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Apretando el acelerador para llegar a la cita con el popurrí creativo alrededor de Sôber, Sâvia y Skizoo llegamos rozando las 8 de la noche y saltamos al foso para las tres fotografías de rigor. La sala al máximo dieron la bienvenida a Carlos Escobedo y compañía arropados por tres pantallas que serían la clave para graficar audiovisualmente a los diferentes combos que salieron a reproducir la música alternativa que reinaría toda la noche. La intro se “Amosis” es la antesala para “La Prisión del Placer” fue el pistoletazo de salida en una noche mágica, bajo el signo del sábado con número cabalístico 13 incluidos, a continuación el medley “Abstinencia/Caída Libre/Condenado/¿Qué Hiciste Mal?”, todos pertenecientes a Morfología (1999) desde el nombre y la música se ve la clara influencia de la banda estadounidense TOOL
Jorge Escobedo y Bernandini se ciñen a dúo en las seis cuerdas del histórico grupo, “Vacío” es un complejo ejercicio de nostalgia ”Sombras” nos lleva de viaje al punto de quiebre de la banda con un heavy alternativo. La cosecha del disco Superbia se hace presente con los cortes “Tic Tac”, “La Araña” el acto principal de celebración a Sôber concluye con “Arrepentido” del mediático “Paradysso”. A la luz bajo las sombras vemos el relevo de Morti como vocalista en los acordes de “Solo Estás Tú” de Skizoo una de las dos cabezas del dragón tras la disolución de Sôber a mediados de los dos mil, Jesús Pulido se enfundó el fender para revivir a Savia hecho que intercalaban temas de por medio con Carlos como cantante “Derrotado”, “Insensible”, “Frágil” “Inmortal” con el logo de la banda con enormes letras proyectadas en la pantalla. Asimismo el catalán Alejandro Martínez y su álter ego Morti se enfundaba en sus creaciones más groove metal “Habrá que Olvidar”, “Dame Aire” “Algún Día” y “Renuncia al Sol” se robó las miradas y demostró que sigue en forma como cantante, un aire al look Tim Burtoniano de un fantástico hombre bala del escenario. El tercer acto nos retornó al mundo Sôber para el ataque final “Eclipse” en modo estelar una inmensa luna se proyecta desde el fondo en clave balada y un mar de luciérnagas móviles sirvieron de fondo a esta gala diseñada para fanáticos dejando una bonita postal coincidiendo con el pasado eclipse aun la memoria. “Vulcano” despuntó como una de las más pesadas de la noche. La calidad técnica es innegable “La Nube” y “El hombre de Hielo” no puedo sacarme de la mente a Maynard y compañía en los arreglos y ambientes de los madrileños. Un regalo fue “Brazo Altos, Caras Bajas” reliquia de cuando se hacían nombrar Sôber Stoned.
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La más escuchada fue “Diez años” no hubo una canción que no fuera coreada, un deleite para fanáticos y no seguidores del rock en tu idioma. Ya pasaron las dos horas y media de concierto y Carlos Escobedo nos sorprende con un duelo de percusión con el Ilustre Manu Reyes que provocó las delicias de padres e hijos educados en el camino de la buena música y valores del rock. Una breve despedida y el tiro de gracia llega con “Estrella Polar” congelando un poco el ambiente para originar el tradicional paseo de Carlos por las primeras filas, llenando de emoción colectiva al público abajo y arriba del recinto. La guinda de la torta es el dueto de Carlos con Morti en la recta final en las canciones “Tiempo“ y la melódica “Náufrago” como aquel mechero encendido en medio de la lluvia de smartphones todo un revival a los tiempos en que la gente no miraba las pantallas, sino que a su grupo preferido en acción sobre las tablas. Ya de retirada escuchamos las guitarras duras que nos hacen dar la reversa para saltar como ayer en los noventa, la locura colectiva se apoderó de la sala al corear el estribillo de “Loco” sin duda el tiempo pasó volando al final nos vemos las caras nuevamente en Viña Rock 2024.
Sôber dieron cátedra, 30 años de carrera resumidos en tres horas, tres bandas de la misma raíz con enorme repercusión en la escena española del siglo en curso, todo un privilegio para quienes fuimos a la cita con los madrileños a ver un concierto y salir encandilados de calidad, notas musicales, melodías y rock pesado de progresión metálica, le guste a quien le guste.
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Apretando el acelerador para llegar a la cita con el popurrí creativo alrededor de Sôber, Sâvia y Skizoo llegamos rozando las 8 de la noche y saltamos al foso para las tres fotografías de rigor. La sala al máximo dieron la bienvenida a Carlos Escobedo y compañía arropados por tres pantallas que serían la clave para graficar audiovisualmente a los diferentes combos que salieron a reproducir la música alternativa que reinaría toda la noche. La intro se “Amosis” es la antesala para “La Prisión del Placer” fue el pistoletazo de salida en una noche mágica, bajo el signo del sábado con número cabalístico 13 incluidos, a continuación el medley “Abstinencia/Caída Libre/Condenado/¿Qué Hiciste Mal?”, todos pertenecientes a Morfología (1999) desde el nombre y la música se ve la clara influencia de la banda estadounidense TOOL
Jorge Escobedo y Bernandini se ciñen a dúo en las seis cuerdas del histórico grupo, “Vacío” es un complejo ejercicio de nostalgia ”Sombras” nos lleva de viaje al punto de quiebre de la banda con un heavy alternativo. La cosecha del disco Superbia se hace presente con los cortes “Tic Tac”, “La Araña” el acto principal de celebración a Sôber concluye con “Arrepentido” del mediático “Paradysso”. A la luz bajo las sombras vemos el relevo de Morti como vocalista en los acordes de “Solo Estás Tú” de Skizoo una de las dos cabezas del dragón tras la disolución de Sôber a mediados de los dos mil, Jesús Pulido se enfundó el fender para revivir a Savia hecho que intercalaban temas de por medio con Carlos como cantante “Derrotado”, “Insensible”, “Frágil” “Inmortal” con el logo de la banda con enormes letras proyectadas en la pantalla. Asimismo el catalán Alejandro Martínez y su álter ego Morti se enfundaba en sus creaciones más groove metal “Habrá que Olvidar”, “Dame Aire” “Algún Día” y “Renuncia al Sol” se robó las miradas y demostró que sigue en forma como cantante, un aire al look Tim Burtoniano de un fantástico hombre bala del escenario. El tercer acto nos retornó al mundo Sôber para el ataque final “Eclipse” en modo estelar una inmensa luna se proyecta desde el fondo en clave balada y un mar de luciérnagas móviles sirvieron de fondo a esta gala diseñada para fanáticos dejando una bonita postal coincidiendo con el pasado eclipse aun la memoria. “Vulcano” despuntó como una de las más pesadas de la noche. La calidad técnica es innegable “La Nube” y “El hombre de Hielo” no puedo sacarme de la mente a Maynard y compañía en los arreglos y ambientes de los madrileños. Un regalo fue “Brazo Altos, Caras Bajas” reliquia de cuando se hacían nombrar Sôber Stoned.
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Sôber dieron cátedra, 30 años de carrera resumidos en tres horas, tres bandas de la misma raíz con enorme repercusión en la escena española del siglo en curso, todo un privilegio para quienes fuimos a la cita con los madrileños a ver un concierto y salir encandilados de calidad, notas musicales, melodías y rock pesado de progresión metálica, le guste a quien le guste.