

El domingo 13 de abril, Madrid fue testigo de una auténtica descarga de thrash metal. La sala Revi Live recibió a Exhorder, la influyente banda estadounidense que, tras cuatro décadas de trayectoria, sigue demostrando por qué es un referente del género. En el marco de su gira hispano-portuguesa, presentaron su nuevo álbum, Defectum Omnium, lanzado este 2024.
Mientras los miembros de Exhorder vendían merchandising y se tomaban fotos con los fans en un costado del recinto, la velada arrancaba puntualmente, aunque con el público todavía ingresando. Los encargados de abrir fuego fueron los madrileños Rise, quienes ofrecieron una actuación poderosa que dejó a todos con ganas de más. La banda está conformada por los hermanos Sánchez —Aitor tras la batería e Iván al mando de la guitarra y la voz, y completan su alineación con Raúl Solís como segunda guitarra y Andrés Gordo en el bajo. Algunas de las piezas ejecutadas son parte de sus discos Derange editado en 2018 y del Breathing Again quien viera la luz en 2024. Entre otras sonaron “Garbo“, “Nakba“, “M.O.P.K.“, “Unchained Souls“, “Agent Frank” y “Awaken“
Con su mezcla de thrash y heavy metal, la banda logró conectar desde el primer acorde: pogos, gritos, saltos y una energía desbordante inundaron la sala. En un show tan visceral como consciente, los integrantes de Rise no dejaron de lado su mensaje político, ondeando banderas palestinas y vistiendo camisetas reivindicativas. Hacia el final del concierto, sorprendieron repartiendo unos llamativos “bastones” naranjas y azules entre los asistentes, con los que se organizó una divertida barricada para un pogo masivo, tan memorable que incluso Exhorder lo compartió y celebró en sus redes sociales.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: Hirax – Faster Than Death (2025)
Ya con la sala más caldeada, los esperados Exhorder subieron al escenario con apenas cinco minutos de retraso y una intro oscura que puso a todos en tensión. Kyle Thomas y compañía no tardaron en demostrar por qué, tras 40 años, siguen sonando tan demoledores como siempre. Alternando temas nuevos y clásicos, invitaron al público a un peculiar juego: adivinar si la siguiente canción sería “old or new”, lo que añadió un toque lúdico y cercano a su brutal descarga. Entre otras sonaron “Unforgiven“, “Year Of The Goat“, “Legions Of Death“. A continuación, “My Time“, el primer single de Mourn the Southern Skies, disco editado en 2019. Minutos después, cada uno de los presentes se unió a la banda en su versión de “Into the Void“, de los legendarios Black Sabbath, tema que los norteamericanos transformaron en algo feroz y desquiciado. El cierre estuvo a cargo de la dupla “Exhorder” y “Desecrator“, recibidas por un rugido masivo de los fanáticos. Ellos sabían lo que les esperaba. La canción fue creciendo a medida que Thomas lanzaba las letras; el ritmo cambiaba, más rápido, más lento, pero siempre pesado. Así se termina un concierto.
El público, ya encendido gracias a quienes sonaron previamente, respondió con entrega total, coreando cada verso, cada riff, cada breakdown. Aunque la sala no llegó al aforo completo, la intensidad de la audiencia compensó con creces cualquier hueco visible.
Un aplauso especial merece también la sala Revi Live, con un equipo técnico impecable y un diseño de luces que potenció cada instante del concierto, elevando la experiencia a otro nivel. Sin duda, una noche para recordar en la historia del metal madrileño.


El domingo 13 de abril, Madrid fue testigo de una auténtica descarga de thrash metal. La sala Revi Live recibió a Exhorder, la influyente banda estadounidense que, tras cuatro décadas de trayectoria, sigue demostrando por qué es un referente del género. En el marco de su gira hispano-portuguesa, presentaron su nuevo álbum, Defectum Omnium, lanzado este 2024.
Mientras los miembros de Exhorder vendían merchandising y se tomaban fotos con los fans en un costado del recinto, la velada arrancaba puntualmente, aunque con el público todavía ingresando. Los encargados de abrir fuego fueron los madrileños Rise, quienes ofrecieron una actuación poderosa que dejó a todos con ganas de más. La banda está conformada por los hermanos Sánchez —Aitor tras la batería e Iván al mando de la guitarra y la voz, y completan su alineación con Raúl Solís como segunda guitarra y Andrés Gordo en el bajo. Algunas de las piezas ejecutadas son parte de sus discos Derange editado en 2018 y del Breathing Again quien viera la luz en 2024. Entre otras sonaron “Garbo“, “Nakba“, “M.O.P.K.“, “Unchained Souls“, “Agent Frank” y “Awaken“
Con su mezcla de thrash y heavy metal, la banda logró conectar desde el primer acorde: pogos, gritos, saltos y una energía desbordante inundaron la sala. En un show tan visceral como consciente, los integrantes de Rise no dejaron de lado su mensaje político, ondeando banderas palestinas y vistiendo camisetas reivindicativas. Hacia el final del concierto, sorprendieron repartiendo unos llamativos “bastones” naranjas y azules entre los asistentes, con los que se organizó una divertida barricada para un pogo masivo, tan memorable que incluso Exhorder lo compartió y celebró en sus redes sociales.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: Hirax – Faster Than Death (2025)
Ya con la sala más caldeada, los esperados Exhorder subieron al escenario con apenas cinco minutos de retraso y una intro oscura que puso a todos en tensión. Kyle Thomas y compañía no tardaron en demostrar por qué, tras 40 años, siguen sonando tan demoledores como siempre. Alternando temas nuevos y clásicos, invitaron al público a un peculiar juego: adivinar si la siguiente canción sería “old or new”, lo que añadió un toque lúdico y cercano a su brutal descarga. Entre otras sonaron “Unforgiven“, “Year Of The Goat“, “Legions Of Death“. A continuación, “My Time“, el primer single de Mourn the Southern Skies, disco editado en 2019. Minutos después, cada uno de los presentes se unió a la banda en su versión de “Into the Void“, de los legendarios Black Sabbath, tema que los norteamericanos transformaron en algo feroz y desquiciado. El cierre estuvo a cargo de la dupla “Exhorder” y “Desecrator“, recibidas por un rugido masivo de los fanáticos. Ellos sabían lo que les esperaba. La canción fue creciendo a medida que Thomas lanzaba las letras; el ritmo cambiaba, más rápido, más lento, pero siempre pesado. Así se termina un concierto.
El público, ya encendido gracias a quienes sonaron previamente, respondió con entrega total, coreando cada verso, cada riff, cada breakdown. Aunque la sala no llegó al aforo completo, la intensidad de la audiencia compensó con creces cualquier hueco visible.
Un aplauso especial merece también la sala Revi Live, con un equipo técnico impecable y un diseño de luces que potenció cada instante del concierto, elevando la experiencia a otro nivel. Sin duda, una noche para recordar en la historia del metal madrileño.