En ocasiones, este oficio nos arrastra a rincones que ni en nuestros sueños más estrafalarios habríamos imaginado. Tras sumergirme en las fauces de Track To Hell durante un par de años, me encuentro por primera vez en un recital donde el sonido de un móvil podría llegar a ser percibido por el oído humano. Sin distorsiones que taladren tímpanos, sin volúmenes capaces de abrir portales dimensionales, y en completa oscuridad, así se develaron las Harp Twins en el oscuro santuario conocido como Razzmatazz 3.
Lo verdaderamente insólito, sin embargo, fue que solo hubo un acto encabezado por las gemelas estadounidenses, armadas únicamente con sus arpas y nada más.
Con un arranque digno de un monólogo de stand-up en su primera presentación en Barcelona, el dúo idéntico se disculpó por no encontrarse en su mejor forma vocal, alegando haber sobrevivido a una odisea de 11 conciertos consecutivos. No obstante, la realidad es que su desempeño dejó poco espacio para las quejas del público.
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Asimismo, permitieron a la audiencia fotografiar a su antojo, pero con una condición: nada de grabar en vídeo. Un pacto que se mantuvo íntegro durante los primeros 7 minutos de espectáculo.
En cuanto al repertorio, las hermanas desgranaron las canciones más populares de las festividades de cualquier aldea española, incluyendo “Sweet Child O’ Mine”, “Nothing Else Matters”, “Highway to Hell” y “Paranoid”. Todo esto, con el inusual sonido de dos arpas entrelazadas como si fueran las hilanderas de una pequeña orquesta infernal.
En la mitad del concierto, las solitarias estudiantes de conservatorio fueron acompañadas por los Volfgang Twins (sí, también gemelos) en la percusión, con unos brazos tan robustos como sus expresiones faciales inmutables, regalándonos una versión de la intro de “Juego de Tronos”.
Pero no todo fue reinterpretación, ya que las talentosas hermanas presentaron una composición propia llamada “Sacred Mountain”, para luego culminar la velada con “Paint it Black” de los Rolling Stones.
Fue, sin duda, una noche peculiar; retirarme a dormir sin que mis oídos retumbaran después de un concierto se convirtió en la anomalía más sobresaliente de todas.
Etiquetas: Harp Twins, Madness Live, Razzmatazz, Volfgang Twins
En ocasiones, este oficio nos arrastra a rincones que ni en nuestros sueños más estrafalarios habríamos imaginado. Tras sumergirme en las fauces de Track To Hell durante un par de años, me encuentro por primera vez en un recital donde el sonido de un móvil podría llegar a ser percibido por el oído humano. Sin distorsiones que taladren tímpanos, sin volúmenes capaces de abrir portales dimensionales, y en completa oscuridad, así se develaron las Harp Twins en el oscuro santuario conocido como Razzmatazz 3.
Lo verdaderamente insólito, sin embargo, fue que solo hubo un acto encabezado por las gemelas estadounidenses, armadas únicamente con sus arpas y nada más.
Con un arranque digno de un monólogo de stand-up en su primera presentación en Barcelona, el dúo idéntico se disculpó por no encontrarse en su mejor forma vocal, alegando haber sobrevivido a una odisea de 11 conciertos consecutivos. No obstante, la realidad es que su desempeño dejó poco espacio para las quejas del público.
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Asimismo, permitieron a la audiencia fotografiar a su antojo, pero con una condición: nada de grabar en vídeo. Un pacto que se mantuvo íntegro durante los primeros 7 minutos de espectáculo.
En cuanto al repertorio, las hermanas desgranaron las canciones más populares de las festividades de cualquier aldea española, incluyendo “Sweet Child O’ Mine”, “Nothing Else Matters”, “Highway to Hell” y “Paranoid”. Todo esto, con el inusual sonido de dos arpas entrelazadas como si fueran las hilanderas de una pequeña orquesta infernal.
En la mitad del concierto, las solitarias estudiantes de conservatorio fueron acompañadas por los Volfgang Twins (sí, también gemelos) en la percusión, con unos brazos tan robustos como sus expresiones faciales inmutables, regalándonos una versión de la intro de “Juego de Tronos”.
Pero no todo fue reinterpretación, ya que las talentosas hermanas presentaron una composición propia llamada “Sacred Mountain”, para luego culminar la velada con “Paint it Black” de los Rolling Stones.
Fue, sin duda, una noche peculiar; retirarme a dormir sin que mis oídos retumbaran después de un concierto se convirtió en la anomalía más sobresaliente de todas.
Etiquetas: Harp Twins, Madness Live, Razzmatazz, Volfgang Twins