

El pasado jueves 17 de noviembre Helmet, la histórica banda estadounidense fundada por el legendario Page Hamilton (único miembro original), se presentó en la Ciudad de Buenos Aires, luego de treinta y tres años de trayectoria. Lo hizo en el marco de su gira “1989-2022 The Best of Helmet Latin America Tour” y tuvo lugar en Uniclub, gracias a la organización de la productora Noiseground, que también trajo a Prong para tocar en el mismo sitio el 14 de octubre. Probablemente la idea original haya sido organizar un evento con estos dos grupos icónicos del metal alternativo de los noventas, pero no debe haber sido posible hacerlos coincidir. Hubiera tenido mucho sentido, ya que gran parte del público fue compartido, si bien concurrió más gente para ver a Helmet.
La formación actual de la banda se completa con Dan Beeman (guitarra y coros), Dave Case (bajo y coros) y Kyle Stevenson (batería), este último el integrante más antiguo del grupo, después de Hamilton, algo que el frontman se encargó de destacar cuando procedió a realizar las presentaciones protocolares a mitad del show.
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Más allá de ver muchos rostros repetidos, el promedio de edad volvió a ser de cuarenta y la energía que se palpitaba era la misma: ese sentimiento de por fin poder ver a un grupo al que se viene escuchando desde la adolescencia y cuya música quedó entramada con muchas experiencias de vida. Aparte del significado personal, lo cierto que es Helmet fue una gran influencia para muchas bandas fundamentales tales como Faith No More, Pantera, Nine Inch Nails y Deftones, además de ser una de las primeras en usar una afinación más baja.
En mi caso particular, tuve la oportunidad de concurrir con amigos y mi primo, que viajó desde Bariloche (son dos horas de vuelo) solamente para poder ver a uno de los artistas que marcó su gusto musical para siempre. Tuvo la gran suerte de volverse más que feliz con una de las púas que arrojó el bajista al final del concierto: blanca y con el logo de Helmet.
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Banda de la Muerte se repitió como soporte en ambos shows con su stoner metal que oscila entre el sludge y el hard rock, siempre con mucha intensidad. Ya constituyen una referencia en la escena underground de Buenos Aires. En esta ocasión la velada fue inaugurada por Montañas, otro grupo argentino de puro sludge metal que viene consolidándose.
Tras los dos sets, quedó todo listo para el show principal. Que el tour se llamara “The Best of…” no dejaba dudas acerca de lo que Helmet venía a ofrecer a su público sudamericano: un recorrido por todos los grandes éxitos de su carrera. No hace falta aclarar que era exactamente eso lo que la gente anhelaba escuchar y celebró cada hit con un pogo ferviente.
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En un momento, Hamilton agradeció en español y luego dijo una frase sin mucho sentido, por lo que prometió que su expresión en el idioma local sería mejor para la próxima visita. Enfatizó lo significativo que era para ellos estar por primera vez en el país luego de tanto tiempo. Retomando las similitudes con Prong, los líderes de ambos grupos tienen un gran sentido del humor y son excelentes entreteniendo a la audiencia.
El cantante y guitarrista se permitió comparar al público de Buenos Aires con el de Santiago de Chile (donde habían tocado la jornada anterior), y bromear con el hecho de que, por estar tocando en una noche de jueves, el evento parecía un show de Taylor Swift, ya que la gente debía ir a trabajar al día siguiente. Obviamente, esto agitaba a la masa humana para que fuera más movediza y ruidosa, y por supuesto, no faltó el “¡Olé, olé, Helmet, Helmet!”. También abrió una lata de cerveza en medio del recital.
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Tocaron durante una hora y media aproximadamente. Sonaron “Better”, “Turned Out”, “Milquetoast, “Give It”, “See You Dead”, “Ironhead”, “Smart”, “Street Crab”, entre otras. Los solos ruidosos y disonantes de la figura principal de la banda captaron la atención cada vez que sonaron. No obstante, la gran virtud del grupo siempre fueron los riffs contundentes, directo al hueso. Como era de esperar, en un momento llegó “Unsung”, una de las canciones más famosas de Helmet. Luego de tocarla, Hamilton volvió a dialogar con la gente, pretendiendo dar margen para elegir qué otras canciones debían ejecutar, aunque solamente fuera una broma para advertir que no se podía volver a pedir la misma.
Antes de tocar “I Know”, advirtió que se venía una canción lenta, como para que cada cual abrazara a su pareja. Al decir esto -sin asumir que todas las personas presentes fueran heterosexuales o estuvieran con ese tipo de compañía- hay que señalar que el músico trató de contar cuántas mujeres había en el show. Llegó a contar cinco y se sorprendió porque le parecieron demasiadas, pero lo cierto es que había unas pocas más. Para el final llegó “In the Meantime” y fue más que suficiente para satisfacer a cada alma allí congregada. Luego se hicieron los obsequios de cortesía y quedó flotando esa sensación de plenitud tras haber saldado una deuda pendiente.


El pasado jueves 17 de noviembre Helmet, la histórica banda estadounidense fundada por el legendario Page Hamilton (único miembro original), se presentó en la Ciudad de Buenos Aires, luego de treinta y tres años de trayectoria. Lo hizo en el marco de su gira “1989-2022 The Best of Helmet Latin America Tour” y tuvo lugar en Uniclub, gracias a la organización de la productora Noiseground, que también trajo a Prong para tocar en el mismo sitio el 14 de octubre. Probablemente la idea original haya sido organizar un evento con estos dos grupos icónicos del metal alternativo de los noventas, pero no debe haber sido posible hacerlos coincidir. Hubiera tenido mucho sentido, ya que gran parte del público fue compartido, si bien concurrió más gente para ver a Helmet.
La formación actual de la banda se completa con Dan Beeman (guitarra y coros), Dave Case (bajo y coros) y Kyle Stevenson (batería), este último el integrante más antiguo del grupo, después de Hamilton, algo que el frontman se encargó de destacar cuando procedió a realizar las presentaciones protocolares a mitad del show.
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En mi caso particular, tuve la oportunidad de concurrir con amigos y mi primo, que viajó desde Bariloche (son dos horas de vuelo) solamente para poder ver a uno de los artistas que marcó su gusto musical para siempre. Tuvo la gran suerte de volverse más que feliz con una de las púas que arrojó el bajista al final del concierto: blanca y con el logo de Helmet.
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Antes de tocar “I Know”, advirtió que se venía una canción lenta, como para que cada cual abrazara a su pareja. Al decir esto -sin asumir que todas las personas presentes fueran heterosexuales o estuvieran con ese tipo de compañía- hay que señalar que el músico trató de contar cuántas mujeres había en el show. Llegó a contar cinco y se sorprendió porque le parecieron demasiadas, pero lo cierto es que había unas pocas más. Para el final llegó “In the Meantime” y fue más que suficiente para satisfacer a cada alma allí congregada. Luego se hicieron los obsequios de cortesía y quedó flotando esa sensación de plenitud tras haber saldado una deuda pendiente.