

Suiza es famosa por sus altas montañas, sus lagos turquesas, acompañados por sus fabulosos quesos que dan lugar a uno de los estereotipos más comunes en la cultura popular aquí en Europa, aunque hoy no hablaremos de eso, para nada. Celtic Frost, Eluveitie, Hellhammer, son algunas de las bandas que han llevado al país a los ojos de todo el mundo, siendo este primero uno de los pioneros del Black, además de Eluveitie ser una de las bandas más famosas en el Folk Metal.
Dejando todas estas bandas de lado, hemos de hablar de la que sin duda, está triunfando más que ninguna otra de manera ligeramente más comercial pero a su vez manteniendo el aspecto crudo y pesado del “core”; estamos hablando de Paleface Swiss con su nuevo álbum de larga duración “Cursed”.
Este álbum, sin duda reúne los elementos característicos de Paleface Swiss, como los breakdowns demoledores, las letras cargadas de ira y crítica social, y una producción impecable que resalta cada detalle. Sin embargo, también vemos una evolución en su sonido, incorporando influencias del nu metal y estructuras más dinámicas que para muchos han hecho bajar sus valoraciones sobre la banda, como ha sido mi caso.
La banda se caracterizaba por una producción contraria a la que nos hemos encontrado en “Cursed”, por lo que en mi opinión, se han situado ellos mismos como “una más del montón” en esta escena más comercial del Deathcore.
Un arranque… Peculiar
El disco abre con “Un Pobre Niño Murió“, una introducción un tanto extraña, que no tiene ni pies ni cabeza en relación al resto del álbum o ya bien con la proveniencia de la banda. He de decir que establece el tono oscuro para el siguiente tema pero sin duda, no hay por donde cogerlo. Le sigue “Hatred“, una pista cargada de riffs pesados y cambios de ritmo abruptos que evocan el caos emocional que aborda su letra. Aquí, la banda muestra se mantiene dentro de su fórmula para combinar agresividad con una composición técnica que recuerda a los primeros trabajos de bandas como Slipknot.
Variedad sonora y temáticas profundas(?)
A medida que avanzamos, nos encontramos con “…and with hope you’ll be damned“, una de las canciones más destacadas del disco. Este tema combina secciones melódicas y pasajes instrumentales intensos, reflejando una lucha interna con tintes filosóficos. Por otro lado, “Don’t You Ever Stop” apuesta por un sonido más directo, con un groove que invita al headbanging y letras que canalizan la frustración y el desencanto.
“Curse Us All” es otro punto alto del álbum, una pieza que equilibra la brutalidad del deathcore con un mensaje introspectivo sobre la autodestrucción y la redención. Aquí, la producción brilla, resaltando las texturas complejas y las transiciones cuidadosas entre momentos de calma y explosiones sonoras.
Sinceridad ante todo; un cierre épico
El álbum culmina con “Cursed, la canción homónima, que encapsula el mensaje central del disco: una reflexión sobre la oscuridad inherente a la humanidad y las posibilidades de superar nuestros propios demonios. Con un enfoque más progresivo, la banda cierra con un tema que mezcla atmósferas inquietantes y un clímax devastador, dejando una impresión duradera.
Conclusión
“Cursed” ha mostrado una madurez artística de Paleface Swiss; ¿Pero a qué precio?. Aunque sigue siendo un álbum con defectos, también es un trabajo que demuestra la capacidad de la banda para innovar y superar las expectativas de sus seguidores aunque en este caso, creo que los ha dividido en dos bandos. Con un sonido pulido y un enfoque lírico profundo, este lanzamiento se posiciona como uno de los grandes momentos del deathcore comercial actual.
Para nada un candidato a mi TOP 10 de este año 2025, pero sí que es un buen álbum para mantener el extremo “mainstream” vivo.
En unas semanas tendremos a los de Zurich por Barcelona, donde les pondremos la lupa a los nuevos temas para ver como suenan en vivo.
Etiquetas: 2025, Daniel Escobar, Deathcore, Paleface Swiss
Anhedonia es el séptimo trabajo discográfico del vocalista y multiinstrumentista Gerassimos Evangelou. Procedente de Sicilia, Lord Agheros utiliza su creatividad musical para dar vida a la herencia siciliana, moldeada por influencias griegas, árabes y normandas. Este proyecto se ha consolidado como uno de los principales referentes del black metal atmosférico y avantgarde en Italia, cautivándonos con un universo extremo de estilo nórdico que combina sonidos melancólicos con elementos sinfónicos y ambientales.
El historial discográfico del italiano revela grandes obras que mantienen la esencia cinematográfica de Ulver, el vanguardismo de Ihsahn, el toque mediterráneo de Moonspell y los elementos dramáticos de bandas como Empyrium. Como era de esperarse, Anhedonia no es un álbum fácil de describir o resumir. Su composición vanguardista refleja la capacidad de Lord Agheros para nutrirse de una amplia gama de géneros y cambiar constantemente de enfoque. Tres años después de Koinè, este nuevo material mezcla una rica diversidad de sonidos, reafirmando que los músicos inmersos en el black metal y sus subgéneros son algunos de los más visionarios, creativos e intrépidos de los últimos 30 años.
Grabado, mezclado y masterizado por Lord Agheros en Molon Labe Studio, Anhedonia (palabra de origen griego que alude a la incapacidad de sentir placer) proyecta este concepto en una atmósfera oscura y desolada.
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El álbum comienza con voces femeninas que se entrelazan con teclados reminiscentes de Tristania o The Sins of Thy Beloved. En cuestión de segundos, estos elementos se mezclan con secciones más pesadas, dando lugar a un inicio melancólico y relajante en “Lament of the Lost”. Este tema, que se extiende por más de seis minutos, combina vocalizaciones ásperas y etéreas, creando un cautivador festín sonoro.
La aproximación de Lord Agheros a la música extrema es asombrosa. Su capacidad para fusionar melodía y metal desconcierta (en el mejor sentido). En el segundo track, vocales operísticas y black metal se entrelazan en múltiples capas de sonido mientras que en “Eclipse of Hope”, la tercera canción, ofrece otra dosis de black metal atmosférico que alterna momentos duros y viscerales con pasajes delicados.
En los casi 40 minutos de duración del disco, el black metal no se presenta en su forma tradicional, sino como una amalgama de ideas folk, sinfónicas, tribales y ambientales, que se descubren progresivamente en cada pieza.
En “Lost Dream Ritual”, a mitad del disco, se perciben antiguas vibraciones nórdicas de innegable belleza. Por su parte, “Sorrow’s Shroud” es más pesada, introspectiva y sombría, con voces rasgadas y pasajes instrumentales serenos.
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“Soul’s Descent into the Void” arranca con un cálido piano clásico que recuerda la apertura del álbum, hasta que una misteriosa vocalista de ópera interviene, creando una atmósfera hipnótica. Luego llega “Tears in the Silence”, donde la guitarra acústica y el suave piano toman el protagonismo. Finalmente, “Ancient Echoes” cierra el disco con un despliegue avantgarde que fusiona vocalizaciones y elementos ambientales, sumergiéndonos en un universo que trasciende el metal.
En resumen, Anhedonia es un viaje musical que entrelaza sonidos esotéricos y orientales con tradiciones musicales nórdicas, manteniendo la identidad del proyecto. La belleza de sus atmósferas se mezcla con el extremismo del black metal, mientras los instrumentos de cuerda aportan un toque étnico y vanguardista, llevando la música hacia territorios inexplorados.
Etiquetas: Ambient Folk Metal, Avant Garde Black metal, Black Metal, Folk Metal, Gerassimos Evangelou, Ihsahn, italia, Lord Agheros, Moonspell, My Kingdom Music, Ulver
Es común que, en vísperas de Navidad, momento en el que me encuentro desarrollando esta reseña, aprovechemos esa pequeña pausa de feriados laborales para reflexionar sobre lo que aconteció durante nuestro último año y lo que esperamos en lo venidero. Por mi parte y como aquí se habla esencialmente de metal, debo confesar que aún hoy en día me siento un poco afligido respecto a la reciente renuncia del aclamado Nicko McBrain a la actividad en directo con Iron Maiden. Y no es esto una simple angustia moral por tratarse específicamente de la doncella, banda que seguramente a ustedes, como a mí, nos ha acompañados desde los primeros momentos de plena consciencia. Más bien lo que a mi realmente me acongoja es reconocer el hecho de pertenecer a una generación que quedará marcada por ver partir a las grandes leyendas y nombres del género.
Pero como todos ustedes saben y como dice el famoso proverbio “por muy larga que sea la noche, amanecerá” y aun en tiempos como los descriptos en el párrafo anterior, tenemos la oportunidad de hacernos de grandes agrupaciones que siguen poniendo al metal en el más alto nivel de la música. Bandas como Gojira, Ghost, Bring Me The Horizon, Spiritbox, Jinjer, Alcest y un sinfín más, están pujando fuertemente por mantener las diversas variantes del metal en estado de plenitud y a pesar de la aceptable resistencia de los más nostálgicos y conservadores, parecieran estar lográndolo. ¿Y a qué viene toda esta reflexión? Pues, bien, me he topado este 2024 con lo que yo creo que es un nombre que dará mucho que hablar en los próximos años (si es que ya no lo está haciendo).
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Hoy vengo a predicarles la música de Iotunn, una banda de origen danés-feroés, que, si bien puede parecernos emergente o desconocida, no debería resultarnos extraño verla en los principales festivales del viejo continente (estarán, por ejemplo, participando en la próxima edición del Wacken). Iotunn, que en la cultura escandinava significa “gigantes”, es una banda del tipo death metal melódico progresivo, pero como no me gustan las etiquetas extensas y a veces pueden ser confusas, confíen esta vez en mi palabra y quedemos en que es por, sobre todo, un moderno metal progresivo.
El motivo de mi ridícula euforia no es el nombre en sí de la banda, sino su más reciente y majestuosa obra Kinship, un álbum que fuere lanzado el pasado 25 de octubre bajo el conocido sello Metal Blade Records y que sin duda alguna se coloca con facilidad en mi top de los 10 mejores albums del año 2024. Conformado por 8 piezas de larga duración, Kinship nos invita a un viaje de reflexión sobre la vida misma y la muerte, de cuestionamiento, de introspección, donde los progresivos cambios musicales acompañan una secuencia de estados de ánimo como el enojo, la tristeza, el miedo y la melancolía, pero que al mismo tiempo y a pesar de ello, uno podría disfrutarlo tranquilamente bajo lo que es propio de la cultura danesa, el “Hygge” (que se define como una completa filosofía de vida asociada a los sentimientos de bienestar). En las composiciones de la banda, es también muy recurrente las referencias a los bosques, la naturaleza y la mitología que deviene de la cultura pagana. Todo esto es representado en Kinship a través de las narraciones en primera persona de lo que pareciera ser un miembro de una tribu prehistórica.
El álbum comienza con “Kinship Elegiac”, una canción de unos espectaculares casi 14 minutos donde la epicidad no deja de faltar en ninguno de los segundos transcurridos. Aquí los constantes cambios de ritmo y melodías acompañan junto con el gran desempeño vocal del cantante y espectaculares guitarras, a una pequeña historia en la que el personaje principal se encuentra en medio de una catarsis producto del abandono de alguien cercano, donde también podemos inferir a partir de ciertas líneas, que esta persona se siente amparada por sus creencias relacionadas al bosque. A continuación, es el turno de “Mistland” (Tierra de niebla) que no tiene nada que envidiar a la del comienzo, con sus casi 10 minutos de duración y donde nuevamente lo épico, las referencias al paganismo, el bosque y los relatos en primera persona están presentes, además de contar con un espectacular videoclip con ilustraciones de muy buena producción.
Mistland, junto con “Feel the Night”, “Twilight” e “Iridescent Way” conforman los 4 singles promocionales de Kinship. En general, todo el disco transcurre con el mismo formato que las 2 primeras: sumamente progresivo, de piezas de larga duración y tintes épicos, recurriendo a las temáticas paganas con letras de significado ambiguo o algo implícito, escritas de forma poética. Si quieren saber más detalles de esta magnífica obra, los invito amablemente a escucharla en sus medios favoritos. Por mi parte no me extenderé más porque se haría excesivamente largo y porque al final de la cuenta terminaría coartando su imaginación. A pesar de ello, quiero antes destacar a mi favorita del álbum “The Coming End” que con ese impresionante riff de guitarra del comienzo consiguió poner mi piel de gallina en su primera escucha.
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Iotunn está conformada actualmente por Jón Aldará en voces, los hermanos Jesper y Jens Gräs en guitarras, Bjørn Wind Andersen en batería y Eskil Rask en bajos.
De todos ellos, si hay alguien que se lleva todos los laureles en esta producción, es Jón con su superador desempeño vocal, combinando voces limpias y guturales, ambos matices a la perfección. Podemos notar, si prestamos atención, la facilidad con que hace uso de sus resonadores faciales para enmascarar la voz y lograr así el característico brillo de su cantar. Los guturales también están al mismo nivel, con una voz más profunda y oscura, pero al mismo tiempo aguda, lo que resulta en un efecto donde parecieran haber 2 personas diferentes cantando en simultaneo. Las guitarras se encuentran también muy bien logradas, con un sonido y solos muy típicos de los 80s, como los que suenan en In the Air Tonight de Phil Collins.
La producción en términos generales es muy buena, pero totalmente esperable para una banda producida bajo el sello mencionado, lo cual ayuda también a posicionar a Iotunn como una banda con futuro prometedor. Sin mucho para cuestionar sobre la producción (Hansen Studios), mezcla y masterizado, quiero destacar el trabajo del ilustrador Saprophial en el arte de tapa de este disco, donde con el uso profesionalizado del grafito y tinta, nos deja una excelente figura de un gigante en forma de árbol bajo una iluminada noche estrellada en el bosque (Si, como los Ents del Señor de los Anillos) que ilustra muy bien lo que acontecerá en el mismo.
En resumen y para despedirme, con Kinship, esta joven agrupación nórdica no trata de vendernos un simple disco, sino una experiencia completa, de larga escucha, en la que buscan conectar con los oyentes en una relación más íntima y donde personalmente, los cuestionamientos y pensamientos profundos vienen a mí con facilidad. Y resalto realmente esto como un logro para alguien como yo, que gran parte de su vida se ha visto inmerso en el lado pueril del género propuesto por el sunset strip californiano (y no se ofendan por favor, amo el glam metal) y que a esta altura de la vida busca que los artistas tengan algo realmente valioso que decir o mostrarnos. Si a ti te van muy bien los artistas como Alcest, Dream Theater, Porcupine Tree, Gojira o incluso la extravagante Aurora, esta banda y este álbum podrían llegar a gustarte mucho.
Etiquetas: Alcest, Bring Me The Horizon, Death Metal Melodico, ghost, Gojira, Iotunn, Jinjer, Metal Blade, metal blade records, Spiritbox

Para los que han estado viviendo debajo de una piedra, o simplemente no estén metidos en el mundo del death melódico, The Halo Effect es un supergrupo que reúne a cuatro ex miembros de los pioneros del death metal melódico In Flames, no sólo al guitarrista fundador Jesper Strömblad sino que también tres de ellos estuvieron en los álbumes clásicos, junto a Mikael Stanne, cantante de Dark Tranquillity, quien también fuera miembro de la formación que grabó el debut Lunar Strain allá en 1994 como músico de sesión. Considerando la cantidad de gente a la que no le gustó el cambio a un estilo más “alternativo” que tuvo In Flames a poco de ocurrido el cambio de milenio, la idea de tener una reunión no oficial del “In Flames clásico” en un nuevo proyecto era muy atractiva, y fue lo que propulsó tanto su anuncio como su debut Days of the Lost de 2022.
Days of the Lost fue un álbum más que correcto: creo que algunas personas se esperaban la segunda venida de Jesucristo o una secuela de Whoracle (eventos a la misma altura en importancia, claro está) y eso puede haber provocado que algunas reseñas lo tacharan de genérico o decepcionante, pero para mí está más que bien, de la misma manera que cualquiera de los últimos álbumes de Dark Tranquillity están “más que bien”. Al menos, se podría decir que tener a todos estos músicos reunidos dejaba las expectativas bastante altas con respecto a lo que podían hacer, y Days of the Lost dejaba bastantes esperanzas a futuro. Y con su segundo disco March of the Unheard, con fecha de edición del 10/01 a cargo de Nuclear Blast, podemos ver qué onda con esas expectativas.
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El de March of the Unheard es un claro caso de “no arreglar lo que no está roto”, y en su mayor parte se puede tomar como una continuación directa de lo hecho en el álbum debut: melodeath de manual, con sus riffs movidos mezclados con voces brutales y esos estribillos explosivos con mucho doble bombo. Decir que algo es “de manual” podría sonar como un insulto, pero siendo que tenemos a Jesper Strömblad, quien escribiera ese mismo manual en la primera mitad de los noventas, creo que es un cumplido o al menos lo que cabría esperarse. La reseña podría terminar simplemente con un “si te gustó el primero también te va a gustar el segundo”, lo cual es completamente verdad, y yo podría dar todo por terminado e irme a almorzar, pero creo en la idea de cierta dedicación profesional y además en que el álbum se puede analizar de una manera un poco más profunda que eso.
“Conspire To Deceive” arranca el álbum de buena manera, con su intro lenta que da paso a ese medio tiempo acelerado que acompaña las guitarras ultra melódicas con el repiqueteo de los bombos. Pero creo que las cosas de verdad arrancan con el segundo “Detonate”, donde The Halo Effect aprietan el acelerador mientras Strömblad y Niclas Engelin se sacan chispas detrás de sus seis cuerdas, con la canción poco a poco poniéndose más majestuosa en cuanto a sus intenciones para dar paso a la siguiente “Our Channel To The Darkness”, con su introducción acústica que no te avisa que las cosas se van a poner no sólo más pesadas sino también más rápidas, con Daniel Svensson sonando como un reloj suizo (¿Un reloj sueco?) detrás de la batería: increíble pensar que antes de sumarse a la banda había anunciado que se había retirado de la música tras salir de In Flames.
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Otros grandes tracks de pura melodía deathmetalera son “Forever Ashtray” y “The Burning Point”, con esa velocidad que tanto me gusta en el estilo, pero también tracks como “A Death That Becomes Us” y “Cruel Perception”, con su solo “sentido” que por alguna razón por un momento me imaginé que podría haber aparecido en alguna balada perdida de Use Your Illusion de Guns N’ Roses, para los que sean más fans de los temas más lentos, o el interludio “This Curse of Silence”, que sirve como intro para el tema título “March of the Unheard” y que no habría tenido problema con que se presentaran en un mismo track. Y también la “Coda” al final de la edición normal del álbum, con sus guitarras acústicas mezcladas con violines que dan un buen final al viaje que plantea todo March of the Unheard.
Creo que la comparación más certera con respecto a lo hecho por The Halo Effect no es tanto el In Flames clásico, aunque esta es una comparación obvia que se puede ver en todo momento durante sus 44 minutos, sino más Dark Tranquillity. Después de mucho pensarlo, debe ser por la combinación de melodeath clásico con esa producción súper cuidada moderna y las voces limpias ocasionales a cargo de Mikael Stanne, aunque The Halo Effect no tiene esos teclados al frente y casi sin los arreglos góticos característicos de Dark Tranquillity. Es un disco para fans de In Flames o Dark Tranquillity, eso es obvio teniendo en cuenta la gente involucrada, pero creo que está muy bien hecho e incluso le da una lijada a algunas asperezas que se podían escuchar en el debut, como un par de ritmos que quedaban demasiado extraños o tener un sonido más claro y cristalino. Así que sí, no queda otra que decirlo: si te gustó el primero también te va a gustar el segundo.
Etiquetas: Death Metal Melodico, nuclear blast, Suecia, The Halo Effect

Un nuevo año comienza, y este 2025 nos recibió con el disco de Patriarkh, los antes conocidos como Batushka. Tras todo el embrollo generado por acusaciones en el seno de la banda, robos de acceso a las redes sociales y problemas legales, la situación finalmente llegó a su desenlace. Este final llevó a que la banda liderada por Bart cambiara de nombre y diera vida a este nuevo/viejo proyecto de black metal ortodoxo. Con el litigio ya a sus espaldas, esperemos que ambas partes puedan volver a hacer lo que claramente saben hacer mejor: música interesante.
Dividido en ocho canciones, o movimientos podría ser una mejor descripción, cada una de ellas lleva el nombre de la ciudad construida por los seguidores de Elías, en latín, Wierszalin, y numerada del 1 al 8. Los títulos alternativos se dan en cirílico como ВЕРШАЛИН, pero acá serán nombrados simplemente por los números.
La placa se grabó entre enero y mayo de 2024 en los renombrados estudios Tall Pine Records (Behemoth, Zalewski, Afromental), Heinrich House Studio (Behemoth, Vesania, Hate), Wem Studio (Kasa Chorych, Lukasyno, Cira) y Radio Białystok Studio. Wojciech Wiesławski, de Hertz Studio (Vader, Behemoth, Decapitated), se encargó de la mezcla y la masterización. La producción estuvo en manos del líder de la banda, Bartłomiej Krysiuk.
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El álbum cuenta la historia de Eliasz Klimowicz, el profeta Ilja, un simple granjero bielorruso analfabeto que se convirtió en líder y profeta de la secta ortodoxa Grzybowska, que estuvo activa hasta los años sesenta. Ya desde el primer segundo, Patriarkh cautiva con un sonido que combina la sacralidad ortodoxa de los coros rusos con la frialdad del black metal. Пророк Илия (Prorok Ilja) suena como un viaje a una catedral centenaria en la que arden las llamas de oscuros secretos. Aquí no sólo se crea música, sino que se ofrece una experiencia espiritual, aunque necesite tiempo y espacio para desarrollarse plenamente. Demás está decir que este álbum retiene al oyente, exige atención y recompensa la paciencia.
Desmenuzando el disco, podemos encontrarnos con voces rasgadas, sonidos de instrumentos típicos, dándole a todo una atmósfera antigua y medieval. Guitarras de tonos limpios y graves se alzan entre blast beats, mientras que las voces femeninas entran y salen de las canciones, aportando otra capa de melodía al conjunto.
Luego de una exquisita introducción, nos topamos con “II”, una canción que incluye guitarras pesadas, batería y voces fruncidas que se entremezclan junto a un coro, dándole un toque un tanto alejado al black que uno esperaría, pero que igualmente la hace grandiosa.
En “III” se hace un buen uso de voces crudas ocasionales en medio de la melancolía que ofrece la canción. Al finalizar, ciertos elementos electrónicos hacen su aparición en “IV” las guitarras rechinan y se sitúan bajas en la mezcla, mientras las torturadas voces crean una interesante dicotomía entre ellas y las ligeras voces femeninas.
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Cuando llega el turno de “V”, nos encontramos con una pieza tradicionalmente black metal que cuenta con un poderoso sermón hablado al principio.
Las letras ofrecen una emocionante mezcla de textos teatrales y elementos pastorales. Patriarkh utiliza fragmentos de la obra de teatro “Prorok Ilja”, así como los mensajes del erudito religioso polaco Włodzimierz Pawluczuk, combinados con textos folclóricos y litúrgicos. Estos elementos textuales pueden escucharse en varios idiomas, incluido el polaco.
Mientras suena “V”, notamos que es rápida, desenfrenada y tan agresiva como cualquier horda putrefacta. Al llegar a “VI”, un diálogo entre voces masculinas y femeninas, acompañadas de instrumentos de cuerda, nos remonta al pasado.
Ya casi llegando al final, tenemos a “VII” y su ominosidad desde la palabra hablada inicial, su melodía inquietante y el furioso black metal que estalla desde las profundidades del infierno.
Sin embargo, Patriarkh se guarda el tema más grande y atrevido para el final. “VIII”, el tema más cinematográfico de todos, crea un ambiente que se transforma en algo mucho más oscuro, perverso y salvaje. Antes de concluir esta ambiciosa escucha con una espectacular superposición de todos los elementos que hacen de este álbum lo que es, Patriarkh prometió una experiencia divina impregnada de negrura profana y espiritualidad cargada de melodía, y lo han cumplido aquí.
El álbum se mueve entre la frialdad áspera y las melodías cálidas hasta que consigue algo que pocos pueden: hacer que el black metal sea accesible a quienes no suelen escuchar dicho género. Son precisamente estos cambios los que lo hacen tan atractivo, incluyendo un tapiz sonoro que los acerca a lo realizado por bandas como Rotting Christ.
No es el álbum de black metal más pesado que se escuchará en 2025, ni tampoco el más oscuro. Sin embargo, han puesto la vara muy alta en lo que se refiere a arreglos matizados y creación de un ambiente mágico.
Etiquetas: Batushka, Black Metal, Napalm Records, Patriarkh

Con Ascension, la banda francesa Mirar presenta un álbum que trasciende las convenciones del thall, ofreciendo una experiencia musical que combina virtuosismo instrumental, atmósferas opresivas y una profunda inspiración clásica. Este trabajo no solo desafía las expectativas del género, sino que también las redefine, creando un equilibrio entre lo contemporáneo y lo atemporal.
Desde el primer acorde, Ascension establece un tono inquietante y cinematográfico. Las guitarras, afinadas para rugir como bestias, logran evocar emociones que van desde la melancolía hasta una euforia casi caótica. Sin embargo, lo que realmente distingue a este disco es la clara influencia de compositores clásicos como Bach, François Couperin y Rameau. Canciones como “Mauvais œil” y “Èpreuv” no solo muestran una destreza técnica impresionante, sino que también remiten a piezas como el Preludio menor y fuga BWV 543 o Les Ombres Errantes. Este enfoque añade una profundidad casi barroca a los grooves pesados y los riffs demoledores que caracterizan el álbum.
Los elementos electrónicos, presentes en canciones como “Mauvais œil”, le dan al álbum un aire fresco y contemporáneo. Mirar logra fusionar géneros de manera magistral, creando una especie de “Thallstep” que resulta tan oscuro como bailable. Este es un disco que, sin perder su esencia infernal, invita a moverse y a explorar nuevas formas de interactuar con el metal progresivo.
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Un aspecto fundamental de Ascension es su enfoque completamente instrumental. En lugar de usar voces, las guitarras asumen el papel principal, con melodías que conducen la narrativa emocional del álbum. Esto no solo recuerda a los pioneros del djent instrumental, sino que lleva la propuesta un paso más allá. Las composiciones se sienten vivas, como si cada canción fuera una escena de una ópera moderna y apocalíptica, donde el virtuosismo y la emotividad se encuentran en un punto perfecto.
En definitiva, Leo y Marius han conseguido crear algo que trasciende los límites del thall, construyendo un puente entre el metal moderno y la música clásica. Es un disco que desafía al oyente, lo sumerge en un mundo oscuro y lo obliga a rendirse ante su grandeza. Sin duda, es una obra que marcará un antes y un después en la escena progresiva, y uno de esos discos que seguirá dando que hablar por años.

El año 2025 está próximo a llegar y con él se nos avecinan decenas de nuevos (y esperados) lanzamientos en el universo conocido del metal. Sin embargo, como todos sabemos, todavía existe un universo NO explorado para muchos de nosotros, más allá de los limites del mainstream, en el que podremos toparnos no con cientos, sino con miles de nuevas y majestuosas obras. Es así como puedo anunciar que el venidero 31 de enero, Selvans estará desembarcando en las plataformas con su nuevo material Saturnalia.
Selvans es un proyecto de origen italiano, hoy unipersonal, pero que nació y se conformó como un dúo hasta 2019, luego de la disolución de la banda Draugr. Luca Del Re, quien carga con el nombre artístico y homónimo del proyecto, Selvans, es además de un multi instrumental músico italiano, un actor de teatro musical. Y es muy importante mencionar esto último, para entender de que va su nuevo disco. Cabe también mencionar, que este será la última producción de este proyecto.
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Saturnalia es un LP que consta de 6 canciones, de una duración aproximada de entre 6 y 9 minutos, salvo por su primera pieza “Necromilieu” que no llega a los 2 minutos de longitud pero que funciona como una especie de intro teatral con ligeros aires de tango rioplatense argentino (bueno, convengamos que el tango es un resultado del proceso inmigratorio italiano en Argentina). Antes de continuar con el resto del material, debo tomar una pausa para discutir y visibilizar, ciertos aspectos importantes. En primer lugar, para esta ocasión Selvans menciona que se han utilizado más de 60 componentes entre elementos orquestales y coros. En segundo lugar y como consecuencia de lo anterior, debo acotar que aquí no nos encontraremos con una obra que vira más al black metal como su anterior LP Faunalia, sino con un desarrollo musical que poco a poco se empieza a volver cercano al power metal y con su sello orquestal, todavía aún más presente (su EP Dark Italian Art es una clara demostración de la evolución de este camino). A pesar de este último punto aclarado, sigue habiendo guturales y pasajes de black metal, aunque no con la misma presencia.
¡La disco continua inmediatamente con su segundo corte de difusión “Il Mio Maleficio V’incalzerà!”, que engancha perfectamente con la intro (pero no se preocupen, está “trackeada”) y que relata el origen del personaje ficticio Corvo Morto, una especie de demonio popularizado en una de las tantas narraciones de terror del escritor italiano (y amigo de Selvans) Luigi Musolino. He olvidado mencionar, que la mayoría de las canciones de Selvans, rinden tributo a las historias de terror folclórico italiano del escritor, casi como si se tratase de una colaboración donde ambos se retroalimentan. A continuación, nos encontramos con “Madre dei Tormenti”, una pieza musical diferente al resto de la obra, donde la distorsión se ausenta, pero que a pesar de ello se convirtió rápidamente en mi segmento favorito del disco. En esta ocasión nos encontraremos con una pieza de casi 7 minutos donde tienen principal relevancia los elementos orquestales y donde la presencia de la voz de Selvans junto con los coros, logran armonizarse de manera tal que uno puede verse fugazmente inmerso en una especie de ópera.
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El álbum se completa con “Pantáfica”, “Il Capro in fuocato” (su primer single promocional) y al cierre “Fonte dei Diavoli”. En general el álbum se desarrolla como una fusión entre power metal, progresivo, sinfonías, black metal y expresiones vocales de índole teatral, perfectamente acompañadas de una infinidad de instrumentos de orquesta atípicos en la escena del metal, que convergen en una obra de magnitud compleja (y para evitar cuestionamientos, aclaremos que complejo no es sinónimo de difícil, sino algo que consta de muchas partes). Algunos de los pasajes me recuerdan por momentos a la aclamada banda japonesa X Japan (valga la redundancia) mientras que, en otros, puedo sentir a Till Lindemann de Rammstein cantando “Mein Herz brennt” con su voz pasiva, pero dejare que todo esto lo descubran por ustedes mismos.
Sobre la producción musical ¿Qué puedo decir al respecto?, pues no mucho, cumple con creces para el alcance que un artista de esta talla pueda tener. Aquí lo significativo es que es el mismo Selvans quien se encarga de la producción del material, lo cual la hace todavía más aún, una obra significativamente unipersonal. La artista a cargo de realizar el arte de tapa fue Sheila Franco, artista mexicana que aquí nos deja un diseño que tranquilamente podría obrar como tapa de libro de historias de terror. Es también importante mencionar que acompañan a Selvans en todo momento, músicos de sesión.
En resumen, Selvans deja en Saturnalia su propio sello musical donde denota a claras sus influencias teatrales y es por ello por lo que esta obra musical debe disfrutarse como tal, teatro musical. Aquí lo preponderante son las voces con sentido de narración de cuentos de terror, los teclados y sintetizadores, que buscan simular órganos y vientos, y demás componentes musicales no del todo comunes en un disco de metal (he podido identificar hasta un theremin como para hacerlo todo aún más tenebroso). No esperes encontrarte con solos de guitarra, ni busques interesarte por el desempeño del baterista, porque aquí los clásicos elementos fundacionales del metal son solo un actor más. Si lo tuyo es la música de grupos como Avantasia, Nightwish, Cradle of Filth, Trans Siberian Orchestra o inclusive la fenomenal serie televisiva de terror Cuentos de la Cripta, este muchacho puede llegar a caerte muy bien.
Etiquetas: Avantgarde Music, Black Metal, Black Metal Progresivo, Selvans
En este preciso momento me encuentro frente a mi portátil con un pequeño contratiempo: resolver como comenzar esta pequeña reseña. Y es que lo que me ha llegado a mis manos en esta ocasión, si que me lo ha puesto muy difícil. Por eso, tomemos como premisa de todo lo que a continuación desarrollare, la mera dificultad que este material me ha impuesto.
Hoy les vengo a hablar de los alemanes Bergthron, quienes en el día de la fecha, 6 de enero, lanzaron su nueva obra Neu Asen Land (Nueva tierra de Asen) para conmemorar su 30 aniversario como agrupación musical.
Habitualmente, en esta sección procedo a dar una breve descripción sobre la banda y sus miembros, pero no va a ser posible en esta ocasión. Muy poco se sabe de estos amigos germanos, porque ellos así lo decidieron y por tal motivo la investigación previa que hago a cada banda como señal de respeto, no ha sido nada fácil. No hay nombres ni videos, ni nada relacionado y las entrevistas son casi nulas a cargo de alguien llamado Wolfgrim. En cambio, solo tenemos su música y sus relatos que son, en definitiva, lo único que realmente me importa para poder reseñar este disco. Si lo de ustedes es la música experimental, los valores, la introspección, el cuestionamiento a los misterios de la vida y hasta un poco también el interés por la mitología nordica, los invito a seguir leyendo. Si, por el contrario, solo buscan consumo rápido, canciones gancheras y pasar un buen momento con una cerveza al lado, The Emptiness Machine de Linkin Park pueda funcionar como ese camino alterno.
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Bergthron es una banda esencialmente de black metal progresivo y atmosférico (y creo que esta etiqueta es la que mejor los define) donde sus miembros componen a partir de las vivencias y aventuras que coleccionan en cada una sus expediciones. Es cierto, olvide mencionarlo, estos muchachos deciden juntarse para realizar expediciones en las profundidades de los bosques del norte de Europa hasta los límites del círculo polar ártico, alejados de todo tipo de cotidianidad y en donde buscan alimentarse de ideas totalmente personales y limpias de las influencias de la sociedad. Luego componen, producen y sus caminos no se vuelven a cruzar. Podemos saber entonces que es una banda alejada de todos los clichés típicos de la música metal, o más bien, de la música en general. Un punto a favor para el misticismo.
Su anterior obra Expedition Autarkis, fue editada en 2010 y aquí Bergthron explica que todo este tiempo de ausencia se debió a la necesidad de reencuentro con lo que alguna vez fueron y que no pudieron plasmar en este anterior disco. No obstante, puedo asegurar luego de varias escuchas que el cambio no es quizás tan significativo y aunque ambos discos merecen la pena ser escuchados para entender lo que estos muchachos transitaron, al final de cuentas son relativamente parecidos y al mismo tiempo muy diferentes a las obras de sus inicios, pero hablaremos de ello luego. Por otro lado, en este nuevo material y en cada uno de su carrera, la temática que principalmente abunda, entre muchas otras, es la mitología nórdica e historias de índole pagana (o al menos así pareciera). Aquí entonces, Asen es el nombre que recibe una familia de dioses nórdicos, por lo que podemos inferir que el titulo del disco sería algo en referencia a una nueva tierra dominada por estos y por el momento, eso es todo lo que me atreveré a decirles para no cometer disparates y porque suficiente he tenido ya con los populares cuentos alemanes del Struwwelpeter.
El disco en cuestión consta de 7 piezas mayoritariamente de duración corta y con un aire de misticismo que va por el carril contrario a la agresividad que proponía su predecesor. Aquí, las voces guturales tienen una menor participación para dejar más lugar a generar secuencias con voces limpias. A pesar de ello, aquí lo más preponderante es lo instrumental, con pasajes totalmente atmosféricos y melodías folk que invitan a un momento de relajación e introspección como anteriormente les mencioné. Su single promocional Aufbruch nach Neu Asen Land «Von Pol zu Pol» (Salida hacia la nueva tierra de Asen -De polo a polo-) con casi 6 minutos de duración, es el tema más largo del disco y a su vez, mi favorito (aunque con mucho esfuerzo). Con un rápido comienzo con un riff con vestigios de punk rock acompañados de los clásicos pasajes con los toms de la batería, la banda nos empieza a relatar las andanzas de unos jóvenes aventureros que deciden embarcarse con destino a las vastas tierras heladas del ártico polar. Allí se involucrarán en una lucha con los viejos dioses para dar lugar a nuevos comienzos, mientras que estos últimos tratarán de derrumbarlos a través del control de los mares y el desfavorable clima. Por otro lado, y en honor a la verdad, debo decir que la recepción de este single por parte de los fans no ha sido para nada buena, considerando que la mayoría de ellos anhelan los tiempos donde Bergthron sonaba y lucía más como una banda de black metal.
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El resto del disco acompaña en la misma sintonía, quizás con piezas considerablemente más cortas, pero totalmente alejado de los formatos clásicos de composición de hit de radios y sin repetir demasiados patrones. Aquí no hay solos, nadie destaca por encima de nadie, no hay estribillos, ni algo por el estilo. La producción, digamos, va por la misma línea, sin dar muestras de que haya un interés o preocupación por sonar modernos, pero al mismo tiempo muy lejos de sonar mal. Las guitarras y las voces limpias están muy bien ejecutadas, mientras que los guturales sin ser demasiado llamativos, logran su cometido de contrastar con las otras voces. Relajación es esencialmente la palabra con la que deberían quedarse si quieren un atajo para comprender este disco.
En conclusión y sin mucho más para acotar, puedo decir que es un disco que me pone en un lugar de dudas para determinar realmente si es bueno o malo, aunque si tengo la seguridad de que no es del todo de mi agrado (pero tampoco me desagrada). En lugar de ello, prefiero decir que es tan solo un disco especial para gente con gustos atípicos que se sienten atraídos por bandas como Alcest, pero con la salvedad de aquí no encontraran una gran destreza musical y por momentos puede resultarles algo pretencioso. Además, si alguno de ustedes busca algo como el “verdadero” black metal noruego, Bergthron no podrá ayudarlos. Un disco que sin dudas algunas vuelva a escuchar en algunas de mis caminatas. Por mi parte, creo que todo sobre Neu Asen Land está dicho y así me despido.
Etiquetas: 2025, Bergthron, Black Metal, Trollzorn Records

Salut! Hoy nos toca hablar de esta banda de origen francés quien en vísperas de su decimo aniversario estará editando, para conmemorarlo, su próximo lanzamiento en formato EP Vestiges Abrutissants (Vestigios Adormecedores).
Liquid Flesh se define como una banda de death metal que rinde tributo al pavoroso género de películas de horror y que mínimamente apuesta a traernos reminiscencias de esas clásicas películas. La agrupación se originó en el año 2014 y luego de un pequeño periodo de inactividad posterior a su primer disco (Spontaneous Liquefaction) y algunos cambios de formación, se logra asentar con lo que es su formación actual: Gastric Luke en guitarra y coros, Patrid Bruce (ex Epitaphe) en bajo y voz y su miembro más reciente, Acid Bapt en batería.
El EP consta de 5 piezas en total, donde podemos encontrarnos con las 4 primeras de autoría propia y en último lugar un cover a la aclamada banda escandinava Entombed.
Esta obra en particular no busca explorar nuevos horizontes respecto de su disco anterior Dolores, sino, más bien, seguir afianzándose como una banda que busca consagrarse con el sonido más puro y autentico del death metal de aquellas ya congraciadas bandas de los 80s. A pesar de lo antes mencionado, personalmente creo que podemos encontrar ciertos vestigios de estructuras progresivas o melódicas que se fusionan con su impronta death de una manera cuasi perfecta. Y esto es algo que digo luego de escuchar en demasía y con atención su canción Torture, lo que para mí es indudablemente la “joya” del disco. En el resto del EP nos encontramos con otros 3 tracks, que quizás no destacan en la misma categoría, pero que están muy lejos de desentonar. Tenafly Viper, Police Python 666 y Soupe Humaine (Creo que no hace falta traducir este último título) junto con la destacada anteriormente Torture, crean un perfecto ambiente y lugar de encuentro entre la banda y todos aquellos oyentes que buscan recuperar el sonido puro del death en sus listas de reproducción. En el final, el cover a la ya conocida banda de origen sueco Entombed da cierre a esta obra que, lejos de buscar la perfección, sigue marcando el norte de esta banda a un sonido que emula lo más clásico del género.
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En cuanto al sonido, sin mucho que explayar, puedo acotar que es, en cuanto al menos, destacable la capacidad para persuadir al oído que esta banda logra con tan solo 3 integrantes (como suele decirse, a veces menos, es más). La producción, en términos generales, es superadora para lo que bandas unders nos tienen acostumbrados. La mezcla es un obvio resultado de las facilidades de edición de los tiempos que transcurren, con una clara predominancia de las guitarras y las voces guturales y los bajos un poco más sutiles (porque así debe sonar el death).
Antes de concluir, no quiero pasar por alto el arte que presenta su portada. A simple vista nos encontramos con un ente formado de lo que pareciera alguna sustancia brillante y líquida o plasma, saliendo de lo que simula ser un artefacto televisor. La primera imagen que viene a mi cabeza luego de verla es la de Samara Morgan atravesando una pantalla de TV en la famosa película El Aro. Quizás, con esta caratula, uno no logre vislumbrar lo que se esperaría ver de una portada de disco de death metal, pero no me caben dudas que si logra ponernos rápidamente en modo película de horror.
Resumiendo, Vestiges Abrutissants, que se estará editando este próximo 13 de diciembre, invita a una escucha sin grandes sorpresas para todos aquellos conocedores de su trayectoria, pero si con un claro mensaje implícito de la banda sobre el horizonte musical que persiguen, tratando de afianzar y revalidar cada una de sus obras precedentes. Francia quizás no tenga en su historia dentro del metal grandes referentes como algunos de sus vecinos (Podríamos decir, que Gojira está intentando saldar esa deuda) pero el aporte de bandas de menor escala o under no es un problema para ellos y Liquid Flesh lo deja en manifiesto con este EP.

¿Qué es lo que se le viene inmediatamente a su cabeza cuando les hablan de la ciudad de Barcelona? Turismo ¿Cierto? Playas, mediterráneo, algunos bienaventurados danzando La Sardana o Leo Messi ¿Por qué no? ¿Quién de ustedes creería que 5 compañeros metaleros podrían llegar a recrear de manera prácticamente perfecta toda la escena del thrash metal californiano por esos lares? Terminal Violence con su fresco Moshocalypse se encargan de cumplir notablemente con el trabajo.
Oriundos de la ya mencionada ciudad catalana, esta agrupación se presenta como una banda que recrea el thrash metal en su vertiente más original y estándar. Si uno cierra sus ojos mientras deja correr Moshocalypse en el reproductor lograra trasladarse inmediatamente a la bahía de San Francisco en los esplendorosos 80s. Y no, no estoy exagerando, realmente estos chicos cumplen muy bien su propósito.
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Moshocalypse es su segundo trabajo, un LP que consta de 10 piezas y que es consecuente con su primer trabajo, el EP Warhole. Esta producción se presenta como una evolución natural de la primera, pero siguiendo la misma estructura composicional, canciones que lejos de ser pretenciosas nos brindan más bien una experiencia de thrash metal sin muchas vueltas, directo y potente. Podría ahora mismo comenzar un análisis exhaustivo de cada uno de los temas que componen el LP con total gusto, pero claro, estimados lectores, no dejaría nada para su propia experiencia personal. En lugar de ello, como siempre, me tomare el tiempo de hablar de tan solo una pieza en particular a la cual le encuentre algo en especial. Para este ocasión voy a seleccionar Smart is the New Dumb no porque haya algún condimento musical sobresaliente, puesto que el disco es por demás parejo, sino porque aquí podemos encontrarnos con la colaboración de Guillermo Izquierdo, voz principal de la fenomenal Angelus Apatrida. Esta colaboración, aparte de tener un peso pesado, destaca por la excepcional combinación de las voces de Guillermo y Tolo (voz de Terminal Violence) denotando los claros contrastes entre una voz con coloración oscura y profunda y una voz raspada y brillante. Aquí, este dueto nos relata con vehemencia y enojo su desencanto por las tantas actitudes típicas del los seres humanos modernos y las sociedades alienadas que conforman. El resto de las piezas, acompañan en la misma sintonía, de duración corta, pero con potencia y sonido crudo y directo. Quizás algunos puedan encontrar a Moshocalypse un poco repetitivo en cuanto a voces y riffs refiere. Los solos aquí tampoco predominan o tienen una participación destacable pero no encuentro que sea un gran problema para lo que estos tipos nos quieren dar: un rápido shock de adrenalina (el LP apenas pasa la media hora).
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Como no los he mencionado aún y su trabajo es también excepcional, completan a Terminal Violence en formación Miquel, Hector, Edgar y Pal.
En este disco predominan los sonidos agudos, la claridad para identificar cada uno de los elementos musicales (a excepción un poco de los bajos) y una energía descomunal que sirvió de combustible para mis press con mancuernas en mis últimos días de gimnasio. La producción es excelentemente lograda, así, con ese nivel y sin caer en exageraciones (si, créanme). Me gustaría realmente saber como estos muchachos han logrado recrear de tal manera ese sonido tan “old school” que muchos anhelan. Puedo asegurarles, queridos lectores, que si lograran por completo desentenderse del espacio y tiempo que transcurre mientras dejan suceder a Moshocalypse en su lista de reproducción, no van a notar ninguna diferencia con los buenos discos de bandas como Exodus, Testament o Anthrax. Edgar, estimado, algún día podrías contarnos sobre como lo has logrado.
No quiero ahondar más en este asunto, porque insisto, no es mi intención dejarles spoilers y romper con su propia experiencia personal. Esto, más bien, es una clara invitación a escuchar esta producción si es que realmente gustan mucho de este tipo de música y si no es así, bueno, quizás no sea lo de ustedes. Terminando y para compendiar puedo decirles que Moshocalypse es, como el mismo arte de su tapa lo expresa, una revolución musical donde la energía, la destrucción y el poder son el eje central y donde la entropía (tendencia de los sistemas al desorden) va en constante aumento. Esperemos poder tener más de esto y de Terminal Violence en lo venidero.
Etiquetas: anthrax, exodus, Terminal Violence, testament, Thrash Metal

Suiza es famosa por sus altas montañas, sus lagos turquesas, acompañados por sus fabulosos quesos que dan lugar a uno de los estereotipos más comunes en la cultura popular aquí en Europa, aunque hoy no hablaremos de eso, para nada. Celtic Frost, Eluveitie, Hellhammer, son algunas de las bandas que han llevado al país a los ojos de todo el mundo, siendo este primero uno de los pioneros del Black, además de Eluveitie ser una de las bandas más famosas en el Folk Metal.
Dejando todas estas bandas de lado, hemos de hablar de la que sin duda, está triunfando más que ninguna otra de manera ligeramente más comercial pero a su vez manteniendo el aspecto crudo y pesado del “core”; estamos hablando de Paleface Swiss con su nuevo álbum de larga duración “Cursed”.
Este álbum, sin duda reúne los elementos característicos de Paleface Swiss, como los breakdowns demoledores, las letras cargadas de ira y crítica social, y una producción impecable que resalta cada detalle. Sin embargo, también vemos una evolución en su sonido, incorporando influencias del nu metal y estructuras más dinámicas que para muchos han hecho bajar sus valoraciones sobre la banda, como ha sido mi caso.
La banda se caracterizaba por una producción contraria a la que nos hemos encontrado en “Cursed”, por lo que en mi opinión, se han situado ellos mismos como “una más del montón” en esta escena más comercial del Deathcore.
Un arranque… Peculiar
El disco abre con “Un Pobre Niño Murió“, una introducción un tanto extraña, que no tiene ni pies ni cabeza en relación al resto del álbum o ya bien con la proveniencia de la banda. He de decir que establece el tono oscuro para el siguiente tema pero sin duda, no hay por donde cogerlo. Le sigue “Hatred“, una pista cargada de riffs pesados y cambios de ritmo abruptos que evocan el caos emocional que aborda su letra. Aquí, la banda muestra se mantiene dentro de su fórmula para combinar agresividad con una composición técnica que recuerda a los primeros trabajos de bandas como Slipknot.
Variedad sonora y temáticas profundas(?)
A medida que avanzamos, nos encontramos con “…and with hope you’ll be damned“, una de las canciones más destacadas del disco. Este tema combina secciones melódicas y pasajes instrumentales intensos, reflejando una lucha interna con tintes filosóficos. Por otro lado, “Don’t You Ever Stop” apuesta por un sonido más directo, con un groove que invita al headbanging y letras que canalizan la frustración y el desencanto.
“Curse Us All” es otro punto alto del álbum, una pieza que equilibra la brutalidad del deathcore con un mensaje introspectivo sobre la autodestrucción y la redención. Aquí, la producción brilla, resaltando las texturas complejas y las transiciones cuidadosas entre momentos de calma y explosiones sonoras.
Sinceridad ante todo; un cierre épico
El álbum culmina con “Cursed, la canción homónima, que encapsula el mensaje central del disco: una reflexión sobre la oscuridad inherente a la humanidad y las posibilidades de superar nuestros propios demonios. Con un enfoque más progresivo, la banda cierra con un tema que mezcla atmósferas inquietantes y un clímax devastador, dejando una impresión duradera.
Conclusión
“Cursed” ha mostrado una madurez artística de Paleface Swiss; ¿Pero a qué precio?. Aunque sigue siendo un álbum con defectos, también es un trabajo que demuestra la capacidad de la banda para innovar y superar las expectativas de sus seguidores aunque en este caso, creo que los ha dividido en dos bandos. Con un sonido pulido y un enfoque lírico profundo, este lanzamiento se posiciona como uno de los grandes momentos del deathcore comercial actual.
Para nada un candidato a mi TOP 10 de este año 2025, pero sí que es un buen álbum para mantener el extremo “mainstream” vivo.
En unas semanas tendremos a los de Zurich por Barcelona, donde les pondremos la lupa a los nuevos temas para ver como suenan en vivo.
Etiquetas: 2025, Daniel Escobar, Deathcore, Paleface Swiss
Anhedonia es el séptimo trabajo discográfico del vocalista y multiinstrumentista Gerassimos Evangelou. Procedente de Sicilia, Lord Agheros utiliza su creatividad musical para dar vida a la herencia siciliana, moldeada por influencias griegas, árabes y normandas. Este proyecto se ha consolidado como uno de los principales referentes del black metal atmosférico y avantgarde en Italia, cautivándonos con un universo extremo de estilo nórdico que combina sonidos melancólicos con elementos sinfónicos y ambientales.
El historial discográfico del italiano revela grandes obras que mantienen la esencia cinematográfica de Ulver, el vanguardismo de Ihsahn, el toque mediterráneo de Moonspell y los elementos dramáticos de bandas como Empyrium. Como era de esperarse, Anhedonia no es un álbum fácil de describir o resumir. Su composición vanguardista refleja la capacidad de Lord Agheros para nutrirse de una amplia gama de géneros y cambiar constantemente de enfoque. Tres años después de Koinè, este nuevo material mezcla una rica diversidad de sonidos, reafirmando que los músicos inmersos en el black metal y sus subgéneros son algunos de los más visionarios, creativos e intrépidos de los últimos 30 años.
Grabado, mezclado y masterizado por Lord Agheros en Molon Labe Studio, Anhedonia (palabra de origen griego que alude a la incapacidad de sentir placer) proyecta este concepto en una atmósfera oscura y desolada.
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El álbum comienza con voces femeninas que se entrelazan con teclados reminiscentes de Tristania o The Sins of Thy Beloved. En cuestión de segundos, estos elementos se mezclan con secciones más pesadas, dando lugar a un inicio melancólico y relajante en “Lament of the Lost”. Este tema, que se extiende por más de seis minutos, combina vocalizaciones ásperas y etéreas, creando un cautivador festín sonoro.
La aproximación de Lord Agheros a la música extrema es asombrosa. Su capacidad para fusionar melodía y metal desconcierta (en el mejor sentido). En el segundo track, vocales operísticas y black metal se entrelazan en múltiples capas de sonido mientras que en “Eclipse of Hope”, la tercera canción, ofrece otra dosis de black metal atmosférico que alterna momentos duros y viscerales con pasajes delicados.
En los casi 40 minutos de duración del disco, el black metal no se presenta en su forma tradicional, sino como una amalgama de ideas folk, sinfónicas, tribales y ambientales, que se descubren progresivamente en cada pieza.
En “Lost Dream Ritual”, a mitad del disco, se perciben antiguas vibraciones nórdicas de innegable belleza. Por su parte, “Sorrow’s Shroud” es más pesada, introspectiva y sombría, con voces rasgadas y pasajes instrumentales serenos.
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“Soul’s Descent into the Void” arranca con un cálido piano clásico que recuerda la apertura del álbum, hasta que una misteriosa vocalista de ópera interviene, creando una atmósfera hipnótica. Luego llega “Tears in the Silence”, donde la guitarra acústica y el suave piano toman el protagonismo. Finalmente, “Ancient Echoes” cierra el disco con un despliegue avantgarde que fusiona vocalizaciones y elementos ambientales, sumergiéndonos en un universo que trasciende el metal.
En resumen, Anhedonia es un viaje musical que entrelaza sonidos esotéricos y orientales con tradiciones musicales nórdicas, manteniendo la identidad del proyecto. La belleza de sus atmósferas se mezcla con el extremismo del black metal, mientras los instrumentos de cuerda aportan un toque étnico y vanguardista, llevando la música hacia territorios inexplorados.
Etiquetas: Ambient Folk Metal, Avant Garde Black metal, Black Metal, Folk Metal, Gerassimos Evangelou, Ihsahn, italia, Lord Agheros, Moonspell, My Kingdom Music, Ulver
Es común que, en vísperas de Navidad, momento en el que me encuentro desarrollando esta reseña, aprovechemos esa pequeña pausa de feriados laborales para reflexionar sobre lo que aconteció durante nuestro último año y lo que esperamos en lo venidero. Por mi parte y como aquí se habla esencialmente de metal, debo confesar que aún hoy en día me siento un poco afligido respecto a la reciente renuncia del aclamado Nicko McBrain a la actividad en directo con Iron Maiden. Y no es esto una simple angustia moral por tratarse específicamente de la doncella, banda que seguramente a ustedes, como a mí, nos ha acompañados desde los primeros momentos de plena consciencia. Más bien lo que a mi realmente me acongoja es reconocer el hecho de pertenecer a una generación que quedará marcada por ver partir a las grandes leyendas y nombres del género.
Pero como todos ustedes saben y como dice el famoso proverbio “por muy larga que sea la noche, amanecerá” y aun en tiempos como los descriptos en el párrafo anterior, tenemos la oportunidad de hacernos de grandes agrupaciones que siguen poniendo al metal en el más alto nivel de la música. Bandas como Gojira, Ghost, Bring Me The Horizon, Spiritbox, Jinjer, Alcest y un sinfín más, están pujando fuertemente por mantener las diversas variantes del metal en estado de plenitud y a pesar de la aceptable resistencia de los más nostálgicos y conservadores, parecieran estar lográndolo. ¿Y a qué viene toda esta reflexión? Pues, bien, me he topado este 2024 con lo que yo creo que es un nombre que dará mucho que hablar en los próximos años (si es que ya no lo está haciendo).
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Hoy vengo a predicarles la música de Iotunn, una banda de origen danés-feroés, que, si bien puede parecernos emergente o desconocida, no debería resultarnos extraño verla en los principales festivales del viejo continente (estarán, por ejemplo, participando en la próxima edición del Wacken). Iotunn, que en la cultura escandinava significa “gigantes”, es una banda del tipo death metal melódico progresivo, pero como no me gustan las etiquetas extensas y a veces pueden ser confusas, confíen esta vez en mi palabra y quedemos en que es por, sobre todo, un moderno metal progresivo.
El motivo de mi ridícula euforia no es el nombre en sí de la banda, sino su más reciente y majestuosa obra Kinship, un álbum que fuere lanzado el pasado 25 de octubre bajo el conocido sello Metal Blade Records y que sin duda alguna se coloca con facilidad en mi top de los 10 mejores albums del año 2024. Conformado por 8 piezas de larga duración, Kinship nos invita a un viaje de reflexión sobre la vida misma y la muerte, de cuestionamiento, de introspección, donde los progresivos cambios musicales acompañan una secuencia de estados de ánimo como el enojo, la tristeza, el miedo y la melancolía, pero que al mismo tiempo y a pesar de ello, uno podría disfrutarlo tranquilamente bajo lo que es propio de la cultura danesa, el “Hygge” (que se define como una completa filosofía de vida asociada a los sentimientos de bienestar). En las composiciones de la banda, es también muy recurrente las referencias a los bosques, la naturaleza y la mitología que deviene de la cultura pagana. Todo esto es representado en Kinship a través de las narraciones en primera persona de lo que pareciera ser un miembro de una tribu prehistórica.
El álbum comienza con “Kinship Elegiac”, una canción de unos espectaculares casi 14 minutos donde la epicidad no deja de faltar en ninguno de los segundos transcurridos. Aquí los constantes cambios de ritmo y melodías acompañan junto con el gran desempeño vocal del cantante y espectaculares guitarras, a una pequeña historia en la que el personaje principal se encuentra en medio de una catarsis producto del abandono de alguien cercano, donde también podemos inferir a partir de ciertas líneas, que esta persona se siente amparada por sus creencias relacionadas al bosque. A continuación, es el turno de “Mistland” (Tierra de niebla) que no tiene nada que envidiar a la del comienzo, con sus casi 10 minutos de duración y donde nuevamente lo épico, las referencias al paganismo, el bosque y los relatos en primera persona están presentes, además de contar con un espectacular videoclip con ilustraciones de muy buena producción.
Mistland, junto con “Feel the Night”, “Twilight” e “Iridescent Way” conforman los 4 singles promocionales de Kinship. En general, todo el disco transcurre con el mismo formato que las 2 primeras: sumamente progresivo, de piezas de larga duración y tintes épicos, recurriendo a las temáticas paganas con letras de significado ambiguo o algo implícito, escritas de forma poética. Si quieren saber más detalles de esta magnífica obra, los invito amablemente a escucharla en sus medios favoritos. Por mi parte no me extenderé más porque se haría excesivamente largo y porque al final de la cuenta terminaría coartando su imaginación. A pesar de ello, quiero antes destacar a mi favorita del álbum “The Coming End” que con ese impresionante riff de guitarra del comienzo consiguió poner mi piel de gallina en su primera escucha.
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Iotunn está conformada actualmente por Jón Aldará en voces, los hermanos Jesper y Jens Gräs en guitarras, Bjørn Wind Andersen en batería y Eskil Rask en bajos.
De todos ellos, si hay alguien que se lleva todos los laureles en esta producción, es Jón con su superador desempeño vocal, combinando voces limpias y guturales, ambos matices a la perfección. Podemos notar, si prestamos atención, la facilidad con que hace uso de sus resonadores faciales para enmascarar la voz y lograr así el característico brillo de su cantar. Los guturales también están al mismo nivel, con una voz más profunda y oscura, pero al mismo tiempo aguda, lo que resulta en un efecto donde parecieran haber 2 personas diferentes cantando en simultaneo. Las guitarras se encuentran también muy bien logradas, con un sonido y solos muy típicos de los 80s, como los que suenan en In the Air Tonight de Phil Collins.
La producción en términos generales es muy buena, pero totalmente esperable para una banda producida bajo el sello mencionado, lo cual ayuda también a posicionar a Iotunn como una banda con futuro prometedor. Sin mucho para cuestionar sobre la producción (Hansen Studios), mezcla y masterizado, quiero destacar el trabajo del ilustrador Saprophial en el arte de tapa de este disco, donde con el uso profesionalizado del grafito y tinta, nos deja una excelente figura de un gigante en forma de árbol bajo una iluminada noche estrellada en el bosque (Si, como los Ents del Señor de los Anillos) que ilustra muy bien lo que acontecerá en el mismo.
En resumen y para despedirme, con Kinship, esta joven agrupación nórdica no trata de vendernos un simple disco, sino una experiencia completa, de larga escucha, en la que buscan conectar con los oyentes en una relación más íntima y donde personalmente, los cuestionamientos y pensamientos profundos vienen a mí con facilidad. Y resalto realmente esto como un logro para alguien como yo, que gran parte de su vida se ha visto inmerso en el lado pueril del género propuesto por el sunset strip californiano (y no se ofendan por favor, amo el glam metal) y que a esta altura de la vida busca que los artistas tengan algo realmente valioso que decir o mostrarnos. Si a ti te van muy bien los artistas como Alcest, Dream Theater, Porcupine Tree, Gojira o incluso la extravagante Aurora, esta banda y este álbum podrían llegar a gustarte mucho.
Etiquetas: Alcest, Bring Me The Horizon, Death Metal Melodico, ghost, Gojira, Iotunn, Jinjer, Metal Blade, metal blade records, Spiritbox

Para los que han estado viviendo debajo de una piedra, o simplemente no estén metidos en el mundo del death melódico, The Halo Effect es un supergrupo que reúne a cuatro ex miembros de los pioneros del death metal melódico In Flames, no sólo al guitarrista fundador Jesper Strömblad sino que también tres de ellos estuvieron en los álbumes clásicos, junto a Mikael Stanne, cantante de Dark Tranquillity, quien también fuera miembro de la formación que grabó el debut Lunar Strain allá en 1994 como músico de sesión. Considerando la cantidad de gente a la que no le gustó el cambio a un estilo más “alternativo” que tuvo In Flames a poco de ocurrido el cambio de milenio, la idea de tener una reunión no oficial del “In Flames clásico” en un nuevo proyecto era muy atractiva, y fue lo que propulsó tanto su anuncio como su debut Days of the Lost de 2022.
Days of the Lost fue un álbum más que correcto: creo que algunas personas se esperaban la segunda venida de Jesucristo o una secuela de Whoracle (eventos a la misma altura en importancia, claro está) y eso puede haber provocado que algunas reseñas lo tacharan de genérico o decepcionante, pero para mí está más que bien, de la misma manera que cualquiera de los últimos álbumes de Dark Tranquillity están “más que bien”. Al menos, se podría decir que tener a todos estos músicos reunidos dejaba las expectativas bastante altas con respecto a lo que podían hacer, y Days of the Lost dejaba bastantes esperanzas a futuro. Y con su segundo disco March of the Unheard, con fecha de edición del 10/01 a cargo de Nuclear Blast, podemos ver qué onda con esas expectativas.
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El de March of the Unheard es un claro caso de “no arreglar lo que no está roto”, y en su mayor parte se puede tomar como una continuación directa de lo hecho en el álbum debut: melodeath de manual, con sus riffs movidos mezclados con voces brutales y esos estribillos explosivos con mucho doble bombo. Decir que algo es “de manual” podría sonar como un insulto, pero siendo que tenemos a Jesper Strömblad, quien escribiera ese mismo manual en la primera mitad de los noventas, creo que es un cumplido o al menos lo que cabría esperarse. La reseña podría terminar simplemente con un “si te gustó el primero también te va a gustar el segundo”, lo cual es completamente verdad, y yo podría dar todo por terminado e irme a almorzar, pero creo en la idea de cierta dedicación profesional y además en que el álbum se puede analizar de una manera un poco más profunda que eso.
“Conspire To Deceive” arranca el álbum de buena manera, con su intro lenta que da paso a ese medio tiempo acelerado que acompaña las guitarras ultra melódicas con el repiqueteo de los bombos. Pero creo que las cosas de verdad arrancan con el segundo “Detonate”, donde The Halo Effect aprietan el acelerador mientras Strömblad y Niclas Engelin se sacan chispas detrás de sus seis cuerdas, con la canción poco a poco poniéndose más majestuosa en cuanto a sus intenciones para dar paso a la siguiente “Our Channel To The Darkness”, con su introducción acústica que no te avisa que las cosas se van a poner no sólo más pesadas sino también más rápidas, con Daniel Svensson sonando como un reloj suizo (¿Un reloj sueco?) detrás de la batería: increíble pensar que antes de sumarse a la banda había anunciado que se había retirado de la música tras salir de In Flames.
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Otros grandes tracks de pura melodía deathmetalera son “Forever Ashtray” y “The Burning Point”, con esa velocidad que tanto me gusta en el estilo, pero también tracks como “A Death That Becomes Us” y “Cruel Perception”, con su solo “sentido” que por alguna razón por un momento me imaginé que podría haber aparecido en alguna balada perdida de Use Your Illusion de Guns N’ Roses, para los que sean más fans de los temas más lentos, o el interludio “This Curse of Silence”, que sirve como intro para el tema título “March of the Unheard” y que no habría tenido problema con que se presentaran en un mismo track. Y también la “Coda” al final de la edición normal del álbum, con sus guitarras acústicas mezcladas con violines que dan un buen final al viaje que plantea todo March of the Unheard.
Creo que la comparación más certera con respecto a lo hecho por The Halo Effect no es tanto el In Flames clásico, aunque esta es una comparación obvia que se puede ver en todo momento durante sus 44 minutos, sino más Dark Tranquillity. Después de mucho pensarlo, debe ser por la combinación de melodeath clásico con esa producción súper cuidada moderna y las voces limpias ocasionales a cargo de Mikael Stanne, aunque The Halo Effect no tiene esos teclados al frente y casi sin los arreglos góticos característicos de Dark Tranquillity. Es un disco para fans de In Flames o Dark Tranquillity, eso es obvio teniendo en cuenta la gente involucrada, pero creo que está muy bien hecho e incluso le da una lijada a algunas asperezas que se podían escuchar en el debut, como un par de ritmos que quedaban demasiado extraños o tener un sonido más claro y cristalino. Así que sí, no queda otra que decirlo: si te gustó el primero también te va a gustar el segundo.
Etiquetas: Death Metal Melodico, nuclear blast, Suecia, The Halo Effect

Un nuevo año comienza, y este 2025 nos recibió con el disco de Patriarkh, los antes conocidos como Batushka. Tras todo el embrollo generado por acusaciones en el seno de la banda, robos de acceso a las redes sociales y problemas legales, la situación finalmente llegó a su desenlace. Este final llevó a que la banda liderada por Bart cambiara de nombre y diera vida a este nuevo/viejo proyecto de black metal ortodoxo. Con el litigio ya a sus espaldas, esperemos que ambas partes puedan volver a hacer lo que claramente saben hacer mejor: música interesante.
Dividido en ocho canciones, o movimientos podría ser una mejor descripción, cada una de ellas lleva el nombre de la ciudad construida por los seguidores de Elías, en latín, Wierszalin, y numerada del 1 al 8. Los títulos alternativos se dan en cirílico como ВЕРШАЛИН, pero acá serán nombrados simplemente por los números.
La placa se grabó entre enero y mayo de 2024 en los renombrados estudios Tall Pine Records (Behemoth, Zalewski, Afromental), Heinrich House Studio (Behemoth, Vesania, Hate), Wem Studio (Kasa Chorych, Lukasyno, Cira) y Radio Białystok Studio. Wojciech Wiesławski, de Hertz Studio (Vader, Behemoth, Decapitated), se encargó de la mezcla y la masterización. La producción estuvo en manos del líder de la banda, Bartłomiej Krysiuk.
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El álbum cuenta la historia de Eliasz Klimowicz, el profeta Ilja, un simple granjero bielorruso analfabeto que se convirtió en líder y profeta de la secta ortodoxa Grzybowska, que estuvo activa hasta los años sesenta. Ya desde el primer segundo, Patriarkh cautiva con un sonido que combina la sacralidad ortodoxa de los coros rusos con la frialdad del black metal. Пророк Илия (Prorok Ilja) suena como un viaje a una catedral centenaria en la que arden las llamas de oscuros secretos. Aquí no sólo se crea música, sino que se ofrece una experiencia espiritual, aunque necesite tiempo y espacio para desarrollarse plenamente. Demás está decir que este álbum retiene al oyente, exige atención y recompensa la paciencia.
Desmenuzando el disco, podemos encontrarnos con voces rasgadas, sonidos de instrumentos típicos, dándole a todo una atmósfera antigua y medieval. Guitarras de tonos limpios y graves se alzan entre blast beats, mientras que las voces femeninas entran y salen de las canciones, aportando otra capa de melodía al conjunto.
Luego de una exquisita introducción, nos topamos con “II”, una canción que incluye guitarras pesadas, batería y voces fruncidas que se entremezclan junto a un coro, dándole un toque un tanto alejado al black que uno esperaría, pero que igualmente la hace grandiosa.
En “III” se hace un buen uso de voces crudas ocasionales en medio de la melancolía que ofrece la canción. Al finalizar, ciertos elementos electrónicos hacen su aparición en “IV” las guitarras rechinan y se sitúan bajas en la mezcla, mientras las torturadas voces crean una interesante dicotomía entre ellas y las ligeras voces femeninas.
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Cuando llega el turno de “V”, nos encontramos con una pieza tradicionalmente black metal que cuenta con un poderoso sermón hablado al principio.
Las letras ofrecen una emocionante mezcla de textos teatrales y elementos pastorales. Patriarkh utiliza fragmentos de la obra de teatro “Prorok Ilja”, así como los mensajes del erudito religioso polaco Włodzimierz Pawluczuk, combinados con textos folclóricos y litúrgicos. Estos elementos textuales pueden escucharse en varios idiomas, incluido el polaco.
Mientras suena “V”, notamos que es rápida, desenfrenada y tan agresiva como cualquier horda putrefacta. Al llegar a “VI”, un diálogo entre voces masculinas y femeninas, acompañadas de instrumentos de cuerda, nos remonta al pasado.
Ya casi llegando al final, tenemos a “VII” y su ominosidad desde la palabra hablada inicial, su melodía inquietante y el furioso black metal que estalla desde las profundidades del infierno.
Sin embargo, Patriarkh se guarda el tema más grande y atrevido para el final. “VIII”, el tema más cinematográfico de todos, crea un ambiente que se transforma en algo mucho más oscuro, perverso y salvaje. Antes de concluir esta ambiciosa escucha con una espectacular superposición de todos los elementos que hacen de este álbum lo que es, Patriarkh prometió una experiencia divina impregnada de negrura profana y espiritualidad cargada de melodía, y lo han cumplido aquí.
El álbum se mueve entre la frialdad áspera y las melodías cálidas hasta que consigue algo que pocos pueden: hacer que el black metal sea accesible a quienes no suelen escuchar dicho género. Son precisamente estos cambios los que lo hacen tan atractivo, incluyendo un tapiz sonoro que los acerca a lo realizado por bandas como Rotting Christ.
No es el álbum de black metal más pesado que se escuchará en 2025, ni tampoco el más oscuro. Sin embargo, han puesto la vara muy alta en lo que se refiere a arreglos matizados y creación de un ambiente mágico.
Etiquetas: Batushka, Black Metal, Napalm Records, Patriarkh

Con Ascension, la banda francesa Mirar presenta un álbum que trasciende las convenciones del thall, ofreciendo una experiencia musical que combina virtuosismo instrumental, atmósferas opresivas y una profunda inspiración clásica. Este trabajo no solo desafía las expectativas del género, sino que también las redefine, creando un equilibrio entre lo contemporáneo y lo atemporal.
Desde el primer acorde, Ascension establece un tono inquietante y cinematográfico. Las guitarras, afinadas para rugir como bestias, logran evocar emociones que van desde la melancolía hasta una euforia casi caótica. Sin embargo, lo que realmente distingue a este disco es la clara influencia de compositores clásicos como Bach, François Couperin y Rameau. Canciones como “Mauvais œil” y “Èpreuv” no solo muestran una destreza técnica impresionante, sino que también remiten a piezas como el Preludio menor y fuga BWV 543 o Les Ombres Errantes. Este enfoque añade una profundidad casi barroca a los grooves pesados y los riffs demoledores que caracterizan el álbum.
Los elementos electrónicos, presentes en canciones como “Mauvais œil”, le dan al álbum un aire fresco y contemporáneo. Mirar logra fusionar géneros de manera magistral, creando una especie de “Thallstep” que resulta tan oscuro como bailable. Este es un disco que, sin perder su esencia infernal, invita a moverse y a explorar nuevas formas de interactuar con el metal progresivo.
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Un aspecto fundamental de Ascension es su enfoque completamente instrumental. En lugar de usar voces, las guitarras asumen el papel principal, con melodías que conducen la narrativa emocional del álbum. Esto no solo recuerda a los pioneros del djent instrumental, sino que lleva la propuesta un paso más allá. Las composiciones se sienten vivas, como si cada canción fuera una escena de una ópera moderna y apocalíptica, donde el virtuosismo y la emotividad se encuentran en un punto perfecto.
En definitiva, Leo y Marius han conseguido crear algo que trasciende los límites del thall, construyendo un puente entre el metal moderno y la música clásica. Es un disco que desafía al oyente, lo sumerge en un mundo oscuro y lo obliga a rendirse ante su grandeza. Sin duda, es una obra que marcará un antes y un después en la escena progresiva, y uno de esos discos que seguirá dando que hablar por años.

El año 2025 está próximo a llegar y con él se nos avecinan decenas de nuevos (y esperados) lanzamientos en el universo conocido del metal. Sin embargo, como todos sabemos, todavía existe un universo NO explorado para muchos de nosotros, más allá de los limites del mainstream, en el que podremos toparnos no con cientos, sino con miles de nuevas y majestuosas obras. Es así como puedo anunciar que el venidero 31 de enero, Selvans estará desembarcando en las plataformas con su nuevo material Saturnalia.
Selvans es un proyecto de origen italiano, hoy unipersonal, pero que nació y se conformó como un dúo hasta 2019, luego de la disolución de la banda Draugr. Luca Del Re, quien carga con el nombre artístico y homónimo del proyecto, Selvans, es además de un multi instrumental músico italiano, un actor de teatro musical. Y es muy importante mencionar esto último, para entender de que va su nuevo disco. Cabe también mencionar, que este será la última producción de este proyecto.
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Saturnalia es un LP que consta de 6 canciones, de una duración aproximada de entre 6 y 9 minutos, salvo por su primera pieza “Necromilieu” que no llega a los 2 minutos de longitud pero que funciona como una especie de intro teatral con ligeros aires de tango rioplatense argentino (bueno, convengamos que el tango es un resultado del proceso inmigratorio italiano en Argentina). Antes de continuar con el resto del material, debo tomar una pausa para discutir y visibilizar, ciertos aspectos importantes. En primer lugar, para esta ocasión Selvans menciona que se han utilizado más de 60 componentes entre elementos orquestales y coros. En segundo lugar y como consecuencia de lo anterior, debo acotar que aquí no nos encontraremos con una obra que vira más al black metal como su anterior LP Faunalia, sino con un desarrollo musical que poco a poco se empieza a volver cercano al power metal y con su sello orquestal, todavía aún más presente (su EP Dark Italian Art es una clara demostración de la evolución de este camino). A pesar de este último punto aclarado, sigue habiendo guturales y pasajes de black metal, aunque no con la misma presencia.
¡La disco continua inmediatamente con su segundo corte de difusión “Il Mio Maleficio V’incalzerà!”, que engancha perfectamente con la intro (pero no se preocupen, está “trackeada”) y que relata el origen del personaje ficticio Corvo Morto, una especie de demonio popularizado en una de las tantas narraciones de terror del escritor italiano (y amigo de Selvans) Luigi Musolino. He olvidado mencionar, que la mayoría de las canciones de Selvans, rinden tributo a las historias de terror folclórico italiano del escritor, casi como si se tratase de una colaboración donde ambos se retroalimentan. A continuación, nos encontramos con “Madre dei Tormenti”, una pieza musical diferente al resto de la obra, donde la distorsión se ausenta, pero que a pesar de ello se convirtió rápidamente en mi segmento favorito del disco. En esta ocasión nos encontraremos con una pieza de casi 7 minutos donde tienen principal relevancia los elementos orquestales y donde la presencia de la voz de Selvans junto con los coros, logran armonizarse de manera tal que uno puede verse fugazmente inmerso en una especie de ópera.
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El álbum se completa con “Pantáfica”, “Il Capro in fuocato” (su primer single promocional) y al cierre “Fonte dei Diavoli”. En general el álbum se desarrolla como una fusión entre power metal, progresivo, sinfonías, black metal y expresiones vocales de índole teatral, perfectamente acompañadas de una infinidad de instrumentos de orquesta atípicos en la escena del metal, que convergen en una obra de magnitud compleja (y para evitar cuestionamientos, aclaremos que complejo no es sinónimo de difícil, sino algo que consta de muchas partes). Algunos de los pasajes me recuerdan por momentos a la aclamada banda japonesa X Japan (valga la redundancia) mientras que, en otros, puedo sentir a Till Lindemann de Rammstein cantando “Mein Herz brennt” con su voz pasiva, pero dejare que todo esto lo descubran por ustedes mismos.
Sobre la producción musical ¿Qué puedo decir al respecto?, pues no mucho, cumple con creces para el alcance que un artista de esta talla pueda tener. Aquí lo significativo es que es el mismo Selvans quien se encarga de la producción del material, lo cual la hace todavía más aún, una obra significativamente unipersonal. La artista a cargo de realizar el arte de tapa fue Sheila Franco, artista mexicana que aquí nos deja un diseño que tranquilamente podría obrar como tapa de libro de historias de terror. Es también importante mencionar que acompañan a Selvans en todo momento, músicos de sesión.
En resumen, Selvans deja en Saturnalia su propio sello musical donde denota a claras sus influencias teatrales y es por ello por lo que esta obra musical debe disfrutarse como tal, teatro musical. Aquí lo preponderante son las voces con sentido de narración de cuentos de terror, los teclados y sintetizadores, que buscan simular órganos y vientos, y demás componentes musicales no del todo comunes en un disco de metal (he podido identificar hasta un theremin como para hacerlo todo aún más tenebroso). No esperes encontrarte con solos de guitarra, ni busques interesarte por el desempeño del baterista, porque aquí los clásicos elementos fundacionales del metal son solo un actor más. Si lo tuyo es la música de grupos como Avantasia, Nightwish, Cradle of Filth, Trans Siberian Orchestra o inclusive la fenomenal serie televisiva de terror Cuentos de la Cripta, este muchacho puede llegar a caerte muy bien.
Etiquetas: Avantgarde Music, Black Metal, Black Metal Progresivo, Selvans
En este preciso momento me encuentro frente a mi portátil con un pequeño contratiempo: resolver como comenzar esta pequeña reseña. Y es que lo que me ha llegado a mis manos en esta ocasión, si que me lo ha puesto muy difícil. Por eso, tomemos como premisa de todo lo que a continuación desarrollare, la mera dificultad que este material me ha impuesto.
Hoy les vengo a hablar de los alemanes Bergthron, quienes en el día de la fecha, 6 de enero, lanzaron su nueva obra Neu Asen Land (Nueva tierra de Asen) para conmemorar su 30 aniversario como agrupación musical.
Habitualmente, en esta sección procedo a dar una breve descripción sobre la banda y sus miembros, pero no va a ser posible en esta ocasión. Muy poco se sabe de estos amigos germanos, porque ellos así lo decidieron y por tal motivo la investigación previa que hago a cada banda como señal de respeto, no ha sido nada fácil. No hay nombres ni videos, ni nada relacionado y las entrevistas son casi nulas a cargo de alguien llamado Wolfgrim. En cambio, solo tenemos su música y sus relatos que son, en definitiva, lo único que realmente me importa para poder reseñar este disco. Si lo de ustedes es la música experimental, los valores, la introspección, el cuestionamiento a los misterios de la vida y hasta un poco también el interés por la mitología nordica, los invito a seguir leyendo. Si, por el contrario, solo buscan consumo rápido, canciones gancheras y pasar un buen momento con una cerveza al lado, The Emptiness Machine de Linkin Park pueda funcionar como ese camino alterno.
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Bergthron es una banda esencialmente de black metal progresivo y atmosférico (y creo que esta etiqueta es la que mejor los define) donde sus miembros componen a partir de las vivencias y aventuras que coleccionan en cada una sus expediciones. Es cierto, olvide mencionarlo, estos muchachos deciden juntarse para realizar expediciones en las profundidades de los bosques del norte de Europa hasta los límites del círculo polar ártico, alejados de todo tipo de cotidianidad y en donde buscan alimentarse de ideas totalmente personales y limpias de las influencias de la sociedad. Luego componen, producen y sus caminos no se vuelven a cruzar. Podemos saber entonces que es una banda alejada de todos los clichés típicos de la música metal, o más bien, de la música en general. Un punto a favor para el misticismo.
Su anterior obra Expedition Autarkis, fue editada en 2010 y aquí Bergthron explica que todo este tiempo de ausencia se debió a la necesidad de reencuentro con lo que alguna vez fueron y que no pudieron plasmar en este anterior disco. No obstante, puedo asegurar luego de varias escuchas que el cambio no es quizás tan significativo y aunque ambos discos merecen la pena ser escuchados para entender lo que estos muchachos transitaron, al final de cuentas son relativamente parecidos y al mismo tiempo muy diferentes a las obras de sus inicios, pero hablaremos de ello luego. Por otro lado, en este nuevo material y en cada uno de su carrera, la temática que principalmente abunda, entre muchas otras, es la mitología nórdica e historias de índole pagana (o al menos así pareciera). Aquí entonces, Asen es el nombre que recibe una familia de dioses nórdicos, por lo que podemos inferir que el titulo del disco sería algo en referencia a una nueva tierra dominada por estos y por el momento, eso es todo lo que me atreveré a decirles para no cometer disparates y porque suficiente he tenido ya con los populares cuentos alemanes del Struwwelpeter.
El disco en cuestión consta de 7 piezas mayoritariamente de duración corta y con un aire de misticismo que va por el carril contrario a la agresividad que proponía su predecesor. Aquí, las voces guturales tienen una menor participación para dejar más lugar a generar secuencias con voces limpias. A pesar de ello, aquí lo más preponderante es lo instrumental, con pasajes totalmente atmosféricos y melodías folk que invitan a un momento de relajación e introspección como anteriormente les mencioné. Su single promocional Aufbruch nach Neu Asen Land «Von Pol zu Pol» (Salida hacia la nueva tierra de Asen -De polo a polo-) con casi 6 minutos de duración, es el tema más largo del disco y a su vez, mi favorito (aunque con mucho esfuerzo). Con un rápido comienzo con un riff con vestigios de punk rock acompañados de los clásicos pasajes con los toms de la batería, la banda nos empieza a relatar las andanzas de unos jóvenes aventureros que deciden embarcarse con destino a las vastas tierras heladas del ártico polar. Allí se involucrarán en una lucha con los viejos dioses para dar lugar a nuevos comienzos, mientras que estos últimos tratarán de derrumbarlos a través del control de los mares y el desfavorable clima. Por otro lado, y en honor a la verdad, debo decir que la recepción de este single por parte de los fans no ha sido para nada buena, considerando que la mayoría de ellos anhelan los tiempos donde Bergthron sonaba y lucía más como una banda de black metal.
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El resto del disco acompaña en la misma sintonía, quizás con piezas considerablemente más cortas, pero totalmente alejado de los formatos clásicos de composición de hit de radios y sin repetir demasiados patrones. Aquí no hay solos, nadie destaca por encima de nadie, no hay estribillos, ni algo por el estilo. La producción, digamos, va por la misma línea, sin dar muestras de que haya un interés o preocupación por sonar modernos, pero al mismo tiempo muy lejos de sonar mal. Las guitarras y las voces limpias están muy bien ejecutadas, mientras que los guturales sin ser demasiado llamativos, logran su cometido de contrastar con las otras voces. Relajación es esencialmente la palabra con la que deberían quedarse si quieren un atajo para comprender este disco.
En conclusión y sin mucho más para acotar, puedo decir que es un disco que me pone en un lugar de dudas para determinar realmente si es bueno o malo, aunque si tengo la seguridad de que no es del todo de mi agrado (pero tampoco me desagrada). En lugar de ello, prefiero decir que es tan solo un disco especial para gente con gustos atípicos que se sienten atraídos por bandas como Alcest, pero con la salvedad de aquí no encontraran una gran destreza musical y por momentos puede resultarles algo pretencioso. Además, si alguno de ustedes busca algo como el “verdadero” black metal noruego, Bergthron no podrá ayudarlos. Un disco que sin dudas algunas vuelva a escuchar en algunas de mis caminatas. Por mi parte, creo que todo sobre Neu Asen Land está dicho y así me despido.
Etiquetas: 2025, Bergthron, Black Metal, Trollzorn Records

Salut! Hoy nos toca hablar de esta banda de origen francés quien en vísperas de su decimo aniversario estará editando, para conmemorarlo, su próximo lanzamiento en formato EP Vestiges Abrutissants (Vestigios Adormecedores).
Liquid Flesh se define como una banda de death metal que rinde tributo al pavoroso género de películas de horror y que mínimamente apuesta a traernos reminiscencias de esas clásicas películas. La agrupación se originó en el año 2014 y luego de un pequeño periodo de inactividad posterior a su primer disco (Spontaneous Liquefaction) y algunos cambios de formación, se logra asentar con lo que es su formación actual: Gastric Luke en guitarra y coros, Patrid Bruce (ex Epitaphe) en bajo y voz y su miembro más reciente, Acid Bapt en batería.
El EP consta de 5 piezas en total, donde podemos encontrarnos con las 4 primeras de autoría propia y en último lugar un cover a la aclamada banda escandinava Entombed.
Esta obra en particular no busca explorar nuevos horizontes respecto de su disco anterior Dolores, sino, más bien, seguir afianzándose como una banda que busca consagrarse con el sonido más puro y autentico del death metal de aquellas ya congraciadas bandas de los 80s. A pesar de lo antes mencionado, personalmente creo que podemos encontrar ciertos vestigios de estructuras progresivas o melódicas que se fusionan con su impronta death de una manera cuasi perfecta. Y esto es algo que digo luego de escuchar en demasía y con atención su canción Torture, lo que para mí es indudablemente la “joya” del disco. En el resto del EP nos encontramos con otros 3 tracks, que quizás no destacan en la misma categoría, pero que están muy lejos de desentonar. Tenafly Viper, Police Python 666 y Soupe Humaine (Creo que no hace falta traducir este último título) junto con la destacada anteriormente Torture, crean un perfecto ambiente y lugar de encuentro entre la banda y todos aquellos oyentes que buscan recuperar el sonido puro del death en sus listas de reproducción. En el final, el cover a la ya conocida banda de origen sueco Entombed da cierre a esta obra que, lejos de buscar la perfección, sigue marcando el norte de esta banda a un sonido que emula lo más clásico del género.
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En cuanto al sonido, sin mucho que explayar, puedo acotar que es, en cuanto al menos, destacable la capacidad para persuadir al oído que esta banda logra con tan solo 3 integrantes (como suele decirse, a veces menos, es más). La producción, en términos generales, es superadora para lo que bandas unders nos tienen acostumbrados. La mezcla es un obvio resultado de las facilidades de edición de los tiempos que transcurren, con una clara predominancia de las guitarras y las voces guturales y los bajos un poco más sutiles (porque así debe sonar el death).
Antes de concluir, no quiero pasar por alto el arte que presenta su portada. A simple vista nos encontramos con un ente formado de lo que pareciera alguna sustancia brillante y líquida o plasma, saliendo de lo que simula ser un artefacto televisor. La primera imagen que viene a mi cabeza luego de verla es la de Samara Morgan atravesando una pantalla de TV en la famosa película El Aro. Quizás, con esta caratula, uno no logre vislumbrar lo que se esperaría ver de una portada de disco de death metal, pero no me caben dudas que si logra ponernos rápidamente en modo película de horror.
Resumiendo, Vestiges Abrutissants, que se estará editando este próximo 13 de diciembre, invita a una escucha sin grandes sorpresas para todos aquellos conocedores de su trayectoria, pero si con un claro mensaje implícito de la banda sobre el horizonte musical que persiguen, tratando de afianzar y revalidar cada una de sus obras precedentes. Francia quizás no tenga en su historia dentro del metal grandes referentes como algunos de sus vecinos (Podríamos decir, que Gojira está intentando saldar esa deuda) pero el aporte de bandas de menor escala o under no es un problema para ellos y Liquid Flesh lo deja en manifiesto con este EP.

¿Qué es lo que se le viene inmediatamente a su cabeza cuando les hablan de la ciudad de Barcelona? Turismo ¿Cierto? Playas, mediterráneo, algunos bienaventurados danzando La Sardana o Leo Messi ¿Por qué no? ¿Quién de ustedes creería que 5 compañeros metaleros podrían llegar a recrear de manera prácticamente perfecta toda la escena del thrash metal californiano por esos lares? Terminal Violence con su fresco Moshocalypse se encargan de cumplir notablemente con el trabajo.
Oriundos de la ya mencionada ciudad catalana, esta agrupación se presenta como una banda que recrea el thrash metal en su vertiente más original y estándar. Si uno cierra sus ojos mientras deja correr Moshocalypse en el reproductor lograra trasladarse inmediatamente a la bahía de San Francisco en los esplendorosos 80s. Y no, no estoy exagerando, realmente estos chicos cumplen muy bien su propósito.
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Moshocalypse es su segundo trabajo, un LP que consta de 10 piezas y que es consecuente con su primer trabajo, el EP Warhole. Esta producción se presenta como una evolución natural de la primera, pero siguiendo la misma estructura composicional, canciones que lejos de ser pretenciosas nos brindan más bien una experiencia de thrash metal sin muchas vueltas, directo y potente. Podría ahora mismo comenzar un análisis exhaustivo de cada uno de los temas que componen el LP con total gusto, pero claro, estimados lectores, no dejaría nada para su propia experiencia personal. En lugar de ello, como siempre, me tomare el tiempo de hablar de tan solo una pieza en particular a la cual le encuentre algo en especial. Para este ocasión voy a seleccionar Smart is the New Dumb no porque haya algún condimento musical sobresaliente, puesto que el disco es por demás parejo, sino porque aquí podemos encontrarnos con la colaboración de Guillermo Izquierdo, voz principal de la fenomenal Angelus Apatrida. Esta colaboración, aparte de tener un peso pesado, destaca por la excepcional combinación de las voces de Guillermo y Tolo (voz de Terminal Violence) denotando los claros contrastes entre una voz con coloración oscura y profunda y una voz raspada y brillante. Aquí, este dueto nos relata con vehemencia y enojo su desencanto por las tantas actitudes típicas del los seres humanos modernos y las sociedades alienadas que conforman. El resto de las piezas, acompañan en la misma sintonía, de duración corta, pero con potencia y sonido crudo y directo. Quizás algunos puedan encontrar a Moshocalypse un poco repetitivo en cuanto a voces y riffs refiere. Los solos aquí tampoco predominan o tienen una participación destacable pero no encuentro que sea un gran problema para lo que estos tipos nos quieren dar: un rápido shock de adrenalina (el LP apenas pasa la media hora).
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Como no los he mencionado aún y su trabajo es también excepcional, completan a Terminal Violence en formación Miquel, Hector, Edgar y Pal.
En este disco predominan los sonidos agudos, la claridad para identificar cada uno de los elementos musicales (a excepción un poco de los bajos) y una energía descomunal que sirvió de combustible para mis press con mancuernas en mis últimos días de gimnasio. La producción es excelentemente lograda, así, con ese nivel y sin caer en exageraciones (si, créanme). Me gustaría realmente saber como estos muchachos han logrado recrear de tal manera ese sonido tan “old school” que muchos anhelan. Puedo asegurarles, queridos lectores, que si lograran por completo desentenderse del espacio y tiempo que transcurre mientras dejan suceder a Moshocalypse en su lista de reproducción, no van a notar ninguna diferencia con los buenos discos de bandas como Exodus, Testament o Anthrax. Edgar, estimado, algún día podrías contarnos sobre como lo has logrado.
No quiero ahondar más en este asunto, porque insisto, no es mi intención dejarles spoilers y romper con su propia experiencia personal. Esto, más bien, es una clara invitación a escuchar esta producción si es que realmente gustan mucho de este tipo de música y si no es así, bueno, quizás no sea lo de ustedes. Terminando y para compendiar puedo decirles que Moshocalypse es, como el mismo arte de su tapa lo expresa, una revolución musical donde la energía, la destrucción y el poder son el eje central y donde la entropía (tendencia de los sistemas al desorden) va en constante aumento. Esperemos poder tener más de esto y de Terminal Violence en lo venidero.
Etiquetas: anthrax, exodus, Terminal Violence, testament, Thrash Metal