


Hay siempre polémicas sobre las giras aniversario de un disco. Muchos dicen que es una forma de tapar baches artísticos y generar un ingreso fácil. Mientras que otros, en los cuales me incluyo, lo vemos como una forma de celebrar el legado de un grupo y recordar los momentos vividos con el álbum en cuestión. Esto nos lleva a lo vivido el pasado viernes 18 en la antigua capital danesa Roskilde, donde los black metaleros noruegos de Taake conmemoraron su importante disco Hordlands Doedskvad, que cumplió 20 años.
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Para abrir la noche, los noruegos de Heimland se subieron a las tablas para dar un concierto de 40 minutos. Su propuesta está muy arraigada a la de la banda principal y a las que inspiraron a dicha banda, por lo cual me encontré con una propuesta sin personalidad. Bien ejecutada, pero que no ofrece nada nuevo al género ni a la escena. Sin embargo, el show fue correcto. La ejecución fue muy buena, y así también la comunicación con el público, que en líneas generales disfrutó la presentación.
Finalizados los noruegos, llegó el turno de Asagraum, banda que practica un black metal muy rústico y sucio, conformada por mujeres. Aunque en esta oportunidad, contaron con un bajista masculino. Tenía curiosidad por ver su directo, ya que es una banda que está ganando reputación en el género, pero sus discos no me habían llamado la atención. Quería ver si el vivo cambiaba mi percepción, pero no fue así, sino que la reforzó. Un concierto con nula comunicación con el público, ninguna mueca de disfrute o de gancho hacia la gente. Simplemente una banda tocando con el peor humor posible. Sumado a esto, se notaron imperfecciones en la ejecución, especialmente por la batería y en las voces. En pequeños momentos donde la cantante quería hacer una voz distinta, esta salía mal y desentonaba con el resto de los instrumentos. Las canciones fueron todas iguales y aburridas, sin ningún rasgo de distinción entre cada una, lo que daba la sensación de estar en un loop monótono y desganado que duró una hora que se hizo eterna.
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Era momento del plato principal y de que el nivel del evento se revirtiera, y por suerte así lo fue. Con luces azules y una música ambiente, los músicos tomaron posición y abrieron el concierto con la instrumental “VI”, que luego conectaron con “VII”, donde el gran Hoest entró en escena y demostró por qué es uno de los mejores frontman del estilo. Más allá de ser el único miembro oficial de la banda, ya que compone y graba todo, en el directo se come el escenario. Recorre sin parar, tira piñas y patadas, interactúa con la gente y, por sobre todo, es dueño de una garganta poderosa. Ni los gritos agudos, ni las voces oscuras, ni hasta gritos a voz limpia son un desafío para él. Todo esto con dos camperas puestas que no se quitó en todo el show. No comprendo cómo no se murió de calor. La lista continuó con el resto de las canciones del disco a rememorar, con los puntos altos en “I” y “III”, festejadísimas ambas por los escasos pero efusivos presentes. Cabe aclarar que las canciones llevan como título el nombre del álbum, seguidas por su número correspondiente.
En lo que respecta a la ejecución, fue perfecta. No encontré ningún error ni falla. Todos los músicos se lucieron y dieron todo de sí. Esto también fue respaldado por un sonido nítido y claro que permitió apreciar todo de manera excelente. Para finalizar la primera parte del set, desplegaron dos canciones de su último trabajo editado en 2023, Et hav av avstand, que fueron muy bien recibidas, y un cover de Darkthrone, momento muy especial ya que ese pilar fundamental del género no toca en directo, por lo cual vivir una de sus canciones en vivo fue muy especial.
Para cerrar la noche, luego de un gran pedido del público por más música, la banda volvió a las tablas para despachar su canción más conocida, “Nordbundet”, donde el pogo no se hizo esperar y Hoest entregó su micrófono a fans para que griten en las partes instrumentales. Pero había lugar para una más, y esta fue la única que quedaba del disco homenajeado por interpretar: “II”. Donde el público respondió con mucha euforia y hasta coreando los riffs. Con semejante final, Taake se retiró victorioso del escenario. Este concierto fue un claro ejemplo de cómo hacer bien una gira aniversario, con espacio para la nostalgia y a su vez para sorpresas y mostrar el presente.
Etiquetas: Asagraum, Black Metal, Copenhague, Darkthrone, Dinamarca, Heimland, Roskilde, taake


Hay siempre polémicas sobre las giras aniversario de un disco. Muchos dicen que es una forma de tapar baches artísticos y generar un ingreso fácil. Mientras que otros, en los cuales me incluyo, lo vemos como una forma de celebrar el legado de un grupo y recordar los momentos vividos con el álbum en cuestión. Esto nos lleva a lo vivido el pasado viernes 18 en la antigua capital danesa Roskilde, donde los black metaleros noruegos de Taake conmemoraron su importante disco Hordlands Doedskvad, que cumplió 20 años.
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Para abrir la noche, los noruegos de Heimland se subieron a las tablas para dar un concierto de 40 minutos. Su propuesta está muy arraigada a la de la banda principal y a las que inspiraron a dicha banda, por lo cual me encontré con una propuesta sin personalidad. Bien ejecutada, pero que no ofrece nada nuevo al género ni a la escena. Sin embargo, el show fue correcto. La ejecución fue muy buena, y así también la comunicación con el público, que en líneas generales disfrutó la presentación.
Finalizados los noruegos, llegó el turno de Asagraum, banda que practica un black metal muy rústico y sucio, conformada por mujeres. Aunque en esta oportunidad, contaron con un bajista masculino. Tenía curiosidad por ver su directo, ya que es una banda que está ganando reputación en el género, pero sus discos no me habían llamado la atención. Quería ver si el vivo cambiaba mi percepción, pero no fue así, sino que la reforzó. Un concierto con nula comunicación con el público, ninguna mueca de disfrute o de gancho hacia la gente. Simplemente una banda tocando con el peor humor posible. Sumado a esto, se notaron imperfecciones en la ejecución, especialmente por la batería y en las voces. En pequeños momentos donde la cantante quería hacer una voz distinta, esta salía mal y desentonaba con el resto de los instrumentos. Las canciones fueron todas iguales y aburridas, sin ningún rasgo de distinción entre cada una, lo que daba la sensación de estar en un loop monótono y desganado que duró una hora que se hizo eterna.
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Era momento del plato principal y de que el nivel del evento se revirtiera, y por suerte así lo fue. Con luces azules y una música ambiente, los músicos tomaron posición y abrieron el concierto con la instrumental “VI”, que luego conectaron con “VII”, donde el gran Hoest entró en escena y demostró por qué es uno de los mejores frontman del estilo. Más allá de ser el único miembro oficial de la banda, ya que compone y graba todo, en el directo se come el escenario. Recorre sin parar, tira piñas y patadas, interactúa con la gente y, por sobre todo, es dueño de una garganta poderosa. Ni los gritos agudos, ni las voces oscuras, ni hasta gritos a voz limpia son un desafío para él. Todo esto con dos camperas puestas que no se quitó en todo el show. No comprendo cómo no se murió de calor. La lista continuó con el resto de las canciones del disco a rememorar, con los puntos altos en “I” y “III”, festejadísimas ambas por los escasos pero efusivos presentes. Cabe aclarar que las canciones llevan como título el nombre del álbum, seguidas por su número correspondiente.
En lo que respecta a la ejecución, fue perfecta. No encontré ningún error ni falla. Todos los músicos se lucieron y dieron todo de sí. Esto también fue respaldado por un sonido nítido y claro que permitió apreciar todo de manera excelente. Para finalizar la primera parte del set, desplegaron dos canciones de su último trabajo editado en 2023, Et hav av avstand, que fueron muy bien recibidas, y un cover de Darkthrone, momento muy especial ya que ese pilar fundamental del género no toca en directo, por lo cual vivir una de sus canciones en vivo fue muy especial.
Para cerrar la noche, luego de un gran pedido del público por más música, la banda volvió a las tablas para despachar su canción más conocida, “Nordbundet”, donde el pogo no se hizo esperar y Hoest entregó su micrófono a fans para que griten en las partes instrumentales. Pero había lugar para una más, y esta fue la única que quedaba del disco homenajeado por interpretar: “II”. Donde el público respondió con mucha euforia y hasta coreando los riffs. Con semejante final, Taake se retiró victorioso del escenario. Este concierto fue un claro ejemplo de cómo hacer bien una gira aniversario, con espacio para la nostalgia y a su vez para sorpresas y mostrar el presente.
Etiquetas: Asagraum, Black Metal, Copenhague, Darkthrone, Dinamarca, Heimland, Roskilde, taake