

El martes 11 de marzo, en Buenos Aires, fue el día elegido para que Dark Funeral desplegara toda su maldad en El Teatrito. Siendo las 19:00 horas, me dispuse a ingresar, saludando previamente a Marcela de Icarus, quien, como de costumbre, te recibe con su característica sonrisa. Luego de la acreditación correspondiente, era cuestión de esperar hasta que saliera el primer acto de la noche.
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Los death metaleros Exterminio salieron al escenario a las 19:10 con un sonido fuerte y toda la furia del metal de la muerte. Con aproximadamente 50 personas ya en el interior, cada una fue ubicándose para poder disfrutar de la performance. Entre las que sonaron, puedo destacar “Agentes del caos” y “No Control”. Con el correr de los minutos y las canciones, el sonido iba acomodándose, ya que desde el arranque sonaba muy fuerte, tanto que no se podían distinguir cada uno de los instrumentos.
Luego de treinta minutos de show, se despidieron con el deber cumplido y una lluvia de aplausos de los presentes.
El segundo acto estuvo a cargo de los Dislepsia, viejos conocidos en el ambiente. Si bien sonaron de una manera aceptable y el público quedó satisfecho, pueden leer la reseña que hice sobre uno de los shows en los que la banda fue soporte hace pocas semanas, ya que no hubo variaciones en su performance habitual.
Quizás un punto a destacar, antes del último tema, las cortinas de El Teatrito comenzaron a cerrarse, dado que se había cumplido el tiempo estipulado para la banda, pero, ante el pedido de “una más” del público, pudieron cerrar el set con “El Conjuro”.
Pasadas las 20:30, era momento para el último acto nacional antes del plato fuerte. Nuclear Sathan salió a comerse el escenario con su poderoso black metal. Corpse paint, una voz que emula al recordado Per Yngve “Dead” Ohlin, ex vocalista de Mayhem, mucha velocidad, tanto en las violas como en la batería, más calaveras de cabras aludiendo al macho cabrío y crucifijos, completan el combo de una de las bandas blackers de gran escalada en el under vernáculo. Luego de una breve introducción, comenzó el show con “Fuego de Azufre”. Entre otras, sonó “Espinas del crucificado” y, cerrando su participación, “Coronados en las sombras” dejó el escenario caliente para los suecos.
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Llegaba el momento de la verdad, con apenas unos pocos minutos de retraso a la hora indicada por la organización, las almas oscuras se unieron en aquella misa negra. El recinto totalmente a oscuras y tras el telón, los suecos Dark Funeral aguardaban en posición mientras sonaba la escalofriante intro para luego desatar su furia con “Nosferatu“, canción perteneciente al We Are the Apocalypse, disco editado en 2022.
Dark Funeral continuó con el bombardeo metálico de los sentidos y su afinidad por todo lo satánico, desde su aspecto y personalidad sobre el escenario, la imaginería sobre, alrededor y detrás del escenario y el hecho de que el vocalista Heljarmadr (Andreas Vingbäck) dirigiera al público en un animado canto de “Hail Satan” hacia la mitad de su actuación.
A medida que avanzaba la velada, el tema musical se iba oscureciendo hasta el punto de que estábamos aclamando al señor de las tinieblas, el mismísimo Satanás. Las inquietantes melodías y la agresividad de los ritmos explosivos demostraron por qué Dark Funeral sigue siendo uno de los grupos más venerados del género. Temas como “The Arrival of Satan’s Empire”, “Unchain My Soul” y “When I’m Gone” fueron interpretados con precisión quirúrgica, arrastrando al público a una vorágine de sonidos y sombras. Cada canción se apoyaba en la anterior, creando un crescendo de oscuridad que se extendía por el recinto como una tormenta. Uno de los puntos “negativos” que se pueden detallar fue cuando Heljarmadr solicitó al público presente que evite filmar y/o sacar fotos con flash ya que molestaba la visión de los músicos, cosa que fue ignorada haciendo peligrar la continuidad del show.
Superado este escollo, el show debía continuar tal como cantaba el gran Freddy Mercury, era tiempo para escuchar en vivo aquel recordado EP autotitulado de 1994. La ejecución de cada una de las canciones fue más que correcta, cada uno de los músicos cumplió con su labor sin percibirse ninguna falla. El vocalista dominó el escenario con una presencia amenazadora y magnética a partes iguales. Su voz atravesaba el caos como una cuchilla, lanzando gruñidos y gritos con una intensidad inquebrantable. En un momento dado, Heljarmadr desplegó y ondeó una gran bandera negra con el emblemático pentagrama de cabra de la banda. Los sombríos riffs y las oscuras armonías del guitarrista Lord Ahriman definieron el sonido producido por la segunda ola del black metal y quedó demostraron en una noche sin fisuras.
Cuando los últimos acordes resonaron en el recinto, Dark Funeral había consolidado su reputación de maestros de las artes negras. Su actuación fue un testimonio de su legado perdurable y un recordatorio de por qué siguen reinando como una de las bandas más emblemáticas del black metal.
Desde las primeras y escalofriantes notas de “Nosferatu” hasta el atronador final de ese temazo que es “Where Shadows Forever Reign”, la banda ofreció un concierto implacable. Agradecemos a los amigos de Icarus por confiar en nosotros y poder cumplir el sueño de ver a una de las leyendas del metal más blasfemo del mundo.
Fotos de Martin DarkSoul
- Dark Funeral
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- Nuclear Sathan
- Dislepsia
- Exterminio


El martes 11 de marzo, en Buenos Aires, fue el día elegido para que Dark Funeral desplegara toda su maldad en El Teatrito. Siendo las 19:00 horas, me dispuse a ingresar, saludando previamente a Marcela de Icarus, quien, como de costumbre, te recibe con su característica sonrisa. Luego de la acreditación correspondiente, era cuestión de esperar hasta que saliera el primer acto de la noche.
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Los death metaleros Exterminio salieron al escenario a las 19:10 con un sonido fuerte y toda la furia del metal de la muerte. Con aproximadamente 50 personas ya en el interior, cada una fue ubicándose para poder disfrutar de la performance. Entre las que sonaron, puedo destacar “Agentes del caos” y “No Control”. Con el correr de los minutos y las canciones, el sonido iba acomodándose, ya que desde el arranque sonaba muy fuerte, tanto que no se podían distinguir cada uno de los instrumentos.
Luego de treinta minutos de show, se despidieron con el deber cumplido y una lluvia de aplausos de los presentes.
El segundo acto estuvo a cargo de los Dislepsia, viejos conocidos en el ambiente. Si bien sonaron de una manera aceptable y el público quedó satisfecho, pueden leer la reseña que hice sobre uno de los shows en los que la banda fue soporte hace pocas semanas, ya que no hubo variaciones en su performance habitual.
Quizás un punto a destacar, antes del último tema, las cortinas de El Teatrito comenzaron a cerrarse, dado que se había cumplido el tiempo estipulado para la banda, pero, ante el pedido de “una más” del público, pudieron cerrar el set con “El Conjuro”.
Pasadas las 20:30, era momento para el último acto nacional antes del plato fuerte. Nuclear Sathan salió a comerse el escenario con su poderoso black metal. Corpse paint, una voz que emula al recordado Per Yngve “Dead” Ohlin, ex vocalista de Mayhem, mucha velocidad, tanto en las violas como en la batería, más calaveras de cabras aludiendo al macho cabrío y crucifijos, completan el combo de una de las bandas blackers de gran escalada en el under vernáculo. Luego de una breve introducción, comenzó el show con “Fuego de Azufre”. Entre otras, sonó “Espinas del crucificado” y, cerrando su participación, “Coronados en las sombras” dejó el escenario caliente para los suecos.
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Llegaba el momento de la verdad, con apenas unos pocos minutos de retraso a la hora indicada por la organización, las almas oscuras se unieron en aquella misa negra. El recinto totalmente a oscuras y tras el telón, los suecos Dark Funeral aguardaban en posición mientras sonaba la escalofriante intro para luego desatar su furia con “Nosferatu“, canción perteneciente al We Are the Apocalypse, disco editado en 2022.
Dark Funeral continuó con el bombardeo metálico de los sentidos y su afinidad por todo lo satánico, desde su aspecto y personalidad sobre el escenario, la imaginería sobre, alrededor y detrás del escenario y el hecho de que el vocalista Heljarmadr (Andreas Vingbäck) dirigiera al público en un animado canto de “Hail Satan” hacia la mitad de su actuación.
A medida que avanzaba la velada, el tema musical se iba oscureciendo hasta el punto de que estábamos aclamando al señor de las tinieblas, el mismísimo Satanás. Las inquietantes melodías y la agresividad de los ritmos explosivos demostraron por qué Dark Funeral sigue siendo uno de los grupos más venerados del género. Temas como “The Arrival of Satan’s Empire”, “Unchain My Soul” y “When I’m Gone” fueron interpretados con precisión quirúrgica, arrastrando al público a una vorágine de sonidos y sombras. Cada canción se apoyaba en la anterior, creando un crescendo de oscuridad que se extendía por el recinto como una tormenta. Uno de los puntos “negativos” que se pueden detallar fue cuando Heljarmadr solicitó al público presente que evite filmar y/o sacar fotos con flash ya que molestaba la visión de los músicos, cosa que fue ignorada haciendo peligrar la continuidad del show.
Superado este escollo, el show debía continuar tal como cantaba el gran Freddy Mercury, era tiempo para escuchar en vivo aquel recordado EP autotitulado de 1994. La ejecución de cada una de las canciones fue más que correcta, cada uno de los músicos cumplió con su labor sin percibirse ninguna falla. El vocalista dominó el escenario con una presencia amenazadora y magnética a partes iguales. Su voz atravesaba el caos como una cuchilla, lanzando gruñidos y gritos con una intensidad inquebrantable. En un momento dado, Heljarmadr desplegó y ondeó una gran bandera negra con el emblemático pentagrama de cabra de la banda. Los sombríos riffs y las oscuras armonías del guitarrista Lord Ahriman definieron el sonido producido por la segunda ola del black metal y quedó demostraron en una noche sin fisuras.
Cuando los últimos acordes resonaron en el recinto, Dark Funeral había consolidado su reputación de maestros de las artes negras. Su actuación fue un testimonio de su legado perdurable y un recordatorio de por qué siguen reinando como una de las bandas más emblemáticas del black metal.
Desde las primeras y escalofriantes notas de “Nosferatu” hasta el atronador final de ese temazo que es “Where Shadows Forever Reign”, la banda ofreció un concierto implacable. Agradecemos a los amigos de Icarus por confiar en nosotros y poder cumplir el sueño de ver a una de las leyendas del metal más blasfemo del mundo.
Fotos de Martin DarkSoul
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