La Sala Garaje Beat Club de Murcia abrió sus puertas a las 20:00 para recibir una noche de brutalidad sonora encabezada por los neozelandeses Ulcerate, acompañados por los franceses Fange en su paso por España. Desde el inicio, el ambiente oscuro anticipaba el peso y densidad de un show que prometía explorar los rincones más oscuros del sludge, doom y death metal. Aunque el público llegaba de a poco, los asistentes que se reunieron se preparaban para una experiencia sensorial inmersiva y visceral.
Fange fue el encargado de abrir la velada, emergiendo entre penumbras con su propuesta cruda y desoladora. La banda francesa ofreció una descarga intensa de sludge e industrial, liderada por la inquietante presencia del vocalista Matthias, quien, en un trance de gritos desgarradores, recorrió los temas de “Perdition” y “Privation”. Con una batería programada y sonidos industriales, la atmósfera se volvió claustrofóbica, y aunque no interactuaron con el público, la banda logró ganarse los aplausos de los presentes, quienes quedaron atrapados en la visceralidad de la propuesta de Fange, sin mayor concesión que la brutalidad de su sonido.
A las 21:45, Ulcerate tomó el escenario envuelto en humo y luces rojas, creando un ambiente ideal para el desgarro sonoro que caracteriza a la banda. Con temas de su reciente “Cutting the Throat of God”, como “To Flow Through Ashen Hearts” y “Further Opening the Wounds”, la banda entregó una ejecución impecable de riffs densos y ritmos pesados, que envolvieron a la sala como un manto ominoso. Sin embargo, la voz de Michael a veces se diluía entre el muro de sonido, perdiéndose en una masa sónica tan aplastante como cautivadora. El público, hipnotizado y absorto en la intensidad de la música, respondió con movimientos de cabeza y “air guitar”, cerrando la noche con “Everything is Fire”, en una despedida que dejó a la audiencia saciada de oscuridad y contundencia.
La Sala Garaje Beat Club de Murcia abrió sus puertas a las 20:00 para recibir una noche de brutalidad sonora encabezada por los neozelandeses Ulcerate, acompañados por los franceses Fange en su paso por España. Desde el inicio, el ambiente oscuro anticipaba el peso y densidad de un show que prometía explorar los rincones más oscuros del sludge, doom y death metal. Aunque el público llegaba de a poco, los asistentes que se reunieron se preparaban para una experiencia sensorial inmersiva y visceral.
Fange fue el encargado de abrir la velada, emergiendo entre penumbras con su propuesta cruda y desoladora. La banda francesa ofreció una descarga intensa de sludge e industrial, liderada por la inquietante presencia del vocalista Matthias, quien, en un trance de gritos desgarradores, recorrió los temas de “Perdition” y “Privation”. Con una batería programada y sonidos industriales, la atmósfera se volvió claustrofóbica, y aunque no interactuaron con el público, la banda logró ganarse los aplausos de los presentes, quienes quedaron atrapados en la visceralidad de la propuesta de Fange, sin mayor concesión que la brutalidad de su sonido.
A las 21:45, Ulcerate tomó el escenario envuelto en humo y luces rojas, creando un ambiente ideal para el desgarro sonoro que caracteriza a la banda. Con temas de su reciente “Cutting the Throat of God”, como “To Flow Through Ashen Hearts” y “Further Opening the Wounds”, la banda entregó una ejecución impecable de riffs densos y ritmos pesados, que envolvieron a la sala como un manto ominoso. Sin embargo, la voz de Michael a veces se diluía entre el muro de sonido, perdiéndose en una masa sónica tan aplastante como cautivadora. El público, hipnotizado y absorto en la intensidad de la música, respondió con movimientos de cabeza y “air guitar”, cerrando la noche con “Everything is Fire”, en una despedida que dejó a la audiencia saciada de oscuridad y contundencia.