano en la historia del grupo.
Estoy seguro que el hecho de que Genghis Tron haya sumado un baterista marca el fin de una era, como cuando Pig Destroyer sumó un bajista o Leonardo DiCaprio ganó un Oscar. En el caso de Genghis Tron, parece que el grupo decidió que los cambios no se iban a limitar a cambiar o sumar miembros, porque Dream Weapon, el regreso de la banda al estudio después de más de una década que Relapse editó el 26 de marzo, es un cambio bastante grande con respecto a casi todo lo hecho por esta banda oriunda de Poughkeepsie, algo que el tecladista Michael Sochynsky había adelantado en una entrevista con Revolver.
Alejados de los blastbeats y las voces gritadas, Dream Weapon muestra a Genghis Tron proponiéndose llevar al oyente a través de una variedad de paisajes sonoros de ensueño: si sus primeros trabajos parecían la banda sonora del apocalipsis, este tercer álbum parece querer musicalizar el después de ese evento. “Pyrocene” arranca con los precisos golpes de Yacyshyn, que a lo largo del álbum demuestra su valía como alguien que tuvo que reemplazar a una máquina en el puesto, y más tarde se le suman las programaciones de los teclados. La voz limpia de Wolski, perfecta para que después no estén comparando su labor con los gritos de Singerman, está llena de efectos y estos parecen ir apilándose a lo largo de la canción, y la guitarra está presente pero toma un segundo plano, dejando que los teclados se encarguen de la mayoría del trabajo.
Antes hablábamos de la guitarra, y hay que señalar que Hamilton Jordan tiene más momentos para brillar de los que uno creería después de la descripción anterior, con el tema título teniendo uno de los arranques más pesados de la placa junto con a la final “Great Mother” y la complicada “Single Black Point”. Eso si, los teclados siguen siendo los grandes protagonistas de Dream Weapon, incluso teniendo una canción como “Desert Stairs”, un instrumental puramente ambiental. Piénsenlo como un disco extremadamente influenciado por las composiciones ambientales electrónicas de Tangerine Dream, pero que de vez en cuando tiene partes que recuerdan a Deftones, como para ponerlo de una manera muy simplificada.
Dejar a la gente esperando durante años y terminar editando un disco muy diferente a tu sonido clásico es siempre una jugada arriesgada, como Morbid Angel pueden dar testimonio después de la debable de Illud Divinum Insanus. Pero este es un caso donde no es complicado encontrar antecedentes de este tipo de sonidos en la carrera de Genghis Tron: Board Up The House ya tenía composiciones extensas y más ambientales como “I Won’t Come Back Alive” y “Relief”, que mostraban que el grupo no quería quedarse repitiendo la fórmula del grindcore electrónico. Es por eso que no me sorprendería que Dream Weapon hubiera sido desde un principio el disco que Genghis Tron se habían propuesto editar como sucesor de Board Up The House, sin importar que saliera en 2021 o en 2011.
Desde ya que este es un disco que va a decepcionar a una gran cantidad de gente, que tendría muchas razones para sentirse de esa manera. Hasta yo tenía pensado incluirme en ese grupo en un principio: de vez en cuando uno quiere poner un disco, olvidarse de todo y dejar salir algo de esa furia animal que uno lleva dentro, tarea en la que Dead Mountain Mouth y Board Up The House se destacaban. Acá no hay un “Chapels”, un “Greek Beds”, un “Things Don’t Look Good” o siquiera un “The Feast”, porque no es esa clase de disco. Y después de mucho pensarlo, decidí que Dream Weapon no necesita ser ese disco: es un álbum etéreo y hasta relajante que se puede sostener por si solo sin tener que andar comparándolo con esos discos anteriores, y podría decirse que no será el disco que muchos quieren, pero es uno que muchos podrían llegar a necesitar.
Dream Weapon (2021)
Relapse Records
Tracklist
1. Exit Perfect Mind
2. Pyrocene
3. Dream Weapon
4. Desert Stairs
5. Alone In The Heart Of The Light
6. Ritual Circle
7. Single Black Point
8. Great Mother
Cuando los neoyorquinos Genghis Tron tomaron a la prensa metalera por sorpresa con su LP debut Dead Mountain Mouth en 2006, era imposible pasar por alto el formato tan particular del grupo, siendo un trío de voces, guitarra y teclados que usaba una batería programada y carecía de bajista. Pero lo que de verdad terminaba llamando la atención a fin de cuentas era su música, una mezcla caótica de grindcore, electrónica y ritmos erráticos y cambiantes que introdujo a gran cantidad de gente al término “cybergrind”. Su sucesor Board Up The House (2008) fue todavía mejor criticado, recibiendo alabanzas de la prensa por todos lados y entrando en varias listas de lo mejor del año. Que toda la obra de la banda tuviera el sello de aprobación de Kurt Ballou, guitarrista de Converge y productor estrella, no hizo más que brindar una enorme cantidad de publicidad.
En 2010, Genghis Tron anunciaron que habían decidido poner una pausa a sus actividades, aunque prometieron que volverían en algún momento. Esa pausa se terminaría extendiendo por nada menos que una década, hasta que en 2020 el grupo anunció su vuelta. Este reunión no fue completa: el cantante Mookie Silverman decidió no participar, por lo que su puesto fue ocupado por Tony Wolski (integrante de The Armed y Old Gods). Pero este no sería el último cambio con respecto a la formación, porque ahora Genghis Tron es un cuarteto: Nick Yacyshyn, de SUMAC y Baptists, se convirtió en el primer baterista humano en la historia del grupo.
Estoy seguro que el hecho de que Genghis Tron haya sumado un baterista marca el fin de una era, como cuando Pig Destroyer sumó un bajista o Leonardo DiCaprio ganó un Oscar. En el caso de Genghis Tron, parece que el grupo decidió que los cambios no se iban a limitar a cambiar o sumar miembros, porque Dream Weapon, el regreso de la banda al estudio después de más de una década que Relapse editó el 26 de marzo, es un cambio bastante grande con respecto a casi todo lo hecho por esta banda oriunda de Poughkeepsie, algo que el tecladista Michael Sochynsky había adelantado en una entrevista con Revolver.
Alejados de los blastbeats y las voces gritadas, Dream Weapon muestra a Genghis Tron proponiéndose llevar al oyente a través de una variedad de paisajes sonoros de ensueño: si sus primeros trabajos parecían la banda sonora del apocalipsis, este tercer álbum parece querer musicalizar el después de ese evento. “Pyrocene” arranca con los precisos golpes de Yacyshyn, que a lo largo del álbum demuestra su valía como alguien que tuvo que reemplazar a una máquina en el puesto, y más tarde se le suman las programaciones de los teclados. La voz limpia de Wolski, perfecta para que después no estén comparando su labor con los gritos de Singerman, está llena de efectos y estos parecen ir apilándose a lo largo de la canción, y la guitarra está presente pero toma un segundo plano, dejando que los teclados se encarguen de la mayoría del trabajo.
Antes hablábamos de la guitarra, y hay que señalar que Hamilton Jordan tiene más momentos para brillar de los que uno creería después de la descripción anterior, con el tema título teniendo uno de los arranques más pesados de la placa junto con a la final “Great Mother” y la complicada “Single Black Point”. Eso si, los teclados siguen siendo los grandes protagonistas de Dream Weapon, incluso teniendo una canción como “Desert Stairs”, un instrumental puramente ambiental. Piénsenlo como un disco extremadamente influenciado por las composiciones ambientales electrónicas de Tangerine Dream, pero que de vez en cuando tiene partes que recuerdan a Deftones, como para ponerlo de una manera muy simplificada.
Dejar a la gente esperando durante años y terminar editando un disco muy diferente a tu sonido clásico es siempre una jugada arriesgada, como Morbid Angel pueden dar testimonio después de la debable de Illud Divinum Insanus. Pero este es un caso donde no es complicado encontrar antecedentes de este tipo de sonidos en la carrera de Genghis Tron: Board Up The House ya tenía composiciones extensas y más ambientales como “I Won’t Come Back Alive” y “Relief”, que mostraban que el grupo no quería quedarse repitiendo la fórmula del grindcore electrónico. Es por eso que no me sorprendería que Dream Weapon hubiera sido desde un principio el disco que Genghis Tron se habían propuesto editar como sucesor de Board Up The House, sin importar que saliera en 2021 o en 2011.
Desde ya que este es un disco que va a decepcionar a una gran cantidad de gente, que tendría muchas razones para sentirse de esa manera. Hasta yo tenía pensado incluirme en ese grupo en un principio: de vez en cuando uno quiere poner un disco, olvidarse de todo y dejar salir algo de esa furia animal que uno lleva dentro, tarea en la que Dead Mountain Mouth y Board Up The House se destacaban. Acá no hay un “Chapels”, un “Greek Beds”, un “Things Don’t Look Good” o siquiera un “The Feast”, porque no es esa clase de disco. Y después de mucho pensarlo, decidí que Dream Weapon no necesita ser ese disco: es un álbum etéreo y hasta relajante que se puede sostener por si solo sin tener que andar comparándolo con esos discos anteriores, y podría decirse que no será el disco que muchos quieren, pero es uno que muchos podrían llegar a necesitar.