El 11 de mayo, la Sala Estraperlo en Badalona fue el escenario de un ritual oscuro y visceral que dejó al público al borde de la catarsis. Con un aforo casi completo antes del inicio del concierto, el ambiente se respiraba denso y electrizante, una masa heterogénea de almas metálicas dispuestas a ser arrastradas por la marea sonora. A pesar de que las luces no estuvieron a la altura de su usual esplendor fotográfico, el clima en la sala prometía una noche inolvidable.
Abriendo la velada, los mallorquines de Cartesian Ghost trajeron su “Lux Arcana” para iluminar el escenario con su oscuro resplandor. Presentaron una mezcla de temas de su único disco de 2023, destacando el reciente videoclip de “Drama”, que resonó con una intensidad palpable. Con canciones como “Feeding on my bones” y “The Fear of Blood”, la banda llevó a la audiencia a un viaje introspectivo, donde cada riff y cada beat eran un recordatorio de que en la penumbra también se encuentra la belleza. “Tyche” sobresalió por su ritmo hipnótico, capturando la esencia del destino y la incertidumbre con una precisión quirúrgica.
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La segunda ofrenda de la noche vino de la mano de los alemanes Heretoir. El carismático cantante, con sus rastas al viento, dominó el escenario con una presencia que no dejaba indiferente a nadie. Con un set heterogéneo, exploraron los parajes sonoros de su discografía, pero sin duda, el álbum “Nightsphere” fue el protagonista. “Exhale” abrió el portal a un universo alternativo, mientras que “Twilight of the Machines” y “Heretoir” llevaron al público a una danza de sombras y luces. “Graue Bauten” y “Golden Dust” envolvieron a la audiencia en una atmósfera densa y emocional, con “Wastelands” y “The Circle” cerrando el círculo de una experiencia tan ambiental como envolvente.
La noche alcanzó su clímax con la esperada actuación de los austríacos Harakiri for the Sky. Como unos titanes del post-black metal, su directo fue un tsunami de emociones, aunque sin demasiadas sorpresas. La banda hizo un recorrido por su discografía, centrándose en su aclamado álbum “Mӕre”. “I, Pallbearer” y “Fire, Walk With Me” encendieron la llama inicial, seguidos por “Homecoming: Denied!” y “And Oceans Between Us”, temas que golpearon con la fuerza de un martillo de Thor. “Sing for the Damage We’ve Done” y “Calling the Rain” fueron momentos de introspección, un viaje a través de la tormenta. Y cuando interpretaron “Heroin Waltz”, la sala se sumergió en un vals narcótico, sólo para despertar con el épico cover de “Song to Say Goodbye” de Placebo, una despedida que dejó a todos con ganas de más.
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El concierto en la Sala Estraperlo fue una fiesta metalera inolvidable, donde cada banda dejó una marca indeleble en los corazones y mentes de los asistentes. La oscuridad encontró su hogar esa noche en Badalona, y todos los presentes fueron testigos de un ritual que sólo puede describirse como sublime.
El 11 de mayo, la Sala Estraperlo en Badalona fue el escenario de un ritual oscuro y visceral que dejó al público al borde de la catarsis. Con un aforo casi completo antes del inicio del concierto, el ambiente se respiraba denso y electrizante, una masa heterogénea de almas metálicas dispuestas a ser arrastradas por la marea sonora. A pesar de que las luces no estuvieron a la altura de su usual esplendor fotográfico, el clima en la sala prometía una noche inolvidable.
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La noche alcanzó su clímax con la esperada actuación de los austríacos Harakiri for the Sky. Como unos titanes del post-black metal, su directo fue un tsunami de emociones, aunque sin demasiadas sorpresas. La banda hizo un recorrido por su discografía, centrándose en su aclamado álbum “Mӕre”. “I, Pallbearer” y “Fire, Walk With Me” encendieron la llama inicial, seguidos por “Homecoming: Denied!” y “And Oceans Between Us”, temas que golpearon con la fuerza de un martillo de Thor. “Sing for the Damage We’ve Done” y “Calling the Rain” fueron momentos de introspección, un viaje a través de la tormenta. Y cuando interpretaron “Heroin Waltz”, la sala se sumergió en un vals narcótico, sólo para despertar con el épico cover de “Song to Say Goodbye” de Placebo, una despedida que dejó a todos con ganas de más.
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