El viernes 16 el escenario principal del Hellfest arrancó temprano a las 11:05 con la presencia local de P-Troll. La propuesta de los oriundos de Tolón es un heavy / hard rock con énfasis en el rock y letras en inglés y a veces en francés que con títulos como “Fat Bottom”, “Pussy Hunter” y “We Sweat (Cum)” dejan en claro el sentido del humor del grupo. Pero creo que no hace falta conocer la lengua de Shakespeare o la de Voltaire para disfrutar la música de la banda (no me sorprendería de que para más de uno esa ignorancia sea un plus), siendo que el cuarteto rockea lo suficiente como para que cualquiera pueda romperse la cabeza con sus riffs.
Otros europeos de nombre particular son los neerlandeses Peter Pan Speedrock, que tomaron por asalto el escenario Warzone con su hard rock garagero y explosivo. Celebrando su vuelta a los escenarios tras la que había sido su despedida en 2016, el trío de Eindhoven hizo un repaso de su amplia discografía, incluyendo su reversión en neerlandés del clásico “Ace of Spades” de Motörhead, titulada “De Schoppen-Aas”, junto a Dikke Dennis, el dueño de un local de tatuajes en Amsterdam que sirve como invitado y mascota de varias bandas de rock de su país. Y la gente la pasó como nunca, con brazos y piernas volando de acá para allá en una celebración de rock y alegría.
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El hard rock siguió su presencia en el escenario principal con The Quireboys. Hay que aclarar que se los debe mencionar con el artículo incluido, debido a la disputa legal con el cantante Spike que hizo que ahora haya dos formaciones disputándose el nombre y legado de estos sucios rockanrolleros londinenses. A pesar de todas esas tramas legales de por medio, la formación liderada por el guitarrista y ahora cantante Guy Griffin sabe que lo que importa es la música, y apenas comenzaron su set con “I Love This Dirty Town” la atmósfera de bar se apoderó de todo el campo. Puro rock’n’roll, blues y buenos tiempos con sus riffs de guitarra y acompañamiento de piano, una máquina bien aceitada de rock como para recordar qué es lo que hace tan atractivo este sonido: eso fue The Quireboys en su presentación en tierras francesas.
Hay pocas cosas que me gustarían más que tener un vuelta de cualquier género con riffs de guitarra, pero puedo decir con seguridad que gente como Mod Sun es la peor manera de buscar que eso ocurra. Hellfest necesitaba algo de sangre nueva en el público y alguien con cierta presencia en los charts, así que trajeron a este punk convertido en rapero y más tarde convertido de vuelta en punk que es otro más de una camada nueva de pop punk que busca hablarle a la generación TikTok zoomer desde la visión de alguien con el doble de edad, mezclando una versión aguada de los riffs del género con elementos de hip hop millennial. Puede que a alguno le haya gustado su onda y francamente es menos insoportable que Machine Gun Kelly, pero junto a MGK creo que es de esa gente que resta más de lo que suma al género.
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Seguimos el día con el set de la banda solista de una leyenda como es Steve Harris. Recuerdo años atrás cuando Harris anunció su primer lanzamiento solista, y tenía curiosidad por ver qué se sacaría de la manga el bajista y líder de Iron Maiden al alejarse del molde de los reyes de la NWOBHM. Sin embargo, British Lion es de los discos que me han dejado más fríos, con su hard rock sin la más mínima identidad y una producción que dejaba bastante que desear. Habiéndolos visto en vivo en 2018 mi opinión mejoró, pero fue menos “volverme un fan” y más un “pasar de un 4 a un 5”.
Desde aquella época el quinteto lanzó por fin su segundo álbum The Burning, pero no puedo decir que ni ese disco ni su presentación en Hellfest hayan cambiado mi opinión acerca del grupo: no parece haber manera de agarrarlos por ningún lado, algo preocupante si hablamos de un grupo de hard rock melódico, un estilo que me suele gustar mucho. La banda suena bien, Richard Taylor es un cantante decente y todo está hecho de manera profesional, pero simplemente no es para mí.
Los texanos Nothing More se encuentran presentando su nuevo álbum Spirits, y su set desplegó esa mezcla particular de rock alternativo y elementos djent, además de inclinaciones mucho más melódicas que cualquier cosa que podría llegar a hacer Meshuggah. Con la pantalla detrás mostrando el logo de la banda, la inicial “Spirits” mostró la habilidad del grupo para pasar de la calma a la furia, con el cantante Jonny Hawkins haciendo uso de su talento para pasar del canto melódico a los gritos y a las voces rockeras como si fuera simplemente respirar. Junto con otros como “Go To War” y “This Is The Time”, el grupo dejó una muy buena impresión personalmente, logrando incluir elementos electrónicos sin que parezcan metidos con calzador.
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Hablando de proyectos de leyendas del metal, el viernes mantuvo el ritmo con la aparición de Elegant Weapons. Este grupete reúne a gente bastante dispar: el cantante chileno Ronnie Romero (Rainbow, Lords of Black y un sinfín más de grupos), los Judas Priest Richie Faulker en guitarra y Scott Travis en batería, y a Rex Brown (Pantera) en bajo, aunque Travis y Brown se retiraron tras completar el disco y sus puestos fueron ocupado por Christopher Williams (Accept) y Dave Rimmer (Uriah Heep), respectivamente.
Incluso con esos cambios sigue siendo un rejunte bastante particular, pero su flamante disco debut Horns for a Halo es una muestra de puro heavy metal sin más pretensiones que las de riffear y solear, algo que se traslada muy bien al escenario: groove, baterías poderosas y un Romero en forma fueron suficientes para redondear una buena presentación, donde repasaron su debut con canciones como “Blind Leading the Blind” y la canción que le da título. Un regalo para los que sean fans de este heavy metal cuadrado pero no por eso falto de cariño, y que el público recibió con aplausos.
No creo que muchos le tuvieran fe a Skid Row tras sus dos discos mediocres sin Sebastian Bach, dieciséis años sin LPs nuevos y el recambio de cantantes que vivieron en los últimos tiempos (sale el recientemente fallecido Johnny Solinger, llega Tony Harnell de TNT y casi inmediatamente es reemplazado por el ex Dragonforce ZP Theart, hasta que este también sale y llega el sueco Erik Grönwall, ex H.E.A.T), pero The Gang’s All Here (2022) terminó siendo sorprendentemente bueno.
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Los problemas de salud del nuevo cantante provocaron la cancelación reciente de algunos de sus recitales, pero por suerte llegaron a presentarse en el Hellfest, dando una presentación que apenas tuvo una canción de su último disco y se centró en los primeros Skid Row y Slave To The Grind. Obviamente estas cosas se dan por las limitaciones del tiempo, pero estas leyendas del glam metal tienen lo suyo para dar un gran recital, y Erik Grönwall tiene el talento y la energía para cargarse en los hombros semejante legado.
Momento de relajarse en el Hellfest, así que fuimos al escenario Valley para ver la presentación de los estadounidenses Weedeater, que se presentaron con el cantante y bajista “Dixie” Dave Collins diciendo: “Somos Weedeater, somos de Carolina del Norte y somos una mierda, así que pidan su dinero de vuelta”. Inmediatamente dieron comienzo a “Hammerhandle”, canción de su disco Jason… The Dragon que nos sumerge en un mar de distorsión y frecuencias ultra bajas. Stoner y sludge tomados de la mano y la voz agresiva de Collins abriéndose camino entre el humo de los riffs de Dave “Shep” Shepherd y el que salía de la gente poniéndose en ambiente. Un viaje narcótico, sin duda.
Alter Bridge mantuvieron la seguidilla de hard rock en el escenario francés, aunque con un estilo mucho más moderno que el rock dinosaurio de Skid Row. El cuarteto se encontraba en su gira Pawns & Kings presentando su nuevo disco, pero nuevamente las limitaciones de tiempo hicieron que sólo pudieran tocar “Silver Tongue” de aquel como intro, dedicando el resto a material viejo. Pero los estadounidenses son de las bandas más talentosas del rock pesado de los últimos años, no por nada su cantante Myles Kennedy es parte de la banda de Slash, y dieron un set más que decente, aunque sin mucho como para realmente destacar.
Estar hablando de Papa Roach en el año de nuestro señor 2023 es todo un glitch en la matrix, siendo que los sigo recordando únicamente como los tipos detrás de “Last Resort” y el disco ese de la cucaracha en la tapa, olvidándome que fueron de las bandas que sobrevivieron a la debacle del nu metal. Pero los californianos siguen adelante y casi con la misma formación de su etapa de mayor éxito, con excepción del baterista Dave Buckner siendo reemplazado por Tony Palermo. Y más allá de varios cambios en su estilo, algunos peores que otros, Papa Roach parecen estar contentos con su estatus.
Tocando clásicos “Between Angels and Insects” y, obviamente, “Last Resort”, el grupo mechó también un cover de “Firestarter” de The Prodigy y mandó la intro de “Lose Yourself” de Eminem antes de “Broken Home”. No seré fan de la banda, pero el cantante Jacoby Shaddix es un tipo extremadamente entretenido, animando al público y dando como resultado una de las actuaciones en vivo más entretenidas de todo el Hellfest.
Pasadas ya las 20:00 era turno de otras leyendas vivientes del sonido de los ochentas, con la llegada de los ingleses Def Leppard al escenario, con “Heroes” de David Bowie sonando de fondo. Lamentablemente, las animaciones de fondo y el espectáculo de luces no llegaron a tapar el hecho de que esta estuvo lejos de ser de las mejores presentaciones de los oriundos de Sheffield, sobre todo en lo referente a su cantante Joe Elliott, quien este año cumple 64 años y su voz está claramente deteriorada luego de años de giras y conciertos. Repasando clásicos como “Love Bites”, “Rock of Ages”, “Pour Some Sugar on Me” y tantos otros será una delicia para los fans más fans, pero el tener que depender tanto de los coros de los otros miembros y quedarse bastante estático es algo que llama la atención y es bastante obvio.
Y llegamos al final del día con Mötley Crüe, otras leyendas vivientes de los ochentas. Y lamentablemente el tiempo también ha afectado a los californianos: en los meses previos tuvimos la salida del guitarrista histórico Mick Mars como miembro activo en las giras, siendo reemplazado de manera definitiva por el actual John 5 y más tarde demandando a la banda.
Pero la llegada de algo de sangre relativamente nueva a las seis cuerdas de los Crüe no puede tapar el hecho de que la voz de Vince Neil está destruida, y las constantes sospechas acerca de la banda haciendo playback los ponen en una posición todavía peor que Def Leppard. Aparentemente el grupo está ultimando detalles de un nuevo disco, y esperemos que el ambiente de estudio les sienta mejor que lo que se vio en Hellfest, aunque ciertamente llamó la atención la aparición del demasiado dispuesto Machine Gun Kelly para tocar “The Dirt”, como para agradar a los jóvenes.
Ya casi llegando a la una de la mañana pudimos ver a nuestra última banda del día, y lo que significa un cierre para muchas cosas. Sum 41 anunciaron este año que su próximo álbum Heaven :x: Hell será su último, ya que se separarán tras completar la gira de presentación. Pero al igual que los anteriores Papa Roach, estos canadienses siguen adelante y dan para todos un recital de esos con atmósfera constante de estar en medio de un cumpleaños.
“Underclass Hero”, “In Too Deep”, “The Hell Song”, “We’re All To Blame”, el setlist fue una celebración de la historia de estos ya no tan chicos que fueron la banda sonora de muchos adolescentes adictos al Tony Hawk’s Pro Skater durante la década del 2000, y que encima que antes de “Fat Lip” anunciaran que su último recital sería el 23 de noviembre de 2024 y nada menos que en París sólo hizo aumentar la emoción. Porque no todas las despedidas deben ser tristes.
El viernes 16 el escenario principal del Hellfest arrancó temprano a las 11:05 con la presencia local de P-Troll. La propuesta de los oriundos de Tolón es un heavy / hard rock con énfasis en el rock y letras en inglés y a veces en francés que con títulos como “Fat Bottom”, “Pussy Hunter” y “We Sweat (Cum)” dejan en claro el sentido del humor del grupo. Pero creo que no hace falta conocer la lengua de Shakespeare o la de Voltaire para disfrutar la música de la banda (no me sorprendería de que para más de uno esa ignorancia sea un plus), siendo que el cuarteto rockea lo suficiente como para que cualquiera pueda romperse la cabeza con sus riffs.
Otros europeos de nombre particular son los neerlandeses Peter Pan Speedrock, que tomaron por asalto el escenario Warzone con su hard rock garagero y explosivo. Celebrando su vuelta a los escenarios tras la que había sido su despedida en 2016, el trío de Eindhoven hizo un repaso de su amplia discografía, incluyendo su reversión en neerlandés del clásico “Ace of Spades” de Motörhead, titulada “De Schoppen-Aas”, junto a Dikke Dennis, el dueño de un local de tatuajes en Amsterdam que sirve como invitado y mascota de varias bandas de rock de su país. Y la gente la pasó como nunca, con brazos y piernas volando de acá para allá en una celebración de rock y alegría.
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El hard rock siguió su presencia en el escenario principal con The Quireboys. Hay que aclarar que se los debe mencionar con el artículo incluido, debido a la disputa legal con el cantante Spike que hizo que ahora haya dos formaciones disputándose el nombre y legado de estos sucios rockanrolleros londinenses. A pesar de todas esas tramas legales de por medio, la formación liderada por el guitarrista y ahora cantante Guy Griffin sabe que lo que importa es la música, y apenas comenzaron su set con “I Love This Dirty Town” la atmósfera de bar se apoderó de todo el campo. Puro rock’n’roll, blues y buenos tiempos con sus riffs de guitarra y acompañamiento de piano, una máquina bien aceitada de rock como para recordar qué es lo que hace tan atractivo este sonido: eso fue The Quireboys en su presentación en tierras francesas.
Hay pocas cosas que me gustarían más que tener un vuelta de cualquier género con riffs de guitarra, pero puedo decir con seguridad que gente como Mod Sun es la peor manera de buscar que eso ocurra. Hellfest necesitaba algo de sangre nueva en el público y alguien con cierta presencia en los charts, así que trajeron a este punk convertido en rapero y más tarde convertido de vuelta en punk que es otro más de una camada nueva de pop punk que busca hablarle a la generación TikTok zoomer desde la visión de alguien con el doble de edad, mezclando una versión aguada de los riffs del género con elementos de hip hop millennial. Puede que a alguno le haya gustado su onda y francamente es menos insoportable que Machine Gun Kelly, pero junto a MGK creo que es de esa gente que resta más de lo que suma al género.
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Seguimos el día con el set de la banda solista de una leyenda como es Steve Harris. Recuerdo años atrás cuando Harris anunció su primer lanzamiento solista, y tenía curiosidad por ver qué se sacaría de la manga el bajista y líder de Iron Maiden al alejarse del molde de los reyes de la NWOBHM. Sin embargo, British Lion es de los discos que me han dejado más fríos, con su hard rock sin la más mínima identidad y una producción que dejaba bastante que desear. Habiéndolos visto en vivo en 2018 mi opinión mejoró, pero fue menos “volverme un fan” y más un “pasar de un 4 a un 5”.
Desde aquella época el quinteto lanzó por fin su segundo álbum The Burning, pero no puedo decir que ni ese disco ni su presentación en Hellfest hayan cambiado mi opinión acerca del grupo: no parece haber manera de agarrarlos por ningún lado, algo preocupante si hablamos de un grupo de hard rock melódico, un estilo que me suele gustar mucho. La banda suena bien, Richard Taylor es un cantante decente y todo está hecho de manera profesional, pero simplemente no es para mí.
Los texanos Nothing More se encuentran presentando su nuevo álbum Spirits, y su set desplegó esa mezcla particular de rock alternativo y elementos djent, además de inclinaciones mucho más melódicas que cualquier cosa que podría llegar a hacer Meshuggah. Con la pantalla detrás mostrando el logo de la banda, la inicial “Spirits” mostró la habilidad del grupo para pasar de la calma a la furia, con el cantante Jonny Hawkins haciendo uso de su talento para pasar del canto melódico a los gritos y a las voces rockeras como si fuera simplemente respirar. Junto con otros como “Go To War” y “This Is The Time”, el grupo dejó una muy buena impresión personalmente, logrando incluir elementos electrónicos sin que parezcan metidos con calzador.
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Hablando de proyectos de leyendas del metal, el viernes mantuvo el ritmo con la aparición de Elegant Weapons. Este grupete reúne a gente bastante dispar: el cantante chileno Ronnie Romero (Rainbow, Lords of Black y un sinfín más de grupos), los Judas Priest Richie Faulker en guitarra y Scott Travis en batería, y a Rex Brown (Pantera) en bajo, aunque Travis y Brown se retiraron tras completar el disco y sus puestos fueron ocupado por Christopher Williams (Accept) y Dave Rimmer (Uriah Heep), respectivamente.
Incluso con esos cambios sigue siendo un rejunte bastante particular, pero su flamante disco debut Horns for a Halo es una muestra de puro heavy metal sin más pretensiones que las de riffear y solear, algo que se traslada muy bien al escenario: groove, baterías poderosas y un Romero en forma fueron suficientes para redondear una buena presentación, donde repasaron su debut con canciones como “Blind Leading the Blind” y la canción que le da título. Un regalo para los que sean fans de este heavy metal cuadrado pero no por eso falto de cariño, y que el público recibió con aplausos.
No creo que muchos le tuvieran fe a Skid Row tras sus dos discos mediocres sin Sebastian Bach, dieciséis años sin LPs nuevos y el recambio de cantantes que vivieron en los últimos tiempos (sale el recientemente fallecido Johnny Solinger, llega Tony Harnell de TNT y casi inmediatamente es reemplazado por el ex Dragonforce ZP Theart, hasta que este también sale y llega el sueco Erik Grönwall, ex H.E.A.T), pero The Gang’s All Here (2022) terminó siendo sorprendentemente bueno.
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Los problemas de salud del nuevo cantante provocaron la cancelación reciente de algunos de sus recitales, pero por suerte llegaron a presentarse en el Hellfest, dando una presentación que apenas tuvo una canción de su último disco y se centró en los primeros Skid Row y Slave To The Grind. Obviamente estas cosas se dan por las limitaciones del tiempo, pero estas leyendas del glam metal tienen lo suyo para dar un gran recital, y Erik Grönwall tiene el talento y la energía para cargarse en los hombros semejante legado.
Momento de relajarse en el Hellfest, así que fuimos al escenario Valley para ver la presentación de los estadounidenses Weedeater, que se presentaron con el cantante y bajista “Dixie” Dave Collins diciendo: “Somos Weedeater, somos de Carolina del Norte y somos una mierda, así que pidan su dinero de vuelta”. Inmediatamente dieron comienzo a “Hammerhandle”, canción de su disco Jason… The Dragon que nos sumerge en un mar de distorsión y frecuencias ultra bajas. Stoner y sludge tomados de la mano y la voz agresiva de Collins abriéndose camino entre el humo de los riffs de Dave “Shep” Shepherd y el que salía de la gente poniéndose en ambiente. Un viaje narcótico, sin duda.
Alter Bridge mantuvieron la seguidilla de hard rock en el escenario francés, aunque con un estilo mucho más moderno que el rock dinosaurio de Skid Row. El cuarteto se encontraba en su gira Pawns & Kings presentando su nuevo disco, pero nuevamente las limitaciones de tiempo hicieron que sólo pudieran tocar “Silver Tongue” de aquel como intro, dedicando el resto a material viejo. Pero los estadounidenses son de las bandas más talentosas del rock pesado de los últimos años, no por nada su cantante Myles Kennedy es parte de la banda de Slash, y dieron un set más que decente, aunque sin mucho como para realmente destacar.
Estar hablando de Papa Roach en el año de nuestro señor 2023 es todo un glitch en la matrix, siendo que los sigo recordando únicamente como los tipos detrás de “Last Resort” y el disco ese de la cucaracha en la tapa, olvidándome que fueron de las bandas que sobrevivieron a la debacle del nu metal. Pero los californianos siguen adelante y casi con la misma formación de su etapa de mayor éxito, con excepción del baterista Dave Buckner siendo reemplazado por Tony Palermo. Y más allá de varios cambios en su estilo, algunos peores que otros, Papa Roach parecen estar contentos con su estatus.
Tocando clásicos “Between Angels and Insects” y, obviamente, “Last Resort”, el grupo mechó también un cover de “Firestarter” de The Prodigy y mandó la intro de “Lose Yourself” de Eminem antes de “Broken Home”. No seré fan de la banda, pero el cantante Jacoby Shaddix es un tipo extremadamente entretenido, animando al público y dando como resultado una de las actuaciones en vivo más entretenidas de todo el Hellfest.
Pasadas ya las 20:00 era turno de otras leyendas vivientes del sonido de los ochentas, con la llegada de los ingleses Def Leppard al escenario, con “Heroes” de David Bowie sonando de fondo. Lamentablemente, las animaciones de fondo y el espectáculo de luces no llegaron a tapar el hecho de que esta estuvo lejos de ser de las mejores presentaciones de los oriundos de Sheffield, sobre todo en lo referente a su cantante Joe Elliott, quien este año cumple 64 años y su voz está claramente deteriorada luego de años de giras y conciertos. Repasando clásicos como “Love Bites”, “Rock of Ages”, “Pour Some Sugar on Me” y tantos otros será una delicia para los fans más fans, pero el tener que depender tanto de los coros de los otros miembros y quedarse bastante estático es algo que llama la atención y es bastante obvio.
Y llegamos al final del día con Mötley Crüe, otras leyendas vivientes de los ochentas. Y lamentablemente el tiempo también ha afectado a los californianos: en los meses previos tuvimos la salida del guitarrista histórico Mick Mars como miembro activo en las giras, siendo reemplazado de manera definitiva por el actual John 5 y más tarde demandando a la banda.
Pero la llegada de algo de sangre relativamente nueva a las seis cuerdas de los Crüe no puede tapar el hecho de que la voz de Vince Neil está destruida, y las constantes sospechas acerca de la banda haciendo playback los ponen en una posición todavía peor que Def Leppard. Aparentemente el grupo está ultimando detalles de un nuevo disco, y esperemos que el ambiente de estudio les sienta mejor que lo que se vio en Hellfest, aunque ciertamente llamó la atención la aparición del demasiado dispuesto Machine Gun Kelly para tocar “The Dirt”, como para agradar a los jóvenes.
Ya casi llegando a la una de la mañana pudimos ver a nuestra última banda del día, y lo que significa un cierre para muchas cosas. Sum 41 anunciaron este año que su próximo álbum Heaven :x: Hell será su último, ya que se separarán tras completar la gira de presentación. Pero al igual que los anteriores Papa Roach, estos canadienses siguen adelante y dan para todos un recital de esos con atmósfera constante de estar en medio de un cumpleaños.
“Underclass Hero”, “In Too Deep”, “The Hell Song”, “We’re All To Blame”, el setlist fue una celebración de la historia de estos ya no tan chicos que fueron la banda sonora de muchos adolescentes adictos al Tony Hawk’s Pro Skater durante la década del 2000, y que encima que antes de “Fat Lip” anunciaran que su último recital sería el 23 de noviembre de 2024 y nada menos que en París sólo hizo aumentar la emoción. Porque no todas las despedidas deben ser tristes.