Fotografía de portada: Carlos Bobadilla
No voy a negar que muchas veces siento envidia de los que escriben en esta página hablando sobre los recitales en Europa. Cabe aclarar que vivo en Argentina, lugar que es un tanto privilegiado con respecto a los recitales internacionales y es una fija de las giras cuando pasan por Sudamérica, y encima vivo en Buenos Aires, donde parece que esta onda de eventos se concentran, así que la misma idea de tener un recital internacional no es algo que me saque el sueño. No, lo que de verdad me da envidia es la idea de hacer eventos grandes, con varios escenarios y hasta varios días de duración, como puede ser el Copenhell en Dinamarca o el Wacken en Alemania. Obviamente hay todo un tema económico detrás, y no culpo a nadie si no quiere correr semejante riesgo en un país tan frágil en ese aspecto.
Sin embargo, parece que yo no era el único que tenía ganas de que algo así se diera en estas tierras, porque la gente de V.I.D.A se puso al hombro la tarea de traer algo similar. Después de ser parte del Wacken Open Air, donde quedaron en segundo lugar apenas superados por los japoneses Sable Hills, este trío de la ciudad de Zárate decidió organizar la segunda edición del Furia Metal Fest, del que habían sido parte en su primera edición del 23 de abril del 2022 en Campana. Pero esta segunda edición sería un evento mucho más grande, con dos escenarios y nada menos que tres días de música, a realizarse entre el 10 y el 12 de marzo de 2023 en su ciudad natal, con más de cincuenta bandas y un precio dentro de todo asequible para el tamaño del evento.
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Así fue que el viernes 10 de marzo de 2023 nos armamos el bolso y partimos desde Buenos Aires en un viaje de dos horas y media cubriendo los casi 100 kilómetros de ruta que separan a la capital argentina de Zárate, esta localidad ubicada en la ribera del río Paraná en el norte de la provincia de Buenos Aires. Aunque con más de 100.000 habitantes se ubica en la mitad superior de la ciudades más pobladas de la provincia, siendo un estereotipo total de porteño me doy cuenta de que se respira un aire diferente que contrasta con el ruido y frenesí de Capital Federal, que a su vez se vería contrapuesto con la clase de música que escucharíamos en el FMF.
Como nota aparte, tengo que mencionar que el festival se daría en medio de una de las peores olas de calor de los últimos años en la zona. Siendo que el primer día arrancó pasadas las 17:00, se notaría mucho más en las siguientes fechas.
Sin más para agregar, el Día 1 del FMF arrancó a las 17:30 en el escenario secundario Caos con la presentación de los santafesinos Riel, aunque no pude verlos debido a una demora en mi viaje. Lamentablemente tampoco pude ver a los locales The Cuervo’s, que inauguraron el escenario principal Furia, aunque pude escucharlos cuando me encontraba a al menos 800 metros del Campo Social y Deportivo Municipal, demostrando gran poder en cuanto al sistema de sonido.
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Llegué a tiempo para ver a Jabalí dar rienda suelta a su muy buen cover de “Stone The Crow” de las leyendas del metal sureño Down. Por suerte, lo de este cuarteto oriundo de Salto va más allá de hacer una buena versión, con canciones como “Maestro del Mal” y “Primitivo”, presentada por el cantante Pietra López como una canción “sobre escaparse” y sobre “apreciar las cosas”, demostrando un buen uso del riff groovero sin caer necesariamente en esa onda cuadrada y repetitiva de muchas bandas del género. A pesar de estar en el escenario secundario, se pudo apreciar un sonido de muy buena calidad en lo hecho por estos saltenses, toda una rareza en esta clase de eventos que se mantendría, con poquísimas excepciones, a lo largo de todas las fechas.
Pasamos al escenario Furia para ver a Kobal (acento sobre la “o”), trío originario de Luján que se puede definir dentro de la camada joven del metal argentino. Es posible encontrar muchas publicaciones tratando de definir algunas etiquetas para lo hecho por este grupo. groove, thrash, progresivo y alternativo son algunas de las que se pueden encontrar, así que piensen en un grupo que puede telonear sin problemas a gente como Jinjer y Tesseract (como lo han hecho) pero también gustarle al fan más básico de Pantera.
Más allá de eso, lo de los lujanenses fue sobresaliente, con un groove espectacular en cada ritmo y un sonido ultra pesado que va de manera perfecta con los riffs entrecortados, con esa distorsión bien gruesa en la guitarra, dándole a tracks como “Panspermia” y “Lágrimas”, esta última con cierto regusto a Meshuggah pero con un estribillo melódico que los suecos nunca meterían, el toque perfecto. También es para mencionar el instrumental “Hydra”, que demuestra las capacidades del grupo. Espero que podamos tener un nuevo lanzamiento lo antes posible.
De vuelta en el escenario Caos tuvimos a Hueso, que comparados con la técnica refinada de Kobal bien podrían considerarse en el extremo opuesto. Habiéndolos descubierto cuando fueron teloneros de nadie menos que Discharge en diciembre último, este cuarteto escupe metal y hardcore de la manera que sus consignas políticas se merecen. ¿Se imaginan canciones como “1312” o “Primera Línea” cantadas de una manera amigable? Para nada, y justamente lo que tuvimos arriba del Caos fue una banda rabiosa y que no anda pidiéndole permiso al poder para descargar su ira, pateando la puerta en cada canción y dejando todo arriba del escenario.
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Después de la inyección de adrenalina que fue el repiqueteo constante de Hueso, fue momento de ir de vuelta al escenario Furia para pisar el freno con la presentación de Amethyst. Con el sol ya ocultándose, los riffs doom del trío porteño hicieron una combinación perfecta junto con sus alabanzas al Maligno salidas de alguna película de bajo presupuesto de los setentas acerca de hippies satánicos propias de la estética del grupo, como se puede ver en canciones como la misma “Lucifer” y “El despertar de los dioses”: aunque el stoner sea bastante fuerte en Argentina, por alguna razón el doom clásico no está tan desarrollado, pero Amethyst demostraron la evolución que ha tenido el estilo en estas tierras durante la última década.
Como un párrafo aparte, ya que llegamos a este punto de la crónica, hay que mencionar el buffet del evento, no sólo con comida y bebida de muy buena calidad sino también a un precio accesible. Sólo basta decir que la lata de cerveza más cara estaba $700, mientras que en el recital de D.R.I, que se hizo ese mismo día en Buenos Aires, una lata de cerveza tibia estaba $1600.
Seguimos con nuestro repaso de los recitales, y no creo que sea controversial decir que La Pampa no es una provincia en la que el argentino promedio (o, al menos, el porteño promedio) suele pensar mucho, por temas de historia, territorio, densidad poblacional y mucho más. Pero el FMF demostró un compromiso importante con el federalismo teniendo entre sus filas a Methal Kyrios, trío de Santa Rosa que vino a plantar bandera en nombre de las tierras pampeanas.
El atractivo de MK viene más allá de su origen geográfico, con un thrash metal que no derrochará originalidad pero sí fuerza, con esa combinación de voces rasposas, riffs thrasheros a cargo del guitarrista Santiago Robles, la batería precisa de Federico Montero y esas letras contestatarias marca registrada del metal argentino. “Sombras sin Identidad” y “Rifaste Alegrías” fueron un par de las canciones presentes, y a pesar del intenso calor arriba del escenario (algo que el cantante y bajista Mauro Queupul se encargó de señalar), el grupo dio una gran presentación para cualquier amante del riff.
Y ya que unos párrafos atrás mencionamos a Amethyst, su cantante y guitarrista Paolo Rossi es un ex integrante del siguiente grupo que hizo acto de presencia en el Furia, el quinteto Steelballs. Tengo que ser sincero y decir que la primera vez que escuché sobre estos oriundos de Campana el nombre me dio una desconfianza enorme, creyendo que era un grupo medio en joda a lo Asspera o incluso Steel Panther.
Claro que esto cambió apenas tuve la oportunidad de escuchar su disco The Neverending Fire: temática manowaresca y sonido a lo Helloween, el grupo se toma muy en serio lo suyo, y sabe cómo trasplantarlo al en vivo con gran destreza, con la base rítmica de Nicolás Giménez y el bajista Federico Initello dando un apoyo perfecto a la catarata de riffs del dúo de guitarras de Juan Herrera y Jorge San Román y los agudos estratosféricos de Juan Pablo Churruarin. “King of the Wind”, “Behind the Mask” y “The Oath”, presentada por Churruarin como “El Juramento”, tuvieron a la gente moviendo la cabeza hasta que les doliera el cuello. Simplemente fantástico si te gusta el speed/power de los ochentas, y si no te gusta la verdad no tengo idea de qué hacés leyendo esto.
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En el otro extremo del espectro del “verdadero metal”, tuvimos a los entrerrianos Malinche haciendo lo suyo en el Caos a las 20:30. “Sofocado”, la espectacular “Sucio Poder” y “Soy Ley”, entre muchas más, mostraron a un cuarteto que tiene bien aprendidas las lecciones tanto de Pantera como A.N.I.M.A.L., combinando los riffs saltarines con voces llenas de furia que dan ganas de agarrarse a piñas con algún policía.
Incluso me hicieron pensar por un segundo en que podríamos estar viviendo en una especie de renacimiento del nu metal o al menos el sonido del metal moderno en la etapa Y2K, algo que se confirmó justo al final de la presentación: luego de “Seres”, el cantante José “Ruso” Argento anunció una sorpresa para toda la gente, y de todas las cosas que me hubiera podido imaginar ninguna habría sido un muy divertido cover de nada menos que “Break Stuff” de Limp Bizkit, rap en inglés y todo. De los momentos más entretenidos de todo el festival.
Del metal ochentoso de Steelballs y el metal noventoso de Malinche, pasamos al metal de tiempos inmemoriales con el sexteto porteño Cernunnos (“kernunos”, como resulta que se pronuncia). El folk metal tiene una presencia llamativamente fuerte en el metal argentino, y fue una buena decisión tener a uno de los mayores representantes de esta movida tan particular en el FMF. Con resabios powermetaleros pero nunca olvidándose de meter instrumentos como la flauta o el violín, estos ataviados con túnicas y maquillaje de batalla desgranaron “The Crowning”, “Cuchulainn”, la divertida “Let’s Folk and Roll” y demás himnos de batalla durante su presentación, ya con la gente bastante alcoholizada bailando al ritmo de sus riffs y coros.
Volvemos al escenario secundaria para ser testigos de lo hecho por Elnueveonce, banda que reúne a varios músicos provenientes de grupos importantes pero alejados de los círculos más tradicionales del metal argentino, pasado o presente: el cantante Nazareno Gomez Antolini (ex integrante de los metalcore Deny, que se separaran en 2019), Gonzalo Gallo en guitarras (de los indies Siamés), Nikko Taranto en batería (ex Infierno 18) y Franco Barroso en el bajo (Parteplaneta). Con excepción de Nazareno ninguno viene de bandas particularmente pesadas, pero Elnueveonce sí que lo es: “alternativo” sería la mejor manera de describirlos, mezclando elementos hardcore y nu metal y aderezándolos con elementos más melódicos. Su set, de buen nivel más allá de algunos problemas técnicos en la guitarra, tuvo un gran público, sobre todo joven, demostrando que la música pesada en el país todavía le puede llegar a las nuevas generaciones.
Ya con los relojes anunciando las 22 horas, el Furia tuvo a los representantes internacionales de esta primera fecha de la mano de los uruguayos Reytoro. Siempre tuve la sensación de que el público argentino no suele pensar mucho en Uruguay como una tierra de heavy metal, a menos que sea para hablar sobre el bajista de los suecos Opeth o de los covers que Almafuerte han hecho de Cuchilla Grande, pero eso debe estar cambiando o en realidad debe ser mi visión de porteño sobreprotegido, porque los montevideanos tuvieron a un público enorme para verlos tocar odas al metal como “Finisterra”, “Sistema”, “Desolador” y “Dinamita”, dejando bien alta la bandera del metal pesado oriental con sus riffs musculosos y ritmos como para incitar al pogo. ¡Vamo’ arriba, Reytoro!
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Ya se iba cerrando la fecha, y en el caso del escenario Caos era momento de ir bajando la persiana para posar toda la atención en el stage principal. Pero para cerrar las presentaciones en el escenario de la derecha con broche de oro tuvimos a las leyendas Jeriko haciendo plantando bandera sobre las tablas. En papel es raro decir que el quinteto, con más de tres décadas de trayectoria y con una popularidad más que respetable, estuviera en el escenario secundario, pero está claro que con la cantidad de bandas es complicado tenerlas a todas en el lugar más “privilegiado”.
No obstante, los porteños no tuvieron problemas para dejar contenta a la gente, presentando su nuevo álbum Rendidos a Nadie, disco doble que contiene canciones nuevas y regrabadas, y mostrando las capacidades de Renzo Favaro, cantante que ingresara en 2021 y quien también es integrante de los progresivos Fughu, habiéndolo visto cuando estos presentaran Lost Connection allá por 2021 (segundo recital que pude cubrir desde el comienzo de la pandemia), por lo que parece saber adaptarse a cualquier canción que se le ponga enfrente.
Con el escenario Caos ya cerrado, era momento que todos nos fuéramos frente al Furia, y con “todos” me refiero a un público muy numeroso, que se vería incluso más en las siguientes fechas. Con toda esta gente ya habiendo visto un puñado importante de bandas de diferentes estilos, seguramente ya estaban más que listos para ver a toda una institución del metal extremo argentino como es Mastifal.
Vaya uno a saber si Mastifal son populares porque se animan a hacer cosas por fuera del death metal o se animan a hacer cosas por fuera del death metal porque son populares, pero de cualquier manera el quinteto se las arregla para crear un sonido bien pesado y extremo pero con suficientes elementos melódicos y grooveros como para que no suene todo tan monótono. Repasando toda su discografía, con excepción del debut Holocausto Mental, el grupo continuó la celebración por su vuelta a las tablas en 2022 con clásicos como “Tiempos Violentos”, “Ojos de Buey” y “En las entrañas del apocalipsis” además de un largo etcétera, mostrando sin lugar a dudas la habilidad que los puso entre los grupos más importantes del metal argentino de los últimos 20 años.
Luego de más de una hora de Mastifal varios hubieran tenido suficiente, pero el FMF tenía algo más en el menú, con Plan 4 tomando por asalto el escenario para mostrar su sonido pesado. El cuarteto, que ya había estado en la edición anterior, pasó por una gran cantidad de cambios y momentos complicados durante los últimos años, siendo la peor de todas la muerte del baterista Gonzalo Espejo, uno de los fundadores de la banda, a causa de un ataque epiléptico en enero de 2022. Sin embargo, el cantante Knario Compiano logró rodearse de gente que sabe llevar adelante el nombre de Plan 4, desgranando riffs grooveros a diestra y siniestra y escupiendo furia en cada línea de cada canción. Hardcore, thrash, groove todo mezclado y hecho para el disfrute del público, que hizo un pogo brutal en medio del pasto del campo.
Para cuando Plan 4 cerraron su set ya se había hecho bastante más de la 1:30 de la mañana, por lo que era momento de tomar nuestras cosas y ver la manera de volver a las carpas, a nuestras casas o de alcanzar la terminal de Zárate para volver a nuestras ciudades. Para varios esta sería su única experiencia con esta edición del FMF, pero para muchos era sólo el comienzo de todo un fin de semana de música pesada y bien jodida.
Etiquetas: Amethyst, Cernunnos, Death Metal, Djent, elnueveonce, Folk Metal, Furia Metal Fest 2023, Groove Metal, Hueso, Jabalí, Jeriko, Kobal, Malinche, Mastifal, metal progresivo, Metalcore, Methal Kyrios, Nu Metal, Plan 4, Power Metal, Reytoro, speed metal, Steelballs, Thrash Metal
Fotografía de portada: Carlos Bobadilla
No voy a negar que muchas veces siento envidia de los que escriben en esta página hablando sobre los recitales en Europa. Cabe aclarar que vivo en Argentina, lugar que es un tanto privilegiado con respecto a los recitales internacionales y es una fija de las giras cuando pasan por Sudamérica, y encima vivo en Buenos Aires, donde parece que esta onda de eventos se concentran, así que la misma idea de tener un recital internacional no es algo que me saque el sueño. No, lo que de verdad me da envidia es la idea de hacer eventos grandes, con varios escenarios y hasta varios días de duración, como puede ser el Copenhell en Dinamarca o el Wacken en Alemania. Obviamente hay todo un tema económico detrás, y no culpo a nadie si no quiere correr semejante riesgo en un país tan frágil en ese aspecto.
Sin embargo, parece que yo no era el único que tenía ganas de que algo así se diera en estas tierras, porque la gente de V.I.D.A se puso al hombro la tarea de traer algo similar. Después de ser parte del Wacken Open Air, donde quedaron en segundo lugar apenas superados por los japoneses Sable Hills, este trío de la ciudad de Zárate decidió organizar la segunda edición del Furia Metal Fest, del que habían sido parte en su primera edición del 23 de abril del 2022 en Campana. Pero esta segunda edición sería un evento mucho más grande, con dos escenarios y nada menos que tres días de música, a realizarse entre el 10 y el 12 de marzo de 2023 en su ciudad natal, con más de cincuenta bandas y un precio dentro de todo asequible para el tamaño del evento.
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Así fue que el viernes 10 de marzo de 2023 nos armamos el bolso y partimos desde Buenos Aires en un viaje de dos horas y media cubriendo los casi 100 kilómetros de ruta que separan a la capital argentina de Zárate, esta localidad ubicada en la ribera del río Paraná en el norte de la provincia de Buenos Aires. Aunque con más de 100.000 habitantes se ubica en la mitad superior de la ciudades más pobladas de la provincia, siendo un estereotipo total de porteño me doy cuenta de que se respira un aire diferente que contrasta con el ruido y frenesí de Capital Federal, que a su vez se vería contrapuesto con la clase de música que escucharíamos en el FMF.
Como nota aparte, tengo que mencionar que el festival se daría en medio de una de las peores olas de calor de los últimos años en la zona. Siendo que el primer día arrancó pasadas las 17:00, se notaría mucho más en las siguientes fechas.
Sin más para agregar, el Día 1 del FMF arrancó a las 17:30 en el escenario secundario Caos con la presentación de los santafesinos Riel, aunque no pude verlos debido a una demora en mi viaje. Lamentablemente tampoco pude ver a los locales The Cuervo’s, que inauguraron el escenario principal Furia, aunque pude escucharlos cuando me encontraba a al menos 800 metros del Campo Social y Deportivo Municipal, demostrando gran poder en cuanto al sistema de sonido.
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Llegué a tiempo para ver a Jabalí dar rienda suelta a su muy buen cover de “Stone The Crow” de las leyendas del metal sureño Down. Por suerte, lo de este cuarteto oriundo de Salto va más allá de hacer una buena versión, con canciones como “Maestro del Mal” y “Primitivo”, presentada por el cantante Pietra López como una canción “sobre escaparse” y sobre “apreciar las cosas”, demostrando un buen uso del riff groovero sin caer necesariamente en esa onda cuadrada y repetitiva de muchas bandas del género. A pesar de estar en el escenario secundario, se pudo apreciar un sonido de muy buena calidad en lo hecho por estos saltenses, toda una rareza en esta clase de eventos que se mantendría, con poquísimas excepciones, a lo largo de todas las fechas.
Pasamos al escenario Furia para ver a Kobal (acento sobre la “o”), trío originario de Luján que se puede definir dentro de la camada joven del metal argentino. Es posible encontrar muchas publicaciones tratando de definir algunas etiquetas para lo hecho por este grupo. groove, thrash, progresivo y alternativo son algunas de las que se pueden encontrar, así que piensen en un grupo que puede telonear sin problemas a gente como Jinjer y Tesseract (como lo han hecho) pero también gustarle al fan más básico de Pantera.
Más allá de eso, lo de los lujanenses fue sobresaliente, con un groove espectacular en cada ritmo y un sonido ultra pesado que va de manera perfecta con los riffs entrecortados, con esa distorsión bien gruesa en la guitarra, dándole a tracks como “Panspermia” y “Lágrimas”, esta última con cierto regusto a Meshuggah pero con un estribillo melódico que los suecos nunca meterían, el toque perfecto. También es para mencionar el instrumental “Hydra”, que demuestra las capacidades del grupo. Espero que podamos tener un nuevo lanzamiento lo antes posible.
De vuelta en el escenario Caos tuvimos a Hueso, que comparados con la técnica refinada de Kobal bien podrían considerarse en el extremo opuesto. Habiéndolos descubierto cuando fueron teloneros de nadie menos que Discharge en diciembre último, este cuarteto escupe metal y hardcore de la manera que sus consignas políticas se merecen. ¿Se imaginan canciones como “1312” o “Primera Línea” cantadas de una manera amigable? Para nada, y justamente lo que tuvimos arriba del Caos fue una banda rabiosa y que no anda pidiéndole permiso al poder para descargar su ira, pateando la puerta en cada canción y dejando todo arriba del escenario.
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Después de la inyección de adrenalina que fue el repiqueteo constante de Hueso, fue momento de ir de vuelta al escenario Furia para pisar el freno con la presentación de Amethyst. Con el sol ya ocultándose, los riffs doom del trío porteño hicieron una combinación perfecta junto con sus alabanzas al Maligno salidas de alguna película de bajo presupuesto de los setentas acerca de hippies satánicos propias de la estética del grupo, como se puede ver en canciones como la misma “Lucifer” y “El despertar de los dioses”: aunque el stoner sea bastante fuerte en Argentina, por alguna razón el doom clásico no está tan desarrollado, pero Amethyst demostraron la evolución que ha tenido el estilo en estas tierras durante la última década.
Como un párrafo aparte, ya que llegamos a este punto de la crónica, hay que mencionar el buffet del evento, no sólo con comida y bebida de muy buena calidad sino también a un precio accesible. Sólo basta decir que la lata de cerveza más cara estaba $700, mientras que en el recital de D.R.I, que se hizo ese mismo día en Buenos Aires, una lata de cerveza tibia estaba $1600.
Seguimos con nuestro repaso de los recitales, y no creo que sea controversial decir que La Pampa no es una provincia en la que el argentino promedio (o, al menos, el porteño promedio) suele pensar mucho, por temas de historia, territorio, densidad poblacional y mucho más. Pero el FMF demostró un compromiso importante con el federalismo teniendo entre sus filas a Methal Kyrios, trío de Santa Rosa que vino a plantar bandera en nombre de las tierras pampeanas.
El atractivo de MK viene más allá de su origen geográfico, con un thrash metal que no derrochará originalidad pero sí fuerza, con esa combinación de voces rasposas, riffs thrasheros a cargo del guitarrista Santiago Robles, la batería precisa de Federico Montero y esas letras contestatarias marca registrada del metal argentino. “Sombras sin Identidad” y “Rifaste Alegrías” fueron un par de las canciones presentes, y a pesar del intenso calor arriba del escenario (algo que el cantante y bajista Mauro Queupul se encargó de señalar), el grupo dio una gran presentación para cualquier amante del riff.
Y ya que unos párrafos atrás mencionamos a Amethyst, su cantante y guitarrista Paolo Rossi es un ex integrante del siguiente grupo que hizo acto de presencia en el Furia, el quinteto Steelballs. Tengo que ser sincero y decir que la primera vez que escuché sobre estos oriundos de Campana el nombre me dio una desconfianza enorme, creyendo que era un grupo medio en joda a lo Asspera o incluso Steel Panther.
Claro que esto cambió apenas tuve la oportunidad de escuchar su disco The Neverending Fire: temática manowaresca y sonido a lo Helloween, el grupo se toma muy en serio lo suyo, y sabe cómo trasplantarlo al en vivo con gran destreza, con la base rítmica de Nicolás Giménez y el bajista Federico Initello dando un apoyo perfecto a la catarata de riffs del dúo de guitarras de Juan Herrera y Jorge San Román y los agudos estratosféricos de Juan Pablo Churruarin. “King of the Wind”, “Behind the Mask” y “The Oath”, presentada por Churruarin como “El Juramento”, tuvieron a la gente moviendo la cabeza hasta que les doliera el cuello. Simplemente fantástico si te gusta el speed/power de los ochentas, y si no te gusta la verdad no tengo idea de qué hacés leyendo esto.
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En el otro extremo del espectro del “verdadero metal”, tuvimos a los entrerrianos Malinche haciendo lo suyo en el Caos a las 20:30. “Sofocado”, la espectacular “Sucio Poder” y “Soy Ley”, entre muchas más, mostraron a un cuarteto que tiene bien aprendidas las lecciones tanto de Pantera como A.N.I.M.A.L., combinando los riffs saltarines con voces llenas de furia que dan ganas de agarrarse a piñas con algún policía.
Incluso me hicieron pensar por un segundo en que podríamos estar viviendo en una especie de renacimiento del nu metal o al menos el sonido del metal moderno en la etapa Y2K, algo que se confirmó justo al final de la presentación: luego de “Seres”, el cantante José “Ruso” Argento anunció una sorpresa para toda la gente, y de todas las cosas que me hubiera podido imaginar ninguna habría sido un muy divertido cover de nada menos que “Break Stuff” de Limp Bizkit, rap en inglés y todo. De los momentos más entretenidos de todo el festival.
Del metal ochentoso de Steelballs y el metal noventoso de Malinche, pasamos al metal de tiempos inmemoriales con el sexteto porteño Cernunnos (“kernunos”, como resulta que se pronuncia). El folk metal tiene una presencia llamativamente fuerte en el metal argentino, y fue una buena decisión tener a uno de los mayores representantes de esta movida tan particular en el FMF. Con resabios powermetaleros pero nunca olvidándose de meter instrumentos como la flauta o el violín, estos ataviados con túnicas y maquillaje de batalla desgranaron “The Crowning”, “Cuchulainn”, la divertida “Let’s Folk and Roll” y demás himnos de batalla durante su presentación, ya con la gente bastante alcoholizada bailando al ritmo de sus riffs y coros.
Volvemos al escenario secundaria para ser testigos de lo hecho por Elnueveonce, banda que reúne a varios músicos provenientes de grupos importantes pero alejados de los círculos más tradicionales del metal argentino, pasado o presente: el cantante Nazareno Gomez Antolini (ex integrante de los metalcore Deny, que se separaran en 2019), Gonzalo Gallo en guitarras (de los indies Siamés), Nikko Taranto en batería (ex Infierno 18) y Franco Barroso en el bajo (Parteplaneta). Con excepción de Nazareno ninguno viene de bandas particularmente pesadas, pero Elnueveonce sí que lo es: “alternativo” sería la mejor manera de describirlos, mezclando elementos hardcore y nu metal y aderezándolos con elementos más melódicos. Su set, de buen nivel más allá de algunos problemas técnicos en la guitarra, tuvo un gran público, sobre todo joven, demostrando que la música pesada en el país todavía le puede llegar a las nuevas generaciones.
Ya con los relojes anunciando las 22 horas, el Furia tuvo a los representantes internacionales de esta primera fecha de la mano de los uruguayos Reytoro. Siempre tuve la sensación de que el público argentino no suele pensar mucho en Uruguay como una tierra de heavy metal, a menos que sea para hablar sobre el bajista de los suecos Opeth o de los covers que Almafuerte han hecho de Cuchilla Grande, pero eso debe estar cambiando o en realidad debe ser mi visión de porteño sobreprotegido, porque los montevideanos tuvieron a un público enorme para verlos tocar odas al metal como “Finisterra”, “Sistema”, “Desolador” y “Dinamita”, dejando bien alta la bandera del metal pesado oriental con sus riffs musculosos y ritmos como para incitar al pogo. ¡Vamo’ arriba, Reytoro!
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No obstante, los porteños no tuvieron problemas para dejar contenta a la gente, presentando su nuevo álbum Rendidos a Nadie, disco doble que contiene canciones nuevas y regrabadas, y mostrando las capacidades de Renzo Favaro, cantante que ingresara en 2021 y quien también es integrante de los progresivos Fughu, habiéndolo visto cuando estos presentaran Lost Connection allá por 2021 (segundo recital que pude cubrir desde el comienzo de la pandemia), por lo que parece saber adaptarse a cualquier canción que se le ponga enfrente.
Con el escenario Caos ya cerrado, era momento que todos nos fuéramos frente al Furia, y con “todos” me refiero a un público muy numeroso, que se vería incluso más en las siguientes fechas. Con toda esta gente ya habiendo visto un puñado importante de bandas de diferentes estilos, seguramente ya estaban más que listos para ver a toda una institución del metal extremo argentino como es Mastifal.
Vaya uno a saber si Mastifal son populares porque se animan a hacer cosas por fuera del death metal o se animan a hacer cosas por fuera del death metal porque son populares, pero de cualquier manera el quinteto se las arregla para crear un sonido bien pesado y extremo pero con suficientes elementos melódicos y grooveros como para que no suene todo tan monótono. Repasando toda su discografía, con excepción del debut Holocausto Mental, el grupo continuó la celebración por su vuelta a las tablas en 2022 con clásicos como “Tiempos Violentos”, “Ojos de Buey” y “En las entrañas del apocalipsis” además de un largo etcétera, mostrando sin lugar a dudas la habilidad que los puso entre los grupos más importantes del metal argentino de los últimos 20 años.
Luego de más de una hora de Mastifal varios hubieran tenido suficiente, pero el FMF tenía algo más en el menú, con Plan 4 tomando por asalto el escenario para mostrar su sonido pesado. El cuarteto, que ya había estado en la edición anterior, pasó por una gran cantidad de cambios y momentos complicados durante los últimos años, siendo la peor de todas la muerte del baterista Gonzalo Espejo, uno de los fundadores de la banda, a causa de un ataque epiléptico en enero de 2022. Sin embargo, el cantante Knario Compiano logró rodearse de gente que sabe llevar adelante el nombre de Plan 4, desgranando riffs grooveros a diestra y siniestra y escupiendo furia en cada línea de cada canción. Hardcore, thrash, groove todo mezclado y hecho para el disfrute del público, que hizo un pogo brutal en medio del pasto del campo.
Para cuando Plan 4 cerraron su set ya se había hecho bastante más de la 1:30 de la mañana, por lo que era momento de tomar nuestras cosas y ver la manera de volver a las carpas, a nuestras casas o de alcanzar la terminal de Zárate para volver a nuestras ciudades. Para varios esta sería su única experiencia con esta edición del FMF, pero para muchos era sólo el comienzo de todo un fin de semana de música pesada y bien jodida.
Etiquetas: Amethyst, Cernunnos, Death Metal, Djent, elnueveonce, Folk Metal, Furia Metal Fest 2023, Groove Metal, Hueso, Jabalí, Jeriko, Kobal, Malinche, Mastifal, metal progresivo, Metalcore, Methal Kyrios, Nu Metal, Plan 4, Power Metal, Reytoro, speed metal, Steelballs, Thrash Metal