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Foto de portada: Miguel Capelli
“¡Tengo fe en las futuras generaciones!”, fue lo primero que pensé cuando escuché a los neerlandeses de DeWolff en la sala Apolo (la 2) el pasado martes 11 de febrero.
DeWolff es una banda de hard rock, rock psicodélico y blues rock fundada en Geleen en el año 2007, conformada por Luka van de Poel (batería), su hermano Pablo Van de Poel (guitarra y voz) y Robin Piso (teclados, Hammond y voz).
El nombre de la banda está inspirado en el personaje “The Wolf” de la película Pulp Fiction, y es que no hay que hacer mucho esfuerzo para darse cuenta de que este trio es muy creativo, no solo a nivel musical, sino también a nivel artístico y visual, prueba de ello su extravagante y particular forma de vestir.
En agosto de 2008 firmaron su primer contrato discográfico y para la fecha aún eran menores de edad, Luka tenía 14 años, Pablo 16 y Robin 17.
Nunca había tenido la oportunidad de disfrutar de un directo de los neerlandeses, pese a que habían venido varias veces a la ciudad y debo decir que fue una experiencia maravillosa porque me traslado inmediatamente a los años 70’s y a todas mis influencias directas con la música y el rock progresivo, sin duda, si el objetivo de DeWolff era llevar la música rock a nuevos niveles de complejidad artística, lo consiguieron y de sobra, esa noche fuimos testigos de ello.
El sonido de los neerlandeses se caracteriza por una complejidad estructural, interpretativa y técnica superior a la de cualquier banda de rock promedio y más de su generación.
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Sus canciones cuentan con desarrollos menos intuitivos y muy instrumentales. Se pueden notar claramente las influencias del jazz, la música clásica y la música experimental, lo que se refleja en el uso de tiempos y formas complejas, así como en la experimentación con armonías y melodías poco convencionales. Además, el uso del teclado y el Hammond son definitivos para plasmar su identidad dentro del hard rock.
Esta es una de las pocas bandas responsables del renacimiento del hard rock de los años setenta en la actualidad. Nos trasladaron a la época en la que bandas como Led Zeppelin, King Crimson, Cream, Pink Floyd o Deep Purple nos sumergían en la música con su virtuosismo instrumental, arreglos complejos, letras elaboradas y largas composiciones.
Los neerlandeses iniciaron la noche interpretando “Night Train” del disco “Love, Death & In Between”, tema que nos invita a viajar en un tren especial llamado “tren nocturno” que no es más que un lugar de libertad y felicidad. Este tren según la canción, es para las personas que sienten que no encajan en el mundo y quieren escapar del juicio y el dolor. El tren funciona con el poder del amor y cualquier persona puede unirse sin necesidad de un boleto, solo necesitan traer su amor. El tema anima a todos a experimentar su magia, así que de cierta forma era una manera de integrarnos en su dimensión desconocida a través de sonidos impregnados de energía, intensidad y misticismo.
Justo en el momento en que todos estábamos envueltos por la magia del trio, tocaron la canción “Natural Woman” de su última producción discográfica “Muscle Shoals”, tema que coquetea con el soul de una forma estupenda y dicho por ellos mismos, fue una canción que básicamente se escribió sola: el riff de guitarra, la estrofa y las melodías del coro fluyeron prácticamente a la vez, como si hubieran sido extraídas de algún tipo de antiguo pozo de rock ‘n’ roll. La letra habla sobre la belleza natural y el no tener que esconderse o cambiar para ser aceptado. Abrazando de cierta forma la satisfacción que hay en la imperfección.
Después de esta increíble introducción, interpretaron temas como “Treasure City Moonchild” del disco “Wolffpack”, “Out on the Town” del disco “Muscle Shoals” o “Will O’ the Wisp”, esta última canción fue una experiencia que sumergió en un ambiente místico y oscuro a todos los que estábamos disfrutando de la exploración lírica por la atracción hacia lo desconocido, de hecho pude observar a muchos de sus fans cantar la canción con los ojos cerrados, seducidos completamente por el trio neerlandés y por esa fuerza sobrenatural que los conectaban con cada una de sus melodías.
Pablo en todo momento interactuó con sus compañeros de la banda y con sus fans también, de hecho, se lanzó de la tarima y se fue caminando por toda la sala conectando con sus fans hasta llegar a barra del lateral del local donde pidió una cerveza para seguir cantando. Del mismo modo obsequiaron una camiseta al público y merchandising de la banda.
Otros temazos que sonaron fueron “Live Like You”, “Snowbird” y “Stand Up Tall” y “Rosita”, además de “Nothing´s Changing” y “Freeway Flight” donde Pablo, Robin y Luka nos dejaron boquiabiertos con jams de varios minutos, demostrando sus grandes habilidades y destrezas a nivel musical.
Sin duda, los fans de DeWolff han ido creciendo con los años, permitiéndoles actuar en salas más grandes cada vez. Estamos seguros que la próxima vez que vengan a Barcelona contaran con un público mucho más grande porque esta banda ha llegado para quedarse y devolvernos la esperanza en un género que pensábamos que había muerto, pero no, está más vivo que nunca gracias a bandas como DeWolff.
Etiquetas: Blues Rock, DeWolff, España, Hard Rock, Paises Bajos
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Foto de portada: Miguel Capelli
“¡Tengo fe en las futuras generaciones!”, fue lo primero que pensé cuando escuché a los neerlandeses de DeWolff en la sala Apolo (la 2) el pasado martes 11 de febrero.
DeWolff es una banda de hard rock, rock psicodélico y blues rock fundada en Geleen en el año 2007, conformada por Luka van de Poel (batería), su hermano Pablo Van de Poel (guitarra y voz) y Robin Piso (teclados, Hammond y voz).
El nombre de la banda está inspirado en el personaje “The Wolf” de la película Pulp Fiction, y es que no hay que hacer mucho esfuerzo para darse cuenta de que este trio es muy creativo, no solo a nivel musical, sino también a nivel artístico y visual, prueba de ello su extravagante y particular forma de vestir.
En agosto de 2008 firmaron su primer contrato discográfico y para la fecha aún eran menores de edad, Luka tenía 14 años, Pablo 16 y Robin 17.
Nunca había tenido la oportunidad de disfrutar de un directo de los neerlandeses, pese a que habían venido varias veces a la ciudad y debo decir que fue una experiencia maravillosa porque me traslado inmediatamente a los años 70’s y a todas mis influencias directas con la música y el rock progresivo, sin duda, si el objetivo de DeWolff era llevar la música rock a nuevos niveles de complejidad artística, lo consiguieron y de sobra, esa noche fuimos testigos de ello.
El sonido de los neerlandeses se caracteriza por una complejidad estructural, interpretativa y técnica superior a la de cualquier banda de rock promedio y más de su generación.
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Sus canciones cuentan con desarrollos menos intuitivos y muy instrumentales. Se pueden notar claramente las influencias del jazz, la música clásica y la música experimental, lo que se refleja en el uso de tiempos y formas complejas, así como en la experimentación con armonías y melodías poco convencionales. Además, el uso del teclado y el Hammond son definitivos para plasmar su identidad dentro del hard rock.
Esta es una de las pocas bandas responsables del renacimiento del hard rock de los años setenta en la actualidad. Nos trasladaron a la época en la que bandas como Led Zeppelin, King Crimson, Cream, Pink Floyd o Deep Purple nos sumergían en la música con su virtuosismo instrumental, arreglos complejos, letras elaboradas y largas composiciones.
Los neerlandeses iniciaron la noche interpretando “Night Train” del disco “Love, Death & In Between”, tema que nos invita a viajar en un tren especial llamado “tren nocturno” que no es más que un lugar de libertad y felicidad. Este tren según la canción, es para las personas que sienten que no encajan en el mundo y quieren escapar del juicio y el dolor. El tren funciona con el poder del amor y cualquier persona puede unirse sin necesidad de un boleto, solo necesitan traer su amor. El tema anima a todos a experimentar su magia, así que de cierta forma era una manera de integrarnos en su dimensión desconocida a través de sonidos impregnados de energía, intensidad y misticismo.
Justo en el momento en que todos estábamos envueltos por la magia del trio, tocaron la canción “Natural Woman” de su última producción discográfica “Muscle Shoals”, tema que coquetea con el soul de una forma estupenda y dicho por ellos mismos, fue una canción que básicamente se escribió sola: el riff de guitarra, la estrofa y las melodías del coro fluyeron prácticamente a la vez, como si hubieran sido extraídas de algún tipo de antiguo pozo de rock ‘n’ roll. La letra habla sobre la belleza natural y el no tener que esconderse o cambiar para ser aceptado. Abrazando de cierta forma la satisfacción que hay en la imperfección.
Después de esta increíble introducción, interpretaron temas como “Treasure City Moonchild” del disco “Wolffpack”, “Out on the Town” del disco “Muscle Shoals” o “Will O’ the Wisp”, esta última canción fue una experiencia que sumergió en un ambiente místico y oscuro a todos los que estábamos disfrutando de la exploración lírica por la atracción hacia lo desconocido, de hecho pude observar a muchos de sus fans cantar la canción con los ojos cerrados, seducidos completamente por el trio neerlandés y por esa fuerza sobrenatural que los conectaban con cada una de sus melodías.
Pablo en todo momento interactuó con sus compañeros de la banda y con sus fans también, de hecho, se lanzó de la tarima y se fue caminando por toda la sala conectando con sus fans hasta llegar a barra del lateral del local donde pidió una cerveza para seguir cantando. Del mismo modo obsequiaron una camiseta al público y merchandising de la banda.
Otros temazos que sonaron fueron “Live Like You”, “Snowbird” y “Stand Up Tall” y “Rosita”, además de “Nothing´s Changing” y “Freeway Flight” donde Pablo, Robin y Luka nos dejaron boquiabiertos con jams de varios minutos, demostrando sus grandes habilidades y destrezas a nivel musical.
Sin duda, los fans de DeWolff han ido creciendo con los años, permitiéndoles actuar en salas más grandes cada vez. Estamos seguros que la próxima vez que vengan a Barcelona contaran con un público mucho más grande porque esta banda ha llegado para quedarse y devolvernos la esperanza en un género que pensábamos que había muerto, pero no, está más vivo que nunca gracias a bandas como DeWolff.
Etiquetas: Blues Rock, DeWolff, España, Hard Rock, Paises Bajos